1. La felicidad no llega solamente con las grandes cosas, cuando recibimos una noticia que nos beneficia, halagadora. Pues, eso sería un placer. La felicidad es con todo, con lo que nos agrada o nos degrada. La felicidad, que es amor, lo es a todo, nada excluye.
2. Pero como todo transporte necesita de personas que cuiden del vehículo, necesita combustible, necesita un lugar para guardarlo. Todo en la vida está unido indivisiblemente, por lo que nadie tiene una exclusiva ni máxima importancia de nada.
3. ¿Cómo podemos saber lo que vamos a pensar en el futuro? Las afirmaciones univocas, son las maneras de la ignorancia. Porque el que dice que sabe es que no sabe. ¿Alguien puede saber cómo va a reaccionar dentro de un rato, una semana, unos años?
4. ¿La belleza tiene su soporte en lo material, en la parte externa y superficial de las personas, de las cosas? La belleza es independiente de todo, y a la vez lo incluye todo. Somos las personas, y sus caprichos materialistas, que no tienen fin, los que nos hemos enredado en esa tela de araña al decir: ‘Esto es lo bello, esto tiene belleza, aquello no, es feo y rechazable.’ Por lo que vivimos divididos, sin belleza, con el estrés que nos causa la persecución de eso que creemos que es lo bello y el placer que nos da, que necesitamos.
El placer en sí no es un problema. El placer se convierte en un problema cuando vamos tras él, cuando es el centro de nuestras vidas. Pues ese deseo y persecución de placer, nos hace indiferentes, brutales y crueles.
5. La vida es un continuo sembrar, cosechar, volver a sembrar. Es decir, una causa genera un efecto, que a su vez ese efecto va a generar otra causa. En un juego y dinámica que no tiene fin.
6. Cada cual es como es, está condicionado por lo que le han transmitidos sus antepasados inmediatos y los de hace un millón de años. De manera que nos encontramos atrapados tanto físicamente en este cuerpo, como psicológicamente por la herencia. Esto es la realidad, lo que es, lo que está sucediendo.
Ahora vienes tú y me dices: ‘Me he dado cuenta que mi vida no tiene ningún sentido, es vana, es superficial, egoísta.’ ¿Dónde está el problema? Pues cuando vemos lo negativo es cuando lo descartamos, ¿no? Sin ver el problema, sin ver un obstáculo, no podemos hacer nada, no podemos reaccionar ni responder.
La pregunta es: ¿Por qué unos ven muy rápidos, muy pronto, y otros no? Pero sea como sea, la responsabilidad no es de uno, pues somos algo que responde a un plan que nosotros no podemos alterar ni manejar a nuestro gusto.
7. ¿Sin ser vulnerables puede haber amor? Ser vulnerable quiere decir que nos enfrentamos al nuevo reto sin saber nada, sin un plan preestablecido. Porque lo nuevo es el amor, lo que nadie ha tocado. Ni la mente ni el pensamiento ni la memoria, ni los sabios ni los santos ni los gurús, maestros, etc. El amor, y su vulnerabilidad, son independientes de todo eso que es el pasado. El pasado es eso que acabo de decir, que ya está muerto y que ya no sirve para enfrentarme al nuevo reto, que siempre es el ahora. Y la respuesta también ha de ser en el ahora, libre de todo lo que ha sido, sus millones de años pasados, o el segundo que acaba de pasar.
8. La mentira forma parte de nuestro condicionamiento, ¿no es cierto? La mentira es una defensa para intentar salir airosos, ante un reto del que queremos huir. Hay mentiras pensadas, planificadas, pero hay otras que salen automáticas, instantáneas ante un reto que nos desborda. Por tanto, las mentiras no son el problema. El problema es cuando hacemos una estrategia para mentir, cuando lo hacemos conscientemente para dañar a los otros.
9. La ansiedad es una herramienta que nuestro diseño original lleva consigo. Por tanto, tiene sus beneficios, su sentido, su orden. El problema no está en la ansiedad, sino en los deseos. Una cascada de deseos, va a generar ansiedad con todo su desorden que nos lleva al estrés.
Por tanto, hemos de comprender cómo nacen y se desarrollan los deseos, ver que son el resultado del miedo psicológico, al pasado o al futuro, y también al presente. Pues sin comprender cómo funcionamos, no veremos la nocividad de los deseos y sus consecuencias de la ansiedad, que lleva al estrés.
10. El miedo es la ignorancia operando. El miedo solamente puede ser en relación al pasado, de lo que ya sabemos, del presente o del futuro. ¿Puede haber miedo en el ahora, que es la nada, el vacío? Por tanto el problema está en la división interna, pues si hay división ese vacío no puede ser.
11. Toda la belleza y la fealdad está en nosotros. Solamente hay que optar por la belleza. Es como ver que nada tiene sentido, que todo es absurdo. O ver que todo es una unidad, una armonía que funciona a la perfección, aunque a nosotros a veces no nos guste. Ya que todo tiene su porqué, su causa y motivo, que está relacionado todo de manera para que podamos existir, para que la vida pueda ser y funcionar como lo hace.
12. La envidia es como un complejo de inferioridad. ‘Tú tienes eso, yo también lo quiero, tú no tienes eso, yo tampoco lo quiero.’ Pero, ¿qué pasa si no nos comparamos, si comprendemos la realidad, si nos comprendemos tal cual somos, sin hacer un problema de ello?
En la envidia está todo lo negativo reunido: el miedo, el deseo de no quedarme detrás o de quedarme solo con lo que soy, lo que hago. Así que, es el miedo, que es la no comprensión del deseo, lo que genera la envidia.
13. Cada cual es una persona que es como es. Y eso, tal vez, no se puede cambiar. Por tanto, la comprensión de eso que es, nos dará el cariño y el afecto, el amor y la compasión para poder vivir, relacionarnos con las personas. Cada cual es algo maravilloso tal y como es, por existir y tener que enfrentarse con la vida y todos los problemas que ello conlleva y genera. Pues, uno cree que hace las cosas bien, adecuadamente –y por eso las hace-, sin darse cuenta que podría hacerlas mejor.
Pero no seamos superficiales e hipócritas, cada cual, todos hacemos lo mismo. Pues el hacer las cosas bien, adecuadamente, es algo que no tiene fin. Eso es el trabajo de la vida. Es el arte de vivir.
14. Me temo que si pedimos a la vida lo que queremos, entonces estamos acabados. Porque, ¿qué es lo queremos sino nuestro propio beneficio egoísta, sin importarnos nada de los demás, siendo indiferentes, indolentes, crueles?
Para que la vida tenga sentido y significado verdadero, no debemos de pedir nada. Pues quien nada quiere, todo lo obtiene. Ya que, en realidad, aunque obtengamos lo que queremos y deseamos, lo que tanta energía hemos invertido en ello, todo eso al final es nada, la nada absoluta. Lo que teniendo todo eso, no nos sirve para nada. Pues el alimento que necesitamos, no tiene nada que ver con los logros, con lo que deseamos y queremos. Ese alimento, está en todas partes y en todo. Porque ese alimento se genera internamente dentro de nosotros.
15. El desorden, es la consecuencia del egoísmo, que es la insensibilidad, sin importarnos la crueldad que provocamos, el mal que hacemos. Una persona desordenada es un peligro para la sociedad, pues va actuando como un corcón, que devora los muebles, la madera. Allá donde está el desorden las consecuencias para los demás es el sufrimiento, el dolor que causan.
Solamente podemos hacer para que desaparezca el desorden, ser nosotros los que generamos el orden. No es mi orden ni el tuyo ni el de algún otro. Es el orden, que está más allá de nuestros deseos egoístas, de nuestro condicionamiento que nos empuja para conseguir lo que queremos: el placer de hacer lo que nos da la gana. Pero el placer, y su persecución, traen el dolor, que es lo que es el desorden.