1. El problema es que no hay un lugar a dónde ir, ya que todos los lugares van a resultar lo mismo que tenemos ahora: dificultades, problemas, complicaciones, con su dolor. Porque todos esos problemas y dificultades las llevamos todos nosotros dentro, por lo que no se trata de ir de aquí para allá creyendo que vamos a encontrar el paraíso, lo perfecto. Eso no quiere decir que hemos de estar como paralizados, sino que viendo la realidad de lo que es, uno responde a los deseos de una manera diferente. Es como si de pronto uno descubre que todo es infinito, y que por mucho que trabaje, nunca lo va a terminar, ya que siempre habrá trabajo para hacer. Entonces, uno afronta los retos de una manera cuerda, con orden, sin confusión.
2. Enghelbert. Hay un librito que se llama: ‘Los Yoga Sutra’, de Patanjali, que es un sabio hindú. Es solamente filosofía, con su sabiduría que habla de la realidad, de la ilusión, etc. Seguramente estará colgado en cualquier sitio de la web, tal vez en Wikkipedia también haya información que se me escapa a mí y te puede informar, ayudar a encontrar lo que necesitas.
3. Para James Kenneth Galbraith, profesor en la Lyndon B. Johnson, Escuela Pública de Negocios. Texas. He leído tu escrito, ‘Kennedy, después 50 años’, en el diario…, de ayer. Gracias. Queda claro que no quieres decir quiénes fueron los promotores e instigadores directos para ejecutar el asesinato de JF Kennedy. Y creo que eso es lo mejor para todos. Porque en cualquier suceso para llevarlo a cabo, participan toda clase de circunstancias, de personajes directos e indirectos, que van a conformar ese fin que aunque no lo digan abiertamente, sí que lo quieren y desean. Eso a nivel doméstico no hace mucho ruido, pero cuando se trata de un suceso a nivel político, a nivel de los que dirigen de una manera o de otra un país, todo parece muy dramático por las consecuencias que ese desenlace fatal puede desencadenar. A la hora de declarar o participar en una guerra, sucede lo mismo: hay unos que la quieren y la desean, aunque pueden no decirlo abiertamente, pero conspiran y hacen todo lo que pueden para que se desencadene. Por eso, al muerto tierra con él, porque ya no hay vuelta atrás. Y en realidad, ¿qué importa quiénes fueron si las personas cercanas a la víctima, y los detentan algún poder, ya lo saben?
4, En el momento en que Huimos de lo que somos, es cuando empiezan nuestros problemas. Pero, el deseo está ahí, es una realdad incuestionable. Por eso, al no poder deshacernos del deseo, hemos de comprenderlo desde la misma raíz. Y si hay comprensión el deseo será la manifestación del orden.
5. El único enigma que hay es la vida y todo lo que participa de ella, es ¿cómo se generó, cuándo? ¿Y por qué funciona como lo hace y no de otra manera donde no hubiera muerte ni dolor? ¿Por qué es que siendo tan iguales nos dividimos? ¿Por qué hay unos que la comprenden y otros viven casi como los animales: comen, duermen, se reproducen, compiten entre ellos para todo? Y por supuesto está el enigma y el misterio de la mente, de la percepción, de la conciencia. Y cómo eso desaparece en un instante y vuelve a aparecer en cada nuevo ser viviente.
6. El sufrimiento es siempre lo mismo: dolor. Pero cuando vivimos con él, si nos movemos con ese dolor que siempre está con nosotros, entonces sabemos cómo vérnoslas con él. Porque ese dolor es mío, es parte de mí y sé cómo funciona, ya que él me cuenta su misterio, su secreto.
7. Todas las personas estamos compuestas, montadas, condicionadas de la misma manera, y por eso participamos de todo lo que participan los demás. Así que si queremos saber cómo funcionan y cómo van a responder a cualquier reto, nada más hay que comprender cómo funciona nuestro pensamiento-mente. Por eso, cuando uno se conoce, conoce a todos los demás, a toda la humanidad.
8. La vida es nacer, crecer, llegar al esplendor, decaer y envejecer, y morir. Hagamos lo que hagamos, seamos lo que seamos, de ahí no podemos salir. Lo que marca la diferencia, tal vez, está en cómo lo hacemos.
9. No es convincente. Vendría a ser como a un hombre muy macho vestido de mujer.
10. Todo lo que hagamos, cómo vivamos, teniendo de todo, nada vale si no tenemos una buenas relaciones con las personas con loa que convivimos.
11. Respecto del acuerdo que han alcanzado las potencias mundiales, para congelar el programa nuclear de Irán, creo que ahora por coherencia, por honestidad, y verdadera democracia, todos los países que tienen armas nucleares también deberían deshacerse de todas ellas. Porque si no, todo eso es una arbitrariedad de: ‘Yo sí que puedo tener armamento nuclear, pero tú no puedes y no te dejaré.’ Es decir, el conflicto seguirá subterráneo, escondido, lo que quiere decir que en cualquier momento se puede manifestar con toda se magnitud.
12. La libertad quiere decir que tú puedes hacer lo que creas que debes hacer, pero yo también tengo la misma posibilidad de hacer lo mismo. Los que no quieren que hagan lo que ellos hacen, son hipócritas dictadores, aunque están revestidos de demócratas, amantes de la libertad. Por eso, la libertad es tan peligrosa ya que nos iguala a todos. Ahora bien, libertad no quiere decir que estamos a salvo de las posibles consecuencias de actuar con libertad. Sino que la libertad es el orden, que nos enseña todo el valor que tiene cada paso que damos, todo lo que decimos y hacemos a los otros para despreciarlos, odiarlos, infravalorarlos, destruirlos. Es decir, cada acción va a generar una reacción, una respuesta. 13. Eso es el problema de las creencias, que aun creyendo que no tienen ningún valor real, nos hacemos adictos a ellas. De manera, que si no hacemos eso que hemos estado haciendo -creer en una cosa irreal, en algo falso-, no sabemos vivir sin eso que hemos repetido millones de veces. Es lo mismo que les sucede a los que se hacen ricos, trabajando como máquinas, que ya no necesitan más dinero, pero ellos son adictos a la acción del trabajo y lo que les genera. Por eso, el problema está en ver realmente lo que hacemos, ver el juego de la astuta mente que quiere sentirse segura en el mismo surco de siempre, que le lleva al engaño, a la amargura. Es un misterio que no lo veamos, de manera que en ese ver esté la misma acción de acabar con ello definitivamente, como acabamos con un veneno que nos puede matar.