Torni Segarra

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“¿Algunos conocimientos serios de la psicología, de la astrología y del esoterismo nos ayudarían en demasía?”.
La psicología es la manera de ver cómo funcionamos internamente –mentalmente-, para ver la manera de resolver los problemas. Pues, los problemas todos tienen un raíz psicológica –mental-. Por tanto, ella es una herramienta precisa.
Respecto de la astrología, que es intentar predecir el futuro, es algo superficial. Es como cuando uno dice: esta persona es africana, esta otra asiática o europea, y cada persona según el continente de donde sea, tiene estas características. Y desde ahí pretenden hacer una teoría exacta para predecir el futuro de cada persona. Pero se olvidan, que sean quiénes sean, todos somos iguales en nuestras necesidades básicas. Por lo que, ante esas necesidades, toda característica particular no tiene ningún valor real. Pues nos divide como seres humanos que somos, como la única raza humana que existe.
En cuanto al esoterismo, que es lo oculto, el ocultismo, es también divisivo. Porque es aislante, subjetivo, es un delirio particular todo lo que se experimenta. Incluso la telepatía, las señales y símbolos, las insinuaciones, no se pueden contrastar. Todo es como un sueño pero despierto.
 
Sí, Martín, es cierto que no podemos estar todo el tiempo atentos. Pero sí que podemos no darle tanta importancia al pensamiento y todo lo que genera. Es como si tenemos un vecino gruñón y con ganas de pelear, no lo podemos eliminar, ¿verdad? Pero, sí que podemos hacer las cosas de manera para no acabar entre sus manos, nos desencadene conflictos y toda clase de problemas. Pues, el inconsciente hace lo mismo, es lo mismo.
 
La vida es como tener bajo la cama una serpiente que hay que estar alerta a ella. Así mismo es la mente, no sabemos lo que nos va a deparar, porque hay muchas cosas que influyen en ella -lo agraviados que estamos, lo que nos hayan humillado, el cuerpo y sus requerimientos-. Más aún si se presenta un gran reto, que uno no sabe cómo va a responder.
La violencia que nos puedan infringir es una experiencia aterradora, dramática, y lo que venga a partir de ahí forma parte de lo desconocido. Sea que responda con más violencia, sea que uno lo encaje y adopte una actitud no violenta, el agravio y el daño están ahí. Por eso, uno siempre ha de ser afortunado para que los retos que nos lleguen no nos desborden.
 
La mente está condicionada por el lugar donde vivimos, lo que comemos, en lo que trabajamos. Por tanto, cuando llega un reto a una persona que vive en una gran ciudad, no es lo mismo que alguien que viva en un lugar más tranquilo y quieto. Así un mismo reto, en la ciudad tiene una respuesta diferente que pongamos en pequeño pueble o casa de campo. Porque en la ciudad la capacidad de serenarse, aquietar la mente, es muy difícil y uno responde atolondradamente. Aunque eso, no quiere decir que esto sea una ley invariable. Pues, en el campo hay personas confusas y en las ciudades tranquilas y serenas.
Prueba de ello es que cuando hace unos centenares de años la mayoría vivían en el campo, el desorden y la confusión, que generan actos atroces, estaban con ellos.
 
He leído tu entrevista. Gracias.
Se nota que eres un político de raza, dices lo que te da la gana como si ello fuera la única y la mejor solución para los conflictos, los problemas, sus soluciones que dais que siempre es la guerra. Ahí tenéis ese monstruoso ejército para hacerlas.
¿No te avergüenza que, después de diez años de destruir un país como Irak, asesinar a un millón, dos o tres millones, alterar toda la zona y el mundo, ahora esté peor que antes? No me cuentes el cuento de la democracia, que no me lo creo. Cada día hay asesinatos, explosiones de bombas, coches bombas, los gobiernos parecen unos indocumentados sumisos y siervos como os gusta que sean todos los gobiernos.
Aparte de todo lo que te he expuesto, están las barbaridades de las cárceles gestionadas y dirigidas por vosotros, como Abu Ghraib, etc. Decís que sois la civilización y sois más salvajes que los iraquíes, pues con la educación que habéis recibido, lo bien alimentados que estáis, seguís siendo salvajes como siempre lo habéis sido.
Ahora vamos a la hipocresía del genocidio y el apartheid que se está llevando a cabo casi un siglo en Palestina. Y, ¿qué hacéis consintiendo una de las cosas más repugnantes como es que a uno le roben su casa y el lugar donde has nacido y has vivido toda la vida? No me digas nada aún, pues por lo que hacéis os conocemos.
El mismo sistema, la misma táctica que hicieron los invasores europeos que llegaron a América hace seiscientos años, para robar la tierra a los indios, masacrarlos y eliminarlos, es lo mismo que está haciendo Israel con los palestinos.
Tú y tu jefe, y su mujer, todos pro judíos, también sois culpables directos de ese genocidio. Figuraréis en los libros serios de historia como los paladines de esos invasores, crueles y asesinos.
 
Esas energías que dices, que es la inteligencia de la vida operando, son las que nos dan la vida o nos la quitan. Por lo que uno nada más puede que cooperar con esa energía.
 
Las semillas si no brotan, pueden pudrirse. Así que desde el principio ha de participar el amor, cuidando la semilla, vigilándola que no le falte lo que necesita: amor. Y como ves, mi querido Evan, el amor es como el aire está en todas partes, en todo momento.
 
No hace falta morir para ser con el uno. Nada más hace falta estar unido y no dividido internamente.
 
Uno ha de estar en la actitud mental de no sé. Es de la única manera que uno puede soportar la vida. Sin imagen de lo que ha de ser, nada.
 
Si tenemos una idea, estamos presos en ella. Como la vida es ingobernable, me divido, me enfrento, entro en un conflicto que nunca ganaré.
 
¿Podemos ver la vida de la misma manera? Nunca se ha visto que sea así. Siempre hay división entre ‘tú’ y ‘yo’. ¿Puede desaparecer el ‘yo’?
 
El ‘yo’ no puede desaparecer. Hemos de vivir con él. De la mejor manera es vivir amándolo para así comprenderlo. Comprensión es inteligencia.
 
El amor es la magia por lo que vamos más allá de la miseria, los problemas. No se sabe cómo llega, ni el tiempo que va a durar. Es sin ‘yo’.
 
El miedo no soluciona los problemas, pues él tiene su urgencia que hace que inventemos algo para sustituirlo. Todos hacemos lo mismo: luchar, odiar, matar.
 
La mayor calamidad es vivir siendo egoísta. No llega nada bueno con ello, pues sólo queda la huida sin fin de la imagen de ser egoísta.