Edward. La ciencia tiene su sentido y su lugar, pero sin la moral, se convierte en lo que siempre ha sido una manera de desafiar la naturaleza, la realidad. ¿Cómo si no hemos llegado dónde estamos, arrasándolo todo? Y si antes no lo hacían era porque no podían al no tener herramientas ni la necesidad. La armada imperial británica, arrasó todos los robles del Inglaterra, ¿para qué querían invadir medio mundo si no era por la vanidad de los ricos para serlo más? Y en España, también sucedió lo mismo con su armada a base de madera segura, buena.
Como ya he dicho, los de doscientos mil años atrás eran como ahora -divididos, con miedo, y por eso en conflicto- y hacían lo mismo que ahora, pero en la medida de sus pasividades. Si ahora vivieran harían lo mismo que nosotros porque todo se ha convertido en una necesidad a vida o muerte -tanto física, como la psicológica, cultural, etc.-. Pues el hombre por su naturaleza -que es temeroso y con miedo- se hace adicto a lo que él cree que le da seguridad. Y entonces, ese miedo le puede y le aboca, entre otras cosas, a inventar sin parar porque cree que el próximo invento o va a solucionar todo.
Eso mismo sucede con las ideas y teorías, religiosas, políticas o de otra índole, todo es una ilusión. Mientras no descubramos quiénes somos, cómo actuamos, y veamos la manera de transcender todo eso, para que llegue algo nuevo que no tenga nada que ver con la división, el conflicto, los enfrentamientos, la contienda, todo seguirá como siempre.
El pensamiento es adecuado en los aspectos prácritos: como, cómo llamo, dónde vivo, para aprender un idioma, para aprender a cocinar. En todo lo demás -en el ámbito psicológico- es un impedimento, un obstáculo. Ya que es divisivo, generador de conflicto.
Son todas ondas mentales, como las olas del mar que salen y vuelven a entrar, para volver a salir, en una dinámica que no tiene fin. Lo adecuado es no dar al cerebro, al pensamiento, a la mente, malas impresiones, ni forzarlo, ni alentarlo a hacer, solamente mirar lo que ocurre.
Y ¿qué pasa con ese algo que observa? Eso es la percepción Y punto. Si quieres puedes escribir sin parar horas y horas y verás como siempre llegas al mismo absurdo. Ah, amigo Juan José, pero has de ir más allá de ese absurdo. Y fin del absurdo. Es decir todo una maravilla, el deleite y el gozo del vivir.
Esa pregunta, ¿tiene algún sentido que la hagamos? Lo que tiene sentido es lo que llega a ti y lo que tú pienses al respecto. Pues, yo podría engañarte o estar equivocado. Por eso, es tan importante ser libre, tener toda la libertad para verte tal cual eres, pues al ser todos básicamente iguales en lo psicológico, todo lo que llega a ti puedes ver lo falso que es y así descartarlo.
No hay necesidad de disciplinarse ni en las cosas externas, ni como en las internas,. Pues, el mismo resultado divisivo genera en lo interno como en lo externo. Gracias, Rolando, por tus aportaciones.
Pero, Alfredo, ¿por qué le haces caso a esos pensamientos? Mira las nubes, escucha los pájaros, míralos también, goza de ver cómo pasa la mujer joven, bella y guapa, junto al anciano que casi no puede andar, mira la belleza que hay en todos por igual. Habla con ellos, pregúntales qué les pasa, si puedes ayudarles en algo. No te aburras y verás como la mente empieza a sentirse bien, a ver el sentido, a sentirse digna, positiva, que sirve para alegrar a los demás, para ser un ser humano como otro que llora y ríe, que siente dolor y no le importa porque en todo eso le llega la energía que necesita para vivir.
Es curioso lo que nos gusta jugar con los no hechos. Hablar de que uno es el resto de la humanidad, tú eres yo, yo soy tú, eso es un hecho. ¿Dónde está el problema para verlo? Por tanto, si todos somos básicamente iguales nadie nos puede engañar, nadie nos puede decir no hagas esto porque es incorrecto. Esto está claro, ¿no? Entonces, ¿por qué nos agarramos a los no hechos de que somos diferentes unos de otros? ¿Es por vanidad, para poner más leña al fuego porque estoy aburrido y así me entretengo? ¿Es por miedo a estar solo?
Todo lo que le pasa a uno también les pasa a los demás. Ahora, tú te crees que sólo te pasa a ti, de que eres el único que está sufriendo, que no te entienden. Eso es la ignorancia de la división, que genera confusión y miedo. Por tanto, descartemos todo eso que nos separa y vivamos holísticamente, sin fragmentación ni conflictos para que los problemas no arraiguen en nosotros.
“Dios es todo lo que necesita para olvidarse de lo que se refiere a la espiritualidad”.
Toda idea, concepto, que siempre es el pasado, es un obstáculo para la espiritualidad. La espiritualidad florece en el vacío, la nada.
“Hay gente que cree en la suerte. Yo creo en dios”.
Lo que más se acercaría a dios, es lo desconocido. Pues dios es algo que nadie puede conocer. Por eso, la suerte es igualmente desconocida –la mala y la buena-, al final se la atribuye a un don de ese dios que hemos inventado. Es otro consuelo, pues decimos: ‘Ha sido la voluntad de dios. Dios así lo ha querido’.
Pero, la mente y su pensamiento, no pueden tocar ni ver lo que está más allá de nuestro entendimiento. Es como cuando alguien riega las hortalizas, o el césped y las plantas, molestando y destruyendo a las hormigas. ¿Pueden ellas llegar a saber todo lo que ha sucedido, porque hay que regar las plantas y verduras, etc.?
Lo primero que denota que no tenemos compasión, es porque no respetamos a la naturaleza. No la respetamos porque podemos con ella, al ser más frágil y débil que nosotros a la hora de defenderse al no poder huir.
Pero, para respetar a los árboles, a la naturaleza, ha de haber un cambio en el que veamos qué es el deseo. Y qué es todo lo que genera de destrucción de insensibilidad y de daño a todo lo que nos rodea.
Las religiones usan o ideas abstractas, místicas, o la fe y la superstición. Y eso todo lo complica, a la hora de que haya un cambio en nosotros. Pues todo cambio, es interno para poder ver cómo somos. Y entonces, uno se da cuenta de lo simple que es el autoconocimiento.
"¿Qué ocurre cuando hay una división del pensador y el pensamiento y puede que llegue a su fin?".
Cuando el pensador y el pensamiento llegan a su fin, porque no hay división, entonces lo que ocurre no se puede explicar con palabras. Pues, es una experiencia íntima en lo más profundo de nosotros, donde todo está unido. Y no hay ningún problema. Pues, el problema llega con la división.