Torni Segarra

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Para Albert Cortina i Ramos, director del Estudio DTUM.
 He leído tu escrito, ‘Custodia de la creación’ de ayer.
Gracias por las informaciones y cometarios.
Esta crisis, la actual, es como todas. Cada momento genera una respuesta. A mediados del siglo pasado, hubo en todo el mundo desarrollado, una respuesta, sobretodo de algunos jóvenes sensibles a la naturaleza y su destrucción, que decidieron dar la espalda a la manera de vivir en las grandes ciudades, con su suciedad, su confusión y su desorden. Muchos fueron a vivir a pequeños pueblos, al campo, a lugares casi vírgenes, donde la vorágine consumista no es tan devoradora. Pero, al final llegó la moda de ese momento y la desvirtuó haciendo todo un producto más de marketing. Pero, como toda reacción, toda moda, era superficial, pues no podía solucionar los problemas a los que se oponía.
 Ahora sucede lo mismo, pero con un poco más de sofisticación debido a los últimos inventos técnicos. Pero, el problema persiste: sabemos que estamos devorando la naturaleza -que ahora se dice el medio ambiente-, sabemos que el actual sistema va directo al colapso de todo, porque no damos tiempo para que se renueven los recursos -los mares están esquilmados en Europa, donde los pesqueros han de ir a África Occidental y a otros lugares para encontrar pesquerías-. Al igual con los bosques tanto de Sur América, como África y el extremo Oriente.
 Pero, las descripciones en sí no tienen ningún valor, son sólo un montón de palabras. Y esas mismas palabras pronunciadas desde siempre, no han hecho ningún efecto. Por lo que el problema es un problema moral, de conciencia y percepción de lo que estamos haciendo. Podemos discutirlo desde diferentes puntos de vista, desde diferentes ámbitos, pero siempre llegaremos al mismo problema, que es el de la acción. Porque sin acción, es la indiferencia, la insensibilidad, es el no enterarse. Por lo que, hemos de centrarnos en esa acción. ¿Cuál es el impedimento para la acción, no la acción general de todos -pues eso no es posible, eso es absurdo-, si no la tuya, Albert?
 Así que si descubrimos cuáles son los impedimentos que se anteponen a la acción correcta, que va a generar el orden, entonces ya habremos resuelto el problema. Porque el verdadero problema es lo que yo hago, cómo vivo, qué es lo que hago para que este mundo desquiciado no sea cada día más. El factor de deterioro está dentro de nosotros, por tanto hemos de conocernos cómo somos realmente, internamente. Pues, mientras no me conozca, seguiré a la deriva de los deseos, que son mi condicionamiento. Y el condicionamiento es el egoísmo, el ‘yo’ en acción, que tiene miedo y temor, que huye de la realidad, que quiere estar seguro, a gusto. Y entonces, ya estamos de vuelta en el viejo sistema de siempre.
 Por eso, el cambio es en uno. Y es uno el que lo tiene que realizar.
 
En el ámbito psicológico y espiritual, no hay meta que conseguir. Pues, esa meta, logro o deseo, niega la esencia misma de la espiritualidad, de la libertad. ¿Por qué nos ponemos metas, retos, es por miedo a vivir sin nada en el horizonte, verdad? Pero, esa meta, ese reto a conseguir, nos divide del presente haciéndonos insensibles, brutales y crueles.
 
¿Sabes por qué hay guerras, Angus? Pues porque todos quieren ganar, prevalecer, dominar, saborear la vanidad de triunfo, sentirse obedecido e importante. Además de todo eso, y todo lo que roban, para hacerse más ricos. Pero, todo eso no tiene nada de liberación del ‘yo’, nada que ver con la liberación de la mente, nada que ver con lo sagrado y espiritual.
 
El cambio colectivo no es posible, porque todo cambio verdadero, efectivo, ha de nacer de dentro de uno. Y si uno no ve la necesidad del cambio, ha de ser libre para decidir. Todo cambio verdadero, pasa por la ausencia de conflicto. Porque si hay conflicto, es más de lo viejo y repetitivo: desorden y confusión, enfrentamientos, contienda, violencia y guerra, con todo el horror y el sufrimiento. Y todo esto, destruye todo lo que forma parte de la vida.
Respecto de vernos, no vivo en Barcelona, sino en Sueca -Valencia-. Pero, todo está siempre abierto. Per mí, no es posible ir a Barcelona de momento. Si tienes alguna idea, la puedes exponer. Gracias, Albert, por tu amabilidad.
 
Una manera de vivir, donde unos actúan como si ellos fueran los elegidos de dios, derrochando y destruyendo todo lo necesario para sobrevivir, mientras hay millones y millones de miserables, que mueren por falta de alimento, eso es propio de una sociedad corrupta, inmoral. Es decir una sociedad neurótica e insensible, que solo va a la búsqueda de placer y su satisfacción.
 
“Si usted piensa que ‘La percepción es una idea que no tiene nada que ver con el pensamiento y el tiempo’".
Cuando percibimos todo está funcionando –la memoria que es tiempo, el pensamiento y sus emociones, etc.-. Pero si la percepción es sin división alguna, todo eso no nos afecta ni nos divide de lo que hacemos u observamos.
 
“Necesitamos a la naturaleza para que nos enseñe el camino a casa?”.
¿Hay algún sitio dónde ir, hay algún lugar a dónde llegar? Si hay un llegar, entonces seguiremos en el mismo sitio de siempre: en la ilusión del pensamiento y la mente. No hay un lugar donde hay que llegar ni se pueda. El hombre no tiene un lugar donde poder descansar su cabeza, como él quiere.
 
Rolando. Podemos negar que no haya conflicto en nuestras relaciones, en nuestra vida, pues la mente tiene esa capacidad. Pero lo descrito, no es un hecho, lo real, lo que se describe. Por tanto, solamente cuando la relación es buena, cuando hay una armonía en todo lo que nos rodea, sin división, es cuando el conflicto deja de existir Y eso sólo es posible cuando somos sensibles a todo lo que es la vida, a todo lo que es el dolor, sensible a la libertad con respecto de lo conocido. Y lo conocido es el ‘yo’, con sus múltiples facetas todas egoístas, divisivas.
 
Para poder ir más allá de algo, para que se extinga, uno lo tiene que comprender. Tiene que mirarlo totalmente, estar con ello, juntos como dos grandes amigos. Entonces, si es así, y somos afortunados, eso que no entendemos nos contará su secreto.
Para ello, uno tiene que tener todo el tiempo para mirar, observar, comprender.
 
Buen comentario el de Kiran Koirala. Todos no tenemos las mismas capacidades. Por lo que hemos de estar abiertos a todo lo que se nos dice y nos llega.
Pero, lo fundamental en la vida es la actitud personal: si uno quiere cooperar, vivir en armonía, o ser una fiera rabiosa que se enfrenta a todo y a todos porque lo hace como si fuera su oficio, su manera de vivir, su personalidad.