Torni Segarra

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1. Si engañamos a alguien, es como engañarnos a nosotros mismos. Porque, como todos formamos parte de esa unidad indivisible, como si fuera un mismo cuerpo, va a afectar a la totalidad del cuerpo del que yo formo parte.
 
2. ¿Se puede estar al margen de la derecha o de la izquierda, o lo que es lo mismo, de la política? Todo lo que hacemos tiene su repercusión y transcendencia: si uno va de traje o con vaqueros, si se afeita o no, si es con mucho dinero o con el necesario, si va a al templo o al bar. Por tanto, todo va generar algo en una dirección determinada. Pero, ese no es el problema. El problema es lo que hacemos, con eso que ‘somos’, qué dirección tiene eso que hacemos, hacia dónde queremos que vaya el resultado de lo que hacemos.
Y si somos sinceros, y actuamos con consecuencia, el orden –que es inteligencia- nos dirá lo que tenemos que hacer, cuál ha de ser la dirección adecuada. Y entonces, uno está más allá de la izquierda, del centro, de la derecha, de los calificativos que las acompañan.
 
3. ¿Tú cómo sabes cómo ocurrió si no estás dentro de ellos? Por tanto, solamente podemos decir lo que ocurrió descartando lo imposible. Cuando hay un conflicto, una guerra, entre dos, ¿qué sucede? O, uno de los dos cede –cosa improbable, pero posible-, o uno de los dos se agota y es vencido, o los dos ceden y se acaba con el conflicto.
 
4. Uno puede vivir al margen de los políticos y sus maneras. De acuerdo. Ahora, Enhelbertb, lo has de hacer realidad. Pasar de las palabras a los hechos. Pues, sólo los hechos marcan la diferencia. Lo demás, es seguir dando vueltas sin para dentro del círculo.
 
5. Lo describes muy bien, pero no dices nada del resultado que puede acontecer si renunciamos, Las descripciones, son palabras, que tienen muy poco valor real, lo que es realmente valeroso son los hechos, que no ponen orden en nuestras vidas, descartando las ilusiones, los no hechos.
 
6. Lo podemos encarar como queramos: liberales y conservadores, pobres y ricos, viejos y jóvenes, el sur y el norte, ateos o no, que se enfrentan y entran en conflicto. Pero las posibles soluciones ya las hemos dado: o ceder uno de los dos bandos, vencer a uno por agotamiento del otro, o ceder los dos a la vez. Cada solución tiene sus resultados y consecuencias, así que cada uno asuma las suyas que se deriven. Cuando más se adentre en el conflicto, desafortunadamente, las consecuencias serán más graves y dolorosas. Pero a veces, por desgracia, para poder ver algo realmente lo que es, uno ha de llegar hasta el final, con todo el horror y el dolor que eso puede conllevar.
 
7. Así como el cuerpo exige atención y cuidados, también la mente necesita buenos alimentos, nutrientes adecuados, que no la irriten, ni la fuercen, ni le engendren conflictos. Verse siempre con las mismas personas, tratar de temas ocultos o esotéricos, discusiones acaloradas, forzarla continuadamente, asistencia a espectáculos peligrosos, de riesgo, ver películas morbosas y macabras, etc. Todo ello, hacen insensible a la mente, convirtiéndola en indolente y confusa.
 
8. Toda práctica embota la mente, ya que entramos en una rutina, a la que nos aferramos, dependiendo de ella, que nos hace vivir en lo viejo, que es el pasado. Cuando la meditación, que incluye la indagación, es siempre lo nuevo, lo atemporal.
 
9. Uno ha de tener un sentimiento de gratitud, por no ir aún más peor de lo que va. Y esta actitud, es lo que cura de la tristeza, la rabia, la impotencia por sentirse vencido y humillado.
 
10. Lo que se pierde es lo conocido, lo que ya ha sido. Lo nuevo no se puede perder, porque no sabemos lo que es. La cuestión está en vivir en lo nuevo y desconocido.
 
11. El que practica, repite y repite lo conocido, va de lo viejo y conocido a lo viejo y conocido, está atrapado en esa dinámica de repetición, de división, de conflicto. Por lo que el repetir es lo más vulgar, lo que más dolor genera. Ya que lo que repetimos es la manera de vivir de siempre: en conflicto, en violencia, haciendo la guerra, con sus matanzas y su horrorosa destrucción.
 
12. He leído tu escrito de ayer sobre el funeral de Margaret Thatcher, en…
Lo más feo que nos puede pasar, es que por instalarnos en la rutina y la repetición, no nos demos cuenta dónde estamos y qué es lo que hacemos. Eso nos puede suceder a todos. Pero cuando les sucede a los políticos, es cuando hacen el ridículo y generan el escándalo de la corrupción. ¿Puede alguien que sea consciente de la realidad, es decir sea sensible, gastarse doce millones en un funeral de un expresidente de un país? En este caso con la provocación, y el agravio, de los millones y millones de personas, que no tienen ingresos suficientes para vivir porque no hay trabajo. Esos doce millones, ¿por qué no los pagan los amigos inmensamente ricos de la expresidenta, ya que fueron ellos los que asistieron y participaron del funeral, que eran quienes tenían el sentimiento de duelo? La aberración es que lo ha pagado el gobierno inglés, que es el re captador de los impuestos de todos los ingleses.
Por eso, los políticos, y los que les votan, son la muestra de lo que somos en realidad. Somos insensibles al dolor de los demás, de todo cuanto ocurre, porque estamos divididos. Nos distraemos con nuestros asuntos, nuestros ‘negocios’, y no queremos nada más que triunfar, ganar, vencer. Por eso, es que la violencia y la guerra, siempre está en nuestras vidas, ya sea a pequeña o gran escala.
 
13. Angus. ¿Antes de querer hacer algo, no deberíamos empezar por nosotros mismos? Pues, ¿qué sentido tiene decir que la casa de otro está desordenada y sucia, si la nuestra también los está? Es decir, somos competitivos, faltones, queremos ganar, forzamos las situaciones para conseguir el fin que nos hemos propuesto. Y todo eso está muy bien, salvo cuando nos damos cuenta que toda nuestra actividad es divisiva, causante de conflicto y contienda. Y mientras no vayamos más allá de todo eso, todo lo que hagamos será lo mismo que eso que queremos cambiar, evitar, eludir.
Ahora, por tanto el reto es: ¿Cómo iremos más allá de todo eso que nos hace feos, confusos, diciendo una cosa y haciendo otra? Uno lo tiene que descubrir él solo. Así que hay que  trabajar arduamente, inquirir, mirar y observar, cómo funcionamos, como funciona la vida, la naturaleza, etc.