Torni Segarra

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1. ¿La paz y la alegría no son lo mismo? Si tenemos paz, ¿puede haber mayor alegría? Y, ¿si tenemos alegría, no hay paz en nuestro interior, la ausencia de problemas?

2. Cuando estamos, solos, tristes, lejos, hemos de comprender que nos toca estar en esa situación. Y gozar de todo eso que es la vida, aunque nos gustaría que no lo fuera.

3. Los regalos no son una obligación, pues los podemos rechazar, echar a la basura, deshacernos de ellos. Pero lo que implica la vida, sus consecuencias que son el dolor, el sufrimiento, eso no se puede eludir ni rechazar. Cada cual lo tiene que pasar le guste o no.

4. Cuando a una persona le damos mucho valor e importancia, si le mentimos quiere decir que no la amamos. Y entonces, ¿qué es ese valor e importancia que nos atrae de esa persona? El amor no es un negocio, un trueque de tú me das, yo te doy. El amor está más allá de toda necesidad, pues es el gozo y la alegría, donde todo lo mundano no opera.

5. No esperemos los efectos de todo lo bueno que hacemos. Lo que llegue o no, la vida que sigue, llega con toda la sabiduría e inteligencia para hacer que todo funcione de la mejor manera posible.

6. No vemos el dolor ni las alegrías ni tristezas de los demás porque estamos atrapados en la vorágine de la acción, ya sea lo que hagamos. Y eso quiere decir que somos indolentes, crueles, que siempre queremos ganar. Pero cuando a alguien, algo que hace le sale mal, vamos como los carroñeros a participar de ese festín. Que es alegrarse de que algo les salga mal a alguien.

7. Los qué se han ido ya no cuentan. Los que cuentan, los que sufren y necesitan, son los que están vivos. Y la vida es para los que estamos vivos. Sólo sabemos ese hecho. Todo lo demás, son cosas de la mente, especulaciones, no hechos.

8. La felicidad es una proyección mental, que al desearla sigue siendo esa proyección para el futuro. Pero cuando vivimos completamente, con todas nuestras pasividades y poderes, energía, sin que haya huida y ni tan siquiera querer cambiarlo, la felicidad es ahí natural y sencillamente, como aparece una nube en el cielo y desparece.
Porque, la felicidad es la ausencia de división y su conflicto que la acompaña.

9. Si el amor no nos hace nuevos, libres de todo el pasado reciente o lejano, no es amor en absoluto. Pues el amor es lo intemporal, lo siempre eterno, donde el pasado no puede operar.
Y el pasado son las heridas, las agresiones, los malos tratos, que hemos recibido, los deseos incumplidos, los daños que nosotros hemos hecho a los demás, las humillaciones y desprecios, la brutalidad y la crueldad. Pero el amor quema y destruye todo eso, haciéndonos nuevos e inmaculados.

10. Si decimos que el cariño que se pierde por una decepción, nunca regresa, es que no sabemos lo que es el amor. Creemos que lo sabemos todo. Pero todo lo que sabemos está mediatizado y condicionado por todo lo que nos pasa y sucede, por todo lo que nos hace sufrir. Así que todo puede cambiar si nuestro estado mental también cambia. De manera que esa tristeza y desilusión, por habernos fallado alguna expectativa con una persona, alguna cosa que teníamos o deseamos, puede pasar de la tristeza a la alegría.

11. El reino de dios y su justicia, es vivir de manera en que hagamos el menor daño posible. Y para ello, hemos de estar libres de la división interna que nos la provoca y generan todas las creencias, aferrarse y estar poseído por ellas, por el transmisor e informador, maestro o gurú.
Pues el reino de dios, es la bienaventuranza que es la libertad y la independencia de todo, con respecto a todo. De manera que nada tenemos, solamente la fortuna de ser sensibles para poder ver y comprender que es lo falso y descartarlo. Y todo lo demás, llegará por la fuerza de los hechos.

12. Lo que nos llega con el amor, no es lo bueno que nosotros queremos, lo que llega siempre es lo nuevo, lo que la mente ni nadie ha tocado.

13. Todos los que quieren y dicen que van a arreglar los problemas del hambre, miseria, y las muertes que genera a millones de personas, sufriendo antes la larga agonía de saber que hay de sobra para todos pero no saben o no quieren hacer las cosas para que eso no suceda, viven en una ilusión, que es ignorancia. Pues antes ellos, han de poner en práctica la manera como se ha de vivir para que esas soluciones, no generen la pobreza con todas sus carencias y necesidades. Mientras no sea así, todo será charlatanería, exhibicionismo, propaganda para proseguir detentando el poder para sacar sus beneficios egoístas, que hacen que toda esa crueldad y brutalidad, prosiga como siempre, desde siempre.

14. Cada uno ve, busca y encuentra lo que uno es internamente, De manera que alguien que es libre, se siente atraído y encuentra a otros que también lo son, pero los que no son libres, no los pueden ver ni encontrar. Pues ellos piensan que la libertad ni existe ni tiene valor alguno. Sino que la libertad la ven como un peligro al que hay que erradicar.

15. La abundancia puede ser tan peligrosa como la pobreza. Ambas destruyen el orden de la vida, de nuestros cuerpos y las mentes. De manera que nos hacemos peligrosos destructivos, generando desorden y anarquía.
Y si lo sabemos ver, así es cómo vivimos: destrozándonos por exceso o por falta de lo necesario. Lo que a su vez, genera resentimiento y dolor, reclamaciones, revueltas y revoluciones, violencia y guerras.