Torni Segarra

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Luz. ¿Amar es opcional, una elección? Si así fuera, no sería amor. Porque el deseo es la esencia del egoísmo. Y en el egoísmo, que es miedo, no puede haber amor.
 
Ana María. ¿Podemos hacer algo con el destino que nos toca vivir? Uno nace en un país pobre y subdesarrollado, otro en un país rico y avanzado, uno tiene la piel negra, otra la tiene cobriza o blanca, una es mujer y otro es hombre. Ese destino, que es nuestra vida, que nos viene dado, ¿se puede cambiar? Es muy importante comprenderlo, porque si no seguiremos destrozándonos unos a otros. Pues el querer cambiar algo que no es posible, nos divide de la realidad, de lo que realmente es, y nos pone en conflicto. Y lo mismo sucede en la relación con las personas, ¿se puede cambiar a alguien, ya sea que él quiera o no?
 
Lo real y verdadero, lo que verdaderamente nos pasa y sucede, ¿se puede explicar e informar mediante palabras? Las palabras no tienen la capacidad de transmitir la verdad., la realidad de los hechos.
 
¿Podemos ser todo lo que queremos y deseamos? Eso no es posible, a menos que conformamos y aceptemos la realidad, a nuestros deseos. Uno puede decir, quiero ir a un lugar –que es un deseo-, pero al no poder ir de ninguna de las maneras, decir –que es un deseo- no quiero ir a ese lugar.
 
¿Podemos mantener todo el tiempo algo que deseamos, ya sea ser graciosos provocando la risa a los demás? Si forzamos lo que hacemos, si hay esfuerzo, ¿puede haber amor, o será un negocio para conseguir algo que queremos, sin importarnos las personas y sus necesidades?
 
¿Todo lo que queremos es ello posible de obtener? Hemos de ser humildes y sencillos, ser conscientes de nuestras limitaciones como criaturas imperfectas. De lo contrario viene la amargura, las neurosis, haciendo toda clase de tonterías y barbaridades.
 
Mildred. ¿Quién tiene verdadero amor: el que ama a una sola persona o el que ama a todas?
 
Alicia. Pedir disculpas, pedir perdón, tiene su momento y lugar, pero lo realmente verdadero y significativo es comprender que eso que hemos hecho es negativo, dañino, para los demás. Y si es dañino para los demás, también lo es para nosotros.
 
Liliam. La comunicación no verbal es más interesante porque no están las palabras que son una traducción de lo que ya ha sido dentro de nosotros, en el pensamiento. Aunque la verdadera comunicación, es aquella que se realiza sin división alguna, donde las palabras, lo que se dice, es lo mismo que la realidad, lo verdadero, donde la mente, el pensamiento, el cuerpo, todo funciona como una unidad, es una unidad.
 
Mayra. Si dependemos de los otros, si estamos obsesionados por algunas personas, entonces ya estamos acabados. Porque, no tendremos libertad. Y al no tener libertad, viviremos amargados. Y esa amargura, se la daremos a esos que decimos que amamos.
 
Martita. Si nos amamos de verdad, es cuando podemos amar a los otros. Porque el otro y nosotros somos lo mismo: sufrimos por lo mismo, disfrutamos de lo mismo. Todos necesitamos que nos respeten, todos necesitamos comer, ropa y tener un lugar para dormir.
 
Ese silencio que se manifiesta al hablar, es también lo que se dice un estado de trance, donde todo ocurre sin división ni juicio de valor de lo que se dice y sucede. Sólo es el fluir de lo que es, de la realidad tal cual es.
 
¿Torturar y asesinar violentamente por placer y diversión, a un toro, haciendo de ello una fiesta, es propio de personas realmente civilizadas? Tolerarlo, aceptarlo, y subvencionarlo, ¿es propio de un gobierno civilizado? ¿No es eso falta de sensibilidad, propio de personas subdesarrolladas mentalmente?
¿Cómo van a poder, con esa ausencia de sensibilidad, solucionar los problemas que nos apremian, ya sean de justicia, de corrupción, de libertad y de respeto?
 
¿Si nos conociéramos verdaderamente, seríamos capaces de prometer algo a alguien? Miremos como funcionamos realmente, cómo es el funcionamiento del pensamiento, de la mente, y tal vez seremos capaces de ver lo que uno puede ser capaz de hacer o no. Y como no lo sabemos –no lo podemos saber, porque eso es del futuro-, es una vanidad e imprudencia, el prometer algo, ya sea fidelidad, honestidad, gratitud, renunciar siempre por el otro.
 
Lali. ¿Por qué dudamos de nuestro valor como personas, como seres humanos que somos? Todo por el mero hecho de existir es valioso y tiene una función que está unida a todo. Con las  personas sucede lo mismo: cada una tiene su valor y está unida a todas las demás y a todo lo que existe.
 
Las palabras, lo que se dice y se narra, no es lo real, no son los hechos. Y es preciso atenerse a los hechos, que son la realidad nos guste o no.
 
Laura. ¿Qué es el triunfar, el conseguir el plan que teníamos previsto alcanzar, la meta? ¿Saben todo el dolor y la crueldad que el triunfar conlleva consigo, ya sea el que triunfa en el deporte al conseguir una medalla, una victoria; el que triunfa trabajando sin parar para hacerse rico, o para ser una persona convencional, obediente y sumisa, que consigue su plan previsto?
El triunfar, significa el amoldarse, el encajar  en una dinámica que ya hemos predeterminado. Por tanto, el triunfar siempre es del pasado, es repetitivo, es lo viejo, que nos hace feos y desgraciados. Cuando la vida es el presente, el ahorra, que está vivo, incontrolable, porque no sabemos lo que es. Pero, a esa intensidad no nos gusta vivir, queremos la seguridad de la vulgaridad y la repetición, del pasado.
 
Carolina. Tener la mente ocupada por alguien o por algo, eso es normal. El peligro viene cuando dependemos de esa persona, que tenemos en la mente, y todo lo que hacemos está en función de ella. Ahora bien, si elegimos vivir de esa manera por propia voluntad, eso ya es otra cosa, pues ya sabemos que lo que nos llegue va a ser consecuencia de nuestra decisión. Pues no habrá sorpresas. Las sorpresas, lo nuevo, vienen de lo desconocido, de la libertad.