Torni Segarra

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1113. Esa persona, según la manera de tocar a esa mujer, parece que no está completamente en sus cabales. Pues, los tocamientos eran como un juego de un niño, que todavía no tiene la conciencia firme para saber que eso no se debe hacer.

Pues, se juega una reprimenda, un bofetón, o si hay por allí un policía llevarlo a la comisaría. 

 

1114. Religión organizada: ignorancia, miedo, superstición, idolatría.  

 

1115. Si uno quiere, vale más morir de pie, que vivir de rodillas.

 

1116. Más estrecheces y humillaciones que provoca el nacionalismo centralista español. Y todos los votan: comunistas, socialistas, fascistas. Siendo como son ladrones, marrulleros, carcas.

 

1117. ¿Todavía no te has dado cuenta, que como él hay muchos -puede que todos-? 

 

1118. Cualquier nombre, puede decir muchas cosas. Pues, todos tenemos un sitio, un papel en la vida. Es decir, tanto el comunista como el fascista, tienen algunos rasgos en común. Que, a veces, parecen intercambiarse las maneras.

Pero, creo que hay una manera de gobernar, que es característica de una persona, cuando actúa como un dictador durante varias décadas. Es decir, esa persona es un dictador.

Y un dictador, puede ser tanto de izquierda, como de derecha. Comunista o fascista. Ahora bien, ¿por qué nos irritamos cuando nos dicen que somos comunistas, fascistas, creyentes o ateos, pobres o ricos, si es que no lo somos? Y, si lo somos, tampoco pasa nada. 

 

1119. Cada dictador, como lo es, hace cosas de dictador: lo interviene todo, creando una mafia donde todos los que lo siguen y adoran, adoptan las maneras de dictador -aunque sean en miniatura-, de lo contrario no podría ser, fracasaría, lo tumbarían los que no lo quieren.

David, ahora, en el lugar donde vivimos, no hay un dictador. Pero, como pasa en la vida, todo puede cambiar, y no nos podemos fiar de nadie. Pues, un demócrata puede convertirse en un dictador. Ya se dice: por nuestras obras, por lo que hacemos, nos conocerán.  

 

1120. Robar, roban todos. Eso es un hecho. Aunque, es verdad que unos roban más que otros. Esa palabra, como casi todas, puede llevarnos a descubrir algo que no nos gusta. Pues todos somos, de alguna manera, ladrones.

Los europeos, que somos ricos, para serlo, hemos de explotar -robar- a los países pobres, subdesarrollados. Antes, se veía más claro, cuando esos países por todo el mundo, estaban invadidos, colonizados, por los europeos. Y, las materias primas, etc., las llevaban a la metrópoli, los países europeos. Porque, eran ellos los únicos que mandaban allí, eran los dueños y señores.

Así que, si somos serios, profundos, antes de decir algo, tenemos que vernos nosotros, cómo operamos, cómo vivimos. Una persona que trabaja en la limpieza, ¿tiene el jornal, el sueldo que le corresponde, que se merece, como un ser humano que es?

Eli, tú puedes decir, que le pagas lo que le pagan todos -tal vez, sea una miseria-. Pero, si no le das lo que se merece, según sus necesidades, le estás robando. Aunque, estés dentro de la ley. 

 

1121. Carmen, tú y yo, y todos, estamos implicados en la vida, queramos o no. Pues, vamos en el mismo barco. Es decir, nadie está libre de miseria, de ser un miserable, etc. Pero, hay unos que lo reconocen -aunque pocos-. Y hay otros, que no quieren ni hablar de esa miseria, la ladronería. Por lo que, están atascados.

Pues, si reconocemos nuestra miseria, es porque comprendemos todo el proceso para llegar a ser miserable. Y esto es así, porque para vivir hay que hacer algún daño a los demás. O sea, cuando uno ocupa un buen empleo, los que aún no lo tienen sienten que son desgraciados, desafortunados.

Y, dicen miserable al que ha encontrado empleo porque hace lo que él no puede hacer: viajar, llevar buena ropa, tener coche, satisfacer todos sus caprichos, llevar una vida de derroche.

Por tanto, es muy importante saber quiénes somos de verdad, no como el Estado, la religión organizada, los partidos políticos, la televisión, los diarios, dicen cómo tenemos que ser, nos dicen cómo hemos de vivir. Pues ellos, también están confusos, en desorden. De manera que, cada uno tiene que ser su maestro y su discípulo.  

 

1122. ¿Por qué queremos exigir a los demás lo que no son -ni tal vez, nunca lo podrán ser-? Por eso, antes de recriminar algo en los demás, debemos vernos a nosotros cómo somos en realidad. Y si somos afortunados, sensibles, nos daremos cuenta que nosotros mismos, también tenemos eso mismo que estamos recriminando -aunque sea en otro ámbito, nivel, plano, diferente-.

 

1123. No corras tanto, Antonio. No te creas que los tuyos -que parece ser, que son hasta los que fusilaban hace mucho tiempo-, son los buenos, los que están dentro del orden, son los pacíficos, los no violentos.

Pues, no lo son. Estas personas, que tanto insultas, son como tú, pero en el otro bando. Y podrían decir lo mismo de ti y los tuyos: que sois los únicos culpables de todos sus males, culpables de todas las maldades que provocáis, etc.

 

Por tanto, sólo podemos decir que estamos empatados, cada uno cree que está en la verdad. Que tiene la fórmula para poner orden, paz, no violencia. Pero, esto se tiene que demostrar con hechos, en nuestra vida cotidiana. Pero, esto se tiene que demostrar con hechos, en nuestra vida cotidiana.