Jacob. ¿Puedes explicar por qué humano significa súper hombre? Y, ¿por qué yo y Michael somos incapaces de ser humanos?
Jacob, ¿no crees que sea una arrogancia, un atrevimiento, decir que Jesús no pecó? ¿Cómo puede una persona que pisa la tierra no pecar si es un asesino de animales y de todo lo que pisa y aplasta? Parece, que eres muy superficial, ¿entiende de qué estamos hablando?
El pecado es cosa de cada cual. Uno no puede saber si otro lleva una vida de corrupción, de conflicto. Eso lo sabe cada cual. Así, Jacob, hazte la pregunta para ti mismo. Y si te la contestas con sinceridad, ya te se han terminado los problemas. Y eso es lo realmente importante: lo que hacemos con nuestras vidas, lo que hace cada cual con su vida.
He leído tu entrevista en el diario…, de hoy. Gracias por las informaciones y comentarios.
Es muy realista y cierto eso que dices, de que todas las familias tienen secretos. Eso está muy claro, porque las familias están compuestas por personas. Y las personas todos tenemos secretos, por lo que las familias también. Parece ser, que es difícil que se entienda de una manera clara, hasta la misma raíz, que todos somos básicamente iguales en lo psicológico. Eso de que todos somos iguales, se ha dicho muchas veces en el ámbito político, religioso, reivindicativo, pero al no comprenderse realmente el resultado es retórico.
El que todos seamos básicamente iguales en lo psicológico, quiere decir que entre tú y yo no haya nada que se interponga y nos divida. Pues, si hay división la relación no es posible. Y eso es lo que sucede en realidad, uno es australiano y otro es europeo, con todo el bagaje cultural, religioso, el condicionamiento intelectual, los libros que hemos leído, la música que hemos escuchado, la manera de comer, etc. ¿Puede todo eso, que nos fragmenta, que es un impedimento para la relación, cesar, llegar a su fin ahora? Lo mismo sucede con el marido, los hijos, los parientes, los amigos, que cada uno tiene sus vivencias, su historia, ¿podemos acabar ahora con todo eso que se interpone en la relación y nos hace que cada uno mire hacia una dirección y no hay relación en absoluto?
Si lo vemos en el ámbito político, sucede el mismo paradigma de división y fragmentación, de enfrentamiento, de conflicto, por lo que nos hacemos nacionalista. Que es otra manifestación del egoísmo, otro juego del ‘yo’, para sentirse seguro y a salvo. Pero la trampa, el error, es que solamente existe la inseguridad total y absoluta en todos los ámbitos. Y por eso, el buscar la seguridad, ya sea la personal, la política, la religiosa, la armada y violenta, nos deja en la ilusión de dar vueltas dentro del círculo cerrado de la acción y la reacción.
El problema del nacionalista con su país, sus fronteras, su economía, sus peculiaridades, su bandera, su raza, su lengua, etc., es el mismo problema que tiene cada cual con su apellido, su clan familiar, su cuerpo, su pequeña o gran economía, su manera peculiar de vivir. Eso quiere decir que nuestro problema es la manera cómo vivimos, de qué manera encaramos la vida, nuestra vida cotidiana, que se manifiesta en cada cosa que hago, en cada reto que nos llega y encaramos.
Por tanto, uno tiene que comprender cómo se genera ese ‘yo’ divisivo, que da vida al conflicto, que estropea mis relaciones ya sean íntimas, como superficiales, que estropea mi trabajo, la relación con mis hijos, con las personas que viven y se relacionan conmigo. Este ‘yo’, que es el pasado, que es el responsable de toda violencia, de todo el hambre y la miseria que hay donde quiera que uno vaya, es tiempo, como memoria, ya sea del pasado, del presente, como del futuro. Y es esta memoria, que es el condicionamiento que está en las células cerebrales, lo que hace que nos dividamos, pues el ‘yo’ tiene miedo a lo nuevo y por eso se agarra y se aferra al pasado que es lo conocido. Y es por eso que tenemos miedo, porque somos tan conservadores, temiendo a lo nuevo -que no es el futuro, sino lo que está más allá del tiempo-.
Así que el ‘yo’, siempre será divisivo porque él es tiempo, es el resultado de las experiencias que se repiten desde hace millones de años. Por supuesto, que ese ‘yo’, es el invento del pensamiento, es una entidad ficticia, como es igual de ficticia la idea, el pensar del que dice que habla con alguien mentalmente. Y tanto el pensamiento, como su invento que es el ‘yo, son el resultado de la memoria, que abarca al condicionamiento de nuestro pasado animal
Así que, uno tiene que comprender todo ese proceso de la creación del ‘yo’, de la generación de la división y del conflicto, para poder estar libre de todo eso. ¿Cómo lo comprenderemos ahora, Kate? Porque el problema, los retos, siempre son en el ahora, en el presente. Y los problemas no admiten demoras, no podemos parlamentar con ellos, sino que nos exigen una solución. El reto, que es una persona, no admite tiempo para amarla. Para amar a alguien uno tiene que estar fuera del tiempo. Y eso sólo llega con la pasión que genera la compasión y el amor por todo lo que es la vida. Eso quiere decir amar por igual a nuestros hijos, amar a nuestro marido, amar al vecino, amar al que esta diez mil kilómetros en la otra parte del mundo. Y eso sólo puede ser cuando no somos nada, solamente el vacío que genera y da vida a lo nuevo, al amor.
El apego, la ignorancia, el miedo, el deseo, todo es lo mismo. Así que comprendiendo uno totalmente, al solucionar ese problema que genera, se solucionan todos los demás. ¿Por qué nos apegamos sino a un país, a una religión, al apellido, a lo que conozco, si no es por ignorancia y miedo?
El cerebro para poder funcionar completamente, ha de recibir también completamente toda la energía que necesita. ¿Cómo llegará esa energía. Enghelbertb?
Pero, la realidad es que si no hubiera miedo, porque nos hemos deshecho de la ignorancia, no habría la idea que hay de dios. Y por tanto, no habría explotadores en ese ámbito. Por eso, el problema es el mismo que hace un millón de años.
Pero, lo más incomprensible, Yanet, es lo tozudos que somos: sabiendo que si yo agredo e invado a otro, por la fuerza de los hechos, alguien me va a hacer algún daño, enseguida o luego, ¿por qué no me doy cuenta de lo absurdo de actuar violentamente, con crueldad? Luego, por esa misma fuerza de los hechos, cuando recibo el resultado de mi agresión –otra agresión violenta y cruel-, vienen los lloros, me pongo como una víctima inocente, etc., tal cual como lo hacen los niños. Y así, con este paradigma de acción y reacción, llevamos toda la vida, varios millones millón de años.
Todos de alguna manera somos psicópatas. Pues, la psicopatía es la ausencia en un momento dado de sensibilidad y de compasión por los otros. Es decir, cuando me divido de mi amiga, de mi compañero de trabajo, de la persona quien vive conmigo, de mi vecino, es cuando ya estoy dentro del ámbito de la psicopatía. No nos olvidemos, que siempre el observador es lo observado, tú eres yo, y yo soy tú, y todos a la vez.
Estamos a la espera de tan intrigante historia y su desenlace. Gracias, Enghelbertb.