Torni Segarra

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Para Edwy Plenel, periodista político, presidente fundador del periódico digital Mediapart.
He leído tu entrevista de ayer en el diario… Gracias.
Todo es más complicado que como tú lo ves, Edwy. Dices, que la información libera, porque el que sabe, es más poderoso. Pero, la pregunta es: ¿Para qué quiero tanto poder? Porque el poder es como el dinero. Y, ¿qué hacemos con el abundante dinero? ¿Entiendes de qué estoy hablando?
Uno tiene que tener conocimientos para saber desenvolverse en la vida, para poder tener un empleo, para poder tener comida, un apartamento, etc. Y después de tener todo esto para poder tener una cierta libertad, ¿para qué queremos embotarnos la mente con abundante información? La información está mediatizada, condicionada por el que la emite: los de izquierda darán su información sesgada, lo mismo que la derecha. Los creyentes emiten la información de su superstición e fanatismo. Los que no creen, los agnósticos, etc., también ofrecerán su información particular de ellos.
Por tanto, todo eso quiere decir que toda información está condicionada por el que la emite, el informante. Y entonces, esa información por ser incompleta no nos sirve. Pero hay una información -que no es una mera acumulación-, que es la que uno descubre en todo lo que ve: ya sean los diarios, la televisión, lo que dicen los que hacen conferencias, los escritores, profesores, gurús, etc. Y también la información que uno recibe por la calle, en el trabajo, en el metro, en el avión, en el bar o restaurante.
Y toda esa información, si uno sabe ver, es la que sí que puede hacernos libres de todo ese condicionamiento de enfrentamiento, de contienda, de insensibilidad, de violencia y de guerra.
 
Ahora mismo, Francia y Europa, con EE.UU., han emprendido otra guerra más en África, con sus carnicerías y su horror. Todos dicen que tienen su motivo para hacerla: los que atacan y los que se defienden de ese ataque. ¿Podemos estar al margen de las mentiras, de la corrupción e inmoralidad, de cada uno de los dos bandos enfrentados? Esto solamente puede ser, si descartamos el nacionalismo ya sea el europeo-occidental, temeroso, necesitado de materias primas, como el romanticismo infantil, servil e inocente del nacionalismo africano. Pues toda información es tendenciosa, es el reflejo de nuestra manera de vivir sin sensibilidad, indolente. Que no ve a una persona tal y como es, sino a algo, alguien para sacarle algún provecho que me conviene.
 
El problema, Ricardo, es: ¿Quién ha de educar a los educadores? Porque todo es una cadena. Si yo no estoy libre de corrupción, cómo voy a poder enseñar, informar, educar para que los otros no sean corruptos. Por lo que el problema es de uno. El problema es uno y lo que hace con su vida. Pues los demás puede que no quieran dejar de vivir inmoralmente, o no puedan, por falta de sensibilidad.
 
No vivimos en una sociedad machista, sino clasista, de castas. Todavía hay reyes y príncipes, hay aristócratas, los que están bien posicionados que han creado un corporativismo cerrado. Pero todo eso, es el fruto de su vida inmoral, de su falta de compasión y de amor por la vida, por las personas. Porque ellos teniendo esa actitud tan clasista, de castas, al aislarse ponen su vida en peligro. Y por eso necesitan de la policía, del ejército, de las leyes injustas que ellos mismos inventan para favorecer a la clase dominante. Como lo podemos ver tan escandalosamente con los problemas de la crisis actual, con el retroceso o eliminación de las prestaciones sociales, con sus latrocinios de los bancos, con los desahucios de personas pobres, insolventes, atrapadas en la vorágine del despilfarro, de la vanidad, de la ignorancia.
 
O lo que es lo mismo: descartar la seguridad a la que nos hemos acostumbrado. Pues la seguridad, es un factor de desorden, de deterioro en las relaciones.
 
El humor, viendo el absurdo de nuestros principios que nos parecen inamovibles e incuestionables, es terapéutico, curativo.
 
El estado de vigilia es mientras estamos despiertos, sin dormir. Pero como necesitamos dormir, el sueño es otro estado mental en que descansamos y nos recuperamos para el nuevo día y sus retos. Son iguales porque son complementarios. Es como beber y mear, cada momento tiene su importancia y sentido. Contar los cuatro pies al gato, eso es una pérdida de tiempo, Juan.
 
Creo que es una visión muy negativa, Alejandro. Porque también se podría decir que mentalmente se absorbe la energía de la persona con quien se piensa cuando alguien se masturba. En cuanto que es negativo, yo diría que lo negativo es la frecuencia con que cada cual lo hace. Es decir, es como otra actividad: correr, tener sexo con una persona, trabajar, dormir, comer, ir de fiesta, viajar. Todo depende de la manera que lo hacemos. Y por eso, cada cual ha de saber cuál es su medida y su momento.
 
 
El arrepentimiento del hijo prodigo, pudo ser debido a que se hacía viejo y empezaba a tener miedo a la vida. Y vuelve a casa, como el lugar más adecuado y seguro para él. Por tanto, realmente no sabemos si hubo arrepentimiento o no. Como todos los relatos fantásticos religiosos, cada uno lo coge por la parte que más le conviene. Aunque eso no quiere decir que sea la verdad. Pues lo que se narra no es lo narrado.
 
Si no morimos a cada instante que pasa, entonces vivimos en el pasado Por eso lo nuevo siempre es el amor.
 
Lo que necesitamos es comprender cómo funcionan nuestros pensamientos, de qué manera actúan y cómo son sus reacciones. Entonces, usted sabe cuál es la dificultad: su ego, el ‘yo’, sus miedos y temores. Y donde hay miedo, ¿puede haber amor?
 
Todo lo que hacemos inadecuadamente, es por miedo, ¿no? Miedo al futuro, a no ser nada, a la persona que vive conmigo, al vecino, al que viene de fuera, al extranjero. Y a los otros les pasa lo mismo. Pero, si nos damos cuenta que el otro es como yo -el observador es lo observado-, entonces todo cambia.
 
Mientras no comprendamos cómo funciona el pensamiento y la mente, viviremos en la ilusión de la temporalidad, del pasado, del devenir.