1. Puedes darle vueltas y más vueltas, si vamos más allá del conflicto, lo que quede será el conflicto, pero no nos afectará. Porque si no hay división, no hay conflicto. Si no hay división, no hay pensamiento. Si no hay pensamiento, sólo queda el ver, la percepción operando. Es como si no tuviéramos nada dentro de nuestro cerebro-pensamiento-mente, pero todo se resuelve y queda hecho dentro del orden, que genera la continuidad del orden. Es decir, el fluir de la vida misma sin inmiscuirse en ella: sin división.
2. He leído tu entrevista en…, de ayer.
Gracias por las informaciones y los comentarios.
Puede que te equivoques cuando dices que los payeses si volvieran a cultivar la tierra, todos los problemas medioambientales, del calentamiento de la tierra, se solucionarían. Porque, ¿cómo van a volver a vivir de manera cómo vivían antes, como hace unos cien años? ¿Te crees qué ellos, sus hijos, les gustaría volver a vivir dependiendo exclusivamente del campo en casi todo? Esa manera de vivir, pudo ser porque no había la movilidad ni el dinero que hay ahora. Ni tampoco los campesinos tenían educación ni cultura. Solamente conocían el lugar donde habían nacido y crecido. Eran maestros en cultivar la tierra, pero nada más. Ahora, una personalidad así no es posible.
Por eso, solamente uno tiene que hacer lo que pueda. Pues lo que otros digan, ¿qué sentido tiene eso? Recuerda que los payeses, campesinos, agricultores -salvo los que tenían grandes extensiones y capacidad para gestionarlas- llevaban una vida miserable, despreciados por bastos e incultos, palurdos, engañados por los astutas y ávidas personas de las ciudades.
3. Cuando uno está dividido de lo que hace, de las personas con quien se relaciona y convive, no dejará de tener angustia y sentirse inseguro. Pues, el estado divisivo es el que causa todos los males, generando la discordia y los enfrentamientos. Que al final nos llevan a la crueldad y su violencia.
4. Si nos ceñimos a las ovejas, Eduardo, hay quienes las cuidan para luego comérselas. Pues las necesitan para comer -ya que comen carne-. En el ámbito metafórico, tienes toda la razón al decir que la bondad por interés -que ya no es bondad- aunque cuida y alimenta a las ovejas, para matarlas y cocinarlas, todo eso trae los desastres en que vivimos. Con su corrupción e inmoralidad, la absoluta falta de sensibilidad, con la indolencia más sinvergüenza.
5. Vanesa, gracias por la aportación. Toda huida de la realidad, ya sea haciendo servicios sociales por la calle donde vives o a miles de kilómetros en la otra parte del mundo, no tiene ningún sentido. Pues, allá donde vayamos vamos a repetir el mismo sistema y manera que llevamos con nosotros: división, conflicto, que son la consecuencia de la absoluta falta de sensibilidad.
Si no tenemos sensibilidad a todo lo que está sucediendo, todo lo que hagamos no va a salir adecuadamente, porque falta ese instante, en que perdemos la energía para realizar lo que estamos haciendo. Si no prestamos toda la atención a la realidad que estamos viviendo, porque huimos de ese momento por distracción, por placer por hacer algo que me interesa más, porque necesito ese placer, todo el desorden y confusión estarán ahí. Entonces, no hay puntualidad, no hay afecto ni cariño, entonces es cuando molestamos sin darnos cuenta, es cuando nos equivocamos u olvidamos de lo que teníamos que hacer, algo que era preciso.
Por eso, la huida, la dependencia de algo que me da placer y de lo que soy adicto, no va a traer el orden –que es amor-. Sino una repetición de lo de siempre: desorden, confusión, y el sufrimiento y el dolor que lo acompaña.
6. Si me permiten la expresión, la mente es como estar viendo una película donde se suceden miles de imágenes. Pero, si uno se queda con una imagen, se agarra a ella, se identifica, entonces el resto de las imágenes de la película ya no tienen ningún valor y no le prestamos toda la atención necesaria y requerida para poder ver todo su sentido y significado.
Entonces, estando dividido y fragmentado internamente no podemos abordar los hechos que se suceden, las personas que están con nosotros, los objetos que manejamos. Vulgarmente se dice que uno está distraído, es decir dividido de lo que se hace. La religión es ver todo esto e ir más allá de toda esa división y fragmentación interna.
7. El pensamiento –el cerebro y su memoria- está programado para resolver problemas, siempre tiene que estar activo. Y por eso, nunca deja de estar persiguiendo algo que él cree que va a resolver. Pero eso, en el ámbito psicológico espiritual no puede ser. El cerebro –el pensamiento y la mente- no saben vérselas con la realidad del infinito. Y entonces, como uno ve que no es capaz de resolver esa cuestión del infinito –dios, la verdad, la ausencia de violencia, la paz-, se entrega a otro que dice que él sí que sabe todo eso lo que es. Que él lo explicará, le aconsejará y le guiará. Creándose una dependencia, por lo que se cambia una trampa, un engaño por otro, cambiando una prisión por otra.
Por eso, hasta que no veamos toda la trama del pensamiento, su miedo y la absoluta incapacidad de poder solucionar lo último y lo primero de la vida, seguiremos siendo seguidores de los que dicen que saben, con todas las miserias, explotación, dependencias, sufrimiento y dolor.
8. Gracias Paty. Nosotros todos tenemos la inclinación a la indolencia, a la anarquía y su desorden –de ahí el egoísmo, el ego, el ‘yo’-. Por eso, como estamos tan a gusto, sentimos tanto placer en esa manera de vivir, es cuando tenemos fe en esa manera. La cual deviene en una idea, un sistema de creencias a las que nos agarramos. Por eso, la fe es ciega, no inquiere, no investiga ni cuestiona, sino que se agarra y aferra a eso que ya ha establecido lo que es lo mejor, perfecto y adecuado. Y como no cuestiona ni investiga, todos los que no participan de esa fe son vistos como un peligro a los que hay que eludir, rechazar. Por lo que, la fe que mantiene a las religiones, las ideas y teorías, es un obstáculo para la armonía, la paz, el fin de la violencia como manera para resolver nuestros conflictos y disputas, contiendas
En realidad, todos hacemos lo mismo. La diferencia está en que unos vemos todo eso, atentamente y con todo nuestro ser, la sangre, los nervios, y vamos más allá de ello. De manera que esa visión del hecho, de que el agarrarse a algo es tan negativo y peligroso, hace que el mismo ver y la acción sean lo mismo.
9. No hay sendero ni camino, quiere decir que eres libre de mirar en todas direcciones. Y que solamente tú vas a decidir y ser el responsable de lo que haces. Porque solamente el que ve por sí mismo, es el que es capaz de ser libre.
10. Uno siempre ha de ir más allá. Y cuando crees que ya estás más allá de lo que está sucediendo, si te aferras a ese más allá ya vuelves a estar empantanado, clavado en el suelo como una estaca. Por eso, aunque la comodidad no quiera, el verdadero confort está en ir más allá de lo que ya hemos establecido que es el más allá, al que ya hemos llegado. Llegar es enmarañarse, es quedar estancado. Ir más allá, es la vida en acción ante todos los retos. Y los retos solamente pueden ser resueltos con libertad.