Torni Segarra

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Gracias a ti Jaume, por soportar las molestias por contestarme.
Siento decirte que soy escéptico, a la hora de ver alguna posibilidad de cambio en una institución tan corrompida como la Iglesia Católica. Pues, toda institución -por el mero hecho de serlo- lleva en su seno el germen de la corrupción.
Al mismo hombre le pasa lo mismo: cuando uno va detrás de algo, por noble y bien visto que sea -piadoso, santo y bueno-, él lleva también en su seno la corrupción. Pues la vida es así, porque tenemos que comer. Y comer -tanto física como psicológicamente- quiere decir a costa de otro. Y como toda institución se desboca, genera confusión y desorden, y toda la maldad y el sufrimiento que provoca.
Así que lo que hace falta es ser libre de toda atadura, en todos los ámbitos. Para poder hacer el menos daño posible.
 
He leído tu entrevista en el diario…, de ayer.
Gracias por las informaciones y comentarios.
Eso que dices que cada vez hay menos ateos y más personas que tienen un afecto con la espiritualidad, es una ilusión. Porque esa espiritualidad de la que hablas se ha hecho folclórica, una moda esnob, para ciertas personas. Antes estas personas esnobs, eran beatas que siempre estaban en misa y decían que creían en dios. Pero eran superficiales, como lo son ahora. Es decir, son hipócritas.
Lo que impera es la vanidad, el hedonismo, la banalidad. Creer que todo está permitido, sin investigar ni inquirir lo que se hace, la manera cómo se vive.
El cristianismo -incluido el cataclismo-, al ser tan superficial, es el ideal para las personas menos informadas y preparadas culturalmente. Por eso, Massimo, tú dices, que en África la Iglesia católica crece.
La Iglesia católica -su Vaticano, las catedrales, las basílicas, las iglesias, ermitas, conventos, monasterios, etc.- se han convertido en un gran parque temático. Que con sus espectáculos, lujos y pompa, hace las delicias de sus fanáticos seguidores. Pero, ahí no hay nada de religiosidad. Ahí sólo hay marketing, caja, negocio.
La religión es no ser corrupto ni inmoral, ser verdadero, no taimado ni falso, decir la verdad. Y así, ver realmente como somos, sin huir ni querer cambiarlo, sino viéndolo con todo nuestro ser, con toda la atención. Y de esa unión con lo que somos desaparece la división, el conflicto, el desorden y todo lo que genera de insensibilidad e indolencia ante las muertes por hambre, ante la indiferencia por las personas que son expulsadas de sus casas por una orden de desahució, la indiferencia con la violencia y las masacres de las guerras.
Sin estar al margen de esa corrupción en todos los ámbitos, la religión se convierte en paganismo siguiendo a unas personas que son adoramos, en idolatría de imágenes de los llamados santos y vírgenes, en superstición, fanatismo e ignorancia. Lo que nos hace aún más peligrosos, porque nos creemos en el buen camino, nos creemos que somos buenos, y nos erigimos en la autoridad para decir a los otros cómo han de vivir, sin respetar la libertad. Y la libertad es amor. La raíz de la religión.
Respecto de que la organización de ayuda Cáritas, da prestigio a la Iglesia, etc., eso es una realidad. Aunque no seamos superficiales y nos creamos que ya están los problemas resueltos. Lo que hacen las organizaciones de ayuda, de caridad, es otra ilusión más. Es como los que van a misa los domingos, o los que van todos los días, o comulgan cada día, todo eso no resuelve el problema de la pobreza ni de las muertes por el hambre. Eso en realidad eso es  acallar la mala conciencia. Porque, ¿qué sentido tiene que uno siempre esté en la iglesia, haga sus preceptos litúrgicos, los ritos, los rezos, pero viva egoístamente, teniendo de sobra de todo, siendo un rico? Pues mientras haya ricos –la Iglesia católica es rica, con sus palacios, su lujo y su pompa, con sus bancos y su abundante dinero-, ha de haber pobres, miserables, hambrientos moribundos que va a morir dentro de unos minutos, en una hora, mañana, cada día.
Esa actitud es como la de los bomberos que incendian el bosque y luego se presentan como los salvadores que van apagar el incendio. Por lo que seguimos en la superficialidad, el ridículo de no solucionar los problemas. Sino jugar con nuestra precariedad, justificándonos nuestras maldades, que actúan no para ayudar a los otros, sino que lo hacemos para que sea  como un balsámico para nuestra conciencia. Pues la mejor caridad, la mejor ayuda, es la que no es precisa hacerla porque uno no tiene nada que dar, todo lo que tiene lo da, lo comparte. De no ser así, todo es un juego infantil, como un entretenimiento.
En Cáritas, con toda la buena intención que tienen, me dice una persona que va a por comida, que todos los días no les dan, que tampoco les dan nunca carne. Entonces, ¿te das cuenta dónde estamos?
 
¿Por qué, Evan, siempre estás hablando del futuro, proyectando lo que va a ser, y te olvidas, desprecias al presente? El presente: las carnicerías de las guerras son ahora en Afganistán, en Palestina, en cualquier lugar de la tierra. El presente, son los que van a morir de hambre dentro de unos minutos, una hora, mañana, cada día. Y tú, el remedio que das es un infantil cuento de que todo va a cambiar en el futuro y mientras tanto vivamos alegres y felices, derrochando de todo lo que tenemos de sobra, con nuestras vidas de vanidad, de indolencia e insensibilidad,
Ese es el reto, nuestro reto,  y no lo que dijo tal profeta, evangelista, tal único salvador.
 
La religión es el intento de liberarnos de las miserias de la vida -no es los rezos, los ritos, las supersticiones, la liturgia, la pompa, el lujo, la riqueza, el poder, etc.-. Por tanto, para ello, uno tiene que estar libre de identificación con una idea o teoría, ya sea política, social, religiosa, etc. Por tanto, toda identificación, el estar aferrado, identificado con libros y personas de una organización es lo más lejos que se puede estar de la religión.
La religión es la libertad con respecto a todo lo que existe: mi nombre y apellidos, mi cultura religiosa o política, mi raza, mi familia, mi clan, mis ideas y teorías para el futuro, etc. ¿Sabes por qué? Porque sin un vaciamiento de todo esto, el amor no puede ser. Y la religión sólo es amor. No charlatanerías, con su blablablá, sin fin.
 
Simona, tu confianza y tu amistad es lo que le da belleza a la vida.
 
Pero, tan fácil como es ver que de una diminuta semilla sale un pequeño tallo que va a evolucionar en un grandioso árbol. O que un poco de esperma y óvulos, que son líquidos, va a evolucionar en un completo ser humano. Entonces, ese paradigma tan exacto de la evolución, ¿por qué se quiere negar? Los que niegan la verdad, tienen que investigarlo. Pues, la religión busca la verdad, no la mentira, los inventos, las supersticiones, lo esotérico y sus infinitas invenciones imposibles de vivir con ellas.
 
Gracias por su trabajo por la libertad y la dignidad, para que la vida y sus problemas, no nos destruyan.