Torni Segarra

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Hace sesenta u ochenta años, las parejas de novios no eran tan activas y promiscuas sexualmente porque no lo podían. La moral imperante obligaba a ciertas actitudes, que sólo unos cuantos lograban desobedecer, en las que el sexo era tabú. Ahora, cualquier persona joven tiene relaciones sexuales desde muy temprana edad -salvo algunas con una educación férrea, a la antigua-. Así que, hay que vivir con eso, guste o no a los padres o a algunos jóvenes que no saben ni pueden vivir de esa manera. Está en el aire, en la moda, en la publicidad, en el márquetin, en el turismo de masas, en las diversiones, en el consumo de drogas, de alcohol, en la música rock, en la independencia económica, etc. Cada época tiene algo que la marca, esta tiene esa característica de vive como quieras. Eso sí, sabiendo que si te pasas seguramente vas a ir a parar al hospital, al psiquiátrico, a la cárcel o al cementerio.
 
La dicha no llega porque nos hemos enamorado de una persona. La dicha llega porque nos hemos enamorado de la vida, que incluye el apareamiento. Pues, cuando uno está enamorado de la vida, haga lo que haga es la dicha y el gozo.
 
Carmen, no se trata de un trabajo muy profundo, porque eso va a implicar tiempo. Y el reto es ahora, cuando se presente es ahora. Y hay que responder en ese preciso momento. Y, sólo estando completamente atento a ese reto, donde no hay división entre el reto y uno, que es el que observa, el observador que está mirando, que uno vivencia, vive esa unidad total donde todos somos iguales.
 
Vamos a ponerlo de la siguiente manera: cuando estamos en la cocina y cogemos algo que está muy caliente, ¿verdad que hay una respuesta sin tiempo? Es esa clase de respuesta la que va a poner orden en nuestras vidas. Si no hay conciencia, no podríamos vivir como lo hacemos, seríamos otra cosa: como vegetales, etc.
Ahora bien tú dices que hay que desarrollar esa conciencia. Pero, y si no se puede desarrollar, y si se puede ¿cuándo va a tardar? Si estás al cuidado de un bebé y estás viendo algo por televisión o leyendo, y tienes que estar atenta a la hora de darle la comida, etc., si no tienes la conciencia despierta, liberada, no podrás atenderlo adecuadamente.
Ahora hay que descubrir, ¿qué es lo que se antepone para que esa liberación de la conciencia sea? Venga, descúbrelo Carmen, ahora.
 
Nuestra naturaleza es divisiva, disgregadora, inatenta -eso es nuestro condicionamiento-. Por eso, cuando me doy cuenta que estoy inatento, es cuando vuelvo a estar atento.
 
Que feo es todo eso, para un solo día tanto derroche de dinero y energía, por un traje incómodo e insoportable. Hay que ser muy inmoral para vivir de esa manera.
 
Pero, averigua por qué se distrae la mente, está inquieta, deseosa de algo nuevo, o temerosa de dejar la rutina de lo conocido. Si tenemos orden en nuestras vidas, ese orden nos lleva a la atención, al fin de la búsqueda infinita del devenir, de detracciones, entretenimientos.
¿Podemos vivir en ese orden, donde la inteligencia está operando? Si descartamos lo negativo, lo que llegue va a ser lo positivo. Aunque lo positivo no sabemos lo que es –pues si lo supiéramos sería que el ‘yo’ está operando, el pensamiento, la mente-, sólo sabemos que descartando lo que es negativo, eso que nos trae el orden está ahí.
 
Todo se trata de ver o no ver. Si uno lo ve, fin de los problemas. Todo como viene se va. Y hasta que se vaya hay que vivir con ello. Por supuesto que hay que tener suerte en la vida, aunque eso no quiere decir que no hay que pasar por donde pasamos todos.
 
Para Joffre Tarrida, nariz de Oro 2013, la mejor nariz de España. Sommelier.
He leído tu entrevista al diario…, de ayer. Gracias por las informaciones y comentarios.
Sólo quiero decirte, que el alcohol es una droga peligrosa. Aunque ya lo sabes, he sentido la necesidad de recordártelo. Ya sé que puedes decir que también es peligroso el coche, los cuchillos, las escopetas de caza, etc. Pero el alcohol puede ser muy degenerativo, destruir nuestra vida, hacerla más miserable.
 
Deja que se vayan, pero cambia tú para que si vuelven queden iluminados y no nos molestarán.
 
El problema es que las cosas y las personas duran lo que duran, pero nosotros no lo queremos aceptar, porque no comprendemos a la vida ni a las personas. Es decir, no nos conocemos a nosotros mismos, porque si nos conociéramos entonces conoceríamos a todos los demás, al resto de la humanidad.
 
No he encontrado ninguna, todas se quedaban cortas en el amor, igual que yo, igual que todos.
 
Cuando vemos claramente algo hay acción, ¿verdad? Si ves que tienes mucho calor, la acción es que te quitas la ropa, ¿no?. ¿Por qué no tenemos esa misma pasión y energía para encarar todo lo demás? Descubre y descarta esos obstáculos y la totalidad de la energía llegará.
 
El amor no se espera. Porque el esperar es un deseo, una maquinación. El amor llega porque llega, es un capricho de la vida. Nada se puede hacer, sólo vivir adecuadamente y allá donde vayamos lo veremos allí, porque lo llevaremos en nosotros.
 
A lo mejor no podemos ser felices con lo que queremos y deseamos. No deseemos nada, y todo podrá llegar. El amor necesita el vacío, porque él es el mismo vacío.
 
La madurez es ver dónde está lo negativo y descartarlo radicalmente. Y para eso, no hay edad de comienzo. Todos desde temprana edad, sabemos que es lo negativo: hacer daño a los demás.