¿La realidad, lo que es, puede ser descrito, se puede describir? Si puede ser descrito, se puede manejar, manipular y entonces llega la corrupción. Lo que decimos como correcto, adecuado, lo mejor, es una proyección, que nos divide de la realidad, es como un capricho, un deseo de vanidad.
Pero todo deseo, sea sano, bueno, bien visto, que lo hagan todos, no va a traer la tranquilidad ni el sosiego, ni la felicidad. Porque todo esto nace de la comprensión de la manera cómo opera el pensamiento, siempre buscando seguridad. Y en todo lo que hacemos siempre está ahí el deseo manifiesto u oculto de seguridad. Así que, ese deseo de seguridad va a seguir generando ansiedad, miedo, angustia, aunque se encuentre en un paraíso, rodeado de todas las riquezas y placeres.
Así que si se dice que lo bueno, lo adecuado, es hacer esto o aquello, cuestiónelo, busque la verdad y la falsedad de ello.
Si el bien es lo contrario del mal –como se cree que es-, ese bien sigue siendo el mal. Porque en toda comparación, cotejo, imitación, hay división.
El bien es por sí mismo, no tiene la raíz en nada, es solamente vacío. El bien no sabemos de dónde viene ni dónde está, no sabemos si lo tenemos con nosotros. Porque el bien está más allá del pensamiento y la mente, de todo lo que sea dicho y repetido durante miles de años por todos, como lo bueno y favorable.
La trampa siempre está en que al saber lo que queremos, que ya hemos establecido, vamos tras de eso, y nos hacemos crueles, brutales, indiferentes, indolentes.
Entonces, el bien no depende del mal para reconocerse, para ser. Pues, el mal y el bien son conceptos, producto de la mente, que quiere triunfar, vencer, al precio que sea. Y por eso, ella inventa lo bueno, que ella dice que es porque le conviene, aunque siga siendo igual como el mal. Mi violencia, es legítima, adecuada, necesaria. Pero, la tuya es ilegítima, rechazable, malvada, que hay que eliminar con mi violencia. Y así el sufrimiento y el dolor van a continuar por los próximos miles de años.
A veces parece que todo está predestinado, como si estuviera ya decidido. ¿Es eso así, que somos unas meras marionetas de la naturaleza, de la física y la química? Si decimos que sí, como si decimos que no, eso no es un hecho. Somos marionetas y somos libres. Porque, la libertad está más allá de todo lo conocido, de nuestro condicionamiento, programación.
Ser libre es con respecto a algo. Y esa libertad a algo, nos hace libres a todo. Pero esa libertad es solamente nuestra, pues los otros pueden no compartirla, decir que eso es esclavitud, sometimiento, dependencia, negativo, malvado, etc.
Por eso la libertad sólo necesita libertad, necesita ese infinito espacio que ella genera dentro de uno. No importa que esté encerrado o viva viajando por todo el mundo. ¿Sabe por qué los pájaros pueden soportar estar enjaulados durante años, toda su vida? Porque, no tienen referencia de lo que es vivir fuera de la jaula, ellos sólo se atienen a la jaula y lo que hay a su alrededor. Y los pájaros que viajan sin parar de norte a sur y de sur a norte, tampoco comparan ese movimiento constante, con el estar quieto en un lugar, ellos viven la vida ateniéndose a sus necesidades.
Así que la referencia, la comparación, el contraste, el pasado, lo que está muerto, es el obstáculo para la libertad. Por tanto, el vacío de la mente, que contiene a la nada, es la puerta a la libertad.
Todo empieza por la lógica, por el sentido común. Y todo ello es fruto de la repetición de hacer algo durante un millón de años. Así que, la repetición es la primera ciencia.
Pero, para que uno se dé cuenta que algo que sucede ya ha sucedido otra vez, hace falta que haya consciencia, percepción de lo que está aconteciendo, para contrastarlo, constatarlo, clasificar-lo. Y de esa percepción de lo que es, de la realidad, es donde empezamos a ser conscientes del mal y del bien.
Pero, antes de eso está la energía que hizo posible la creación de la vida, de la materia, desde donde nacimos nosotros hasta llegar a lo que somos ahora, pasando durante millones y millones de años de acierto-error, para ir evolucionando. ¿Cómo se creó la energía, se generó todo para configurar de manera la tierra para ser habitable a los seres vivos?
El ser humano ha evolucionado, haciendo unos extraordinarios avances en el ámbito científico, tecnológico, material, desde la lanza al proyectil tele-dirigido, en medicina, etc. Pero, ese avance que nos ha hecho que dominemos, hasta cierto punto, toda la tierra, no ha sido acompañado en el ámbito psicológico, moral, espiritual.
Por lo que parecemos unos niños usando bombas, toda clase de armas, manejando las drogas, interviniendo en la vida para adaptarla de manera que no la veamos tan monstruosa. Pero, un niño no puede manejar correctamente todo los armamentos, dirigir todo el instrumental mecánico, ni la química. Así que ese desfase entre lo mecánica-material y lo humanitario, es el reto que nunca hemos resuelto. Pues, básicamente somos lo mismo que hace un millón de años: egoístas, enfrentados, pendencieros, abocados a la contienda y la violencia para resolver nuestros problemas y conflictos.
Sí que saben a dónde van. Es que creen que hacer la guerra es la única solución. Y por eso la hacen. Una vez han empezado todo se vuelve la rutina de la guerra. Y la mente tiene la capacidad de inventar, justificar de manera para que todo parezca adecuado, necesario, lo más provechoso.
El dolor físico puede aminorarse, pero siempre está ahí. El dolor psicológico, sí que podemos ir más allá de él. Siendo plenamente conscientes de él. Sin huir ni querer cambiarlo, solamente estar con él. Si es así, el dolor y nosotros somos lo mismo, y así conocemos su historia que él nos está contando.
¿Qué es dios? ¿Podemos hablar siquiera de eso que llamamos dios? Todo lo que digamos o no digamos sobre dios, no tiene ningún sentido. Primero que nada: si no existiera la palabra dios no habría los problemas que genera esa palabra. Así que, olvidémonos de la palabra dios, ¿de acuerdo? ¿Qué queda ahora? No queda nada. Pues, eso es dios: nada. Y, ¿se puede describir a la nada, se puede hablar, reducir a una palabra? Como no se puede todo lo concerniente a dios es una ilusión, es un cuento, un negocio, un consuelo de ignorantes. Por tanto, todo es un juego, un entretenimiento, una especulación.
Lo que sí que sabemos es que existe el dolor, sabemos que es un hecho. Y que este dolor va a determinar la manera como viva. Y la vida es relación. Por tanto mientras tenga dolor, no lo comprenda, mi relación conmigo mismo y con los demás va a ser una continuidad de ese dolor. Y eso quiere decir, insensibilidad, brutalidad, crueldad, por los celos, la envidia, al ira y el odio. Y al final de todo está el horror y el espanto de la guerra.