Torni Segarra

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En la vida sólo existe la inseguridad total, absoluta. Solamente cuando lo comprendemos, llegando a la raíz del problema que está en el miedo, es cuando vemos que la inseguridad está ahí, pero no nos molesta. Todos los problemas se generan por la división interna, que al exteriorizarse, van a generar los conflictos con todos sus problemas. La división interna es la que hace que inventemos otra realidad, que más nos gusta y satisface, en respuesta a la realidad que no nos gusta ni satisface.
 
Somos espejos donde nos reflejamos lo que somos. Pues el observador es lo mismo que lo observado. Cada uno es un espejo para otro, donde se ve tal cual es.
 
¿No nos damos cuenta que el deseo de reconocimiento, de vanidad, nos hace corruptos, superficiales? Todo deseo, por bueno y noble que sea, va a causar desorden, confusión, resultados inadecuados. Porque, ese deseo de algo que ya conocemos, nos divide del presente, que no podremos atender con toda la energía necesaria, porque vamos tras de eso que ya sabemos lo que es. 
 
La mitificaciones, decir que una reza es especial, que un grupo de personas también es especial, es pura ignorancia. Pues todos participamos de lo bueno y lo peor de la raza humana: alegrías, tristezas, celos y envidia, odio y agresividad, angustia y dicha. Nadie se escapa, por tanto, ¿para qué ensalzarse o denigrar a ciertas personas?
 
Eso es la locura, la alucinación, el autoengaño, bien visto y aceptado por la mayoría. 
 
¿No nos damos cuenta que cuando a un hombre, las glándulas sexuales se activan, se convierte en lo mismo que una mujer que también se le han activado las glándulas sexuales? ¿Por qué esa insistencia en el deseo de creerse cada uno mejor que el otro, si todos participamos de lo mismo, si somos básicamente iguales?
 
¿Cómo sabemos que siempre vendrá otra oportunidad, es que ya lo hemos pasado en nosotros, bien por observación en los demás o por propia experiencia? Y si es así, nosotros también participamos de ese juego de la vida, del que nadie se escapa, estando obligados también a dar más oportunidades. Bien usando la alternativa del primer paso, o aceptando el que los otros lo intenten otra vez.
 
El dinero puede darnos cierta independencia, pero no la felicidad. La felicidad consiste en aceptar y entender lo que nos llega de fuera y lo que tenemos dentro. Los sucesos dolorosos, no generan un shock, un golpe, que nos hacen sufrir en el momento que acaecen. Pero, eso que ya ha pasado, vuelve perturbándonos y provocándonos más sufrimiento y dolor.
Por tanto, uno tiene que actuar con toda la atención en lo que hace, con lo que observamos. Pues en la observación total, sólo existe el ahora, fuera de los recuerdos del pasado o las proyecciones del futuro.
 
Para Ellen Goodman, de The Conversation Project. Preconiza el diálogo pre mórtem.
 He leído tu entrevista en el diario…, de ayer. Gracias.
Hacer un testamento de la clase que sea, tiene unas ventajas y desventajas. Pues, al final uno podría quererlo cambiar o deshacerlo. Y la parte favorable, es que si uno quiere, cree que ya ha puesto orden en sus asuntos. 
 Por eso, uno no tiene que tener una opinión fija en una dirección o en la otra. Pues, si nos decantamos por una actitud, creyendo que es la correcta, nos dividimos de la realidad, de la totalidad de la vida, que abarca ambas posibilidades.
 
En el momento en que la vida la comprendemos, lo sagrado está ahí.
 
El problema de las interpretaciones es que están mediatizadas por el que las realiza, son el resultado de su condicionamiento. Y nunca sabremos realmente si son reales o no, porque hay infinitas posibilidades de que sean ciertas, como no.
 
Planificar para el futuro, ¿es eso amor? Si yo voy a ti y te digo que necesito que me ayudes a abrir mi puerta del apartamento, porque no puedo abrirla, ¿puedes decir no iré porque me estoy reservando mis fuerzas y energía para una fiesta que tengo que ir a la tarde?
 
¿Cómo sabemos que si no tuviéramos hijos, no seríamos tan afortunados, si no hemos pasado por esa situación?
 
Por eso, la verdad tiene muchos enemigos pero no pueden con ella.
 
La autenticidad, que nos genera la belleza, llega cuando hemos comprendido la división y hemos ido más allá de ella. Divididos, con división interna, no es posible la belleza.              
 
Si esperamos, es que ya tenemos una idea de lo que tiene que llegar, y de una manera u otra, lo vamos a provocar. Por lo que no será nada nuevo, extraordinario, con la belleza del amor. Pues el amor no quiere nada, sólo vivimos con lo que hay y nos toca.
 
No nos engañemos ni nos equivoquemos, cada cual es el responsable de lo que nos ha sucedido y sucede. Porque, si de verdad no hubiéremos querido los que nos llegaba o hacíamos, no hubiéramos pasado por ahí. Dar la culpa de todo a los otros es autocompasión, romanticismo y superficialidad.
 
Como buen empresario y negociante, el Sr. Gates, es materialista sin ningún rubor, y por eso lo defiende en sus palabras y hechos, que es como tienen que ser los triunfadores.