Todo va bien. Recibí una invitación-propuesta para que fuéramos amigos y acepté. De todas maneras no sé cómo funciona esto de ‘Círculos’, ‘Amigos’, ‘Conocidos’, ‘Seguidor’, etc., pues llevo un par de meses en Google+. Y es que tengo una cierta antipatía a todo lo complicado, solamente me atrae lo sencillo. Por ejemplo Facebook, me parece más sencillo.
Tú, Cristina, cómo te va, con la psicología y la filosofía.
Los problemas siguen siendo los mismos, unos tienen unas creencias a las que se agarran, sin importarles lo absurdas que sean. Y los otros también se agarran a una creencias, lógicas, racionales, liberadoras, que nos llenan de vida, es decir, que son menos dañinas, nos causan menos dolor.
Pero esa confrontación de ambas maneras de ver la realidad, nos puede llevar al conflicto, a la fragmentación, a más crueldad, a la violencia y a la guerra. Por lo que sería un fracaso, de las creencias nuevas, liberadoras del dolor y sufrimiento. Porque, todo descubrimiento, todo lo nuevo si no nos libera del dolor y el sufrimiento, ¿qué sentido y valor verdadero tiene? Pues el dolor al alterar a la mente, le impide la sensibilidad, que es inteligencia, que es compasión y es amor.
Nos preguntamos alguna vez, ¿por qué esa atracción por lo macabro, lo feo? ¿Por qué nos gustas jugar con ello, reproduciendo esas desgracias sanguinarias y pavorosas? ¿No creen que es porque estamos aburridos con esta sociedad y su manera de vivir, consumista y derrochadora, que es tan superficial y aburrida, sin ningún sentido sino ir tras el placer, lo que quiere decir dar la espalda a la realidad, a la verdad, de lo que son las cosas, lo que nos lleva al absurdo de la adoración por lo truculento y lo macabro?
Si no hay culpa, si no hay ofensa, ¿puede haber miedo? El miedo es un error en la relación, es un daño que se infringe al otro voluntariamente. Es decir, el miedo es la incomprensión de lo que es la realidad, cómo funciona, opera.
¿Por qué decimos que la tierra representa a lo femenino, principio generador de vida, cuando la vida es la paridad reproductora entre lo femenino y lo masculino? Con esa actitud tan feminista, han hecho de todo ello como si fuera un nacionalismo, divisivo y separador. En el que la mujer es el centralismo, que encarna todo lo bueno, infravalorando a todo lo demás. Por lo que, esa actitud tiene como resultado el racismo de la mujer contra el hombre. Por supuesto, que ese mismo problema funciona de la misma manera en los hombres, infravalorando con actitudes racistas contra la mujer.
Los sueños no se pueden alcanzar, porque son eso sueños. Siempre son el pasado, que ya hemos establecido para conseguirlos. Por lo que, los sueños son lo viejo y conocido, lo repetitivo, lo que nos bloquea e impide la libertad. Todo una ilusión, un engaño, un fraude, que nos auto hacemos.
Si hubiera un verdadero sueño, sería lo desconocido, lo no tocado por la astuta mente.
Mayra. ¿Las esperanzas se pueden hacer realidad? ¿Qué realidad queremos, la felicidad: un hombre o una mujer inteligentes, bellos, compasivos y con amor, que siempre estén a nuestro lado, que mueran por nosotros, es eso posible? ¿Tú lo harás posible, morirás a tus deseos y necesidades por los otros? No digas ni que sí ni que no, porque no lo sabemos, investígalo, descúbrelo. Seamos serios y no inventemos no hechos, atengámonos a la realidad de lo que es la vida: el presente, el ahora, con todo lo bueno y lo malo.
Por eso, conociéndonos verdaderamente quiénes somos –egoístas y todo lo demás- es cuando conozco y entiendo a toda la humanidad.
Hablar de lo que podría ser, de lo que nos gustaría que fuera, ¿eso es la realidad de lo que está aconteciendo en nuestras vidas? Nuestras vidas son lo que son, son como son. Y atenerse a esa realidad, es lo que nos genera el orden en nuestras vidas. Ese orden, que sin él, no puede haber amor.
Lo que se dice, se narra, no es lo real ni lo descrito ni narrado. Pues lo real y verdadero, está más allá de las palabras, ideas y teorías, las creencias. Y lo que realmente vale son los hechos, no las creencias, las ideas, por buenas y nobles que nos parezcan, pues nos dividen internamente y de los demás. Y si hay división, con su conflicto, ¿puede haber amor?
Cuando siempre estamos extrañando a una persona, es que tenemos un problema. Porque ese pensar –dar energía- en alguien que no está ahí ante nosotros, aunque nos de placer, eso nos genera desorden. El desorden de la posesión por otro, que nos hace que desatendamos al presente, al ahora. El presente, el ahora, es lo realmente importante y no el pasado o lo que nos gustaría que fuera.
Eva. ¿Podemos decir que algo o alguien, es para siempre? ¿Hay algo para siempre, ya sea un objeto material, el cuerpo, nuestras vidas, una persona por especial que la veamos? Eso es todo tan infantil. Solamente, hemos de mirar y observar a la naturaleza, a los animales, a todo lo que existe. ¿Por qué nos creemos que nosotros estamos al margen de la realidad, creyendo que somos especiales, algo fuera del paradigma que lo abarca a todo y a todos?
¿Por qué nos cuesta tanto ver y comprender que todos somos iguales en las necesidades, ya sean físicas, como psicológicas? Todos queremos y necesitamos afecto, respeto, tener cualidades, querer ser virtuosos. Y, ¿eso no nos iguala en los resultados de lo que hacemos? Y, ¿eso que hacemos no es el resultado de la cooperación y la participación de los demás? Sin la cooperación de los demás –del empleado del banco o del supermercado, del taxista, del que cultiva los alimentos, etc.- no podríamos hacer nada por importante que nos parezca que es lo que hacemos.
Tener los pies en el suelo, sin inventar lo que no es, es preciso para que nuestras vidas tengan orden, Tener sueños sin que se hagan realidad en el presente, nos divide del ahora, nos hace que estemos en desorden, confusos, débiles. Los sueños son pensamientos, una especie de alucinación y delirio, una inversión de energía por un placer que nos aísla y perturba.