Torni Segarra

Seleccionar página
1. Todos los ‘ismos’, acaban en un sistema, en unas reglas, en teorías que nos distorsionan al dividirnos de la realidad.
 
2. Cuando uno está sin división, unido a lo que está observando, está viviendo, entonces hay una fusión entre el que observa y lo observado, hay un actuar sincronizado. Desde donde se crea y genera lo nuevo, lo que la mente no puede tocar ni manipular.
 
3. Sí, Patricia, estoy de acuerdo en lo interesante de la información. Pero, de lo que se trata siempre es de estar libres de división y conflicto. Por mucho que nos informemos, por mucho que hagamos -aunque sea visto como bueno y adecuado- si estamos en conflicto, ¿qué sentido tiene eso? Pues ese conflicto va a teñir y hacer que continúe en eso que hacemos. Y el conflicto, es la senda del desorden, el enfrentamiento, la contienda, la violencia.
 
4. No huyamos ni lo compliquemos, Patricia. Si alguien va a ti y tú estás dividida, en conflicto, qué relación puede haber. ¿Vemos la transcendencia de ese hecho de estar en conflicto? Pues, desde ahí arrancan todos los problemas que tenemos, que se van a plasmar en la manera como me relaciono, como vivo, en el lugar donde vivo, en la sociedad, en el mundo.
Ahora bien, si no lo veo, no le doy importancia y paso de eso. Por tanto, ¿qué hará que tenga la sensibilidad, la energía necesaria para responder a ese reto de comprender y descartar el conflicto?
 
5. Sí, Jahaziel, estamos hablando en el ámbito mental, psicológico. Por eso, si forzamos con disciplina, con un sistema, un método, la mente, ella se va a irritar, vamos a generar un conflicto entre lo que nosotros queremos y lo que la mente quiere. Por tanto, seguimos divididos, en conflicto.
 
6. Por tanto, ¿puede la mente ser sensible a todo lo que sucede tanto dentro de ella, como fuera? Y si es sensible, ella tendrá discernimiento, que es la inteligencia. Y entonces, a medida que se van sucediendo los retos, ella libre de toda norma, sistema, idea y teoría, va actuar desde el vacío de la nada, generando la respuesta de lo nuevo, lo no tocado por el pensamiento, por el ‘yo’,
 
7. Jiddu Krishnamurti, es lo viejo. Y mientras no muramos a lo viejo, lo nuevo no podrá llegar. Pero, no nos equivoquemos, por sabio que parezca, por bonito que suene, él seguirá siendo lo viejo. Y con lo viejo no se puede abordar, responder a lo nuevo, que es el reto del presente, del ahora.
 
8. Cuando vamos hasta el mismo borde de la mente y vemos el abismo ante nosotros, entonces la acción no es dubitativa ni confusa, sino que es acción total, la sabiduría operando.
 
9. Si hemos de llegar a la libertad, uno tiene que descartar todo lo que no es libertad, ¿de acuerdo? Es decir, uno tiene que morir a lo que es, al ‘yo’, que son sus ideas y teorías de la clase que sean, tiene que poner en juego toda su vida hasta llegar al borde del abismo y mirar cara a cara a la muerte. Y, cuando uno ve cara a cara la muerte, no habla ni duda ni mira en la memoria, no huye ni se entrega a ella, sino que actúa, hace algo. Pero, esa acción no tiene nada que ver con Jahaziel, Toni u otros. Porque esa acción, es la de la acción inteligencia, que es la de la libertad suprema.
 
10. Para Dominiqué Reynié, director de la Fundación para la Innovación Política (Fondapol).
He leído tu entrevista en el diario…, de ayer. Gracias.
Creo que al margen de la coyuntura de crisis económica en que vive Europa, el presidente Hollande, tiene gran parte de culpa del clima de protestas, y de populismo, que se vive en Francia.
Pues al margen de los socialistas que le votaron, también tiene el apoyo y el respaldo tácito de tos simpatizantes de izquierdas, humanistas, pacifistas y no violentos.. Primer error del Sr. Hollande: darse un paseo exhibiéndose con un coche descapotable por una avenida de París el día de la fiesta nacional. A manera de Degaulle, y de Sarkozi, que ninguno de lo dos tenían nada de izquierda.
Segundo error, a los pocos meses de tomar posesión como presidente ya quería y propuso la invasión de Siria. Es decir, ya quería hacer la guerra participando directamente, con lo que ello conlleva de bombardeos, asesinatos, matanzas en masa. Y todo eso, alguien que es realmente de izquierdas, no lo quiere ni lo acepta.
Por tanto, es el mismo presidente Hollande, el que ha degenerado y corrompido su legado humanista -que se supone que tiene- de izquierda. Porque, todo eso de las invasiones y las guerras tienen un coste económico que al estar reduciendo las prestaciones sociales parecen y son más escandalosos. Aparte de las muertes y heridos que pudieran ocasionar, como en toda guerra.
Otro error de Hollande, invadir Mali, con ese ardor guerrero que se ha apoderado de él, con toda la brutalidad y su coste humano y económico. Pues, la violencia y la guerra no solucionan los problemas.
Por todo ello, la derecha al ver las payasadas que ha hecho y está haciendo -su estilo es el de alguien que actúa superficialmente, como si no se enterara de lo que ocurre más allá de la superficie-, se ha envalentonado y responde con un descaro que en realidad no es para tanto. Aquí en España, los que mandan son de derechas y han hecho y deshecho todo lo más grave: despido libre de los trabajadores, el paro desde que mandan ellos sigue subiendo, reducir o quitar las prestaciones sociales en casi todos los ámbitos. Pero, los que se manifiestan no lo hacen como lo hace la derecha, tanto contra Hollande, como lo hacían contra el anterior presidente Zapatero, también de socialista.
El problema de los socialistas cuando mandan, es que se olvidan de su raíz humanista de la izquierda. Y eso los corrompe, los degrada, los divide de sus electores y simpatizantes. Y por eso, todos los gobiernos de izquierdas acaban mal, muy mal. La solución honesta, sería intentar hacer todo lo que es adecuado y de izquierda, pase lo que pase y llegar hasta el final. Y cuando perdiera el respaldo de su grupo, o fuera imposible realizarlo, dimitir explicando e informando de los motivos claramente.
Espero que estemos comunicándonos, Dominiqué. No estoy contra la derecha, ni a favor de la izquierda, estoy describiendo lo que sucede, la realidad. Que no es tuya ni mía ni de nadie, sino que es lo que es, lo que está sucediendo.
Por eso, uno si quiere resolver los problemas, ha de empezar por él mismo. Porque, ¿qué sentido tiene que te diga a ti lo que hay que hacer, lo que tienes que hacer, si yo no lo hago ni lo puedo hacer? ¿Entiendes, dónde está el problema? Por tanto, uno ha de empezar muy cerca, ha de empezar por uno mismo. Y si resuelves tus problemas, entonces estás resolviendo los problemas de toda la humanidad. Pues, uno es el resto de la humanidad, de cada uno de los seres humanos, con su tristeza y alegrías, con su dolor y su esperanza, con su inteligencia que dice que no hay esperanza alguna para la igualdad, la justicia, los respetos humanos, para la no violencia.
Pero, ver todo eso y comprenderlo, hace que uno no huya de esa realidad. Y si no hay huida ni conflicto con la realidad, entonces la inteligencia, que es amor, está ahí.