Buda fue importante en su tiempo. Aunque como él, ha habido otros. Pero, mientras uno no se libere de Buda o de cualquier maestro, es que no los ha entendido. Pues, uno sólo puede ser maestro, cuando da toda la libertad para no estar apegado a cualquier autoridad, aferrándose a eso como una droga.
Pero, incluso esa misma libertad no prohíbe ni está en contra de cualquier apego, o a lo que estamos aferrados. Por eso, la libertad, que es amor, es tan peligrosa, porque es en todas direcciones.
El cubo de basura, que es el ‘yo, siempre estará ahí con nosotros, es como un vecino -ya sea molesto o no-. Solamente podemos convivir, sin conflicto, con ese ‘yo’, al igual que lo hacemos con los vecinos que nos tocan.
Uno se ha de atener a los hechos. Y no inventar no hechos. El hecho es que la mente global, afecta a todas las mentes. Por eso, ¿puede uno estar completamente libre para siempre de es ‘yo’? No lo puede, hemos de convivir con él que es el cuerpo, toda la vida.
No se trata de hacer lo mismo o no, se trata de comprender lo que estamos haciendo. Y para ello uno tiene que ver y comprender de qué manera funciona el pensamiento. Pues, el pensamiento es el terreno donde se arraiga y se sostiene el ‘yo’, divisivo y confuso.
Las depresiones son situaciones que nos llegan en la vida. Cuando llegan uno no se las puede quitar de encima, como se puede quietar el polvo que lleva en la ropa. La depresión llega, por un síndrome o circunstancia que nosotros no podemos ni dominar ni alterar. Por eso, uno ha de estar atento a ella, disfrutar de ella, jugar con ella, y ella se va cuando ya la hemos comprendido y hemos visto su utilidad.
Tienes buena voluntad, pero no podrás resolver todos los problemas, Suise. Porque, los problemas de cada cual son suyos y nadie tiene derecho a obligarle a que cambie si no quiere.
Por tanto, solamente puedes solucionar tu problema que es tu vida y cómo la vives. Todo lo demás es una arrogancia, una falta de compasión y amor. Es como si yo te obligara a ti a que hicieras lo que no quieres. Y eso es el liberalismo que tanto nos gusta: menos gobierno, menos intervención de las autoridades, del gobierno, etc. Pues, todos quieren lo mismo: la libertad de hacer lo que quieren, lo que más les interesa. ¿Cómo viviremos sin tropezar, sin pelearnos, sin generar conflictos? La solución a nuestros problemas pasa por el respeto a cada uno, a todos.
Por eso, que nadie nos puede obligar a que cambiemos, a que hagamos lo que no queremos, es que es que eres tú, Susie, la que tiene que cambiar. Cada cual ha de hacer lo que quiere que hagan los demás. Si quiero la paz, no he de hacer la guerra. Si no quiero que los demás sean inmorales y corruptos, yo no lo tengo que ser.
Lo que hagan los demás, nosotros podemos hacer bien poco para que cambien. Eso lo podemos ver en las personas con quien vivimos, con los parientes y amigos, con los vecinos, etc. Cada uno quiere ser libre para vivir a su manera.
El problema está en que mi manera de vivir, no ha de chocar y entrar en conflicto, en contienda, en guerra, con tu manera de vivir.
Creer en dios no es solamente una creencia neurótica, es una manera de vivir supersticiosa, llena de ritos y preceptos, dogmas y obediencia, historias de santos imposibles. Y toda esa ignorancia, al no ser la realidad ni la verdad, ha de ser impuesta mediante el fanatismo, la brutalidad, la crueldad, la violencia. Por lo que, en nombre de ese invento de dios y sus creencias, hacen todo lo contrario que dicen que hacen ese dios y los santos: transmitir amor, que es abstenerse de hacer algún daño y mal a los demás.
¿Se puede ver que las rocas, las plantas, el agua, el viento, la lluvia, la nieve, las tormentas, los tornados, el calor y el frío, los mosquitos, todos los insectos, los animales, tienen inteligencia, participan de ella, y hacerles algún mal? Cómo no podemos, es por lo que vivimos en conflicto, diciendo una cosa y haciendo otra. Y ese conflicto interno, es el que nos está destruyendo a nosotros. Y es por eso, que nosotros estamos destruyendo toda la naturaleza, todo lo que existe.
Quiero decirte, Mayte, que todos somos básicamente iguales. Y ponernos etiquetas, ya sean astrológicas, de razas, nacionales o de otra índole, nos divide y hace que entremos en conflicto con los que no son como nosotros, pues ellos también hacen lo mismo. Y es por eso, que hemos creado esta sociedad, tan divisiva y en conflicto, llena de insensibilidad, de amargura, de crueldad y violencia.
Si queremos que esta manera tan estúpida de vivir llegue a su fin, uno tiene que descartar todo lo que nos divide radicalmente ahora, comprenderlo ahora. Pues, si hay comprensión hay acción, que es orden. No mi orden, el tuyo, o el de cualquiera, sino el orden que está más allá de todo deseo, vanidad, satisfacción o amargura.
Si es así como dices, Nora, que la fe sin límites es amor, ¿por qué estar siempre pronunciándola, defendiéndola? El amor no se divulga ni defiende, él es por sí mismo sin la ayuda de nada ni de nadie. Por tanto, los que tienen fe y dicen que tienen amor, hacen lo mismo que los nacionalistas fanáticos, que dicen que tienen amor por su país, su nación, pero no dudan en destruirla en conflictos, violencia y guerra. ¿Tiene eso algún sentido?
Cualquier cosa que nos divida no sirve para poner orden, para que el orden sea. Y si no hay orden, llega el conflicto con su caos, su brutalidad, agresividad y violencia.
No podemos saber dónde se originó todo el conflicto que hay en la tierra, pues cada uno dice que el culpable es el otro. Pero, sí que sabemos dónde está el final de ese conflicto que nos está destruyendo, diciendo que queremos hacer la guerra contra él, vencerlo y destruirlo. Por lo que ahí está la raíz del problema.
Por tanto, Susie, investiga. No te quedes solamente en lo cercano, mira todo el vasto panorama del problema. Y para empezar a comprender un problema externo, hemos de comprenderlo primero desde dentro de nosotros, entenderlo internamente.
Si sigues, mirando, investigando, inquiriendo, te darás cuenta, que el problema nace y se desarrolla dentro de nosotros, que al salir fuera, al exterior, se manifiesta en todo lo que hacemos, en cada acto, cómo respondemos a esos retos que nos llegan. Es decir, el problema es psicológico, es de comportamiento. Por lo que tienes que descubrir la manera cómo funciona el pensamiento, cómo opera y se desarrolla a partir de un reto cualquiera.
Así que, si quieres, prosigue en la indagación para ver y comprender lo que hace el pensamiento cuando le llega un reto, algo nuevo, que le molesta o le satisface.