Gandhi, era tan violento como cualquier otra persona -aunque sus maneras externas, sus inclinaciones corporales ante la presencia directa de una persona se inclinaran su cuerpo y cabeza, juntando las manos, etc.-. Porque, Gandhi era un político que quería cambiar la sociedad inda y el mundo por la política. Entonces, si él no quería violencia -como decía de una manera extrema-, ¿qué hubiera pasado si hubiera ganado el poder, hubiera deshecho el ejército indio, hubiera desviolentado a la policía, los espías, etc., que todos los gobiernos tienen para defenderse de los posibles enemigos?
Rolando, ¿podemos poner en el mismo plano a los animales y a los hombres? No podemos comparar el comportamiento de un animal con el de un ser humano, en el ámbito psicológico, espiritual, etc. Pues el animal, no es consciente de su condicionamiento e ignorancia.
¿Dar bien por mal? ¿Es eso posible? Santo que respira no vale. Y de los que están muertos, esos no sirven, pues son todo un invento, un cuento para las personas superficiales.
Pues, solamente existe tal cual lo que somos. Estamos vivos. Y para sobrevivir hay que comer, hay que hacer algún daño. Empezando por los animales, por las plantas, etc. Somos competitivos en los negocios, en los estudios para ser el mejor, en el deporte, en el trabajo, etc.
¿Dónde está la santidad en esta vida de acción y reacción, si a cada paso que damos destruimos la vida?
Ya están calentando los motores para invadir Siria, como Irak, Afganistán. Los guerreros lo preparan todo. Vendrán los lloros, el horror.
Ya están calentando los motores para invadir Siria y hacer como en Irak, Afganistán, etc. Luego vendrán los lloros por las barbaridades y el horror que provocarán. Pero, los lobbies guerreros se encargarán de prepararlo todo para que sea preciso otra nueva invasión y otra nueva matanza en masa que es lo que son las guerras.
“El universo no se maneja bajo la órbita de procesos azarosos, se rige por la causalidad. Gracias, Toni”.
Sí, es verdad. Pero, lo que pretendía decir ese que esas causas no las podemos ni ver ni predecir totalmente. Alguien puede preparar el terreno y sembrar, pero en sus manos no está el que pueda cosechar o no. Hay muchos factores, aún haciéndolo todo correctamente, que no podemos controlar ni dominar ni prever.
La ignorancia es violencia, porque nos hace actuar como un mero animal. Es decir, yo y sólo yo soy lo importante, mi vida, los míos, lo que necesito. Y los demás no me importan en absoluto, los utilizo para mis propios fines que es subsistir.
Y esa manera de encarar la vida lleva irremediablemente a la violencia y a la guerra. Que es como vivimos ahora también, a pesar de que tenemos la oportunidad de ir más allá de la animalidad, que aún llevamos dentro de nosotros.
Si supiéramos ver toda la belleza que hay en un árbol, en una flor, un insecto, sabríamos esa palabra dios lo que quiere decir. Y le daríamos su lugar, como a cualquier otra palabra que hay en los diccionarios.
Ni Buda ni los orientales creen en dios, porque se han dado cuenta que especular es negativo, es una pérdida de tiempo. Entonces, llegado un momento, cuando se dan cuenta que ya están especulando, lo descartan.
Puede que la biblia, con sus imágenes y cuentos, para las personas sencillas tenga su utilidad. Pero, los que sí que se dicen que saben, tendrían que aclarar e informar –en vez de utilizarla para su propio provecho- realmente que eso sólo son alegorías, metáfora, imágenes, etc., que no son realidad.
El problema del hombre blanco europeo fue que se comportó como un maleducado, hizo una visita donde no era su casa y en vez de marcharse -pues las visitas han de ser cortas y breves-, se quedó y le robó la casa a su dueño. Por eso los hombres blancos europeos, eran idiotas, por querer comprar el agua, la tierra, la luz, pero también eran como todos los hombres muy peligrosos.
En la unidad no hay elección de ninguna manera, ya sea que estés en una parte, en las dos o en ninguna. Porque, al no operar el ‘yo’, no hay comparación, ni dualidad, ni contrastes, solo está la conciencia, la percepción, y la acción.
Toda referencia física, material, no se puede trasladar al mambito psicológico, espiritual. Uno en un momento dado puede sentir frío, pero según el termómetro no hacerlo.
El sexo no es amor. Pero, el amor engloba al sexo, lo limpia y armoniza. Pues, como sabemos sin amor –que es todo respeto hacia todo lo que existe-, llega la confusión, el desorden, el caos.
"¿Importa realmente las diferencias con los animales, Toni?"
La diferencia está en que el animal no se puede salir de curso, de su condicionamiento, de su programación, Nosotros, los seres humanos, sí que tenemos la posibilidad de comprender qué es la programación, el condicionamiento, viendo toda la crueldad que lleva consigo, y decidir descartarlo.
Nosotros también podemos tener toda la sutiliza y radicalidad, a la hora de actuar, de responder, como lo tienen los animales. Pero, al ser conscientes de la transcendencia que tienen nuestros hechos, es cuando aparece el pensamiento que trata de discernir, investigar, inquirir. Y aunque eso, a la hora de actuar es un estorbo y un obstáculo, sí que nos hace ver todo el vasto panorama de la realidad, de la vida. Y es ahí lo que nos diferencia: los animales no ven más que lo que les dicen sus glándulas, a la hora de comer, reproducirse, de ser obedientes -porque no saben nada- a su programación. El ser humano, a pesar de su imperfección, siempre tiene la posibilidad de que acceda, venga lo nuevo, que es el amor. El animal siempre vive en el mismo surco: que es yo, yo y siempre yo, que es su programación. Porque no ve ni tiene conciencia de lo que hace ni cómo lo hace.