Cuando nos damos cuenta que sólo existe la total inseguridad absoluta, es cuando cesa ese deseo imposible de vivir en la seguridad. Porque creerse seguro sería tanto como creer que uno lo sabe todo.
Ricardo. ¿Por qué dices que hay otros que repiten lo que otros han dicho y lo asimilan a su vocabulario y manera de escribir? ¿No te das cuenta qué todos hacemos eso, pues todos usamos los mismos adjetivos y sustantivos, los verbos, los giros, las metáforas? Tú por ejemplo, te dedicas a escribir poesía, eres poeta, y así estás copiando a todos los poetas que te han precedido, que escribían en verso, sonetos, cuartetas, pareados, etc. ¿Verdad que no puedes inventar algo nuevo, o no te conviene inventarlo? Pues así, nos pasa a todos. Porque todos nos copiamos unos a otros. El que creó el ordenador, todos nosotros nos aprovechamos de él, que es como ser uno que utiliza lo que otro ha creado. Y lo mismo sucede con las matemáticas, los que descubrieron e inventaron lo necesario para poder medir las distancias o las superficies, nosotros no lo inventamos, pero lo usamos sin ningún problema ni sentimiento de aprovecharnos.
Hay algo que se nos olvida: todos somos iguales en lo psicológico. Porque no hay una mente de Alfredo, de Fernando o de Toni, solamente hay la mente de la cual todos participamos. Hay unos que lo ven y lo aceptan, sabiendo que hay una oportunidad para ir más allá de esa mente común a todos, condicionada. Por tanto cuando hablamos o actuamos, no actúa uno solamente, si no la mente global, total.
Toda la cuestión está en, ¿por qué hay unos que ven al verdugo y a la víctima en el mismo plano –los dos participan de la misma mente condicionada, pero cada una con su condicionamiento específico, que pueden intercambiar en cuestión de segundos- y otros no lo ven; y siempre ven a unos como víctimas y otros como verdugos? Sí, están condicionados. Pero de tal manera que no pueden ver la posibilidad de descondicionarse –ir más allá del condicionamiento-, o no quieren. En ambas maneras está la imposibilidad del ver claramente lo que realmente está sucediendo. ¿Por qué no quieren ir más allá de su condicionamiento? Porque, ¿tienen miedo a lo nuevo, no quieren bregar arduamente con sus existencias, no quieren ser libres y prefieren estar atados a un poste como un animal?
Yevakte, tú no quedas excluida de la sexualidad, no te creas que la dominas porque no eres activa. Si la dominas es porque te la reprimes o la tienes dormida o descansando. Porque, la sexualidad es una actividad que está más allá de lo que queremos o no queremos. Porque si no fuera así, la vida se hubiera acabado, no hubiera podido proseguir. Pues no habría reproducción. Porque la reproducción genera muchos problemas. Y todos los seres que tienen vida huyen de los problemas y complicaciones. Y por eso, la sexualidad, es tan importante, es algo obligado en todos los seres vivientes.
¿Por qué la mente no quiere ir más allá de lo conocido, aun sabiendo que ella vive en el sufrimiento, que causa la división psicológica del ‘yo’ y el ‘tú’? ¿Por qué toleramos el dolor, lo aceptamos, vivimos con él, es el miedo a lo nuevo, a la inseguridad? Pero la seguridad no existe ni puede existir en lo conocido, que se repite una y otra vez continuamente. Porque lo conocido, es el miedo que nos divide unos a otros, miedo que nos divide de la naturaleza y todo lo que hay en ella.
Mientras uno no vea por sí mismo lo que es la realidad, no será libre de las influencias. Mientras uno no comprenda de qué manera opera el pensamiento, seguirá condicionado, seguirá viviendo superficialmente, dedicando su atención en las banalidades. ¿Por qué no queremos estar libres del condicionamiento y nos negamos a ver la realidad? Es el miedo a estar solo, miedo a salir de la rutina mental que tanto afecta todo lo que hacemos, cómo vivimos, miedo a la libertad. Pero, si no vamos más allá de ese condicionamiento, seguiremos sumisos, obedientes, superficiales, cómplices del sufrimiento y el dolor que hay en todas partes.
En el mismo acto de nacer, la realización ya está ahí. Ahora falta encontrarla. Podríamos expresarlo de esta manera: cuando un canguro da a luz a su hijo de unos centímetros, ciego y desnudo, sube trepando desde la vagina que está abajo hasta el mugrón que está arriba entre pelos largos comparado con él y lo encuentra si es para la vida.
"Mientras haya temor, la muerte desconocida, se convierte en un asunto trágico".
Por tanto, hay que comprender qué es el temor.
Esa ‘Escritura, 29, verso 6’, ¿a qué libro o autor corresponde? Gracias, Néstor.
Después de leer ese maravilloso relato, la cuestión es, ¿cómo se ensambla esa visión tan clara de lo que es el universo y la vida, en cada acto de nuestras existencias?
¿Podemos ver ahora toda la trama del temor? Sólo lo podemos ver si vamos más allá de él. Si nos olvidamos de todos los temores que hemos experimentado, que hacen de referencia, que nos condicionan para que pensemos y digamos lo que es el temor.
Sin experimentar ese vacío, donde la mente no sabe nada del pasado ni del futuro, no puede llegar la inteligencia.
‘¿Tienes miedo a la muerte?’.
Esa pregunta no tiene sentido, porque tanto podemos decir que sí como que no. Pero, hasta que no experimentemos la muerte, hasta ese día no podemos saber si tendremos miedo o no. Tanto si decimos que si como que no, eso no es real ni verdadero. Eso todo son palabras, no hechos.
El silencio y la quietud, puede que no sea suficiente, para poder comprender. Pero quiero saber qué traerá esa inteligencia, en la que todo queda resuelto, y donde sí que está el silencio y la quietud. Porque el silencio y la quietud, puede que sea inducido, un amodorramiento, un embotamiento de la mente, pereza o indolencia.
Es decir, ¿qué uno ha de actuar negativamente, para no dar la posibilidad de que el ‘yo’ pueda operar? Porque el ‘yo’, es confusión y desorden.