Para tener amor uno ha de estar libre de conflictos, de celos y de envidias, de odio y vanidad, de exhibicionismo. Mientras eso no sea así, diremos que estamos enamorados, que amamos, pero eso será una idea. Y el amor son los hechos. Pues el amor es la absoluta y total libertad en todos los términos, ámbitos, etc.
A nosotros, ¿qué nos importa lo que les suceda a los demás? Es porque estamos amargados, con deseos de venganza, que hurgamos en la herida diciendo que el que la hace la paga, si hay justicia divina, etc. Si tuviéramos amor, ya nos habríamos deshecho de eso que nos atormenta, porque seríamos libres del pasado.
Cuando uno ve claramente un problema, el problema ya no existe. Entonces, lo que hagamos en esa situación no nos ha de importar, pues al descartar lo negativo lo que quede será lo positivo.
Elegir a uno para estar con él en todo momento, ¿no parece una barbaridad, un cuento de niños? Pues, la mente es ingobernable, siempre está buscando, porque tiene miedo y está insatisfecha.
El peor enemigo del amor es el miedo.
Y cuando una mujer ama a otra persona hace todo por ella.
Pero, una sonrisa no basta porque al momento llegan las dudas, los celos, la inseguridad. Por eso, la seguridad es estar inseguro.
¿Por qué queremos lo que no puede ser? ¿Quién nos ha dicho que vivir de fantasías y delirios es adecuado? ¿Por qué no indagamos en nosotros lo que es real y verdadero, que es el resultado de descartar lo falso y negativo?
Eso más bien parece un negocio. Pues, si damos lo mismo que recibimos entonces estamos todos acabados. ¿Qué es lo que damos sino egoísmo, deseos de seguridad, deseos de placer?
¿Para qué preguntar, si eso es retórico, política? Es mejor vivir que preguntar: estar con uno, mirarle, hablar, etc. Entonces, él le nos contará su secreto.
Pues habrá que empezar por cada uno. Así no tendremos problemas de culpabilidad. Pero, uno solo no puede hacer nada, la vida y sus maneras tienen una dinámica indescifrable para nosotros. Sólo cabe vivir lo que creamos honesto y adecuado.
Gracias, Arturo, por la aportación. Cada ser vivo va a lo suyo: a sobrevivir al coste que sea y cómo sea. No hay animal que no sea peligroso. Y entre ellos estamos nosotros.
¿Para qué hacer solamente ese camino, si todos los caminos son igualmente sagrados? Por el mero hecho de haberse convertido en una moda del sistema, del establishment -incluido el católico-, ya se ha transformado en un exhibicionismo, mundano. Y es que todo lo que triunfa está corrompido. Y luego a los condicionados e ignorantes los arrastra como si fueran robots por donde ellos quieren. Por eso es todo es una vulgaridad superficial.
El amor puede hacer posible lo que parece imposible.
Lo más curativo, la mejor terapia -si no nos mata- es el amor. A partir de ahí puedes añadir lo que quieras.
Los cumpleaños siguen mandando. Es la fiesta más esperada para las mamás y los niños cuando ya se enteran –no como Evan-. Los mayores aunque también los hacen, no le dan tanta importancia, tal vez porque les recuerda sus muchos años.
Antes, aquí en la beata y católica España, sólo se celebraban los santos. Los cumpleaños quedaban más en la intimidad, eran más paganos, irreligiosos. Ahora ya no, toda esa exagerada beatería, que actuaba en forma de corsé rígido, ha desaparecido. Todo es más europeo y norteamericano.
Cuando estamos aburridos, cansados, es cuando es el momento de hacer algo para que la rutina no sea insoportable. Pues, para que venga lo nuevo hay que morir a lo viejo y repetitivo.
Si decimos que el ‘el espectáculo más grande de tu vida está en ti’, eso nos va a dividir de toda la belleza y el espectáculo que hay en todo. Nos creemos que a base de repetir palabras nuestras vidas van a cambiar. Pero, todo eso es una autosugestión, que nos embota las mentes, haciéndonos insensibles a todo lo que existe. Eso es porque huimos de la realidad, que también incluye el sufrimiento y el dolor.
Por tanto, uno es como es, con lo que le toque vivir, ya sea un afortunado y agraciado con magnetismo, o no. Pero inventar lo que no es, es corrupción y genera malos resultados. Por lo que seguiremos en el mismo ámbito de los problemas, que son los conflictos entre lo que soy y lo que me gustaría ser, entre la realidad y lo que debería ser.
El amor lo es a todo, nadie ni nada queda fuera. ¿Puede haber amor amando sólo a nuestro gato, a nuestro país, a nuestro hijo o esposo?
El dolor es el gran maestro, instructor, el que nos contiene. Si no sintiéramos dolor, seríamos peor que las fieras enloquecidas, La vida está hecho con el dolor, sino acabaríamos todo el día con lo que nos produce placer: comer, sexo, diversión, acaparar de todo, chismes, peleas y contienda, etc.