Alfredo, disculpa, no estamos hablando para niños que no saben leer lo que hay detrás de las palabras. Cualquier persona cuando lee o escucha, ha de interpretar lo que hay más allá de las palabras -que por cierto tal vez hay más que si nos atenemos a ellas-. Sé que es una moda Advaita, o como se diga, pero eso es lo que hace a estos grupos como si fuera un club, un nacionalismo, donde todos han de comulgar con sus maneras de ver la realidad.
Respecto de la ilusión, uno siempre puede decir que el que está en la ilusión es el otro. Por lo que, ya ha llegado el absurdo. Voy a decir, si alguien se corta una mano, se la amputan, ¿se puede hablar de ilusión? Uno puede decir que sí. Y ahí se acaba todo. Porque de la misma manera, otro puede decir que no es una ilusión. Y como la realidad lo engloba todo –el sí y el no- entonces toda comunicación e intercambio se acaba ahí.
Pero, todo no acaba porque la sangre está manando de la mano, pero él insiste que es una ilusión. Por lo que se termina dándole una inyección para calmarlo o adormecerlo, curarle la mano. Y al día siguiente ir al servicio de psiquiatría del hospital donde ha pasado la noche. Y, pudiendo ingresar en un establecimiento para alterados mentales. Pero, todavía puede insistir en que todo eso es una ilusión.
Y, ¿por qué las personas están confusas? Lo están porque han perdido la mesura de la capacidad que tienen, han forzado la mente de manera que se hace inservible. Y siempre hay la misma medicina: sosiego, bondad, paz, y cambio de aires, si es que ello se puede. Una persona alterada no puede tener atención, está embobada, aturdida, aunque no se menee ni hable con nadie, porque está débil. Y se tiene que reponer viviendo la vida cotidiana: lo que viven todos, lo que hacen todos, en su nivel adecuado para él.
Pero eso que dices, Alfredo, ¿qué valor real tiene? Ya sabemos que somos nada. Pero, ya está dicho. Y, ahora qué. Hay que vivir. Y vivir es vérselas con la realidad. No con mi realidad que más me gusta y satisface, porque eso nos lleva al abismo, al dolor y el sufrimiento. ¿Tú quieres vivir en dolor y sufrimiento? Pues, has de hacer algo, ya sabes lo qué, atenerte a la realidad.
Creo que hablamos para todos. Y por tanto nos tienen que entender todos. Por eso, escribo de una manera lo más cosmopolita para que lo entiendan todos, si es que ello es posible. Lo que tú pides es que un mejicano hable como hablan la mayoría de los mejicanos con su argot, o un andaluz, o un argentino, etc. ¿No crees que sea mejor renunciar a lo tuyo para que haya más facilidad para entendernos?
Pues sí, Enghelbertb, que me gustaría vivir así de esa manera tan maravillosa. Pero, como no existe ningún lugar en la tierra con esas cualidades, hago del lugar donde vivo que sea eso que estoy buscando. Es decir, lo que tendrían que hacer los otros para que hubiera un lugar limpio de corrupción e inmoralidad, sin brutalidad ni crueldad, sin usura ni mezquindad, etc. Y ese lugar es mi vida entera, la manera como vivo.
Pues, sí Alfredo, hay que vivir con atención. Ahora, has de hacer lo necesario para que esa atención tan necesaria llegue a nosotros. ¿Qué harás?
Las palabras que usas las encuentro adecuadas. Pero, los términos y los conceptos que usas, es una jerga extraña para las personas corrientes, sean cultas o poco cultas.
La jerga quiere decir la manera como nos expresamos Cuando dices: ‘No hay personas, ni confusas ni claras, ni en paz ni alteradas, etc.’. Eso para el que no es de esta tribu -o nacionalismo- se espanta, le da miedo, le suena a raros. ¿Entiendes, Alfredo? Todo es más sencillo. Podemos decir: ‘Si te duele la cabeza, hay una parte física evidente y hay otra psicológica también evidente, atiende a las dos y descubre en este caso cuál es la preponderante y actúa en consecuencia’.
Sí, sí, está más claro. Pero, lo que hay que aclarar es que mientras no exista la unidad total, existirá la dual -cuerpo y mente-. Y si no te atienes a eso, es cuando te pierdes en un bosque imposible de salir. Porque, estás generando la división, creyendo que vives en la unidad. Pero, claro, las cuentas no te salen cuando te digo que la mano está amputada. ¿Lo ves, Alfredo? Es muy importante atenernos a la realidad, es preciso sino nos volveremos locos.
A lo que me refiero es que das por hecho, a algo que es sólo una idea. Imagínate que te envían obligado a una guerra. Y entras en acción en una batalla. Lo que sucede allí, ¿lo podemos negar? Podemos decir que los que mueren son los cuerpos. Y tú añadirías que ni los cuerpos mueren porque son una ilusión. Pero, eso no es un hecho. Eso es una ilusión, esa misma ilusión que tú tanto mencionas y dices, te aferras. Y eso es, una costumbre que se ha convertido en obsesión. Pues, mientras tú no puedas vivirlo veinticuatro horas hasta que desaparezcas -que tú también dices que no vas a desaparecer porque toda tu identidad es una ilusión-, eso es causa de neurosis, de amargura. Porque, se convierte en quiero y no puedo.
Es verdad lo que dice ese escritor. Pero, él lo ve desde muy arriba. Es como si viéramos la tierra desde la luna, que parece una gran piedra. Pero, en esa gran piedra hay seres vivos, que tienen que vivir, y por ello, tienen unas necesidades ineludibles como comer, etc. Y entonces, esa necesidad va repercutir en los otros que también necesitan comer. Comer quiere decir que necesito algo para poder comer y acceder a la comida: un cuerpo sano, un lugar donde haya comida, ciertas herramientas para poder manipular la comida. Y finalmente, necesito un lugar donde está la comida. Y eso, además del sexo, son las mismas necesidades para los otros.
El problema llega cuando aparece el miedo, el temor, a que me falte eso que es imprescindible. Y es ahí, donde aparece la división y el conflicto, con todos los problemas. Y es ese miedo, el que ha hecho posible la sociedad donde vivimos, que todos hemos construido desde hace un millón de años. La misma actitud teníamos cuando vivíamos en cuevas o al raso, que ahora, porque la división interna y el conflicto, siguen dentro de nosotros. Gracias, Patricia, por tu aportación.
El problema está en que hay que liberar a la mente de lo que la divide. Pues mientras haya división, todo lo que digamos y hagamos va a ser confuso, negativo y falso. Por eso, las descripciones son infinitas desde diferentes ángulos. Por tanto, todo eso de explicarlo y describirlo, ha de llegar a su fin. Y, ¿qué tenemos, ahora después de descartar toda descripción? No tenemos nada. Y es desde ahí, desde dónde hemos de partir. No tenemos nada, no sabes nada, atente a eso, Alfredo. Si lo ves, la mente se aquieta y deja de querer hurgar, cavar. La mente, el pensamiento, está programado para resolver problemas y por eso él sólo ve problemas. La réplica y contra réplica es el juego de la mente temeroso, que tiene miedo, porque es ignorante y cree que tiene un remedio para resolver ese miedo, que es la acción. Pero, la acción aunque tenga su lugar, también ha de ser descartada. Sólo ha de quedar la vida cotidiana: comer, dormir, trabajar, ser libre de corrupción e inmoralidad.