Torni Segarra

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1. Hablar de dios no es posible porque es pretender hablar de algo que no se conoce. Por eso, los que creen en dios, tienen fe en esa creencia. Y los que no creen no tienen la fe para sostener esa creencia. La pregunta es: ¿Por qué queremos o no queremos saber si existe o no existe dios? Esa misma palabra está tan maltratada o ensalzada que ya nos condiciona el mismo hecho de nombrarla. Por eso, no es a dios a quien buscamos o negamos, sino a los que son creyentes o a los que son ateos. Porque las creencias y las ideas en sí sin los hombres, que las tienen y propagan, no podrían ser. O sea, que el problema de si existe o no existe dios, es propia de una persona que tiene un problema de relación, ya sea con los creyentes o no creyentes en dios.
 
2. La educación que proporcionan los estados, está basada en la división que generan los nacionalismos dominantes, sus leyes y sus fronteras divisivas. Por lo que toda la educación está encaminada a divulgar de manera que nos hagamos responsables de eso que creemos que es nuestro. Por lo que el conflicto, la violencia y la guerra, está todo servido. Y por eso, es que en los cuarteles se prepara a los jóvenes para hacer la guerra.
Por tanto el estado, él mismo genera eso que dice que pretende evitar: la violencia. Por lo que estamos abocados a vivir en un estado permanente de guerra. Cuando la educación es para generar una manera de vivir sin divisiones, sin conflictos, sin contiendas, para que la violencia y la guerra no puedan ser.
 
3. Para que llegue el orden uno no tiene que huir de lo desagradable. Tiene que conocer eso que es, ya sea la monotonía, la estupidez, la fealdad. Pues si uno no está muy cerca de algo, ¿cómo lo vamos a conocer y comprender? Y sólo comprendiendo algo es como sabré vérmelas con eso que es.
 
4. Todo es muy bonito, el amor existe. Pero, ahora lo tenemos que vivir y demostrar. Porque si no, todo es retórica, palabras y más palabras. Lo que quiere decir que no entendemos nada, somos como los papagayos.
 
5. Por la presente, les quiero informar que no me envíen más información. Pues no la necesito, porque no trabajo a ese nivel de ustedes. Gracias.
 
6. La sociedad, nosotros mismos vivimos alucinados, en un delirio, sin saber bien qué es lo que estamos haciendo. Es una rareza que alguien no tenga que pasar por la estupidez de la vanidad, del deseo de más y más placer. Y eso lo hace todo más difícil salir de esa manera tonta y estúpida de vivir.
Depende de la claridad en el ver lo que es, la realidad, para poder salir de esa manera de vivir de insensibilidad e indolencia, que no nos deja ver qué es lo que estamos haciendo con la vida. La vida no son solo las tiendas repletas de objetos y abundante comida, ni los viajes alrededor por todo el mundo, ni los lujos ni los caprichos, la vida también es ver lo que generamos con esa manera de vivir: la absoluta miseria y el hambre de una parte de la humanidad, que vive esclavizada por la falta de educación, de información e instrucción para que pueda dirigirse ella misma en la vida.
Pero parece ser, que eso no conviene, porque eso nos dejaría en el lugar real donde estamos: en la tiranía de unos contra otros, de los más poderosos y desarrollados contra los que no lo son. Y lo primero que evitan y esconden los poderosos, es la verdad de lo que es, lo que sucede realmente. Porque sus vidas están completamente dominadas por las mentiras, la corrupción y la inmoralidad. Y es tanto lo que tienen que perder, que son capaces de todo para no cambiar ni asumir su vida negativa. En realidad son como los adictos a las drogas, viven dominados por la vanidad y el placer que proporcionan el dinero y el poder.
 
7. Y la creatividad trae lo nuevo. Y lo nuevo, es el elixir del momento presente, donde todo puede suceder: lo que está más allá de los deseos, de la astuta mente. Lo que no se puede explicar ni vislumbrar ni imaginar. Porque es lo nuevo. 
Nosotros queremos eso nuevo. Y al quererlo no llega. Porque eso nuevo se convierte en una cosa vieja. Mira, ama al presente. Pues en ese amor está lo nuevo.
 
8. Alec, no estoy hablando de mí. Lo hago en general de las personas. Pues, es una ilusión creer que uno es alguien diferente de los demás. Ya que todos nacemos con los mismos atributos. Lo que sucede es que por diversas razones ambientales, culturales, familiares, hay unos que tienen la percepción más desarrollada, sus mentes están más despiertas. Pero todos sentimos lo mismo. Pues, todos participamos de la mente global.
 
9. Es decir, somos como los ordenadores que todos tienen las mismas aplicaciones, que según quienes los manejen y dirijan, van a responder. Por eso, cada uno tiene una tendencia a algo específico: político, espiritual, manualidades, viajero o sedentario, más rebelde y agresivo, etc. Pero, nadie se escapa de ese condicionamiento, programación. Aunque, uno puede ir más allá de todo esa programación, cuando ve lo negativa que es, la ve como un veneno, como un peligro inminente que tiene que eludir. Y entonces, esa visión de todo el daño que hace ese condicionamiento -que se manifiesta en los nacionalismos, las religiones organizadas, los diferentes grupos políticos, las ideas y teorías-, hace que vayamos más allá de él. Y eso es la libertad de lo viejo y conocido, que se repite una y otra vez desde hace miles y miles de años, el orden y el amor.
 
10. Sí, Vicky, es el mismo proceso que el de la flor. Pero, nosotros no somos flores -que no pueden hacer nada para alterar su destino-. Nosotros sí que podemos hacer que sea mejor o peor. Es nuestra suerte o desgracia.
Un árbol, una flor, son completamente libres: pues no tienen que elegir ni optar. Solamente aguantan lo que les viene: frío, nieve, lluvia, calor, la noche o el día. Y así ellos no tienen ninguna responsabilidad, ningún residuo mental que les perturbe. 
Nosotros los seres humanos, al poder optar podemos ser libres o podemos complicarlo todo más. No como los animales y las plantas, que no pueden optar, son unidireccionales.
 
11. Pero siempre habrá una causa cultural, ambiental, familiar, etc., que nos condiciona para ser lo que somos. De ahí, de ese condicionamiento, nadie se escapa.