¿Cuáles son esos valores que inculcamos a nuestros hijos, si siempre estamos preparándonos para hacer la guerra, cuando en los cuarteles se practica y ensaya para ser guerreros? ¿Qué valores son esos que siempre queremos ganar, vencer, triunfar a costa de los otros, que también quieren lo mismo? Además, ¿esos valores que inculcamos a los hijos, son un hecho en nuestras vidas cotidianas, en la manera de relacionarnos con el dinero, las propiedades, las personas?
Todas las cosas son de dios, omnipotente, omnisciente, todo amor, ¿no es así? Entonces todo lo que nos llega es la voluntad de dios. Y entonces, da igual que sea extraordinario o no lo que nos llegue, porque eso es cosa de dios. ¿Es ese determinismo el que queremos, al crear a los dioses a nuestra medida, como un traje de diseño especial para nosotros?
Lo que ahoga a alguien cuando cae al río, es no saber ni flotar ni nadar.
Si no hay problemas, no hay porque resolverlos. Luego si no hay problemas, no ha lugar a planteárselos, ni nada que se relacione con ellos.
El que tiene amor, le da igual vivir en la masa de una gran ciudad, en una aldea o en la selva. Pues, los retos que le llegan los va a resolver de la misma manera, esto es: con todo el afecto y todo el cariño, con todo el amor.
Todo lo que nos pasa, agradable o no, los demás tienen su participación, pero nosotros tenemos la clave para que eso si no conviene prosiga.
Las tristezas y las complicaciones, ¿son lo mismo? Las complicaciones cuando llegan a un cierto nivel, nos desbordan y es cuando llega la frustración de la derrota y la tristeza.
Nada es seguro, pues la vida es inseguridad. Y el sexto sentido, también participa de esa inseguridad.
Si en vez de decir ‘ser mujer’, dijéramos ‘ser un ser humano completo’, estaríamos refiriéndonos a toda la humanidad, la que toda pisa el mismo suelo.
Sea lo que uno sea, en las situaciones que nos toque vivir, uno puede ser algo que genere orden o genere confusión y desorden,
¿Por qué decimos que algo es malo o no? Si algo es malo, ¿por qué lo hacemos si va a ir en contra nuestra? ¿O, es que eso que consideramos malo, no lo es en realidad, sino una convención social, una idea, una opinión generalizada?
Si yo fuera mujer, esos machos tan fuertes y rudos, no me servirían. Porque desafortunadamente, son unas máquinas de exhibicionismo y vanidad a un nivel patológico. Lo que quiere decir, que la sensibilidad y la inteligencia, tan necesaria para que la vida no sea solamente la persecución del placer, están bajo mínimos. Por lo que la vulgaridad, la superficialidad y la banalidad, es lo que impera.
Los excesos y la abundancia, generan malos resultados. Generan celos y envidias, llaman a los ladrones para que actúen, con todos los problemas que se derivan. Vivir en los excesos y en la abundancia, es una inmoralidad cruel e inhumana.
Tan científicos que creemos que somos, y no nos damos cuenta que nada puede pasar si no concurren varias, todas las circunstancias, para que algo sea. Si no lo sería, no podría suceder. La ignorancia humana, sólo ve un fragmento del gran panorama, infinito, de la realidad.
Los hechos enseñan porque no nos dan ninguna salida, solamente hemos de estar con ellos. Y al final como nos hacemos amigos de ellos, nos hacemos una misma cosa, ellos nos cuentan su secreto.
Hay que ser realistas, uno no llora por los demás, sea quien sea, sino que llora por sí mismo al ver que también participa de la miseria humana, de la que nadie se escapa.
¿Vivimos de esa manera tan hermosa que queremos, Lucy? Si queremos liberar a nuestros hijos del condicionamiento, que va a hacer que prosiga con lo viejo y conocido, lo repetitivo, habrá que empezar por ser sinceros y no hipócritas, diciendo algo que tal vez no pueda ser. Por tanto, antes hemos de ver si nosotros podemos desacondicionarnos, ser libres, y no decir e inventar lo que me gustaría que fuera, inventar otra realidad. Pues cuando nos enfrentamos a la realidad, sin querer escapar ni querer cambiarla, entonces es cuando opera la inteligencia. Y esa inteligencia es el amor.
Al revés también pasa: agua que no has de beber déjala correr. ¿Estamos de acuerdo con eso o nos gustan los líos, la confusión, salirnos con la nuestra, pase lo que pase, cueste lo que cueste?
Pero ese hijo tuyo,, que dices que es tan especial, es como el mío, el de tu vecino, etc. Porque, si no lo comprendemos, si no lo vemos así, nos haremos unos monstruos egoístas incluyendo al niño.
Paraíso para las ninfómanas, quebradero de cabeza para las sensibles e inteligentes.
Los hombres seguimos siendo como los monos: copian a los más poderosos y fanfarrones. Es una estrategia para triunfar en la medida de las posibilidades, para seguir obedeciendo a las leyes de la naturaleza y su selección de los mejores. ¿Podemos ir más allá de ese diseño y paradigma?