Torni Segarra

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La percepción de la presencia de gran espacio no es lo que crece y se profundiza. Porque la presencia del gran espacio es o no es. Al igual que el amor: es ahora o cuando sea, o no es.
 
Eso es lo mismo que cuando tú le dices a tu hijo pequeño, o a una persona mayor, algo que no se puede explicar con palabras. Y ellos, lo ven o no. Y eso mismo pasa cuando alguien quiere que le expliquen lo que es el infinito, el amor, etc.
 
Nuestra opinión no necesita de los hechos o no. Los que necesitan los hechos son los que no ven que todos somos básicamente iguales en lo psicológico, no ven que el observador es lo observado.
Por eso la pregunta es: ¿Puede transmitirse la sensibilidad para no hacer daño a un animal, por ejemplo la tortura y muerte de los toros por diversión en España y Sur América?
 
En el ámbito psicológico no hay un crecimiento o floración. Todo ha de ser ahora. Cuando sea siempre será ahora. Abruptamente, como un rayo o un trueno. Como mirar sin ningún motivo y ver la belleza allí en ese rostro, en ese sonido, en ese cielo oscuro o azul. Es lo nuevo, la belleza manifestándose en todo.
 
 El dolor y la vida son lo mismo. Pues sin dolor la vida no podría ser como la conocemos. El dolor es el director, el que nos frena y no empuja a actuar.
 
Ella –la luna- no sabe nada ni puede saberlo. Ere tú la que alucinando dices que la luna sabe cómo te sientes cada noche. Ese es el problema de no atenerse a la realidad: que inventamos algo que nos gusta, nos agrada y satisface. Pero el precio está en la esquina para cobrarse el atrevimiento.
 
Si seguimos sembrando la vida de sueños, ¿puede llegar la felicidad? Los sueños son para el futuro, son de él. Pero por ser del futuro desatendemos el presente. Y sin atender al presente, al ahora, todas las miserias e ilusiones llegan a nosotros.
 
Si ser mujer es un placer, entonces las mujeres están condenadas a sufrir, a vivir miserablemente. Pues el placer lleva al dolor. No el placer en sí, sino su persecución y el deseo de más y más que nos pierde.
                                                                               
El caos impone orden, que va a traer otro caos. Y ese caos vuelve a generar otro orden, en una dinámica que no tiene ni principio ni fin.
 
Eso puede que sea una mentira y falsedad, pues cuando alguien está borracho dice y hace toda clase de tonterías. Que a la mañana siguiente, cuando le ha pasado su borrachera, puede que no se acuerda de nada. Y si se acuerda, puede pensar que todo lo que dijo eran estupideces y mentiras, fruto de esa borrachera.
 
¿Para qué queremos ser de otro, si eso nos esclaviza miserablemente? ¿No hablamos de la liberación de la mujer, de la igualdad de sexos, de igualdad de género? Ser de otro, es volver a la animalidad, a la servidumbre, al sadismos y los malos tratos, a las torturas. ¿Es eso lo que quieren? Esa es su opción, su libertad para hacer y actuar, para dirigir sus vidas.
 
El problema de la filosofía –que abarca a toda la vida-, es que no podemos ir ni al principio ni al final. No podemos describir ni comprender el infinito. Pues nuestras mentes y capacidades no son adecuadas para resolver los misterios. Y decir todo esto, investigarlo, verlo y comprenderlo, también forma parte de la filosofía.
 
Creerse que alguien es especial, único, inigualable, es la mayor de las estupideces, una vulgaridad. Pues, todos piensan lo mismo.
 
A veces no, dejar todo atrás es preciso hacerlo a todas horas, a cada instante que vivimos y que ya ha pasado. Ya que todo lo pasado se convierte en un obstáculo e impedimento para que la vida fluya en su totalidad, en armonía, para que florezca la belleza.
 
La esperanza, el deseo, los sueños, ¿son una realidad o un juego, una ilusión de la mente? ¿Cómo podemos creer en esperanzas y sueños, si después de un millón de años seguimos igual que siempre: egoístas, persiguiendo el placer,  indiferentes al dolor der los demás, siendo crueles y brutales, violentos, haciendo la guerra?
 
¿El esfuerzo por quitarnos los celos, nos va a liberar de ellos? ¿Dónde hay inteligencia puede haber esfuerzo alguno? ¿O la inteligencia no necesita ningún esfuerzo para comprender lo que sea que nos sucede? El esfuerzo genera  contradicción y  conflicto, que es lo que son los celos. Por lo que de esa manera estamos girando en el círculo de los celos, las respuestas y lo que los generan.
El esfuerzo por dejar de ser celosos incluye la comparación, la imitación, el contraste, el ajustarse a un patrón establecido, al que queremos adoptar para nosotros. Pero como eso no es posible, porque cada cual tiene unas características físicas, culturales, económicas, etc., es cuando nos provocamos el conflicto, la división con la realidad de lo que soy.
 
Una mujer inteligente, puede hacer cualquier cosa que haga un hombre a la hora de dirigir un trabajo, una empresa, un ayuntamiento, un instituto o universidad, un gobierno, cualquier cosa que no sea física.
 
La realidad es lo que es, Y no lo que me gustaría que fuera. El mundo ha sido masacrado por ese deseo de inventar otra realidad, diferente de lo que es, para un beneficio egoísta. Todas las guerras tienen su origen en no comprender la realidad e inventar otra para sacar un beneficio a costa de los demás.