1. Cuando criticamos a alguien hemos de ser conscientes que nosotros somos básicamente en lo psicológico como él. Esto es muy difícil de comprender para poder asumirlo. Pues una vez comprendido, al distraernos perdemos la atención y es cuando creemos que somos alguien especial, aparte de los demás. De manera que nos dividimos, generando todo este desordenado mundo, la sociedad donde vivimos, con su crueldad e indiferencia a ella, con su violencia. Que es el resultado de nuestro comportamiento, que es el mismo que el de los otros, que nosotros creemos que son ellos los culpables.
En todo conflicto, los que litigan nadie cree que tiene culpabilidad. Y de ahí, si no se resuelve, se pasa a la violencia y a la guerra, con todas las barbaridades que se hacemos en ella. ¿Podemos ver que el observador es lo observado, que la persona que observo, que tengo delante que está hablando conmigo, es lo mismo que yo: alguien que tiene necesidades que le apremian, tiene miedo al futuro, tiene miedo a la soledad, a no ser querido, rechazado?
2. Si todas las mujeres llevaran esos zapatos tan caros y crueles con ellas por los altos que tienen los tacones, si todas se pusieran esos vestidos para una única ocasión, el día que se casan, el mundo estaría más perdido aún, al borde de la extinción. Pues hay que ser muy superficiales, indiferentes al dolor de los demás, para invertir tanto tiempo y dinero para querer embellecer, poner más excitante el cuerpo para atraer a los hombres.
Pero la pobreza está ahí con sus amargas consecuencias de dolor, de luchas y enfrentamientos, de revueltas y revoluciones, con su crueldad y violencia, por el agravio que es que unos derrochen de todo, mientras otros no tienen nada para poder sobrevivir. Es decir, por la injusticia que es pagar sueldos de miseria, mientras las ganancias abultadas se las llevan los dueños de las empresas, terratenientes, los ricos. ¿Las mujeres pobres, sencillas y naturales, las auténticas, pueden consentirse esos lujos y derroches en el vestir, en caprichos y bobadas?
Hay que ser muy estúpido, desafortunado e insensible, para no darse cuenta ni percatarse que esa actitud injusta, humillante, va a generar los problemas de la protesta, el cuestionamiento del sistema, que desemboca en brutalidad, violencia y guerra, con sus lloros y amarguras.
3. Cuando culpamos de todo lo que nos ha sucedido o sucede a alguien en concreto, ya sea a la pareja, al compañero, a la esposa, al amigo, ¿es eso cierto? ¿O es que nosotros no vemos ni comprendemos la realidad de lo que está sucediendo? ¿Una persona cualquiera puede pilotar, conducir un avión, un gran camión? No podemos, ya que no sabemos, no tenemos la instrucción y preparación adecuada. Pero si insisto en querer conducirlos y sucede una desgracia, ¿por qué le tengo que dar la culpa al avión o al camión?
Nosotros aunque sentimos, podemos amar, somos como las máquinas que están programadas. Y es ese condicionamiento que todos tenemos, la programación, lo que nos hace que seamos imprevisibles a lo que habíamos prometido, pactado, acordado. Porque nosotros todos queremos vivir, y para ello hay que hacer lo necesario para sobrevivir: comer, atender a las necesidades, etc. Y entre esas necesidades está la del cambio, cambiar de aire, de trabajo, cambiar lo que hago cada día rutinariamente. Incluyendo a la relación con la pareja, el esposo, la mujer, el amigo.
4. Por tanto, Chesco, si todos somos tiranos, ¿para qué te tengo que acusar solamente a ti de que lo eres? Todos los problemas se generan por el agravio que es, no dar al otro su libertad necesaria para poder sobrevivir. Por eso, se dice: ‘Vive y deja vivir.’ Y cuando uno ya ha comido, tiene ropa y casa, etc., ¿para qué quiere más? Es ese más, el que causa todo el desorden en el que siempre hemos vivido y vivimos: enfrentados, divididos, en conflicto, con violencia y guerra.
5. Sergio, nunca digas lo que va a ser, lo que tiene que ser o no en el futuro. Tú que eres judío, y crees en lo que ese nombre significa, mira donde habéis llegado en Israel. Los millones que viven allí. Y eso, era impensable antes de la creación de Israel, cuando los judíos eran perseguidos por todo el mundo, masacrados, exterminados en campos de concentración a millones.
Por eso, nadie sabe lo que el futuro nos depara. Solamente sabemos que la vida es un misterio que no podemos desvelar. Lo que sí que podemos hacer, es intentar amarnos, tener el corazón lleno de compasión por los demás seres humanos que son exactamente igual que nosotros, ya que todos sufrimos el mismo dolor que nos genera la vida, queramos o no.
6. Sergio, disculpa mi torpeza, ¿qué quiere decir, ‘Una de rabas’?
7. Aurora. No se trata de impedir o no la libertad de cada cual. Eso es muy primario: tú tienes una pareja, marido, amigo, y vivís juntos. Pero, él o tú ya no queréis proseguir. ¿Te lo puede impedir, o tú a él? Podréis argumentar sin parar, infinitamente, pero si uno no quiere no podrá seguir la relación como hasta el momento en que terminó lo que hacía posible el vivir juntos. Y eso es lo que hacen las personas civilizadas, educadas, instruidas.
Por tanto, todo es cuestión de cabezonería como cuando los curas no dejaban entrar a las mujeres sin medias, sin velo, con las mangas cortas; como no quieren el divorcio; cuando decían que existía el demonio y ahora dicen que no. Cuando para comulgar no se podía comer desde la noche del día anterior, luego dos horas, y ahora ya comulgan con la hostia en la mano.
Todo es estupidez humana. Todo es más sencillo. Tú quieres comer cocido, cómelo; pero si la persona que vive contigo quiere lentejas, déjalo. Eso es la paz.
8. ¿Nos creemos que lo que está sucediendo que nos gusta, nos place, va a seguir siendo para siempre? Si a cada instante que pasa, todo va cambiando constantemente, de manera que el pesnamiento no lo puede seguir. Ahora bien, si queremos cerrar los ojos a lo que está ocurriendo, siendo indiferentes a la realidad, eso es otra cuestión, esa es su decisión.
9. Los que se van a su casa y te dejan sola, debe ser un drama desgarrador. A no ser que tú quieres esa relación compartida, porque aun así y todo la encuentras ganancial, provechosa para ti. Y te has acostumbrado a esa manera de relacionarte y vivir.
10. Chesco. Pero si empiezas por decir que no quieres esto o aquello, expones tus razones respetables o no -que son tus necesidades, ya sean económicas, afectivas, personales-, la vida se colapsa. Ya que la vida es el estar relacionado con todos. Pues los otros, también tienen sus necesidades afectivas, personales, espirituales, psicológicas, egoístas. Por lo que seguimos con el mismo enfrentamiento de siempre, desde hace medio millón de años.
Míralo de esta manera: cuando los homínidos decidieron deambular por la tierra, al hacerse bípedos, por la fuerza de los hechos tomaron posesión de un pedazo de tierra, que podía ser compartida con otros para ayudarse mutuamente –una especie de cooperativa-. Pero con el tiempo, por las razones que fueran unos, o uno nada más decide marcharse. Pero los otros que comparten ese terreno dicen que no se tiene que ir. ¿No parece que eso sea toda una declaración de enemistad y de guerra?
¿No sería más adecuado, de seres humanos diferenciados de los animales, que le dijeran que si ellos podían hacer algo para que se quedara el que se quiere ir? Aunque si él dice que no hay nada que hacer. Entonces, como el que se va es el más débil, ya que se va a lo nuevo y desconocido, los otros le dicen: ‘Te vamos ayudar en todo lo que podamos para que tengas los menos problemas para instalarte al nuevo lugar a donde vas.’
¿Date cuenta lo que cambia de encarar los retos de una manera positiva, compasiva, afectiva o no?