Torni Segarra

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Decírselo a Obama que ya quiere empezar otra guerra en Siria. Quiere empezar por ayudar a los rebeldes con material bélico -chalecos antibalas, vehículos blindados y entrenamiento militar posible y podría enviar ayuda humanitaria directamente a la coalición de la oposición política de Siria, de acuerdo con funcionarios estadounidenses y europeos-. Y ya sabemos que todo empieza por ahí. Siria es demasiado apetitosa para dejar la oportunidad de convertirla en un corderito como han hecho de irak, a pesar de que los asesinatos continúan como en la terrible guerra e invasión que sufrió precisamente por EEUU y compañía.
 
La masturbación es lo mismo que una oración, la unión espiritual entre dos personas aunque no estén juntas. Cuando alguien invoca a un santo o a dios, le reza, le habla, se tortura el cuerpo, flagelándose por él, sufriendo todas las penalidades por ellos, eso, ¿qué es sino una masturbación, ya sea espiritual, psíquica, religiosa?
Parece que seáis unos fanáticos, ignorantes que vivís en la edad media.
 
La ambición es el miedo operando. Miedo a no ser nada, miedo a no tener dinero, no tener salud, miedo a no ser como los otros -ya sean convencionales o no-. Y el miedo, es ignorancia.
 
¿Para qué queremos ver tantas locuras con su destrucción y espectáculo? Cuanto más las veamos, más nos acostumbraremos a ellas, nos haremos insensibles e indolentes a todo lo que provocan. Y esa es la puerta por donde se entra en el nihilismo cruel.
 
El Zen es: tengo sed, bebo. Tengo hambre, como. Tengo sueño, duermo. Ahí está la esencia del Zen, al igual como está la esencia de la vida. 
El Tao es más filosófico, mira y da más vueltas a las cosas. Como ver la importancia que tiene el vacío que hay entre los rayos de una rueda.
 
Gracias. La libertad es el respeto a los demás. Es disfrutar de la vida, sin imponer ni reprimir, sin invadir a los demás. Generando afectividad, cariño, amor.
 
Vicky, no nos olvidemos que el observador es lo observado. Yo soy tú. Y tú eres yo.
 
Teresa de Calcuta, tenía su negocio. Y ese negocio era lo que hacía. Como lo hacemos todos. Los religiosos por la fe y las creencias, necesitan que se les digan mentiras. Porque ellos viven en la mentira y la ignorancia. Y Teresa de Calcuta era otra mentirosa ignorante. Nada más hay que ver sus monjas hindúes que se han esparcido por todo el mundo. Porque, se creía que todos son tontos paran creernos sus tonterías y falsedades.
En cuanto a su relación con todos los dictadores y los fachas del mundo. Eso tiene una posible explicación, al haber nacido y crecido en la Albania comunista, y viendo lo que hacían los comunistas con los que eran como ella: religiosa, seguidora del catolicismo vaticanista. La reacción -que no tiene nada de amor- fue odiar a todo lo que no era facha, capitalista, rico o monárquico. Eso mismo, fue lo que le pasó al anterior papa polaco, que al vivir también en un régimen comunista con todas las dificultades para ser religioso, reaccionó atacándolo y queriendo destruirlo. Cosa que hizo de todas las maneras posibles, una de ellas beatificando solamente a los católicos religiosos españoles, a decenas, que habían sido muertos por los revolucionarios rojos comunistas en la guerra civil española -1936/1939-, en el Vaticano, con toda la pompa y la algarabía litúrgica.
 
A los hindús tampoco les faltan los delirios y alucinaciones cuando se trata de impresionar y condicionar las mentes de las personas más sencillas y humildes, los pobres, que se hacen fácilmente fanáticas de lo que les dan los que se presentan como los que saben, cultos y adinerados: los brahmanes, personas religiosas que solamente pueden ser los ricos, que forman una casta como otra de las muchas que hay tanto en India como por todo el mundo.
 
Para Rafael Domingo Oslé, Catedrático de La universidad de Navarra y profesor visitante de la Emory Law School en Atlanta.
He leído tu artículo, de hoy, en el diario…, ‘Benedicto XVI y el Derecho’. Gracias.
El problema que tiene la iglesia católica, y el papa, es el mismo problema que tienen las monarquías. Las dos instituciones son viejas, antiguas, y por eso arrastran sus actitudes fuera del tiempo y lugar. Las dos están al margen de la ley que no está escrita, que es que todos los hombres son iguales No como lo dicen en el papel algunas constituciones, sino de hecho, vital y vivible en todos y cada uno de los actos de nuestras vidas. Los reyes y los papas, son antidemocráticos, no representan al pueblo, hay una élite rica, poderosa que domina la prensa, la televisión, el profesorado, los altos cargos gubernamentales, que sostienen tanto a los papas, como a los reyes.
Los papas tienen otro agravante, que es el que se creen que tienen un plus de inteligencia que los hace aún más dictadores, dictando los dogmas de fe. Y así influenciando en las leyes de todos los países –en los abortos, los divorcios, la homosexualidad, el celibato, la exclusión de la mujer del ámbito de la igualdad con los hombres dentro de la iglesia, que está vetada, casi igual como los musulmanes-.
Pero aún más grave es, esas prácticas paganas e idólatras, supersticiosas, donde se adora y se alucinan, con sus delirios, los seguidores creyentes, fanáticos. Más grave aun cuando la iglesia ha asesinado a tantas personas, quemadas vivas en hogueras después de ser humilladas semidesnudas y con disfraces burlescos, en juicios públicos por paganismo, idolatría, superstición. ¿Habrá algo más brujo que decir, que el vino y la oblea, se convierten por arte de magia, en el cuerpo y la sangre de alguien que dicen que vivió hace miles de años?
Toda esa falta de inteligencia, que es motivado por el miedo, por la ignorancia, es lo que hace que los hombres nos hagamos creyentes, fanáticos por una fe, que solamente es eso: fe. Y la fe es un punto y final. No admite nada más que esa fe. Pero, esa fe fanática, nos divide. O mejor dicho, como estamos divididos internamente, al salir a fuera y tener miedo y temor de que esa fe, esa creencia, sea rechazada. Pero, por la fuerza de los hechos, toda creencia siempre tiene que ser rechazada por otros, que también tienen otra creencia. Por lo que entran en conflicto, generándose las contiendas, la violencia y las guerras.
Por lo que en vez de una religión, cuyo fin es ir más allá de la división interna, se convierte en algo malvado y dañino. Hay unos hechos y pruebas de que la religión católica está lejos de ser una verdadera religión: el papa, los obispos, cardenales, viven en palacios como ricos que son, todos tienen una relación estrecha con el poder mundano, que son los políticos y sus intrigas, a los que les bendicen sus armamentos, están con ellos en los cuarteles, donde se preparan con ejercicios para hacer la guerra, listos para matar y que los maten.
Es decir, que las religiones organizadas están dentro del status quo, a favor del establishment, del poder dirigente de todo lo que existe con sus gobiernos soberanos.
¿Puede haber paz, orden y un clima de afecto y cariño, de celebración que es la vida, en una manera de vivir tan divisiva y conflictiva? No lo puede. Pruebas de ello, es que el mismo papa, custodio de las enseñanzas de Jesús –vaya paradoja-, ha de tener policías, ejército, guardaespaldas, etc., para poder vivir. Y esas paradojas, tan patéticas, han de ser impuestas por medio de la repetición, que dice que la fe es lo que realmente vale. Y el que dicta lo que es la fe verdadera, es el papa aunque sea un anciano decrépito y gagá.