1. Martha. ¿La indecisión no es producto, consecuencia de la confusión en que vivimos? ¿Cuándo tenemos verdaderamente claro lo que queremos, verdad que no hay lugar para la indecisión? Si vemos un profundo pozo que tiene agua, y vemos todo el peligro que hay si caemos dentro de él, esa misma visión del peligro es la que aniquila y destruye la indecisión. Pues en el ver el peligro claramente está la acción de ponernos a salvo, de descartarlo, de apartarnos de él.
2. El amor es lo que uno siente. No lo que nos dicen que es. Alguien puede ser cruel, violento con otro. Y al preguntarle por qué es cruel y violento, responder: ‘Que lo hace para hacerle un bien, por corregirlo de sus errores.’
Pero eso es absurdo, porque la mejor lección y enseñanza es la manera cómo vive cada uno. Y si la lección que damos es la de crueldad y la violencia entonces todo está acabado, porque será una repetición de toda la maldad con la que siempre hemos vivido desde hace un millón de años.
3. Ir al favor de la corriente, es no dividirse de la corriente. Vivir sin conflicto. Y si no hay conflicto, el amor está ahí.
4. ¿Quién está mejor o peor? ¿Quién lo dice? Lo dice la experiencia, que es siempre del pasado. Pues, en el ahora no hay pasado ni presente ni futuro. Es decir, no hay ni bueno ni malo. Solamente hay acción total y el orden que genera. Pero ese orden no es de nadie. Solamente es el orden en acción.
5. Los buenos días por la mañana temprano, cuando hay poca gente por la calle, es como tomar algo caliente en invierno o refrescante en verano. Es una señal e información de que todavía podemos comunicarnos sin tener miedo al otro aunque no lo conozcamos, porque vemos en él a un ser humano sagrado como todos.
6. Sí, Ernest, también vivo en un pueblo que está cambiado y cambiando como cambia todo queramos o no. Pero todavía hay algunos que tienen tiempo para mirarte y saludarte. Y tal vez, hablar. Aunque es verdad que la comunicación no verbal funciona, y es más interesante. Porque no hay manera de disfrazar con palabras lo que somos realmente. Las palabras no pueden ir más allá de ellas, no pueden decir lo que está más allá de ellas. Se podría decir que hablar es la incontinencia de la mente, pues todo nace en ella. Y cuando sale fuera mediante las palabras no refleja la verdad. Ya que la verdad, la realidad es tan rápida que ni las palabras ni el pensamiento la pueden seguir. Así que las palabras siempre son de segunda mano, siempre son el pasado, en relación con esa fracción de tiempo que hay entre el pensar y el traducirlo, ponerlo en palabras.
7. Y como nunca podemos saber ciertamente si lo que pensamos es lo real o no, hay que descubrirlo mediante la acción. Ya que a medida que vayamos actuando, acercándonos a eso que creemos que es real, iremos viendo si es falso o no. Pues el pensamiento, la mente, puede ver e inventar cualquier cosa que le convenga o no, poniéndose a su favor -aceptándolo- o no.
8. Creo que si nos viéramos realmente cómo somos, si nos viéramos el alma desnuda, no confiaríamos en nadie.
9. Ese amor tan extraordinario, que nos gusta describir, ¿es real, es un hecho, o es un invento, algo que nos gustaría que fuera real? Sólo hay que descubrirlo cada cual. Y no aceptar porque lo digan los libros, los poetas, los maestros, los que se pretende que son los santos.
10. Por el mero hecho de decir algo, ya nos condiciona de manera que nos obliga a que actuemos de una determinada manera. Ya que somos muy influenciables, manejables, superficiales, poco profundos. A ciertos enfermos que toman medicamentos, algunas veces se les da algunos que no son nada –placebo-, son una sustancia inocua que carece de valor terapéutico directo, pero se administra a los enfermos por su efecto sugestivo benéfico.
Por eso, todo lo que nos digan, sea quien sea, incluido el que escribe, lo hemos de encarar de una manera escéptica, sin aceptarlo. Y así poder descubrir nosotros de primera mano, si es falso o verdadero lo que se dice.
11. Tengamos por seguro que no nos faltará, porque él es nuestro invento. Ya que el pensamiento y el pensador son una misma cosa inseparable.
12. El problema de las investigaciones, de los análisis, es que dependen de quién los haga. Pues según sean sus prejuicios, su condicionamiento, así serán los resultados. Lo bello siempre es bello. Y eso depende de cada cual que pueda ver la belleza o no, que siempre está ahí o no dentro de nosotros.
13. Nos acostumbramos a vivir de una manera que creemos que es la mejor, la única que nos puede hacer plenos y felices, que sin ello estaríamos vacíos, sin encontrar sentido alguno a la vida. Pero por importante que creamos que lo que hacemos y como vivimos es lo mejor, todos dicen lo mismo hagan lo que hagan, ya sea que tengan hijos o no, que vivan en pareja o solteros, que trabajen mucho o poco.
Cada cual está condicionado, cada uno según sus propias peculiaridades. Pero eso no tiene ninguna importancia. Lo importante es cómo lo hacemos, qué hacemos con eso que tenemos entre manos: nuestra vida. Ya que solamente uno es el que la tiene que vivir.
14. Somos perfectos porque somos como somos, estamos vivos, existimos. Solamente nos fala amor para ver la perfección en toda persona, en todo animal, en todo árbol, en todo lo que existe. Todo lo demás, depender de alguien –de los doses-, de las drogas, etc., para poder ver la belleza, es un engaño que nos hace feos.