Torni Segarra

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He leído tu entrevista en el diario…, de hoy. Gracias por los comentarios y las informaciones.  
Lo negativo que tiene la poesía es que a veces inventa el absurdo, lo irreal, los no hechos, cuando nos hemos de atener a los hechos. Pues, si tú y yo, y otros muchos, queremos que la corrupción desaparezca, queremos que la guerra -la mayor corrupción- desaparezca, lo hemos de mirar como un hecho inmutable. Pero, los corruptos, los guerreros, no le ven como algo real, tal cual es.
Eso mismo sucede en España, y otros sitios de Sudamérica, que torturan y asesinan violentamente a los toros, pero no lo ven ni como tortura ni como un asesinato, sino como un arte. ¿Te parece poético decir que torturar a un toro por placer y diversión es un arte? Pues eso, es lo que hace la poesía surrealista.
Cuando los poetas dicen cosas como: ‘La luna se está peinando en el espejo del río’. Eso es un delirio, una alucinación, cosa de personas subdesarrolladas mentalmente. Pues la luna no tiene cabellos para poder peinarse. ¿Te das cuenta dónde estamos? Pues el todo vale, es el origen del desorden y la anarquía. Que es lo que quieren los corruptos. Los que quieren la guerra, los que lo solucionan todo mediante la violencia.
El arte tiene esa misma connotación y sistema: inventar otra realidad diferente de la que hay, de lo que es. ¿Se puede mejorar y superar la belleza de un árbol visto en el lugar dónde está? Querer mejorarlo, eso es corrupción, alteración de la realidad, por otra realidad que me gusta más y más me satisface. Pero eso, destruye la integridad, la cordura, la sensibilidad, el orden, por la confusión y el caos.
El orden de lo que es, de la naturaleza no se puede alterar. Un perro, es un perro y hay que tratarlo como es ni más ni menos. Lo mismo el león y las fieras de la selva. ¿Para qué las encierran en jaulas, para exhibirlas como espectáculo, entretenimiento y distracción, si esa actitud traumatiza y rompe el orden de los animales salvajes y convierte sus vidas en una tortura absurda?
¿Te das cuenta el peligro de querer cambiar y alterar el orden, de lo que es? Como escritor que eres, sabes que cada letra y cada palabra es algo sagrado y no se puede cambiar por capricho, sino no nos podríamos comunicar por escrito. Y lo mismo sucede al hablar. Por eso, los idiomas que no sabemos ni comprendemos, nos parecen una locura indescifrable. Pero los que los hablan y entienden saben cómo se escribe cada palabra y dónde hay que usarla y ponerla.
 
La realización, no llega con el pensar. Sólo hace falta ver y observar la realidad, lo que sucede en el pensamiento.
 
Gracias Max, por la publicación de ese escrito, tan reconfortante interiormente este.
 
Hay un problema, que es que una ola del océano donde hay miles de millones, se cree que es diferente a las demás. Y ese descubrimiento es porque ha inventado un observador, que contrasta, compara. Pero como eso es falso, ella tiene sus dudas y empieza todo el calvario para demostrarse que es diferente,  es la mejor.
Ahora la pregunta es: ¿qué hará la ola para no vivir en esa tortura de estar siempre queriendo ser más, pues siempre hay otras olas que la hacen dudar?
 
Mucha poesía, Tao, ¿no te parece? Porque tu orden que impones, puede que no sea el orden  para otro. Por eso las religiones, diciendo que quieren hacer el bien, generan tanto mal. Así mismo es lo que les pasa y hacen los políticos, que declaran guerras, sin importarles las torturas y los martirios que provocan en las personas.
 
Tao. Eso creo que se lo deberías de contar a un niño tierno. Porque, te has olvidado, o no lo sabes, que el observador es lo observado. Es decir si tú estás hablando con una persona cualquiera, ella es como tú, tiene tus mismas funciones tanto orgánicas, como psicológicas. Así que inquiérete, investígate, o lo que es lo mismo investiga e inquiere en los demás. Y verás cómo tú eres y cómo son los demás. Pero no te inventes cosas que no son, atente a los hechos.
 
Ahí sí que tienes razón en advertir del peligro del fumar. Pero he conocido personas que a los ochenta años seguían fumando y no estaban enfermas. Sin embargo hay otras personas que nunca han fumado y tienen problemas en las vías respiratorias. Te lo digo para que veamos que todo no lo podemos saber. Aunque meter humo en los pulmones humo, es una de las cosas absurdas que hacemos los hombres. Se empieza por vanidad y esnobismo, pero proto pasa a ser otra droga más.
 
Una parte de la culpa es nuestra y la otra parte es culpable el destino, lo que los antepasados nos transmitieron y educaron.
 
El origen del mal es el miedo. Una persona sin miedo, no tiene maldad. Porque, al no tener miedo a nada -ni al futuro ni al pasado-, no desea nada.
Todo es muy sencillo, pero todo lo complicamos, ya sea por lo que dicen los libros o lo que nos dicen otros que dicen que saben. Solamente, tienes que mirar y darte cuenta qué eres dentro de ti con, sinceridad, y verás que tienes miedo, mucho miedo, que te divide de los otros, y te hace cruel y despiadado.
 
Cryst. Dios no necesita ni deja de necesitar. ¿Por qué queréis hablar de lo que no se puede expresar con palabras? Pues, no hay palabras para expresar lo que esté más allá de ellas, lo innombrable. Dios no reconoce ni puede reconocer la maldad, porque él es tanto el criminal como el inocente que va por la calle, que es toda vulnerabilidad. El concepto del mal y del bien, es un concepto de los hombres, porque al tener miedo, se hacen duales e inventan el bien y el mal.
 
Gracias, Luli. Todos los que tienen abundante dinero, que viven como burgueses, tienen que justificar su manera inmoral de vivir. Porque ellos, en cierto modo saben que viven inadecuadamente. Es como si viviéramos en una misma casa –la tierra-, donde unos viven derrochando y perdiendo el tiempo en distracciones y entretenimientos. Y hay otros, que viven en la miseria, son explotados y maltratados, muriéndose de hambre en la más absoluta miseria.
Al no poder, dar solución a esa miseria que mata de hambre a millones, porque nos hemos hecho adictos a esa manera de vivir derrochadora e inmoral, buscamos una solución psicológica, donde nos preguntamos si existe el cuerpo, si existe el mal como tal, si existen otros mundos. Todo ello, como no tiene respuesta, hacemos una ciencia, una distracción un escape,
Pero no hay escape, si la vida me lleva a vivir con alguien que está enfermo, hambriento, su vida es la miseria, es mi responsabilidad hacer algo al respecto, ¿no? Y si no quiero hacer nada, lo tengo que asumir, no huir dando la culpa a otras realidades. Si no huyéramos, sería tal el impacto que recibiríamos que habría un cambio, una mutación, donde veríamos la solución: el fin de la división y la fragmentación interna.