Torni Segarra

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1. ¿Somos conscientes de que cuándo estamos muy necesitados de alguien, poseídos por ese alguien, decimos y hacemos toda clase de tonterías, mentimos y falseamos la realidad para intentar seguir con eso que nos da seguridad, placer, etc.? Pero como la seguridad respecto de lo que sea, no existe, esos deseos y esfuerzos son vanos, una pérdida de tiempo.

Lo que existe es la absoluta y total inseguridad, que es lo que nos hace libres de lo conocido. Es decir nos hace libres de todo lo que ahora nos ata, nos esclaviza, nos maneja como un robot obediente que está programado para ello.

 

2. Pero si hay amor, si se ama a una persona, ¿se ven los problemas y dificultades? Es porque no amamos en absoluto, que frivolizamos y banalizamos lo que es el amor con todos los reclamos, seducciones, engaños.

 

3. Las rodillas raspadas sanan porque cuando nos las herimos somos niños, sanos, llenos de vida y somos para la vida. Pero a medida que nos hacemos mayores, las heridas puede que no sanen tan rápidamente. Y eso mismo pasa con lo que nos sucede, con los problemas, que a los niños no les molestan ya que pueden olvidarse fácilmente. Pero así y todo, si produce un trauma, un shock, eso ya es otra cosa: puede que se necesite una gran ayuda para que no nos altere ni nos destroce.

 

4. Lo pequeño incluye a lo grande, y al revés, ¿no es cierto, lo podemos ver? Por lo que todo lo que hacemos tiene una resonancia que a todo lo afecta. Y así sucede con lo que pensamos, los detalles, el cuidado y el afecto, con todo lo que hacemos, pues a la hora de desarrollarse puede desencadenar o más de lo mismo, o todo lo contrario.

 

5. Creo, Sonia, que estamos de acuerdo que la agresividad, la violencia, engendran más agresividad y violencia, ¿estamos comunicándonos o meramente hablamos cada uno según sus intereses y prejuicios? Por tanto, la vida para que tenga sentido ha de tener el menor dolor posible. Pero, ¿cómo puede eso ser, si yo mismo soy agresivo y brutal contigo y con los demás? ¿Se puede apagar un incendio si le damos más combustible para que arda aún más todavía?

 

6. Esas peticiones de más vida, de que nos salven de la muerte inminente, para poder seguir viviendo mañana, más días, meses, años, ¿es eso posible? La vida es como es. La vida está sujeta a la materia, que es la física y la química y sus leyes. De manera que si un cuerpo, una persona, tú, yo o quien sea, tiene lo necesario para morir, nadie ni nada nos podrá salvar. La física y la química, de la misma manera que hace lo posible para construir, también lo hace para destruir. O si queremos, para transformar una energía que se extingue en otra energía diferente. Y no hay más. Eso es la realidad de la vida, de nuestras vidas. Todo lo demás, son deseos, miedos y temores.

 

7. Nadie nos puede amar como queremos que nos amen. Porque el otro también quiere todo el amor para él. Los padres que tienen varios hijos, saben que ellos quieren todo el amor para ellos, pero eso no puede ser. Así que según su actitud y maneras, les dan a cada cual el amor –que incluye alimento, ropa, atención a todo lo que le sucede, etc.-.

Pero hay algunos niños que tienen unos padres que no dudan en explotarlos y maltratarlos mentalmente, físicamente, sexualmente. Por lo que, hemos de saber que los padres, y las madres, son personas igual como todas, de manera que pueden hacer las cosas más espeluznantes y atroces con sus hijos para su propio  beneficio, ya sea material, de placer, sexual.

 

8. ¿El amor de pareja, a una sola persona, es el mismo que el amor a todas las personas, a todo lo que existe? Esto en sí lleva la contradicción, ya que si amaramos de verdad a una sola persona, no habría ningún problema en amar a otras.

Por eso, ese pretendido amor que decimos tener a una persona en exclusiva, que nos esclaviza, que nos restringe la libertad, y por ello nos hace celosos, desconfiados de las idas y venidas de esa persona, no es amor en absoluto.

 

9. ¿Por qué no nos damos cuenta que podemos ver que una persona es lo mejor que hay para nosotros, y otros no lo ven de la misma manera? ¿Tan difícil es respetar, comprender las decisiones de los otros, que son sus necesidades para sobrevivir?

Eso mismo es lo que hacemos con las creencias, las religiones, la política, la manera de vivir. Todos creemos que lo nuestro es lo mejor. Pero los otros también dicen y hacen lo mismo. Por lo que colisionamos, nos enfrentamos, nos hacemos daño. ¿Podemos llegar a un pacto, a la empatía, al respeto mutuo? Si no morimos a eso que somos, y que creemos que es lo mejor, a los enfrentamientos, las disputas, las agresiones e imposiciones, todo seguirá igual como siempre: viviendo juntos en la casa, en el trabajo, en las diversiones, pero sin una buena relación que tenga sentido, amor.

 

10. ¿Los recuerdos no son en realidad deseos que quieren manifestarse, volver a ser? Pues los recuerdos son el pasado. Y el pasado está ya muerto, y no cuenta para nada. Pero los recuerdos y sus deseos de volver a ser, se generan en nosotros. Los genera el pensamiento, que es la memoria que grava todo lo que sucede, que tiene archivado todo lo que nos ha sucedidos desde hace un millón de años.  

De manera que hasta que no hayamos comprendido la manera cómo funciona el pensamiento hasta la misma raíz, los recuerdos y sus molestias que nos dividen del presente, nos harán que la vida sea algo feo, pesado, angustioso, con miedo.

 

11. ¿El deseo de no querer cambiar lo que más querremos en la vida, por lo que más queremos en un momento dado, no son el mismo? Todo deseo nos hace esclavos de la cosa deseada. Y por tanto, el deseo nos quita la libertad.

Pero le tenemos miedo a la libertad. Y por eso, nos agarramos a lo conocido aun sabiendo que dejamos de ser libres. Así que, hasta que no comprendamos lo que es la libertad, lo que es la dependencia, nuestras vidas tendrán muy poco sentido y significado, pues seguiremos a la deriva a merced de los infinitos deseos. Y toda esa manera de vivir es la que nos hace creyentes en la política, en el nacionalismo, en la religión, en las modas y tendencias. Por lo que vivimos divididos y en conflicto, que son la causa y el origen de nuestro sufrimiento y dolor.