Torni Segarra

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Para no perder nada, uno no tiene que tener nada. Para no perder nada, uno no tiene que ser nada. Ha de ser vacío. El vacío indescriptible e incomprensible.
 
He leído tu entrevista en el diario…, de hoy. Gracias.
Ya hace mucho tiempo que los cristianos -los católicos-, dicen que la Iglesia, y el cristianismo, está en crisis. Ahora, hoy, tú también dices que está mal, como un árbol enfermo que da frutos amargos. Y, te pregunto, ¿cuándo no ha estado el cristianismo en crisis? Las religiones organizadas, solamente tienen su lugar de esperanza, y van bien, después de una guerra. Por eso, después de la última guerra mundial, hubo una cierta relevancia de la Iglesia. Debido al dolor y la amargura de las personas, que habían visto, vivido, o pasado alguna desgracia personal. Pero, una vez esa depresión y amargura se ha acabado, todo vuelve como siempre, que es lo que hay ahora.
 
La religión es el intento de poner orden en la vida de las personas, en nuestra vida. Por tanto, para que uno sea alguien adecuado para informar, instruir sobre la religión, tiene que encarar la vida religiosamente. ¿Cómo va a poner orden la religión en las personas? El orden y el dolor no pueden ir juntos, ¿verdad, me sigues, Juan? Por tanto, la religión ha de comprender lo que es la vida, ha de comprender cómo funcionamos las personas, ha de comprender cómo se origina el dolor, el sufrimiento. Porque, si no estamos libres del dolor, ¿qué sentido tiene la vida? Si tú estás amargado, ¿cómo vas a poder ayudar a los otros? Al revés, los otros te tendrán que ayudar a ti.
Por tanto, hemos de investigar, ¿de dónde nace el dolor, dónde tiene la raíz? El dolor es el resultado de estar fragmentados -sin comunión, desunidos- de los demás, de la naturaleza, de todo lo que existe. Y por eso, es que el mundo, la sociedad, cada uno de nosotros, está en completo desorden, en el caos, porque internamente estamos divididos. Esa división no es una ilusión, un invento, es el resultado del miedo, Al tener miedo, es cuando me divido internamente, me pongo a la defensiva, actúo de manera que no puedo cooperar, de hacer algo que no sea un puro egoísmo. Y los otros, hacen los mismos. Mira lo que hacen las diferentes religiones, todas se tienen miedo, están temerosas que su clientela se vaya a otra religión. Al igual, cómo lo hacen los partidos políticos.
Así que, el dolor, que es división, que es miedo, es lo que nos hace irreligiosos, nos aleja de la religión. Por tanto, una persona religiosa, ha de saber cómo funciona el pensamiento, la mente. Pues, es el pensamiento el que genera la división. El pensamiento, es el depósito de la memoria, de todo lo que hemos sido, de todo lo que nos ha pasado. Por tanto, el pensamiento está condicionado por todo ese pasado, desde hace miles y miles de años. Y, todo ese pasado -ese condicionamiento, programación- se interpone al reto, a los problemas que nos llegan, dividiéndonos de ellos. Por tanto, la mente no puede encarar correctamente el reto del presente, del ahora, por lo que actúa indebidamente, confusa y en desorden, actúa con lo que sabe del pasado. Y así es cómo se genera esta división que domina nuestras vidas, que ha hecho posible esta sociedad con su absoluta inmoralidad, devastadoramente corrupta.
Y, ustedes, las religiones organizadas, ¿qué solución ofrecen para comprender y liberar al hombre de su amargura diaria, con algunos momentos de felicidad, de su confusión y desorden en que viven? Ofrecen ritos, liturgia, superstición, ofrecen santos imposibles, ofrecen ideas y teorías que son sólo eso -ya que no son un hecho-. Y para que la mente sea cuerda, tenga orden, tiene que atenerse a los hechos, a la realidad, no inventar la realidad que más le guste y satisface. De lo contrario, permanecerá dividida, en conflicto, generando contienda, violencia, crueldad, guerras con sus matanzas, con todo el dolor y el sufrimiento indecible, que no tiene fin.
La religión, mientras exista la división y el conflicto, es un montón de palabras, un negocio. Por eso, las religiones organizadas a pesar de todo el apoyo de los gobiernos y poderosos -ahí está el Papa, y su Vaticano, donde todos los que mandan, los políticos corruptos, van allí para transmitirse e informarse de las estrategias-, siempre han sido un fracaso. ¿Qué pueden ofrecer de verdadero si ellos viven entre corruptos porque también lo son?
 
El miedo a la muerte es una mezcla, de estar aferrado a la vida. De vanidad por querer acabar algo que nunca se acaba. De miedo porque algo se acaba y no llegamos a entender verdaderamente. De miedo a la derrota total en todos los ámbitos, en el último acto del drama de la vida.
 
Vamos a ponerlo de esta manera: si llegamos andando hasta donde hay un barranco profundo con todo su peligro, ¿qué sentido tiene pensar, sentir, investigar? ¿No será percibir el peligro y responder poniéndonos a salvo, lo que tiene sentido, lo adecuado? El acto de ver claramente algo, implica la acción inmediata, de manera que el ver y la acción son los mismo. Para ello, uno ha de tener pasión por la vida, sensibilidad.
 
 
He sabido de ti, al ver un video por Internet, donde estabas ofreciendo una charla. 
Creo que te equivocas cuando presentas a algunos políticos de Argentina, los del final del siglo XIX y principio del XX, como personas no corruptas, como si fueran personas incapaces de hacer daño. No sé si conoces la dinámica de la política y los políticos, que es la misma que la de un triunfador. Y qué hace uno para triunfar sino ser duro e insensible con el que va a perder porque tú lo has vencido. ¿No ves en el fútbol, o en otros deportes, la dureza y la marrullería que hay con tal de vencer al oponente? Pues, eso mismo, es lo que hacen los políticos para ser los primeros de la lista. No creas que a uno le pongan el primero, sin haber hecho cosas impensables detrás del telón. Y cuando, ya está en el poder, tiene que hacer cosas inmorales, aceptar a sus compañeros que sean crueles, brutales, violentos. Por ejemplo, los ministros del ejército, los de interior, que todos en consejo de ministros tienen que aceptar sus decisiones. ¿Cuándo hay alguna brutalidad, con violencia y malos tratos, hay algún político que dimite como protesta por esas actitudes, esas actuaciones inhumanas?
No quiero extenderme en más detalles. Creo que ya habrás captado lo que he pretendido decirte. La vida es una guerra de todos contra todos, pues nadie da nada por nada. No sé si tú has hecho alguna oposición para alguna plaza, donde hay varios opositores. Si uno de ellos, durante el examen, te consulta o te pide que le ayudes en algo, ¿qué harás le ayudarás poniendo en peligro tu posibilidad de conseguir la plaza, el puesto de trabajo? ¿Nos estamos comunicando, Abel?
Finalmente, cuando dices que los argentinos, la Argentina, u otro país con sus ciudadanos, son tan diferentes de los demás, puede que eso sea real en algunos detalles y peculiaridades, pero básicamente todos somos iguales  Ya sea el europeo, el africano, el asiático, el americano, el negro y el blanco, el indio, el judío, el árabe, etc., todos pasamos por lo mismo. Tú que eres médico y has visto y ves a tantas personas, ¿verdad que todas necesitan afecto, cariño, respeto, escucharlas, necesitan ayuda cuando tienen un problema y necesitan resolverlo? Gracias por tus palabras y por todo lo que haces en favor de los más necesitados, los menos afortunados.  Con afecto y con cariño.