1. Esa es una solución, pero que depende de la manera cómo vivamos. Pues si vivimos en desorden, generando la anarquía de hacer lo que nos plazca, ya sea no pagando las tasas municipales, aparcar indebidamente el coche, ser indiferente al dolor que nos generamos unos a otros, no llegar a las citas programadas, etc., por mucho que nos repitamos que todo es una mentira, una imaginación, una ilusión, las personas nos despreciarán, irán a por nosotros ya que con esas actitudes negativas de hacer lo que nos dé la gana, las estamos perjudicando.
Pero si vemos la manera cómo actuamos, y la repercusión que tiene en nuestra vida y en las de los demás, entonces la vida tiene otro sentido que sí que tiene un significado verdadero. Que es vivir sin miedo ni temor, ni recelo, con los otros, ya sea el compañero de trabajo, el vecino, las personas con quien convivimos.
2. Es favorable interesarse por la vida. Pero por toda la vida, no solamente la vida que a uno le interesa. Cada día mueren millones de personas por la injusticia, por la miseria, mueren de hambre, por violencia y las guerras. Y, ¿por qué no hacemos nada para evitarlo, por qué cerramos los ojos o las justificamos como algo ineludible? Y sin embargo damos tanta importancia a los abortos, cuando son precisos para que haya orden en la vida de las personas.
Por eso todo es político, para proseguir en el poder, ya que así les votarán, los que son indiferentes al dolor y al sufrimiento, defensores de las guerras, de las injusticias, de la explotación humana, de la violencia institucionalizada.
3. Y si te dejan dormir, leer, hablar, comer. Porque, Alec, los amigos y conocidos, etc., en el astral se pueden desmadrar y ahí no hay ni puertas ni cerraduras, ni nadie que los controle ni pare.
4. No hay medium. Sólo constato la realidad: tal cual es en esta parte de la vida, va a ser en la otra. Porque todo es una creación mental que no nos aclara nada. Ya que todo se puede negar como afirmar infinitamente. Por lo que todo se convierte en una especulación.
5. Tanto antes el mundo, cuando nos parecía normal y queríamos hacerlo raro, como ahora que nos parece extraño y queremos hacerlo doméstico-familiar, sigue siendo normal. Somos nosotros los que hacemos el mundo como decimos que es.
6. Cuando antes he dicho la otra parte, me refiero a todo lo psíquico. No a la muerte.
7. Mientras exista el miedo a perder lo que tenemos, lo que somos, siempre habrá lucha, enfrentamientos, disputas. Desprenderse de todo es el fin de la ignorancia, de la ilusión de creerse el dueño de la ley por la que tienen que vivir los demás, desprenderse de todo el poder que tenemos para usarlo contra los demás.
8. La felicidad de los niños es su necesidad. Y esa necesidad hace que desaparezca su orgullo y egoísmo momentáneo para ser aceptado por los demás niños que también hacen lo mismo. Y eso mismo también hacemos los mayores: morir a nosotros, a nuestro egoísmo, si es que queremos vivir y no quedar relegados, apartados, convirtiéndonos en neuróticos amargados.
9. Todo en la vida es una repetición del viejo paradigma de supervivencia. Por lo que eso determina nuestra manera de vivir. Para sobrevivir unos han de morir otros, empezando por los animales que nos comemos. Luego hemos de explotar a los demás para poder llevar la vida que llevamos.
Y a su vez, cada cual es también una víctima de esa manera de vivir. ¿Qué podemos hacer: desconfiar, ser vulnerables? Eso cada cual es el que lo tiene que descubrir. Porque el hecho que aceptemos lo que otros digan al respecto, hace que ese mismo paradigma continúe, prosiga.
10. La mentira es una opción al responder u ocultar algo. Pero, ¿cuándo uno miente ante una respuesta mecánicamente, sin que intervenga la voluntad de hacerlo es eso mentir?
Mentir es una costumbre, que se convierte en necesidad, para sacar, conseguir una ganancia, unos beneficios. Es lo más mundano y universal, ya que todos tenemos miedo de vernos tal cual somos y que nos vean los demás, de vernos en la sencillez y la naturalidad de lo que realmente somos: necesitados de los demás, pedigüeños, ladrones aprovechados. Y esa es la realidad de nuestras vidas, ya sea que lo aceptemos o no. ¿Podemos cambiar toda esta manera de vivir? Eso cada uno lo tiene que descubrir.
11. Cuando llegamos al borde de la mente, entonces ya sabemos eso lo que es: la realidad nos guste o no. Entonces es cuando la conciencia está llena de luz, que es inteligencia.
12. El observador el observado, están unidos. Son lo mismo psicológicamente. Por lo que no hay división ni conflicto.
13. Desconfiar es preciso. Pero hemos de ir más allá de esa desconfianza y seguir viviendo. Pues a todos nos pasa lo mismo. Uno confía que algo le va a salir bien, ya sea un asunto, un negocio, el tener un hijo, pero resulta que sale todo de manera que nos perturba, molesta, nos hace sufrir. Pero no por eso, el mundo y la vida se van a bloquear, acabar.
Si lo comprendemos, como comprendemos que un nuevo día llega, o al igual como llega la noche, que no se puede cambiar, es entonces cuando podemos ir más allá de todo eso que nos ha causado algún dolor. Y nos olvidamos de eso, para que la vida pueda continuar.
Para olvidar hemos de poner toda nuestra vida, nuestra energía, nuestros nervios y nuestra sangre, en cada cosa que hacemos, de manera que no haya división entre eso que estamos haciendo y nosotros. La unión total con lo que estamos haciendo, que es la atención profunda, destruye y aniquila el pasado, llegando el ahora, que es sin tiempo como pasado, presente y futuro.
14. Sea lo que sea, lo hemos de transformar en gozo y alegría.