1. Uno de los éxitos de la biblia, y los llamados libros sagrados de todas las religiones, es su sencillez y superficialidad. Y es esta superficialidad la que hace que cuando más incultos y superficiales, más se agarran a esos textos, libros, y la fe que preconizan y transmiten. Pues, la fe es la ‘inteligencia’ del superficial.
2. Juzgar el pasado es un error. Y eso es lo que siempre estamos haciendo: juzgar el segundo, el minuto, el ayer, que es tiempo, que ya ha pasado y está muerto. Y es por eso, que vivimos divididos queriendo atender al presente, al ahora, con el pasado.
3. Describirlo es bastante fácil, pero comprenderlo ya no lo es tanto. Porque eso implica poder rebajar la tensión y el estrés. Pero, resulta que esa tensión y estrés es lo que más energía nos proporciona -hasta que llega el crac, si es que llega-. Y rebajar la energía quiere decir, renunciar, ceder, compartir. Y ahí ya no se llega tan fácilmente.
Por lo que, todo consiste en ser afortunado para poder ver, como un veneno que es, la división, el esfuerzo, la tensión, para ir más allá de ese veneno. Si no es así, puede aparecer una crisis -crac- que le obligue momentáneamente a ceder, renunciar, compartir todo lo que antes no compartía. Y luego, vuelta a empezar. Porque, la vida es destrucción, amor y construcción. Y según la fortuna de cada cual, eso es soportable o insoportable, llevándonos incluso hasta la muerte.
4. Gracias Ronal. He visto un trozo -la primera parte- y es muy interesante. Si puedo lo veré todo. El problema siempre es el condicionamiento, ya sea político, cultura, religioso. Y mientras no nos desacondicionemos, desprogramemos, seguiremos destruyéndonos.
5. Eso está muy claro, Alec, si yo me pongo en tú piel, cómo te puedo conocer. Pero, aunque eso es así, no hace falta, porque yo soy como tú, como todos. Entonces, conociéndome conozco a toda la humanidad.
6. He leído te entrevista. Gracias por tus comentarios, las informaciones, etc.
La vida es relación, es comunicación. Y eso, va a seguir siendo la base de la conciencia. Sin la conciencia no habría relación a nivel psicológico con las demás personas. Todo lo que tiene vida está relacionado con algo lo veamos o no. Está la relación con el cuerpo, con el clima, con los alimentos, con la naturaleza. Y también con las personas, los animales. Pues la conciencia es como un imán que atrae y rechaza a la vez.
Y de esa relación depende el cómo vaya a ser nuestras vidas. Así que la relación es lo que más usamos y por eso ha de estar basada en la excelencia. La excelencia, es lo que menos problemas generan. Cuando menos problemas la relación es como un néctar que nos lleva al éxtasis. Por eso, uno ha de tener una vida asentada en la limpieza, en la honestidad. Porque, la relación es algo muy sensible y delicada, porque cuando se estropea, no puede ser.
El obstáculo para la relación, la comunicación, es la división, la fragmentación interna. Porque para que la relación sea, uno tiene que tener toda la energía. Y cuando estamos divididos, es cuando se genera el conflicto, donde la energía se pierde y no llega a nosotros en su totalidad. Es el conflicto de los opuestos, del ‘tú’ y ‘yo’, del ‘nosotros’ y el ‘ellos’, cada uno estirando, compitiendo con el otro.
Esta es la manera condicionada, la manera convencional de vivir. Todos queremos triunfar, ganar, vencer, ya sea en el deporte, en unas oposiciones, en las disputas y juegos, en la política, la religión, en todos los ámbitos de la vida. Y como consecuencia de ello, es que hemos creado esta sociedad tan insensible y cruel. Pues al querer siempre más ganancias, más triunfos, más victorias, más dinero, hemos convertido la vida en la búsqueda de placer. Ya que este placer es el bálsamo para poder momentáneamente soportar las molestias de la vida. Sin darnos cuenta que el placer nos lleva al dolor.
Pues, para que el placer llegue hemos de cambiar la realidad que no nos gusta por otra realidad que sí que me gusta y me satisface. Por lo que nos dividimos, de la realidad, de lo que es. Y así, entramos otra vez en conflicto. Por lo que se cierra el círculo donde estamos atrapados.
¿Puedo ver todo esto, tener el tiempo y la capacidad, la atención necesaria para poder llegar a la raíz de ese conflicto que va a impedir que mi relación, mi comunicación, no tenga esa excelencia necesaria, para que se genere esa maravilla que es el amor, la unión con todo, lo que tenemos delante, sea lo que sea, una personas, un animal, una flor, un árbol, con todo?
7. El ‘yo’ es tiempo, es devenir, es el pensamiento divisivo. Y ya está todo dicho, porque donde hay división, el pasado está ahí, con su desorden y confusión, su ignorancia e inventos.
8. Ramana Maharashi, decía que no le disgusta nada. ¿Es eso posible? Él siente como todos, como los demás, pero siente los disgustos suavemente, los siente menos tiempo, los ve y va más allá de ellos. Sino sería un descerebrado o un demente. Pues todas las mentes están conectadas entre sí –la mente global-, de manera que lo que tú sientes llega a mi mente y viceversa: lo que otro siente también llega a nosotros.
9. La mayor ilusión es creerse diferentes de los demás. Es lo mismo que hacen los dirigentes políticos, religiosos, swamis, los reyes, gurús, etc., que se presentan como inmaculados. Aunque son igual de corruptos como cualquiera, pero elevado a su rango.
Aunque son tan estúpidos que se creen que somos tan estúpidos para creernos sus estupideces.
10. ¿Qué necesidad hay de exhibirse, con ese folclore litúrgico, ritual, si uno es correcto y honesto, no corrupto? Todo es marketing, porque la vida de un papa, es la misma que un rey, con sus privilegios y prebendas.
La bondad y la sencillez, no está en hacer numeritos de vanidad contenida. Pero todo en sus vidas es una vanidad opulenta: desde el mamotreto del Vaticano, hasta las vestiduras tan cómicas y a la vez caras, pasando por todo lo que dicen, dirigen, exigen e imponen.
11. En el uno está contenido todo, tanto las matemáticas, la materia, como lo psicológico-espiritual. Es la esencia de la vida para todos: musulmanes, hindús, cristianos, ateos, nihilista, cínicos, drogadictos, asesinos, prostitutas, homosexuales, etc. Todos caben en el uno, porque él es el generador, el conservador y el destructor.