Creo que lo complica demasiado, para responder al hecho de que la mano se está quemando, solamente hace falta la conciencia -y no estar loco, o demente-.
Ya queremos la guerra, José. Pues, ellos también te la harán. Sabes eso lo qué significa hacer la guerra: muerte y destrucción, humillaciones y la ruina.
Es poco lo que puede hacer. Al rey, a su hija, etc., los militares y policías, los jueces, seguramente no podrá con ellos. Todos palos menores.
No creo. Primero, la limpieza si no es que uno está degenerado, completamente perdido, es algo que agrada, porque nos da prestigio. Segundo, cuando uno trabaja, su mente también lo hace y alucina, pensando y dialogando consigo mismo, lo que hace que uno se conozca más. Así que, parece ser que si el trabajo no es forzado, todo son beneficios. Aparte de tu orden preciso, por higiene, salud, etc.
Pues, es casi como aquí al sur de Europa. Aquí a cero grados llegamos muy pocas veces, luego casi todos los días de invierno alrededor de los veinte. En verano de los treinta a treinta y cinco en pleno día.
Pero, haga frío o haga calor, los problemas siempre son los mismos. Problemas personales, que es lo que son los de la vida.
Tú lo has dicho muy bien, los problemas no se van. Uno tiene que vivir con ellos. Por eso, ya te dije que no es posible que uno cambie, cuando me refería a ti con respecto a tu facilidad con el sexo, que lo haces tan natural y tan fácil cuando quieres y cómo quieres y con quien quieres.
No lo practicas pero lo transmites, tu vibración sexual está muy desarrollada por el tiempo, por tu educación, y eso los demás lo notan y te la devuelven, por eso es tan difícil cambiar una actitud tan personal.
Eso como si yo te dijera: No sabía que yo transmito un aire intelectual.
Por eso, la cuestión es vivir con lo que tiene cada cual entre manos, que es su vida y hacerlo de manera que no genere conflicto, ni división. Pues así, de todas las maneras ahí está el amor.
Es que cada cual es como es. Un pobre no puede vivir como un rico. Y un rico no puede vivir como un pobre. Ese es el problema para los dos.
No van por ahí las soluciones. Empecemos muy cerca para poder ver todo el panorama de la realidad. Los pobres que van a comer gratis a tu casa de comidas, ¿pueden vivir como tú? No lo pueden porque no saben. Si tú les dieras un millón lo malgastarían.
Entonces, ¿qué hay que hacer? No aprovecharse de esa debilidad, ni explotarlos, etc. Ahora, el rico tampoco puede vivir como un pobre porque se deprimiría, se moriría, su cuerpo no está adaptado a tanta suciedad y cogería una infección, etc. Por tanto, cada uno que viva como pueda. Pero sin aprovecharse, sin faltarle el respeto ni a la dignidad como personas que son.
No hay solución porque detrás de nosotros hay otros que nos pueden decir que somos ricos, burgueses, que no hacemos nada por ellos, que no deberíamos de tener ningún vicio para dárselo todo a ellos.
Pero el dar es optativo, no se puede obligar a alguien a que dé lo que no quiere. ¿A ti sería posible que alguien te obligara a hacer el amor con un pobretón a la fuerza aunque no te apetezca?
Pero cuando tú obligas a alguien, o te obligan, tú entras en conflicto con los que te obligan. Y ese conflicto quiere decir que ya se está a un paso de la guerra. Que es lo que siempre ha ocurrido. No estoy a favor de los ricos, sino que estoy describiendo la realidad. Entonces, tú estás en medio de los dos que no aceptan su retos de sus vidas: unos por ser tan estúpidos por ser tan ricos y los otros no aceptan su desgracia y su infortuna.
Eso es una ilusión. Porque tú lo repartes todo -si ello fuera posible- y al cabo de unos años ya estaría todo desigualado otra vez. Porque cada uno es como es. Y unos se dedicarían a jugar, a todo eso que tú ya sabes, y los otros a recoger y amontonar.
Trabajar para el sustento, y tener lo necesario ni más ni menos. Pues eso es lo adecuado, lo correcto. La solución.
Ahora viene lo más difícil, todavía. ¿Cómo lo explicarás a los otros, sin que se alteren, se desencadene una discusión con insultos y todo lo que pueda llegar, por ejemplo decirlo a tus hijos?
No estamos hablando de eso. Si no de la solución definitiva que pasa porque no hay solución. Y uno aunque reviente su piel y su alma no va a poder solucionar los problemas de injusticia, de crueldad, y tiene que saber que tiene que vivir con ello. Además con tus hijos puede ser relativamente fácil, pero con un pobre miserable si le cuentas estas cosas, cómo te va a responder.
Primero que nada, tener muy poco. Después, compartir lo poco que tengas, si es que te sobra algo. Después amarlos como si no fueran miserables ni pobres. Y con ese orden que tienes en tu vida, estás influenciando en toda la humanidad, en todas las mentes.
No te olvides que nadie te puede obligar a lo que tú no quieres, ¿me entiendes?