1. He leído tu entrevista en el diario…, de hoy. Gracias por tus informaciones y comentarios.
Últimamente he leído entrevistas de muchos actores, pues en los diarios los sacan ahora asiduamente. Actores como tú que reciben un premio, están nominados, o son ya muy populares. Pero, tú Joaquin, ha sido el único que realmente ha hablado de una manera no superficial ni banal, ha hablado de cosas interesantes.
Aunque quiero decirte, que la fe no es realmente algo religioso ni espiritual, es una creencia. Y una creencia puede que sea una invención, una alucinación o delirio. Lo realmente religioso es conocerse a uno mismo. Ver de qué manera funciona el pensamiento, la manera cómo opera. Porque si nos conocemos de verdad, es entonces cuando conocemos al resto de la humanidad. Y cuando uno se conoce y conoce a todos los demás, no necesita ni fe ni creencia alguna. Porque eso, es un hecho.
La fe y las creencias, nos dividen de los demás. Pero los hechos cuando los encaramos, sin huir de ellos, sin querer cambiarlos, es cuando la inteligencia está operando. Y esa inteligencia es amor.
2. Uno tiene que vaciarse a cada instante de todo lo que le llega, lee o le dicen.
3. Primero que nada, ¿quién es Krishna? Y segundo, ¿cómo se sabe el nivel de conciencia que alcanzó Krishna?
Creo que no estamos hablando de hechos, sino de no hechos. Por lo que parece un juego de niños, un entretenimiento, una huida de la realidad, que es que no sabemos nada.
4. Para Steven Mithen, paleontropólogo. He leído con interés y atención tu entrevista en el diario…, de hoy. Gracias por tus informaciones y comentarios tan interesantes, sugerentes.
El ser humano el primer motivo que tuvo para hablar, tuvo que ser el miedo. Al ver el peligro de un animal, de un barranco, un hoyo profundo, de un río con su hondura, etc., debería tener una palabra adecuada y específica para dar un aviso para los demás del peligro que había.
Tú, Steven, dices que lo primero fue el canto y el baile, la música. Y te refieres a lo que unen los cantos en los estadios, los himnos nacionales, que representan la fraternidad, la patria, la tribu, la etnia. Pero, esa identificación es el fruto del miedo al otro, a los demás, a los diferentes. ¿Qué es el nacionalismo, con su fronteras, con sus impedimentos para el que quiere entrar, instalarse, relacionarse, sino miedo y temor? Miedo y temor a no ser nada ni nadie, a estar solo. Miedo a perder lo que considero mío: mi mujer o mi hombre, mis hijos, mi casa, mi lugar de caza, donde encuentro los alimentos. Y ese miedo y temor, hace que me identifique en la familia, en un clan, en algo más grande como un país, una religión, un partido político.
Y por no sentir ese miedo -que es dolor-, es por lo que hemos inventado toda esta sociedad con sus máquinas, su desarrollo en la química, en cirugía, etc. Pero, el precio de toda esa huida de la realidad, de que no soy nadie ni nada ante la inmensidad de la vida, de la muerte, del mundo que me rodea, ha sido la división, el enfrentamiento, el conflicto. Y aquí estamos. Por eso, el reto es inmenso: poder vivir solo, sin identificarse con nadie ni con nada. No aislado, que ya está dentro del ámbito de la morbosidad, de la neurosis.
En cuanto a las palabras, para poder comunicarse uno tiene que saber que ese sonido -la palabra que se emite- representa una imagen que ya conocemos. Y los que sabemos leer y escribir, lo tenemos más complicado, pues hemos de ver las palabras con sus letras, para poder darnos cuenta realmente lo que se dice. Cuando decimos u oímos hombre al mismo tiempo hemos de ver cada silaba para saber que se quiere decir y significa hombre, como si estuviéramos leyendo cada palabra que decimos u oímos.
Por eso, el que no sabe un idioma, que desconoce, cuando oye las palabras que son sonidos no sabe representarlas en la mente. Por lo que no puede entender lo que se está diciendo.
5. La conciencia de Krishna no es un paradigma, es una suposición. Porque ni tan siquiera podemos saber ciertamente se existió, como pasa con Jesús, Buda, etc. Por tanto hay que ser muy prudente y cuidadoso, cuando nombramos a personajes históricos. Y así podemos atenernos a los hechos. Y el único hecho verdadero, es lo que sientes tú, lo que vives tú, pues eso es real, de primera mano. Y todo lo demás, son palabras, nada más que palabras para embaucarnos, condicionarnos, dominarnos.
6. Pero si cambias las palabras memoria por la percepción a secas, ya no hay memoria que diga que no hay división entre el que sale en el espejo y el que está ante él mirando. Hay una percepción que solo es percepción, donde no hay nadie, solo mirar, ver, observar, como un niño de cinco años mira lo que está pasando, pero no hace ni puede hacer nada. Porque él es vacuo, vive en la vacuidad.
7. Da igual que esté ante el espejo o ante una persona que pasa por la calle vendiendo y voceando lo que vende, la observación de un niño cualquiera ante un evento no tiene más transcendencia que ver y mirar. Y por eso, Alec, los niños se meten en todos los peligrosos. El ‘yo’ ante un evento que llama la atención lo absorbe de manera que no hay división alguna. Por supuesto que un niño tiene un ‘yo’, como lo tiene un animal, pero es muy poco desarrollado y manifiesto.
8. Lo ‘sucio’ es relativo: uno puede comer sin lavarse en una semana las manos y no pasa nada, pero hay otros que antes de comer se tienen que lavar las manos sino, no comen a gusto. Por tanto, todo está en lo a gusto que uno esté. Si una persona no se acopla completamente con otra, todo lo que haga –incluso el sexo- tendrá algo que lo divida. Pero si está a gusto, todo irá bien.
9. Si hay esfuerzo, hay fricción, hay dualidad, y el cambio que produzca será una continuidad de lo que uno quiere cambiar. Porque el cambio es comprensión de la realidad, de lo que soy, de lo que hago, de cómo vivo, comprensión de la realidad de la vida. Y si hay comprensión, no hay esfuerzo, sino la celebración de la vida.
10. ¿Podemos obligar a alguien a que cambie su manera de vivir, la manera como viste y actúa? El cambio para que sea verdadero, implica libertad total. ¿Puedo obligarte a ti a que hagas lo que no quieres? ¿Cuál será el resultado de forzarte, de dirigirte por donde tú no quieres ir? El resultado sería el conflicto, el desorden, la dictadura, la brutalidad, la crueldad, la violencia y la guerra. Y eso no es el cambio en absoluto, eso es la repetición del viejo del viejo paradigma con el que vivimos desde hace un millón de años.
11. Beatriz. El cambio para que sea verdadero –no un cambio superficial-, uno tiene que descartar todo lo conocido, para que llegue lo desconocido. Porque lo desconocido no ha sido manoseado por la astuta mente, que se está aferrada a lo conocido. Por eso sin una liberación del pasado, de todo el condicionamiento, no puede haber cambio alguno,
Vivir en lo desconocido, es no tener una mente burguesa, que todo lo quiere controlar, dominar. Pues esta actividad es la actividad del ‘yo’, que dice este es mi país, mi raza, mi idea ya sea política o religiosa. Y todo eso nos divide y enfrenta con los otros que también dicen y hacen lo mismo. Por lo que el cambio es una continuidad, un cambio así sólo es un arañar en la superficie de los problemas, es un cambio de personas, de caras, pero los hechos que generan los conflictos, la violencia y la guerra, siguen estando ahí.