1. Los sueños no sirven para nada que sea verdadero, ya que son una proyección de lo que queremos. Por lo que, lo que conseguimos no es lo nuevo, sino eso que hemos planificado, manoseado por la astuta mente, es decir, lo viejo y conocido, lo repetitivo. ¿Puede el amor ser algo planificado, proyectado, un sueño, Alex?
2. Creo que sería conveniente aclarar antes que nada, que nosotros todos somos seres humanos. Y aquí podría todo acabar y terminar en su definición de lo que somos. Pero aclarado esto, todos tenemos ciertas peculiaridades que nos hacen que hagamos lo que hacemos, lo que somos. Uno puede ser mujer u hombre, puede ser más intelectual que otro que usa más el cuerpo para trabajar, puede ser abogado, albañil o arquitecto, americano, europeo o africano, o de otro lugar y cultura. Y todo eso no es un problema.
El problema llega cuando nos identificamos con eso que somos, de manera que nos dividimos de los demás. Y ahí es de donde surge el conflicto y los problemas entre las mujeres y los hombres, entre los nacionalismos europeos y americanos, o asiáticos, entre el inculto y el intelectual.
Es decir, como no podemos soportar la soledad, el miedo, el vacío existencial, hemos inventado el ‘yo’ que es el que da soporte a esas imágenes divisivas, en las que nos apoyamos para proyectar todos los problemas. Ahí están las religiones organizadas y sus supersticiones, creencias y dogmas, con los miles de millones de seguidores, que hacen que le demos sentido a la vida. Ahí están los nacionalismos que creemos que van a poner orden en el lugar donde vivimos. Ahí están todos los que se agarran a lo que hacen –haciendo de ello lo más importante-, y se hacen rígidos e inflexibles, autoritarios, insensibles y crueles.
Por eso, toda identificación nos divide, nos fragmenta internamente, por lo que la relación y la comunicación entre nosotros no puede ser, al ser divisiva y fragmentada, generadora de conflicto, de indiferencia, de brutalidad y violencia.
3. La felicidad no puede llegar mientras no haya paz en nosotros. Pero, ¿cómo puede llegar la paz si estamos divididos por el miedo? Miedo a quedarme solo, rezagado, a no llegar a donde llega la mayoría. Miedo al futuro, a lo que vaya a suceder, por lo que me hago mezquino, indiferente, egoísta.
Pero la prueba es todo un reto: ir más allá del miedo, de lo que nos pueda suceder en el futuro, para así atender completamente al presente. O lo que es lo mismo: vivir sin ser nada, sin tener nada, vacío, donde la defensa ni el ataque no puedan ser, ya que no nos sirven. Porque ya no generamos conflicto entre la realidad que es y la realidad que yo quiero y digo que necesito.
4. Las palabras sólo duelen cuando te importa quien las dice. Pero cuando todas las personas nos importan, entonces todo lo que hagan o digan nos conmueve y afecta. Y eso nos hace sensibles al dolor de toda la humanidad.
5. Pero él a mediados de su vida, al salir de la prisión, vivió hasta su muerte como los ricos, con todas las ventajas y la corrupción de un presidente. Es decir, era un hombre convencional, del establishment, que el mismo poder le consentía sus maneras, porque no era peligroso al no cuestionar toda la trama corrupta e inmoral que hace que exista la pobreza. De lo contrario él nunca hubiera aceptado el cargo de presidente.
Por cierto, también fue a ver y mezclarse con reyes y príncipes, ver al Papa en el Vaticano. Así como relacionarse con todos los que mandaban, que son los responsables, como él, de lo que sucede en el mundo: de la miseria, la pobreza, las miles de muertes diarias por hambre, de la brutalidad y la crueldad, responsables de las carnicerías de las guerras.
6. Todo lo que nos sucede, todo lo que sucede en la vida, se puede interpretar de varias maneras. Una es la que vemos favorable, que le conviene. Y otra desfavorable, que va contra nosotros. La mente, el ‘yo’, siempre va a ver la parte favorable y descartar la que nos perjudica. En una guerra, una parte, un bando lo vemos asesino, cruel y destructivo, pero nuestra parte y todo lo que hacemos no lo vemos destructivo, cruel y asesino.
Ahora bien, cuando vemos toda las falsedad del ego, del ‘yo’, es cuando aparece la inteligencia que sabe ver la realidad, lo que es, nos guste o no.
7. Las personas, todos nosotros, vivimos para el placer huyendo del dolor. Por eso, nos cansamos y aburrimos de todo lo que tenemos. Solamente cuando nos excedemos, nos sujeta ese dolor. Como vivimos indiferentes e insensibles, porque vamos a la nuestra, usamos a las personas como objetos de usar y tirar. Sin reparar en las consecuencias que eso conlleva, nos provoca.
Cuando hacemos algo, tenemos algo entre manos, hemos de llegar hasta el final, acabar con ello, que esté todo consumido, para que de esa manera no deje ningún residuo que nos perturbe. Pero nosotros no queremos llegar hasta el final al huir de lo que tenemos, de la realidad que no nos gusta. Y por eso inventamos otra realidad que sí que me gusta y satisface más. Pero el dolor, y sus consecuencias, siempre están ahí.
8. Nosotros no tenemos nada, sólo somos los administradores y cuidadores de nuestros hijos y de las personas con las que convivimos. En el momento en que aparece lo ‘mío’ y lo ‘tuyo’, lo ‘nuestro’ y lo ‘vuestro’, es cuando aparecen todos los problemas, ya que nos dividimos, contrastamos, nos cotejamos con los demás, apareciendo aquello de que lo ‘mío es lo mejor’. Y es así como llega el conflicto, las contiendas, la camorra.
9. La vida es ingobernable, porque la realidad de lo que sucede y pueda suceder es infinita en sus posibilidades. Para los seguidores de Jiddu Krishnamuirti, su misma vida era toda una contradicción, que puede parecer inmoral. Pero la vida y su verdad no tiene una explicación que pueda servir para siempre, sino que está sujeta al cambio en relación con todo lo que nos llega y está sucediendo. Y eso es la libertad de lo conocido, para que lo nuevo, que es amor, pueda ser. Y lo nuevo nadie ni nada lo ha tocado.
10. Cuando alguien ve la verdad de algo, ve su negatividad y falsedad, eso quema como el fuego, destruyendo todo lo que se antepone y obstaculiza para poderlo rechazarlo, descartarlo. Y es entonces cuando la mente se purifica, se limpia de todo el pasado, de manera que la energía es, nos llega en toda su plenitud.
11. La comunicación, y emotividad que va con ella, no depende de algo material como es el estar en el mismo lugar, el contacto físico, mediante el escuchar lo que se dice, ¿no es cierto, Greg? Sólo es necesario, para que haya una verdadera relación, el interés, las ganas de relacionarnos y comunicarnos.