Torni Segarra

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1. ¿Puede el amor ser algo forzado, que genere conflicto entre lo que es, la realidad, y lo que me gustaría que fuera, otra realidad que inventamos? El amor es aceptar lo que es, lo que nos toca vivir, lo incambiable e irrenunciable.
 
2. Inventar y fabular lo que nos interesa para poder alimentar nuestra vanidad, y no ver nuestras desgracias, es proseguir con los mismos problemas. Hasta que no veamos lo absurdo de huir de la realidad de la que somos, sea la que sea, el dolor y las miserias seguirán con nosotros.
 
3. El problema es que el sexo es tan pobre, dura tan poco, que así y todo le damos toda nuestra energía para él: al elegir la ropa, el peinado o corte de pelo, la manera de hablar y comportarnos, nuestros pensamientos, al hacer toda clase de tonterías para poder tenerlo. Y entonces, algo tan bonito, digno y sagrado, se convierte en un mal gusto de boca. ¿Por qué no dejamos todo ese folclore en que se ha convertido todo lo que envuelve al sexo, para que sea eso que es preciso para la vida, y no un juego, una costumbre, una adicción?
 
4. La vida sin perder y ganar, no puede ser. Si no perdemos una costumbre negativa, seguiremos empantanados, que es como vivimos ahora. Y por tanto eso que ganaríamos, si perdiéramos, si cediéramos, no puede ser Para que venga lo nuevo, hay que morir a lo viejo. Morir quiere decir, acabar con algo definitivamente. Si veo todo el veneno de comer demasiado, de fumar, de beber alcohol, si lo veo con toda claridad, ese vicio y costumbre se acabó.
 
5. ¿Existe la seguridad en cualquier ámbito de la vida? La vida no tiene ninguna seguridad. La seguridad es un capricho de la vida, como la muerte. Así que hemos de comprender que solamente podemos vivir en la inseguridad. Y para ello, hemos de estar libres de apegos, libres de estar aferrados a las personas y de todo lo que tenemos.
 
6. ¿Para qué queremos saber quiénes somos? Si no lo podemos saber. Lo importante es lo que hacemos, cómo respondemos a los retos. 
 
7. Tengámonos o no tengámonos ayuda de los dioses, o de quien quiera que sea, somos nosotros quienes tenemos que vivir. Y para vivir, solamente hay que tener ganas de vivir.
 
8. Todos podemos pasar por todos los papeles -los roles- de la vida. Podemos ser pobres o ricos, alegres o tristes, sanos o enfermos, víctimas o verdugos. Todo depende de los retos que nos traiga el destino.
 
9. Es porque las personas queremos y deseamos lo imposible, que parecemos que estamos locos. 
 
10. Si eso que es tan evidente para que la vida continúe -tener hijos-, lo nombramos y hablamos de ello, explicándolo, con un cierto aire de nostalgia, por la pérdida en lo físico, es que todavía no lo tenemos claro del todo. Pues, la vida es el presente, el ahora, donde el pasado es un estorbo para vivir plena y totalmente. 
 
11. Lo que ahoga a alguien no es caerse en el río, ni quedarse sumergido en él. Si no todo el desorden de la vida que nos lleva a ir al río para caer en él y ahogarnos. 
 
13. El recuerdo y la memoria, puede hacer que todo vuelva a empezar de nuevo. ¿Quién sabe lo que la vida nos puede deparar? No lo sabe nadie. Sólo podemos vivir y aceptar lo que nos venga, sin que haga división y conflicto.
 
14. La vida es amor, siempre. Depende de nosotros que siempre sea así-. Ese es el reto de la vida. Pues si no hay amor, llega la fealdad.
 
15. El talento para que surja ha de haber un lugar para él. ¿Puede en un mundo tan lleno de distracciones, de estímulos incitantes a la dilapidación, haber lugar para el orden preciso para que se manifieste el talento, lo nuevo?  
 
16. El color forma parte del mismo misterio de la percepción. ¿De dónde surge la percepción? De la conciencia. Y, ¿la conciencia de dónde surge? Del ser. Y, ¿el ser de dónde surge?
 
17. El perder y el ganar son conceptos que hemos inventado porque tenemos miedo. Si pudiéramos ver toda nuestra vida como una película, no sabríamos decir si ganábamos o perdíamos, o todo formaba parte de una unidad donde todo está relacionado con todo. Lo que hoy vemos como pérdida, mañana o dentro de un tiempo, puede que no lo veamos como tal, sino una sucesión de hechos encadenados, donde una causa genera un efecto, y este efecto a su vez genera otra causa.
 
18. Si es que somos sensibles podemos aceptar la actual manera de vivir, con su corrupción e inmoralidad. Esta corrupción e inmoralidad nace dentro de nosotros, de cada cual. Pues, la división interna que nos genera miedo, nos hace inmorales, que es hacer daño a otro –o a uno mismo- a pesar de saber que estamos haciendo ese daño. De ahí el caos y el desorden, la violencia y la guerra.
                                                                                                                         
19. ¿Estar poseídos por una sola persona es eso amor o es miedo a la vida, a todo lo que nos provoca y genera de angustia y sufrimiento? Para que el amor pueda florecer, ha de haber ausencia de división y conflicto interno. Si estamos poseídos por una persona, ¿cómo vamos a poder relacionarlos adecuadamente con los demás? Eso es lo mismo que pasa con todos los enganches: ya sea la religión, la política, el trabajo excesivo, el sexo, las drogas, un método o una práctica para conseguir la tranquilidad, la felicidad. Esos enganches nos dividen de todo lo que se antepone como un obstáculo para poder conseguir eso que nos proporciona el enganche: seguridad, placer.