Torni Segarra

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Mes de Abril

Escritos publicaciones 1-4-2012

Sé lo que quieres decir, Vicky. Si hay un testigo que dice y reconoce algo, no puede haber meditación. Pero, si uno ve un pensamiento y quiere tocarlo, tampoco podemos dejar de tocarlo. Porque ahí habría control y represión, conflicto.

Así que la meditación sería ver todos los movimientos de agrado y desagrado, verlos desde el momento en que nacen hasta que llegan al final y desaparecen.

 

El testigo cuando ve y observa sin querer alterar eso que ve y observa, la meditación es. Si hay un movimiento de querer alterar, reprimir, alentar, que genera conflicto, la meditación no puede ser. En definitiva, si hay conflicto y nos queremos separar de ese conflicto no hay unión y por tanto no hay meditación.

El problema es que todo funciona muy rápidamente, donde todo cambia a una velocidad difícil de seguir.

Pero, ahora sí, mientras haya un testigo no puede haber meditación. Hay un ver, pero no se sabe quién ve, yo no veo, Vicky no ve, el que ve no ve. Y ahí sí que hay definitivamente meditación.

 

Cuando mencionamos a JK, hemos de tener en cuenta que él era contradictorio como todos lo somos; pues él era una persona como otra, aunque tenía un conocimiento muy desarrollado. Así que podía hablar de un orden mundial sin fronteras; y también de un gobierno mundial. Pero, claro eso lo diría en un ambiente propicio, como una consecuencia de olas mentales que iban en esa dirección. Pero, como sabemos, una cosa es lo que decimos y otra la realidad. Y entonces, nos quedamos donde se quedaba JK: ya que eso del gobierno mundial y un mundo sin fronteras, no puede ser, porque la mayoría no están lo suficientemente desarrollados mentalmente, cada uno sí que puede realizarlo.

Y esta solución tan inteligente y realista, es la que a la mayoría disgusta y no comprende. Porque están condicionados para creer que todos han de hacer los mismo. Y como eso tampoco es posible, los que si que ven posible un mundo sin fronteras, etc., tienen que demostrarlo en su vida. Es decir, fuera ideas y teorías irrealizables, y más acción en la manera de vivir de cada uno para demostrar si ello es posible y realizable. De lo contrario nada tendría sentido, sería absurdo, que es como funciona ahora todo: decimos una cosa y no lo hacemos en nuestra vida cotidiana.

 

Antes que nada, hemos de saber que siempre el observador es lo observado. Lo que tú digas de mí o de otro, tú también lo tienes en tu proporción personal. Entonces, tú preguntas: “¿Tiene sentido mantener contacto con un individuo que es literalmente, gorila, neoliberal, egoísta, explotador, machista, discriminador, racista, violento, cobarde?” Por tanto, para comprender a esas personas, tú te tienes que comprender a ti. Y para comprendernos, hemos de ver cómo funciona nuestro pensamiento. Sin comprendernos a nosotros mismos, no podremos relacionarnos verdaderamente con los demás. Pues, el comprenderse uno es comprender a todos. Y este descubrimiento nos hace humildes y sencillos, inteligentes. Y entonces, cuando alguien que tiene un comportamiento excesivamente egoísta, que le hace racista y explotador, violento, etc., se dirija a ti, o tú a él, sabrás como tratarlo de manera que tal vez surgirá la armonía y el afecto entre los dos.

Pero uno, tiene que estar fresco, tener la mente despejada, no agotada por las discusiones y las presiones ambientales, tiene que tener hambre de relacionarse con quien sea. De lo contrario, al igual que con la comida, si no tienes ganas, nadie nos parecerá adecuado ni digno de hablar y relacionarse con nosotros.

Una persona no es un mosquito. Las personas pueden decir sí o no. El mosquito, como todos los animales, no puede descartar ni decidir.

Cuando decimos que las personas no somos animales lo tenemos que demostrar con nuestros hechos. Aunque, parece ser que siempre hay algo de animal en nosotros, que puede aparecer ante los retos más desgarradores, donde se pone en peligro nuestra manera de vivir.

 

Sí, eso es Vcky. Cuando no hay nada: ni identidad, ni lugar donde estamos, ni tiempo mensurable, es cuando existe el máximo orden posible. Donde el amor puede ser, ya que la inocencia, lo desconocido, lo nuevo es.

 

Cuando mencionamos a dios, deberíamos de pensar cómo lo hacemos, de qué manera lo hacemos, si es que podemos hablar de él, ni tan siquiera mencionarlo. Pues, cada grupo religioso tiene su dios personal, al igual como cada cual lo tiene, que se enfrenta al dios de los demás.

Cuando dios, si es que se puede expresar con palabras, es el dios de todos y para todos: del viejo decrépito, del joven y el niño, del pobre y el rico, del feo y el guapo, del criminal, del ladrón, del corrupto, de la prostituta, del beato, del homosexual, etc.

Y ese mismo dios, de la misma manera, está en el templo, en la mezquita, en la casa, en el campo y en todo lugar, está en un grandioso espectáculo o uno insignificante. Por tanto, dios es todo, está en todo y en todos. Por eso, nadie se puede apropiar de dios, ni llamarse y autoproclamarse los únicos elegidos, los siervos, sus intérpretes, sus representantes, etc.

Finalmente, a dios no se le puede describir con palabras, pues ¿cómo se puede explicar el infinito, lo que no tiene principio ni fin, lo que no tiene límites ni fronteras? Por eso, hablar de dios -incluso mencionarlo- es cosa de tontos.

 

Lo que está claro es que nosotros todos somos contradictorios. Porque, la contradicción forma parte de la realidad, de la vida. Y la vida es algo vivo y cambiante. Ser contradictorio es ser total. Lo que sucede es que nosotros ya tenemos establecido lo que tiene que ser. Y lo que tiene que ser ya está muerto. Cuando uno se aferra a algo, por sagrado que sea, nos quedamos atrapados. Eso mismo sucede con los que creen en un dios, ya sea el cristiano, el hindú, el judío o musulmán, etc., cada cual dice que el suyo es el auténtico; y por agarrarse a eso que dicen que es lo auténtico, quedan atrapados. Pero claro si no lo dijeran, los otros que son la mayoría, les dirían que son contradictorios.

 

Lo que digo es que por mucha razón que uno o unos tengan, eso no implica que todo vaya a cambiar y a solucionarse, porque hay unos que no quieren cambiar. Y por tanto, los que quieren cambiarlo todo, tenemos que empezar a vivir ese cambio. Que sería: no ser corruptos ni inmorales, tener desprendimiento, no ser cruel ni brutal, ni violento, etc. Porque, si uno dice a los demás cómo tienen que vivir y no lo vive él, ¿dónde vamos a parar, qué sentido tiene todo eso?

 

Podemos decir y decir sin terminar de hablar nunca, podemos describir todas las atrocidades, las crueldades, las violencias y las guerras, etc. Pero mientras tú, yo y cada uno, no hagamos lo que tendrían que hacer lo que tú quieres que hagan los demás, todo será lo mismo. Y finalmente si nadie te hace caso y estás solo, tienes que hacer eso que tú quieres que hagan los demás, porque si no serías como un idiota que dice lo que tienen que hacer los demás pero tú no lo haces porque no quieres o no puedes. ¿Lo ves, Pablo? Y eso es la realidad, lo que sucede en todas partes, en cada una de las personas. Por eso, es preciso que nos conozcamos cómo somos, cómo funcionamos, de qué manera funciona y opera nuestro pensamiento. Por tanto, primero haz tú lo que quieras que haga otro. Y así, tal vez descubrirás lo que se puede o no se puede hacer.

 

Cuando preguntamos: “¿Si Jiddu Krishnamurti perseguía la intención de liberar al ser humano de toda autoridad, cómo podría querer la existencia de un gobierno mundial?” Creo que la pregunta no es la correcta. JK veía como una posibilidad la existencia o creación de un gobierno central a manera de la ONU. De la misma manera que uno por liberado que esté tiene que respetar las leyes de circulación, tiene que cumplir las leyes que intentan poner orden donde vivimos, para que llegue el agua y la luz a las casas, a los apartamentos, etc.

Estar liberado, ser libre, no es hacer lo que a uno le plazca. Para ser libre uno tiene que comprender la realidad, lo que es la vida, tiene que comprender cómo funciona el pensamiento.

 

 

 

Escritos y publicaciones 3-4-12

Leo algunos escritos tuyos, como el de ayer sábado, 31-3-12. Y encuentro que te falta profundidad. Lo que es de esperar, porque si fueras profundo no te publicarían tus escritos. O sea, que una cosa está relacionada con la otra. Y, aunque tú ya lo debes de saber, te lo digo para recordártelo.

 

He leído tu artículo, “Los trucos del joven general”, en el diario… de hoy.

Solamente puedo decirte, que tú y todas las personas harían lo mismo en sus mismas circunstancias. Porque, recuerda que el observador es lo observado: yo soy tú y todos a la vez. Pues, todos somos básicamente iguales psicológicamente.

 

Si tienes alguna duda, mira la historia y verás que todos hacemos lo mismo, cada país y cada persona cuando era el momento oportuno: las revoluciones, los golpes de estado, las invasiones e imposiciones, la violencia, las guerras, con toda la brutalidad y la crueldad hacia las personas. Y todo eso, si se repitieran las mismas circunstancias haríamos lo mismo, por muy pacíficos y civilizados que nos creamos y alardeemos de ello.

 

Lo importante es: ¿Podemos estar libres de manera que no tengamos que gemir por cualquier pérdida?

 

Mientras haya el testigo, una imagen que genera el tiempo como pasado, presente o futuro, la realidad estará bloqueada, inventada e irreal.

 

La alabanza es una exageración de la realidad. Donde hay comprensión no hay ni alabanza ni recriminación.

 

No hace falta que se lo pidas al Señor. Solamente tú tienes que ver donde está lo negativo, el veneno, y descartarlo. Porque, el que pide y el que tiene que dar son lo mismo.

 

No te das cuenta que sigues hablándote a tú mismo, al dirigirte a alguien que está fuera de ti, ya sea Dios, un santo, un amigo, un familiar.

 

Todo no es como tú dices. Pongamos que tú crees en la unidad de todo, de todo lo que sucede, porque todo está entrelazado. Y entonces, si entendemos todo lo que sucede, llegamos a lo que sucede con dios: ¿Tú crees que dios, que es amor, no puede amparar al ladrón, a las prostitutas, a los fachas, a los homosexuales, a los criminales, a los terroristas, a los nazis, a los rojos, a los corruptos, etc.? Dios está más allá de todo lo que cada uno es. No estoy diciendo que dios exista o que no, estoy usando esa palabra para que nos podamos comunicar más directa y claramente.

Así que si tú te conoces, conoces a todos. Y todos haríamos lo mismo si nuestras vidas tuvieran los retos de esas personas que consideramos rechazables. Cada uno es el resultado de muchísimas circunstancias que no podemos manejar como nos gustaría, por tanto todos somos una especie de fracaso. Y por tanto, dignos de compasión y de amor.

 

La observación pura, no tiene a nadie quien la observe. Es después de esa observación y acción pura, que uno dice he visto eso o aquello. Eso se puede ver cuando uno tiene delante un gran reto, donde el tiempo y el espacio han desaparecido.

 

Mientras exista el testigo que ve, no habrá auténtica atención. Cuando uno realmente ve es cuando no hay quien ve, sólo hay la nada.

 

La observación, si es total, y la acción son la misma cosa. Ver claramente algo, es acción total.

 

No podemos darnos cuenta de nada, porque la atención profunda lo quema todo, donde nos convertimos como un niño inocente que solamente ven, sin ninguna referencia ni pasada ni futura. Y ahí el parloteo mental ya no existe, solamente es un mirar y ver.

Otra cosa es, lo que dura esa atención con su acción total. Pero, puedo asegurar que existe y he vivido, y vivo recurrentemente, ese estado.

 

El niño inocente mira inocentemente porque no tiene referencias, no tiene pasado, el pasado de las miles de experiencias, de lo que le han contado que es una guerra, la violencia, lo que son los pobres, lo que son los ricos, etc. Y por eso que no tiene pasado, tampoco tiene futuro. Y entonces puede mirar a una persona, ya sea pobre o rica, negra o blanca, como lo que son. Nosotros, los adultos, como tenemos el pasado instalado en la memoria, actuamos con prejuicios, diciendo éste han dicho que es de derechas, de centro o de izquierda, este otro es pobre o es rico, etc. Y todo eso, es lo que tiene que desaparecer. ¿Cómo desaparecerá todo esto para que no se interponga con lo que vemos, con el presente que es el reto? Solamente puede desaparecer cuando hay unión con lo que observamos. Y esa unión llega con la atención profunda. Y la atención profunda es pasión por todo lo que es la vida. No una pasión ardorosa, sino aquella que llega con el hambre de vivir, de comprender la vida y todo lo que está relacionado con ella.

 

Cuando uno da algo para ayudar a los demás -dinero, comida, ropa, vivienda, etc.- pronto todo se convierte en una organización burocrática. Pongamos que uno es un médico y tiene una consulta donde vive, para ayudar a los pobres que van a él. Al cabo de un tiempo las personas se enteran de que allí no cobran y empiezan a ir a la consulta muchos que quieren que se les atienda.

Y entonces, empiezan los problemas: se sientan en la puerta antes de la hora, otros entran en el portal y se sientan en los escalones, unos empiezan a comer, etc. Y al final los vecinos del médico lo quieren denunciar porque por su causa está alterando el orden necesario en el edificio donde está el médico y su consulta.

La cuestión es: ¿se puede ayudar a una persona sin provocar confusión en los demás, sin molestarlos, sin provocar que la autoridad y la ley tengan que intervenir? Y todo esto genera conflicto en uno mismo y en los demás.

 

¿Comprendemos dónde estamos? Si decimos que el conflicto interno tiene que cesar, ¿cómo lo vamos a generar por nuestras actitudes? El orden, no es hacer esto o aquello. El orden es el que se genera dentro de uno mismo, que luego se expande. Y en este orden hay paz, que es la ausencia de crueldad, de violencia y de guerra.

 

Las palabras no son la realidad, Cuervo. Tú como sabes cómo vivo yo, si no me conoces. Tú si quieres ayudar a los pobres y hambrientos, tienes que tener orden interno; y luego, todo lo que puedas hacer por esos que son los menos afortunados quedará hecho, lo harás. Pero si quieres y puedes, tienes que hacer eso que pides a los demás; desprendimiento, no corrupción ni inmoralidad, etc.

Por supuesto que cada uno tiene su moralidad, pero atengámonos a lo que significa esa palabra; y veremos que en la raíz significa no hacer daño.

 

Sólo cuando me enteré de que nunca podría ser perfecto, que descarté todo deseo de ser perfecto. Y si descartamos la imperfección, que es el desorden y la confusión, lo que llegue ha de ser la armonía, el amor.

 

Desafortunadamente, todos estamos medio dormidos, sin la sensibilidad necesaria para percibir la realidad. Por eso, vivir cómodamente, sin retar y cuestionar, sin soltarse de lo que estamos atrapados, es seguir la corriente de la superficialidad.

 

Lo que es en su aspecto adecuado y positivo, no hay que tocarlo ni cambiarlo. ¿Verdad? Pero lo que es en su aspecto negativo, sí que tenemos que intentar cambiarlo e ir más allá, del desorden y la confusión.

 

Por supuesto que sin una buena relación con los que convivimos, etc., quiere decir que estamos divididos y en conflicto. Y con esa base y plataforma, ¿qué podemos hacer sino es más conflicto, insensibilidad, crueldad, etc.? Lo esencial es darse cuenta del estado de fragmentación interna y eso sólo puede ser en la relación.

 

 

 

Escritos y publicaciones 4-4-12

Decir que yo y tú somos lo mismo, que todos somos iguales, es muy bonito de decir, pero es el mayor reto de la vida. Porque si comprendemos y nos deshacemos de la división, todos los problemas, ya sea la muerte, las disputas políticas o religiosas, etc., desparecen.

Uno no puede esperar nada, porque si no ya tiene una idea o teoría de lo que tiene que ser. Y por lo tanto, el pensamiento forzará y generará deseo. Así que, lo único que nos importa es descartar lo negativo, que es la división y el conflicto interno, y que la vida -la verdad- haga lo que tenga que hacer.

 

Las guerras todas son iguales. Nosotros las blanqueamos por nuestros condicionamientos, que son los prejuicios. Pero, para un creyente en Dios, que es todo amor, todos los que hacen una guerra son iguales. Decirlo y escribirlo es muy fácil, pero ¿es posible ser completamente imparcial y mirar con el mismo amor a todos los bandos enfrentados que se asesinan y destruyen sin ningún reparo ni compasión?

Por tanto, si tuviéramos amor, si creyéramos de verdad en Dios, no tendríamos ni un solo día de guerra. Es porque estamos confusos, que decimos una cosa y hacemos todo lo contrario. Por tanto, la guerra no es lo importante, porque ella es la culminación de un proceso que nace dentro de nosotros: la división y la fragmentación que genera el conflicto. Y ese conflicto, es el que al exteriorizarse se manifiesta en cada acto de nuestras vidas, generando todo lo necesario para que llegue la violencia y la guerra.

La guerra es inmoral en todos los ámbitos, porque siempre está enfocada en la destrucción de las personas. El sólo hecho de dedicar tanta energía en la fabricación de armamento, en la preparación y puesta a punto de todo lo necesario para desencadenar la guerra, ya va contra las personas. Pues, esa energía y dinero se podría invertir en lo necesario para que la vida fuera más soportable con respecto a las precariedades, pobreza, miseria, hambre, vivienda, enfermedades, etc.

Así que, todo el problema es de uno. Y lo que hace uno con su vida, en cada acto, en cada reto que nos llega. Todo lo demás es inventar no-hechos. Pero, los no hechos no solucionan los problemas.

 

Me refería a algo más extremo: por ejemplo promocionar o participar en actos violentos, la guerra. Participar en actos corruptos, a actitudes inmorales. Porque el fin de la vida es que el sufrimiento y dolor no nos torture y destroce. Y para que no nos amarguemos, uno tiene que estar muy despierto y alerta para ver todo el proceso por el que funciona el pensamiento.

 

Gopi, si uno te agrede y te corta un dedo, ¿eso es lo que es, no?

 

Sé lo que quieres decir, Gopi. Por eso, se dice: ojos que no ven corazón que no siente. Es decir, si no hay un testigo en la observación, no hay nada: ni observador ni observado. Pero ese estado de la nada, no se puede describir con palabras.

 

Vamos a ver si podemos centrar la cuestión, Edwin. Tú dices que lo que vale es atender a los pobres para que no sufran todo lo que sufren. Yo, también quiere lo mismo. Pero, tú quieres que los pobres dejen de serlo de un día para otro o en un corto periodo de tiempo, o haciendo una revolución armada con sus asesinatos, etc. Yo digo que si se cambia mediante la violencia, la fuerza, la imposición, los pobres seguirán siendo como siempre, viviendo en su precariedad o desgracia, pero encima yo también me haré miserable o desgraciado como ellos. Porque si yo participo de una revuelta, ya sea familiar o doméstica, como de miles y miles de personas, para cambiar el sistema injusto y cruel, entraré en la dinámica de la división, confusión, crueldad y brutalidad, violencia y guerra, donde provocaré y haré muchísimo daño a otros, etc. O, puede que me maten o vaya a parar a una cárcel donde viviré pudriéndome.

Entonces, veo todo eso y digo que eso no conviene a nadie hacerlo. ¿Qué he de hacer entonces, si quiero que los pobres no lo sigan siendo? Muy sencillo: todo lo que tengo estoy dispuesto a compartirlo, incluso perderlo si fuera necesario. Y esa es la única revolución no sanguinaria que se puede hacer. Y todo eso solamente se puede hacer cuando uno vive al margen de esta sociedad corrupta e inmoral, derrochadora, llena de vanidad, estúpida y cruel. Si uno quiere hacer la verdadera revolución no puede tener casi nada, solamente lo imprescindible: ni dinero, ni libros, ni mucha ropa, ni tierras ni propiedades, ni cuentas corrientes abultadas en los bancos, ni cargos donde se precisa una autoridad, etc. Y de todo eso, surge una libertad que es la de la no complicidad con los corruptos inmorales, que son los que tienen abundancia de todo sin darle ningún valor y haciendo un mal uso, derrochando y destruyendo todo lo preciso para poder sobrevivir.

Y eso no quiere decir que el que quiera hacer otra cosa uno tenga que entrar en conflicto con él. Pues, la misma libertad que yo necesito para vivir como creo oportuno, los otros también tienen ese mismo derecho. Por eso, la libertad es al principio y siempre. Porque, ¿cómo puedo obligarte a ti a que tú me quieras y me ames? Eso sería absurdo y no habría paz en absoluto, sino división, confusión, desorden, que es el origen de la pobreza y la miseria.

 

Un pobre es el que no tiene lo necesario para poder vivir con dignidad.

 

Puedes reconocerte y conocer cómo funciona tu pensamiento. Pero siempre la decisión es tuya -siempre hay libertad- para hacer lo que tú creas, implicarte más o menos que otro. Porque si yo te obligo a que des todo lo que tienes y tú no quieres o no sabes vivir con sencillez, con austeridad, seré cruel contigo, entraremos en disputas y en conflicto y ya estamos como siempre. Pero, si uno quiere entregar su vida, dejarse que todo lo que tiene desaparezca dándolo a los demás, esa es su opción y su libertad.

 

Para estar incómodo no hay que tener nada. Y entonces, uno vive como un extranjero en todas partes, vive como si fuera un invitado. Y si uno no tiene nada, entonces se conoce porque no se puede permitir estar medio dormido. Y de la misma manera, al no tener nada, ni ser nada en lo psicológico, la acción es directa. Y si uno se conoce, es decir si conoce cómo funciona el pensamiento, sabe que uno no se puede aferrar ni a ideas ni a teorías.

 

Recuerda que lo que tú eres también lo soy yo y todos también lo son, de aquí no se escapa nadie. Voy a retarte de manera que te demostrará cómo eres y cómo lo somos todos también: ¿verdad que tú quieres ayudar a los pobres, etc.? Y, si un conocido tuyo te dice: ¿por qué si quieres ayudar a los pobres no vendes tu ordenador y toda la energía que gastas con él, y ese dinero que inviertes, se lo das a los pobres? ¿Qué contestarías, obedecerías, le darías la razón, venderías todo lo que tienes y lo repartirías entre los pobres y necesitados? Podrías desequilibrarte, volverte neurótico, amargado y rabioso, etc. Es decir, ¿si lo dieras todo y no tuvieras nada, serías capaz de vivir sin conflicto alguno? Esa es la pregunta definitiva, pues si vivimos en conflicto somos tan crueles y malvados como el explotador, el que es violento, el que roba y asesina en la guerra.

 

Cómo el observador es lo observado: todos somos psicológicamente iguales. Te pregunto: ¿sirve para algo todo lo que tú haces en tu vida? Recuerda que tú eres yo y todos a la vez: yo el que te escribo soy como tú y como todos los que lo leen y todos los que no lo lean, es decir todos los demás que pueblan la tierra.

 

Ese es todo el problema, que todo tiene que ser en este instante, en el ahora. Es decir, morir a todo lo pasado, a todo lo sucedido, a todo lo que venga o pueda venir. De lo contrario seguiremos como ahora: neuróticos, enfrentados, en conflicto.

 

Te equivocas, Cuervo. Estás en un error. Esos chamanes de que hablas, todos los que tienen poderes psíquicos, etc., sean quienes sean, si están en conflicto como lo tienen que estar, son como tú y yo, como todos. Que no te enrede nadie, pues todo es muy sencillo, pues ya hace muchísimo tiempo que se descubrió con palabras que todos somos iguales. Pero, yo lo aplico también en el ámbito psicológico: todos los seres humanos somos básicamente iguales. Todo lo demás es palabrería, un negocio, vanidad para el ego, el "yo". Creo que te has equivocado de foro para hacer tus publicaciones y proclamas.

 

 

 

Escritos y publicaciones 6-4-12

Pero el silencio, tampoco se puede imponer, tiene que llegar.

 

¿Por qué hay personas que no quieren que se repitan las palabras que otros han dicho, han hablado? Eso es ignorancia y un prejuicio. Porque, la verdad está ahí para que todos la vean, para que todos participen de ella. Y si alguien tiene más información y acceso a la verdad, ¿por qué no aprovecharse de ello? Todos los grandes líderes, gurús y maestros, han dicho lo mismo. Y, ¿qué importa si alguien con anterioridad ya había hablado de ello y usado unas palabras adecuadas para informar y explicar? ¿Por qué cuando usamos el ordenador, que nadie de nosotros ha inventado, no decimos que repetimos y hacemos lo que otros han inventado y desarrollado?

 

Y el escape, la huida, es dolor.

 

La mente tiene la capacidad de inventar lo que cree que necesita y le conviene. Y como la mente es infinita, todo lo que puede generar e inventar también es infinito. ¿Qué hacer ante esta situación de propuestas y réplicas, de una idea contra otra idea, etc., sin fin? La especulación es una distracción más, una pérdida de tiempo. Así que, si uno tiene la pasión por la vida, que es ver dónde está el desorden y descartarlo, uno rechaza toda especulación.

Necesitamos estar frescos, nuevos, ágiles, y una mente agotada por la repetición a manera de dar vueltas en un círculo sin salida, nos quita la sensibilidad necesaria para vibrar ante los retos de la vida.

Vivir sin codicia es la prueba de fuego. ¿Se puede vivir sin codicia? Se tiene que poder vivir, de lo contrario, todo lo que hablamos y decimos no tendría sentido. Pero, ¿qué es la codicia, no es tener más de lo necesario para vivir, como comer más, tener más ropas y objetos, un mejor empleo para ganar más dinero y poder, etc.? Por tanto, cuando nos conocemos -internamente-, y conocemos lo que es la vida, la codicia tiene que cesar y desaparece.

Tú dices: “El fundamentalismo se pierde en los conceptos. La religión se ha perdido en parábolas. La ilusión se pierde en las apariencias. La verdad se pierde en el amor”. La verdad se pierde en el amor. Pero ese amor a que te refieres es el de palabra. Y no el de los hechos.

El miedo, que es ignorancia, no quiere perder lo que conoce y que cree que le da seguridad. Y esa seguridad es lo que le hace sentir placer. Y entonces, ya estamos atrapados, pues la persecución del placer es el que nos mueve a nosotros y a todo el mundo.

Donde quiera que vayas y hagas, si no estás libre de prejuicios, del condicionamiento, estarás perdido.

 

Desafortunadamente, para vivir unos han de morir otros. Por eso, el que puede vivir sin comer carne, etc., es afortunado porque evita la destrucción y el sacrificio de los animales.

Bueno Cuervo y tú qué es lo que das a las personas, que es lo que ofreces, una vez has descartado a JK y a todos los que le precedieron, ya que todos dicen lo mismo. Por cierto, lo único que nos puede liberar es la psicología, que es comprendernos a nosotros, comprender cómo funciona el pensamiento.

Porque, si destruyes y descartas todo eso es absurdo, porque no podrás vivir, ya que tendrás que descartar también tu manera de vivir; y estarás contra todos, serás como un animar rabioso, aislado y neurótico.

Cuidado, Cuervo, no te olvides que cuando decimos que todas las personas son iguales, no excluimos a nadie. La psicología es muy fácil y sencilla: si alguien es respetuoso y amable con otro, ese que ha sido respetado le hará lo mismo; si alguien insulta y desprecia a otro, eso mismo le llegará. Ya sé que podemos decir que siempre no es así, pero sí que a la larga el resultado es implacable: según lo que hacemos y sembremos, eso mismo nos llegará. Así que a partir de eso, de esa manera de encarar las relaciones y la vida, cuando lo entendemos de una manera total, toda nuestra vida adquiere un significado diferente.

Uno no la puede ignorar ni deshacerse de ella, pero no hace nada para resolver ese problema. Y así también funcionamos nosotros: vemos todo lo que sucede, todo el caos y desorden, pero ¿qué hacemos verdaderamente?

No hay nada no nadie que pueda ser un refugio permanente. Cuando encontramos un refugio y nos aferramos a él, es cuando deja de serlo.

Este tema de porqué repetimos lo que dice una persona o leemos a un maestro, sea Jiddu Krishnamurti y otros, es algo que irrita a algunos. ¿Qué todo lo que dice un maestro, un gurú, un filósofo o algún líder, no es algo que está ahí y que solamente hemos de descubrirlo, verlo y mirarlo? Es decir, todo lo que se dice y puedan decir es algo que siempre se ha dicho, porque la verdad no tiene nada que ver con el paso del tiempo. ¿Puede el amor, ser antiguo o moderno, contemporáneo o pasado de moda? Lo único que cambia es la manera de explicarlo y las palabras que se usan según el momento que se dicen. ¿Por qué nadie se extraña ni se irrita cuándo alguien repite a Jesús, a Buda, al filósofo que está de moda, etc.? Eso tiene una explicación, en lo referente a los simpatizantes que leen a JK: él decía una y otra vez que no fuéramos seguidores de nadie, que todo tenía que ser visto por cada uno de nosotros y no ser de segunda mano. Y entonces, sin darnos cuenta, nos convertimos en seguidores al aceptar todo eso que acabo de decir. ¿Comprendes la situación? Así que, cada cual ha de ver la verdad de lo que dice tal o cual persona, ya sea inteligente, una autoridad política o religiosa, un psicólogo, etc., o una persona cualquiera. Lo que se convierte realmente en un obstáculo y un impedimento, en el ámbito psicológico, espiritual, el de la libertad, es el aferrarse a una idea o teoría, a una persona que decimos que sabe.

 

Porque en realidad, al ser todos iguales psicológicamente, ese que dice, o nosotros decimos que sabe también vive en conflicto, por lo que en realidad estamos en la misma situación, en el mismo barco. Por eso, uno solamente sabe para poder indicar una dirección, como una señal direccional, por donde uno tiene que ir para ir al lugar que quiere ir. Después cada cual ha debe ir él solo, ha de recorrer el camino a su manera.

Una vez un hombre que sabía mucho, un especialista en la ciencia, fue a África a pasar unos días. Cuando iba de un lugar a otro, se encontró con un río que no podía cruzar. Así que, a un hombre que tenía una barca le pidió que lo llevará a la otra orilla del río. Cuando subió empezó a preguntar al barquero si sabía la distancia que había de la tierra a la luna, lo que era el ADN, una célula, lo que media la tierra, le informó que él tenía muchos títulos y diplomas, que sabía mucho de matemáticas, química, física. Pero, cuando estaban en medio del río, el barquero le dijo: "Está entrando agua en la barca, se ha hecho un agujero, y se va a hundir, ¿usted sabe nadar?"

Creer o no creer es lo mismo. Si decimos que creemos en algo, ya sea la reencarnación, la telepatía, el más allá, eso no es un hecho. Pero, si decimos que no creemos, tampoco lo sabemos ciertamente si es verdad o no. Por tanto, hay infinitas posibilidades de negarlo como de afirmarlo.

Cuando hablamos de la verdad y queremos transmitirla eso parece absurdo, porque la verdad es de instante a instante, donde cada instante muere y nace en un movimiento sin principio ni fin. Pero, si nos aferramos a eso, eso tampoco sería la verdad. Así que, como tenemos la facultad para hablar si que podemos explicar esta situación.

El peligro de la vida es quedarse en una imagen, de las infinitas que se suceden, sin poder ir más allá de ella. Entonces, es cuando nos dividimos y fragmentamos de la realidad que es siempre nueva y cambiante, apareciendo la confusión y el desorden en todos los ámbitos.

 

 

 

Escritos y publicaciones 7-4-12

El tiempo psicológico, es una ilusión. Hace mil años, los que vivían entonces un año les parecería veinte de ahora. Y dentro de mil años, cien años de ahora, les parecerá veinte. Por lo que el tiempo psicológico, es relativo, un invento, una vanidad del deseo de más y más. Y por eso, el sufrimiento y el dolor persisten, porque vivimos en la ilusión, que es miedo, ignorancia e impotencia.

 

Viva uno solo en el campo o en una ciudad, eso no importa. Lo que verdaderamente importa, es lo que hacemos en cada uno de los retos que nos llegan, a cada instante cómo respondemos.

Es lo mismo que ser una persona muy informada, con carrera, que ha viajado por el mundo, y otro es un trabajador sencillo, que su vida no tiene aparentemente nada de extraordinario, los dos pueden tener una percepción y sensibilidad alerta, y ver todo lo necesario para hacer el menor daño.

 

El sueño y la ilusión es el "yo". Y, porque el "yo" se cree que es algo separado de la realidad -que es que no hay "yo" en absoluto- se hace el inventor de todo lo que le conviene, se convierte en el director. Por lo que, el desastre y el caos está asegurado, que es como siempre hemos vivido y vivimos ahora.

 

Falta saber si la chispa puede volver definitivamente a la llama y se funde con ella, se hace todo fuego para siempre, y no vuelve más a ser una chispa. Y eso, ¿cómo se puede saber? Solamente viéndolo uno dentro de si. Pues, lo que digan los demás no tiene ningún valor.

 

La conciencia pura llega cuando el mismo "yo", se da cuenta que es un impedimento para que la vida sea en su máximo esplendor: la compasión y el amor. Pero, falta saber si ese estado que no hay "yo", donde hay libertad y pureza, puede ser recurrente o es definitivo. ¿Quién lo sabe? No podemos depender ni fiarnos de nadie. Así que, cada cual tiene que descubrirlo, verlo y entenderlo.

 

Las palabras, las ideas y teorías, si no van acompañadas de una acción verdadera, son una ilusión. Por eso, cuando uno se da cuenta de este engaño, percibe que la mente que anhela, que quiere más y más, nunca tiene paz.

 

¿Cómo no vamos a ser violentos si a cada paso que damos destruimos todo lo que pisamos, si para poder sobrevivir hemos de sacrificar otra vida, ya sea de animales, de vegetales? ¿No nos damos cuenta qué para llevar la vida de privilegio que llevamos, con nuestros ordenadores y toda clase de aparatos para hacernos más soportable la vida, hemos de violentar a otras personas menos afortunadas, explotándolas y faltándoles al respeto?

Por eso, de una manera o de otra, uno no puede ser no-violento. Podrá ir más allá de la violencia. Pero, la violencia seguirá ahí. Simplemente porque para vivir siempre hay que ser violentos. Pues el hecho de vivir, es violencia.

                                                                           

La finalidad de la vida es poner orden entro de uno y a la vez externamente en la sociedad. Por tanto, cuando uno es devoto de Jesús o de Jiddu Krishnamurti, está en desorden y generando desorden en el mundo. ¿Por qué uno tiene que ser devoto de alguien? ¿No es por qué tenemos una carencia de energía, nos falta algo para poder afrontar la vida y sus retos de cada día? Por tanto, si dependo de alguien no hay religión -que es la libertad total- ni orden ni compasión ni amor.

 

Pero, Daniela, ¿por qué la ola -que somos nosotros- se divide, está dividida del océano? Porque, describirlo está muy bien, es bonito y todo eso, pero descubrir porqué vivimos en división, asumirlo y ver si se puede ir más allá de esa división y fragmentación, que genera los conflictos y todos sus problemas, es lo verdaderamente necesario e importante. De lo contrario, seguiremos como siempre: enfrentados, en contienda, crueles y violentos.

 

No crees, Eona, que no atenerse a los hechos, e inventar no-hechos, es una pérdida de tiempo. ¿Para qué especular, es que necesitamos distraernos de la insoportable realidad? Para solucionar los problemas hemos de enfrentarnos con ellos, con la realidad de lo que es la vida y cómo funciona.

 

Eso que dices es verdad, Vanesa. La codicia es como la violencia, o cualquier otra actitud que genera desorden y sufrimiento. ¿Cómo nos desharemos de la codicia, la violencia, la ira, el odio, etc.? No nos podemos deshacer de todo eso, porque nuestras mentes están condicionadas para que subsistamos, para que nos defendamos que es lo mismo que atacar, para ser el dominante para saciar nuestra vanidad. Así que, tenemos que vivir con ese paradigma de lo que no queremos.

Pero, insistimos en que no queremos vivir haciendo daño, siendo crueles y estúpidos. De manera que pongo toda mi energía y mi vida en averiguar si es que puedo estar libre de todo eso que nos hace feos y dañinos. La codicia, el deseo de más y más, no va a desaparecer mientras viva en miedo, en el deseo de lo que sea. Entonces, si comprendo que cualquier movimiento para deshacerme de la codicia, me deja en la codicia. No hago nada, solamente cuando aparece la miro sin dividirme de ella.

¿Es la división la causa de la codicia? Si que lo es, pues la división genera el conflicto entre la codicia y el deseo de no codicia. Así que si me olvido de la codicia, de la violencia, de la ira, del odio, al no haber fragmentación ni división, entre lo que veo dentro de mí y lo que quiero, eso trae el fin de la violencia, de la codicia, de la contienda y todos sus problemas.

                                                                          

¿Sin libertad, tiene sentido la vida? ¿Qué es la libertad, es ir por la vida haciendo todo lo que uno quiere, vivir como un animalito? La libertad, no es hacer lo que uno quiere sea lo que sea. La libertad, es ver que cada cosa que hacemos va a generar más libertad. ¿Puede alguien que trabaja en una fábrica u oficina, alguien que está encerrado en la prisión, ser libre?

Si comprendemos que eso es así, que no podemos hacer nada para evitarlo, uno es libre y goza de ese estado que tiene, ya sea en una prisión o en una pequeña oficina, en una ruidosa y agobiante fábrica.

¿No han notado que los agobios y los ruidos de las discotecas, de los pubs musicales, no nos quitan la libertad de gozar?

 

El problema de la libertad, es que la libertad -ese sentimiento- se termine. Pues yo, como me siento libre, puedo hacer alguna tontería, que me puede causar problemas. Y entonces, esa libertad ya no nos gusta. Pero la vida es así, tiene sus maneras.

¿Cuándo uno sintiéndose libre hace algo que puede que le meta en un problema, puede esa acción ser la enseñanza de lo que es la vida y no volverlo a repetir? La libertad no es una página cuadriculada, donde todo parece previsto. No, es al revés, la libertad todo lo descubre. Y por descubrirlo todo, nos hace más sensibles ante los problemas, la vida y cómo funciona.

Lo realmente difícil, es sentirse libre ante cualquier situación, ya sea agradable o que no nos gusta, ya sea favorable o desfavorable. Por eso, la libertad no depende de nada ni de nadie, solamente la generamos nosotros mismos.

 

Creo que deberíamos investigar si la palabra religión es aceptable en este foro, grupo. Porque, encuentro que hay algunas personas que no tienen del todo claro lo que esa palabra religión significa. Por mi parte, aprovecho para decir que la religión es la manera por la que podemos ser libres, vivir en libertad.

 

¿Por qué la religión nos puede dar la libertad? La religión intenta poner orden en la vida de las personas. Y para ello, investiga lo que es la vida, lo que somos, investiga por tanto cómo funcionamos. Es decir, comprender la manera cómo opera el pensamiento, la mente.

Y si nos aplicamos a ello, si tenemos la pasión para investigar todo eso, nos llega la libertad.

 

La realidad de la vida y cómo funciona, se puede observar si uno está atento a todo cuento sucede. Y se da cuenta que en la vida se nace, crece, se expande en su esplendor, decae con la decrepitud y perece. Y en ese período de tiempo desde el nacer hasta el morir, si uno no pierde la razón, tiene la posibilidad de hacer algo al respecto para que la vida pueda ser vivida de manera que no suframos, ni nos destrocemos. Porque la vida es la lucha por sobrevivir y en ello ponemos toda nuestra energía.

De manera que uno tiene en sus manos el que todo eso continúe o descartarlo radicalmente. ¿Qué podemos hacer para que la vida no sea la agonía y la amargura que padecemos desde el momento de nacer hasta el morir? Primero que nada tener la sensibilidad para poder ver que el dolor es una realidad, que cada uno lo provocamos y lo generamos. Y si esa sensibilidad existe, uno tiene la necesidad de intentar hacer el menor daño posible a los demás. Porque cuando uno tiene la necesidad de hacer algo, con tanta premura como si estuviera hambriento, encuentra la manera de hacer lo necesario para descubrirlo. ¿Tiene sentido lo que digo para que lo puedes ver y comprender, Eona?

 

Cuando uno hace como hace el perro: perseguir su cola, o alguien sigue dando vueltas en sus argumentos en un círculo. Nadie más que él que se encuentra en esa situación puede darse cuenta y salir.

 

 

 

Escritos y publicaciones 7-4-12 (2)

El ego, el "yo", que es el creador de esta sociedad, de todo el comportamiento de todas las personas en todo el mundo, es el responsable de nuestra manera de vivir. Por tanto, mientras no lo comprendamos y vayamos más allá de él, todo seguirá igual: el ego, seguirá sembrando la desdicha, el sufrimiento y el dolor.

 

No hay un ego superficial, solamente existe un ego. Es como decir que hay una mente inconsciente y otra consciente, porque esto es división. Y la división, todo lo que genera es desorden y confusión, desdicha y sufrimiento.

 

Lo único importante, real y verdadero, es lo que cada uno tiene dentro de él.

 

La verdad no tiene nada que ver con orgulloso o humilde. Pues la verdad, que es amor, todo lo engloba e integra.

 

Pregunta: "¿Los pensamientos crean nuestra experiencia?".

T. Segarra: ¿O, es al revés? Cada experiencia deja una huella en la memoria, que es registrada, y reaparece recurrentemente interponiéndose con el presente, el ahora. Lo que a su vez, genera otras experiencias e imágenes que se convierten en otras experiencias, y así un movimiento sin fin, generando más pensamientos y el parloteo de la mente.

Por eso, uno no puede detener las imágenes del pensamiento. Solamente podemos verlas, sin reprimirlas ni alentarlas, simplemente verlas como nacen, se desarrollan y llegan a su fin.

 

Es muy importante estar libres de todo condicionamiento de lo que nos han dicho, de lo que pensamos, y se convierte en un dogma, en una idea fija. Pero, a la realidad no nos podemos enfrentar con el pasado -que son las ideas, teorías, preceptos-, pues eso en el presente, en el ahora no nos sirve. Así que, uno tiene que estar vacío, libre de todo lo que pensamos y nos han dicho, para actuar y generar una acción correcta.

 

Podemos decir también, que el observador es lo observado. Tú, el el que escribes, es lo mismo que yo que te estoy leyendo. Y así en todo lo que vemos y observamos. Y eso genera la ausencia de división y hace que llegue la compasión y el amor.

 

Pregunta: "Algunos dicen que podemos utilizar nuestros pensamientos para crear el resultado deseado (es decir, alentar a los positivos y dejar de lado los negativos), por lo que si estamos siempre creando historias, bien podemos crear las que queremos. ¿Cuál es tu opinión al respecto?"

T. Segarra: Eso no puede ser, es un error. Pues, uno tiene que encarar los retos negativamente, sin saber lo que va a llegar. Porque, si ya tenemos una idea, una imagen del resultado de nuestra acción, entonces seguimos dentro del desorden, la confusión, la desdicha.

Nosotros no podemos saber qué es lo positivo, solamente podemos saber y descartar lo negativo. Y lo que resulte, sea lo que sea, nos guste o no, será el orden, la verdad, lo nuevo y no tocado por la astuta mente. Si ya tenemos una idea o imagen, es que está operando el "yo", que siempre actúa en términos de pasado o futuro. El “yo”, al reaccionar a un reto, mira el pasado y a través de él inventa el presente y el futuro. Por lo que, todo es una repetición del viejo paradigma por el que decimos: “Esta causa generará este resultado, este efecto”. Por tanto, todo lo que no sea dejar de lado el viejo patrón de acción y reacción -pues el que reacciona es el “yo”-, siempre llegará lo viejo y conocido. Y lo viejo y conocido es esta manera de vivir, que ha construido esta sociedad corrupta y cruel, de violencia y de guerra.

 

Tú puede decir: “Pero eso no soluciona los problemas del mundo, pues seguirá la pobreza, el hambre, la brutalidad, la violencia y las guerras”. Desafortunadamente, eso no va a cambiar, pero lo que sí que podemos es cambiar cada uno de nosotros, que ve la urgencia de hacer un cambio, de manera que podamos descartar la causa de los problemas.

 

El yoga, al igual que cualquier otro sistema, es una herramienta útil. Pero, al igual que los libros, las prácticas, lo que han dicho los otros, el yoga también ha de llegar a su fin, ha de ser descartado. De lo contrario, uno estará condicionado por lo que han dicho los otros, por un sistema o práctica, por una idea de rituales religiosos con su superstición.

El fin de la religión es hacernos libres. Pues, sin libertad somos de segunda mano, repetidores, esclavizados a eso que estamos aferrados. Y es en esa libertad, que es la chispa de energía, que abarca a la totalidad, que puede ser. Estando divididos, fragmentados, es cuando esa chispa tiene una vida tan corta y se funde y desaparece en la totalidad. Pues, es cuando nos dividimos que nos desconectamos de donde nace toda esa energía para ser totales, íntegros, libres.

 

La pregunta es: ¿Podemos decir a todas horas, suceda lo que nos suceda, ya sea bueno, miserable, cruel, etc., hasta el momento de morir, qué todo eso que está sucediendo es la nada?

 

Eso que mencionas, Arlene, es muy común en las organizaciones e instituciones. Por eso, toda institución lleva en si el germen de la corrupción. ¿Por qué esto es así de desagradable y amargo? Pues, porque las instituciones, las organizaciones, los grupos humanos que se juntan para hacer algo en común, todas están regidas y formadas por personas. Y, los seres humanos, todos participamos de alguna manera de la corrupción.

 

Me temo que la revolución interna masiva, no podrá ser. Porque, el paradigma de esfuerzo, contradicción y conflicto, ¿quién lo tiene que cambiar? Creo que es más adecuado, cambiar cada uno por su cuenta y no esperar a que todos cambien a la misma vez. Cambiar todos a la misma vez, es cosa del todo improbable.

 

Los pensamientos son como las nubes que se interponen entre el sol y nosotros, pero van pasando. ¿Vamos a discutir con ellas o con el sol? No seamos ignorantes, las cosas son como son.

 

Todo se puede ver con palabras y sin palabras. Depende del momento, de quién tenemos delante y la unión que tenemos con él. Evidentemente, si uno dice gato se refiere a un gato.

Pero el problema surge cuando decimos algo que no tiene forma física: la honradez, la sensatez, la moralidad, la corrupción, la violencia, la crueldad, etc., la guerra. Todo eso, si lo toca la mente lo falsea. Simplemente porque no se puede falsear, todo eso está ahí queramos o no. Pero, los hombres en su ignorancia creen que pueden estar libres de esas cosas inherentes a la vida. Cosa que no es posible. Y creer que uno está al margen de las miserias humanas, es propio de ignorantes, una ilusión.

 

Y, ¿qué es lo que hizo Arjuna? Lo que siempre han hecho y hacen los hombres: pelear, enfrentarse, violencia y guerra. Que es la consecuencia de vivir dividido y en conflicto.

 

Respecto al problema de la crisis, quiero decirte, que una de las soluciones para que se arregle la economía sería que el gobierno sacara el dinero de los ricos y poderosos. ¿Lo hará? No lo hará, porque el gobierno está al servicio de los ricos y poderosos. Por lo que esta crisis, como la anterior, como todas, la tienen que pagar los pobres. Solamente está por ver si los pobres aceptan el agravio que es solucionar la crisis en contra de ellos. Si no lo aceptan, ya sabemos que habrá revueltas y violencias, como ya sabemos que otras veces ha pasado. En tus manos también está el que no se digan mentiras y falsedades -que se dicen muchas- y atenerse a la realidad. ¿Cuándo decimos qué todos somos iguales ante la ley, es esto verdad? No lo es. Esto es una ilusión, una mentira, pues hay castas, no somos verdaderos, vivimos del engaño para sacar favores y beneficios. ¿Te das cuenta dónde estamos? Cuantas más mentiras y falsedades, más irritabilidad, más odio e ira contra los ricos y poderosos.

 

 

 

Escritos y publicaciones 8-4-12

De acuerdo, Daniela. La mente es una herramienta valiosa, pero como todas las herramientas se puede usar para hacer cosas incorrectas e inadecuadas. Entonces, uno tiene que ver que la mente no sea motivo de división, de crueldad y de guerra. Exponlo, si quieres, a tú manera y así podemos investigar más.

 

Creo que eso que dices de querer equilibrar los extremos, no sea siempre posible ni adecuado. Pues, la mente es corrupta y tiende siempre a falsear la realidad, por lo que no nos podemos fiar de ella.

 

Si no descartamos lo viejo y conocido, no podrá llegar lo nuevo. Lo viejo y repetitivo es a lo que nos agarramos creyendo que esa es nuestra salvación. Pero, vivir en lo desconocido quiere decir estar al margen de la superficialidad y la banalidad.

 

La religión, el estado alerta, la meditación, todo es lo mismo. Es ver todo el proceso que usa el pensamiento para falsear y proseguir con lo que conoce que nos da seguridad. O sea, que la religión es descartar todo lo que se antepone para que seamos completamente libres. Es decir, la libertad es no depender de nada ni de nadie.

 

Tal vez, alguno quiera ayudar a que vean esa luz que de momento no pueden ver. Porque, el que tiene esa luz puede que la pierda; y entonces, él también necesitaría ayuda.

Ver la realidad y la verdad, es más importante que lo que hagamos. Pues, si vemos lo que es la verdad, lo que quiera que hagamos será el orden, la compasión y el amor.

 

Las personas que tienen fe son manejables por la autoridad ya sea religiosa, política o de otra índole. Ese es el problema con la fe. Pero, si uno ve claramente algo dentro de sí, pongamos la verdad y la realidad, ¿para qué necesita la fe, si lo que digan los otros no le va a alterar?

Por tanto, hemos ido a parar otra vez a la fe, que en este caso es el resultado de ver claramente algo. Pero, lo que diferencia a la fe impuesta de la que llega por la observación, visión y comprensión de lo que es la verdad, es que una es un acto de fe sin más -creencia, obediencia, sumisión, fanatismos, ausencia de libertad- y la otra es fruto de uno mismo.

 

La física y la química, son implacables. Algunos creen que se las puede alterar, pero es una ilusión. Cuando sucede algo extraordinario parece que la física y la química han sido derrotadas, pero son ellas las que han hecho posible ese suceso y cambio extraordinario. Solamente podemos cooperar con ellas estando en orden, pues ellas son el orden.

 

Lo "mío", que es el "yo" en acción, no tiene amor. Por eso se cree que todo es de él, tanto incluso las culpas como las alabanzas. Pero, si somos afortunados y vemos que todo es de todos, entonces el "yo" y sus inventos, como lo "mío”, lo "tuyo", lo "nuestro" y lo "vuestro", llegan a su fin.

 

¡Qué atrevida es la ignorancia! Más aún si hay miedo.

 

En realidad la ignorancia es miedo, es un complejo de inferioridad, es egoísmo. Y tanto el miedo como el egoísmo se retroalimentan.

 

¿Si de verdad tuviéramos compasión y amor, dirían eso, habría religiones organizadas, con su fanatismo que genera crueldad, su tolerancia a la crueldad de la tortura de los toros, tolerancia a la corrupción de la fabricación de armamentos mortíferos, su tolerancia a la guerra?

 

Siento decir que todo lo que diga el Dalai Lama, después de todas sus actuaciones y maquinaciones políticas, que complican más el conflicto del Tíbet, no tiene ningún sentido ni significado verdadero alguno.

 

Creer que la vida humana tiene más valor que cualquier otra forma de vida, nos hace crueles e insensibles hacia los animales y las plantas, etc. Tal vez, toda la degeneración de la vida se base en esa idea, esa corrupción e inmoralidad que es no respetar la vida de los demás seres vivos.

 

He leído tu escrito-columna, "¿Qué nos hace humanos", en el diario … de hoy.

Creo que esa pregunta tiene una respuesta sencilla. Del mismo modo que una persona que acaba de nacer, se tiene que convertir en un niño, niño, joven, etc., Los antepasados Ć¢ā‚¬ā€¹Ć¢ā‚¬ā€¹de los humanos, que eran los animales, llegaron a lo que ahora somos mediante el tiempo, la evolución. Sé que los científicos, pueden decir que se tiene que comprobar con investigaciones espeleológicas, paleontológicas, químicas, etc. También los religiosos, fanáticos y dogmáticos, dicen que no venimos de la evolución animal.

Si nos miramos cómo estamos, cómo somos ahora, nos damos cuenta que si quitamos los avances en el ámbito material, científico y técnico, somos los mismos que hace un millón de años: vivimos divididos y fragmentados, vivimos con esfuerzo lo que nos hace brutales y crueles, enfrentados y en contienda, violentos y haciendo la guerra.

 

Cuando digo que la mente es un instrumento que puede ser válido, me refiero a que esa mente que es la unión del pensamiento, el cuerpo y el corazón. Cuando un fragmento se separa, entonces la mente adquiere su aspecto negativo. Pero, mientras haya unión, sin fragmento alguno, entonces la mente es en su totalidad.

 

Lo más interesante de todo esto de querer perpetuar el "yo", del devenir, es que eso lo hacemos todos, cada uno a su manera, a un nivel. Y todo eso, es miedo a la muerte, miedo a acabar con algo definitivamente. Pero mientras no muramos a lo viejo, lo nuevo y desconocido no podrá llegar.

 

¿No se podría decir: Amarás al prójimo como a ti mismo. Y así realizarás el misterio del amor, que abarca a toda la tierra y el universo.

Lo digo, porque si se menciona a dios -que de ser algo tiene que ser amor- ya nos estamos separando y dividiendo de los que dicen que dios no existe, o que es inexplicable e incomprensible. Por eso, no decimos que creemos que dios existe o que no existe. Lo dejamos ahí y así no nos fragmentamos con las palabras ni con los demás.

 

Eona, la base para ver algo visualmente o mentalmente, reside en la conciencia. Y, para que la conciencia sea pura, en todo su esplendor, no tiene que haber división entre lo que uno ve, o piensa, y el observador o el pensador.

Lo que tú dices que uno es: "el observador de la observación", "el vidente se ve", "el testigo mirando en sí", "la conciencia de ser consciente de sí mismo", en todo eso existe una división y un fragmento.

Tú lo puedes comprobar cuando tienes una experiencia extraordinaria -sexual, ante una visión anonadante, ante un peligro inminente que nos hace actuar- : para que sea nueva y no repetitiva, ha de haber una unión o fusión total con eso que hacemos, donde no hay observador ni testigo. Sino la vida es una repetición tediosa y sin sabor o amarga. Si hubiera un testigo, un observador, llegaría el conflicto porque dirían: "esto no es correcto", "esto no me gusta", o "como esto me gusta no quiero que se termine".

Así que, para que el amor sea, tiene que haber ausencia de división que es un fragmento de la totalidad, que quiere hacer de director de todo lo que sucede. Y por eso el amor llega desde el vacío, de la nada.

 

La complacencia es miedo. Y el miedo es ignorancia e impotencia, cuando el animal vuelve a nosotros.

 

La pregunta definitiva es: ¿cuándo decimos qué el ego no es, quiere decir que el ego, el "yo", ya nunca vuelve? ¿O, se va y vuelve recurrentemente?

 

 

 

Escritos y publicaciones 10-4-12

Es como si vivieras, Dr., siempre siendo el infinito, o siendo la eternidad. Donde no hace falta tocar nada. Pero ese no tocar nada, también tiene que incluir a las ondas mentales, porque unas veces las tocamos, y otras veces no las tocamos. Sería como decir prohibido prohibir.

 

Si hay ego, ha de haber dolor. Por tanto, la pregunta sigue siendo: ¿El ego se va definitivamente o no? Si no se va, entonces es una cosa que no sirve, un engaño, palabrería para vender la mercancía? Pues, queremos que el dolor desaparezca ahora mismo, ¿es eso posible? Si no lo es, no sirve de nada todo lo que hagamos de rezar, de repetir lo que dicen los libros, los maestros y gurús. No digo que yo tengo la solución ahora y definitiva para el dolor. Pero admitir que no tenemos solución alguna para el dolor, y el drama de la vida, es al menos dejar de ser corrupto e inmoral, dejar de embaucar y explotar a las inocentes y vulnerables personas.

 

Es curioso lo dependientes que somos, cuando la dependencia no es amor. Porque, el amor es libertad total y absoluta para mirar, ver e investigar en todas direcciones. La pregunta es: ¿Y qué pasaría si Jesús no hubiera existido? ¿O, si existió qué importancia tiene si fue o no fue el único hijo de dios? Eso no os debe importar, lo que realmente importa es lo que nosotros somos y hacemos. Eso de si existió o no son cosas como un juego, es una especulación, una pérdida de tiempo. Cuando lo realmente importante es la manera cómo vivimos, qué hacemos con nuestras vidas, en cada instante de nuestra existencia. Porque, la vida tal como la vivimos es un drama espantoso: con sus muertes de hambre, sus miserias, injusticias, dictaduras, la cruel y despiadada violencia y las matanzas en masa que son las guerras. ¿Aún queremos más retos para que nos despertemos a la realidad y dejar de una vez de jugar con palabras, con libros, con lo que pasó hace dos mil años?

Si me lo permiten, voy a contar un relato que viene al caso: Iba Jesús por la calle en Roma y vio a un pobre que estaba pidiendo y se acerca y le dice: “¿Qué tal te va?” Y el hombre le contesta: “Va mal, no me dejan entrar en el Vaticano”. Y, Jesús le responde: “No te preocupes, a mí tampoco me dejan”. ¿Se dan cuenta, dónde estamos? Estamos dormidos, hablando de banalidades, cuando la casa se está quemando. Y ustedes siguen sin darse cuenta que todo se está quemando. Luego, si las cosas se torcieran de manera que apareciera la anarquía, el desorden y la violencia, dirían: “¡Dios mío sálvame, sálvanos de estos salvajes!” ¿Por qué no podemos ver cómo vivimos -que es de espaldas a la realidad-? El nuevo gobierno acaba de rebajar cortando las partidas para el próximo año, pero resulta que a la iglesia católica no le rebaja nada, ni casi nada tampoco a la monarquía, al igual que al ejército. Sin embargo en cultura, en educación, en sanidad, en servicios sociales, etc., los baja y recorta. ¿No tienen vergüenza que cuando los pobres son aplastados por sus necesidades, ustedes se queden como siempre: con sus beneficios y prebendas. Por eso, les vuelvo a decir: si viniera una revuelta en la que todo cambiara, no habría lugar parta ustedes donde ocultarse.

                                                                            

Hay de aquel que es causa de escándalo, más le valiera atarse una piedra al cuello y tirarse al río. Tantas y tantas veces que lo han leído, oído, y no surge en ustedes ningún efecto. Así que ustedes siguen hablando de un muerto que dicen que vivió hace dos mil años, hablan de si era dios o no lo era. Y yo les digo: pero si todos somos hijos de dios. Todos formamos parte de una unidad indivisible. ¿Por qué iba a tener dios un único hijo y no varios? Eso es poner a dios en el mismo nivel de los hombres. Ustedes no saben quién es dios, por tanto dejen de hablar de él, de lo que hace o debería hacer. Nadie sabe nada de dios, solo los idiotas son los que hablan de él.

¿No sería más importante dedicarse a poner orden dentro de cada uno, que es nuestra casa? Porque, todos vivimos en conflicto -en pecado como dicen ustedes-, vivimos con el “yo” que hace que nos dividamos como cristiano o musulmán, budista o hindú, como nacionalista español o francés, como hombre y mujer -por cierto prohibir a las mujeres los mismos derechos que los hombres, eso no es amor, sino división y más causa de conflictos, una dictadura-, como rico derrochador y pobre miserable.

Así que, viendo todo este panorama qué van a hacer, ¿seguirán con sus elucubraciones y especulaciones, con sus puestos de trabajo bien remunerados, con sus privilegios de clase, de élite, con sus comodidades, bien alimentados, con todas las seguridades, seguirán tolerando al poder corrupto e inmoral a cambio de las prebendas que reciben de él? Pueden seguir haciéndolo, pero eso no tiene nada que ver con el orden que es la compasión y el amor.

 

Las fronteras nacen y están dentro de uno. Y es uno quien las tiene que eliminar, ir más allá de ellas.

 

¿Quién es el qué dice "yo sé? ¿El que dice "yo sé" no es también el pensamiento? Y, el pensamiento y el "yo", que dice que sabe, son lo mismo. Por lo que todo es una ilusión. Pues, el pensamiento nunca puede llegar a lo nuevo, a lo que está más allá de él, ya sea Brahman, dios, la realidad última, lo verdadero.

 

Por eso, los que hablan del Nirvana, de la eliminación del "yo", es otra ilusión. Pues, el ciclo de la mente global y universal, la de todos, al no cambiar de paradigma, tiene que afectar a todos de una manera o de otra. A unos les afecta y les hace explotar con actitudes corruptas e inmorales, crueles y violentas, a otros casi imperceptiblemente a modo de ondas mentales, en insinuaciones y visiones.

                                                                           

La pregunta es: ¿Para ser religioso, para tener compasión y amor, es preciso creer en historias que hacen miles de años que pasaron, que no sabemos en realidad nada de ellas? ¿Para tener compasión y amor, hay que creer en lo que dijeron que dijo una persona por muy santa y perfecta que se nos presente?

Esto como es ignorancia, no nos damos cuenta que por mucho que le digan a uno algo que es correcto y adecuado -como esto que estoy escribiendo- si no se ve y se vive realmente dentro de uno mismo, no servirá de nada pues será incapaz de vivirlo en su vida cotidiana.

 

La mente-pensamiento, que es el "yo" operando, puede inventar todo lo necesario para que todo lo que haga, por descabellado y absurdo que sea, aparezca como correcto y adecuado. Que es como siempre hemos vivido, al principio inconscientemente y ahora más o menos conscientes.

 

Todo lo que necesitamos es tener la percepción alerta para poder ver donde está lo negativo. Y si vemos lo negativo, la acción inmediata será hacer algo al respecto. Y si es que uno está cuerdo y lúcido, no confuso, entonces lo descartará.

 

La idea es la consecuencia del pasado, que el presente proyecta en el futuro. Es decir, la idea siempre es lo viejo y conocido, repetitivo. Una frustración, por no poder realizar una idea, genera conflicto entre mi idea y la realidad. De ahí podemos llegar hasta la crueldad, la violencia y la guerra.

¿Se puede vivir sin ideas? No se puede, porque la mente es como el mar y las olas que salen y vuelven a salir, desapareciendo en un movimiento sin fin. Por tanto, nada más nos queda que verlo sin hacer un problema, un conflicto.

 

Lo real cuando tiene que suceder nadie sabe lo que será. Pues, si lo supiéramos ya no sería lo real, que es lo nuevo y desconocido. Es decir, lo real es un acontecimiento nuevo e inesperado.

 

Si no vamos más allá de la realidad, uno se convierte en un amargado. Por lo que, esa amargura seguirá dividiéndonos de la realidad de lo que es. Y seguiremos dentro del círculo de amargura, huida de la amargura y vuelta a la amargura.

 

Un hombre religioso no participa de contiendas, ya sean personales, de grupo o de países unos contra otros. Todas las religiones organizadas, dicen que quieren la paz, pero de una manera o de otra participan de la violencia y la guerra. Ya sea por su silencio cómplice o por su manera de funcionar que irremisiblemente aboca a la división, al conflicto, la violencia y la guerra.

 

Toda creencia en algo, sea lo que sea, no nos llevará a lo nuevo, que es lo desconocido, el amor. Aunque puede que esto que he dicho también sea una creencia.

 

 

 

Escritos y publicaciones 12-4-12

Porque los dioses y la verdad son lo mismo. Y como nadie conoce ni a los dioses ni a la verdad, todo lo que digamos al respecto no tiene sentido, es la ignorancia y su impotencia.

 

He leído tu entrevista en el diario… de hoy.

¿Crees qué después de un golpe de estado, con su anarquía, revueltas, desorden y violencia, la guerra que provoca, los bombardeos por siete meses contra las personas inocentes, puede ante esta locura y crueldad construirse una democracia? Creo que tú no sabes lo que es una democracia. No te creas que en Europa hay una verdadera democracia. No la hay. Hay miseria, represión, brutalidad, crueldad, mentiras y falsedades, corrupción e inmoralidad en todos los ámbitos.

En realidad todos los países son iguales de corruptos e inmorales, lo que cambia es el grado que hay en cada uno de ellos. Y eso mismo, es lo que sucede con las llamadas democracias, que no lo son. Son menos dictatoriales que las llamadas dictaduras. Esa es la diferencia, pero el paradigma de corrupción e inmoralidad es el mismo.

 

Ahora falta saber quién está libre del anhelo de los sentidos, y si eso es posible sin que aparezca el conflicto y el desorden.

 

Te dejas el misterio, Satinder. Por mucho que digamos no podremos llegar al principio ni al fin de porqué sucede algo o no sucede. Por ejemplo, ¿por qué se muere una persona joven y otra no? ¿Por qué hay unos que tienen accidentes y se mueren y otros no? ¿Por qué uno nace desvalido, ciego o paralítico y otro no?

 

Toda esta situación de muertes por hambre y desnutrición, quiere decir que por mucho que nos desarrollemos económica y científicamente, nada cambia. Pues, el paradigma de corrupción e inmoralidad, que es el egoísmo, siempre persiste.

 

Por tanto, es cada cual quien tiene que cambiar radicalmente en lo interior, hacer un cambio donde uno se vea en cada ser humano, esté donde esté. Si no es así todo cambio organizativo, político o de otro orden, será una repetición de todo lo que hace que se genere la división, la insensibilidad, el hambre con sus muertes, los conflictos, la violencia y la guerra.

 

El contrastar, es el pasado en movimiento. Y así, el contraste es el que genera el dolor. Pues, al contrastar salimos del presente, del ahora, para mirar hacia atrás, dividiéndonos de lo real que es lo que tenemos, lo que somos, lo que hacemos a cada instante.

 

Si decimos que dios no existe o que si que existe, es una tontería. Porque, dios para que lo sea, ha de ser el infinito. Y, cómo se puede comprender y explicar el infinito. Por eso, hay que ser muy tonto para hablar de dios.

 

El miedo es a todo lo que nos hace vivir en lo nuevo. Por eso, contrastamos lo que nos ha llegado, que siempre es el reto, con el pasado y así nos viene el miedo. Pues, cuando uno contrasta y coteja lo que tiene con el pasado, se divide. Por eso, el miedo es la división del presente activo, del ahora, de lo que es.

 

La felicidad llega con el orden. Si no hay orden, llega la confusión y una especie de caos que lo aceptamos como inevitable. Pero, es curioso que los países, según se dice, más felices suelen tener pocos habitantes -Dinamarca 5’4 millones, Noruega 4’6, Finlandia 5’3, Holanda 6, Bélgica 11, Suiza 7’7, Suecia 9 millones-.

Esto sin ser determinante tiene su lógica. Si en una casa viven cuatro personas, no es lo mismo que si viven diez o quince. Pues cuanto más personas más  desorden y la confusión aumenta, se incrementa y se hace grave.

 

Nuestra mente y cuerpo continúan en conflicto permanente, porque hay otros que lo quieren destruir. Porque el paradigma de la vida es destrucción, amor y construcción. Y como nosotros no queremos morir, porque nos resistimos, es cuando llega el conflicto permanente.

 

Jiddu Krishnamurti contó: En una habitación había un hombre orando y rezando. Al lado en otra habitación había una supercomputadora y le dijo: "¿Tú, a quién rezas? Yo soy el nuevo dios".

 

Somos dos, Vicky, -madre e hijo-. Pero cuando vienen las hermanas y sus hijos, etc., llega lo que la cantidad trae consigo.

 

Por supuesto que la felicidad es de dentro hacia fuera. Aunque, falta saber dónde están los límites para una persona occidental ante la intensidad de confusión y desorden que se puedan generar. Y, esto en todos los ámbitos, ya sea ante la crueldad en sus múltiples facetas, la violencia, los actos de una guerra. Los límites no los conocemos, por eso no hace falta hablar de ellos. Pero, somos criaturas que ciertamente tienen sus carencias, sus topes y limitaciones.

 

¿Cómo puede uno ser “incapaz de volver a caer”? ¿Es eso posible, si todo está interconectado, unido unos con otros, con toda la humanidad? Para no volver a caer todo el paradigma debería cambiar en todos. De momento es no se conoce, no ha sido posible.

 

El problema está en que no nos afecte lo que nos llega por la vía de los pensamientos, el ambiente psicológico y moral predominante. ¿Es esto posible?

 

El pensador que dice todo e inventa todo, es el mismo pensamiento, un fragmento del pensamiento, que se erige en el director ejecutor. Pero, son los mismo no hay director ni ejecutor ni "yo", solamente el pensamiento.

 

"Necesitamos libros, libros espirituales, libros religiosos y diversos otros libros de inspiración o citas de famosos, personas conocidas, o la inspiración de los grandes, y conocernos a nosotros mismos"

Necesitamos de todo, pero lo verdadero e importante es conocer cómo funciona el pensamiento, porque si lo vemos y comprendernos entonces conoceremos cómo funciona también la vida, nuestra vida, que es la de cada uno también.

Si seguimos a otro, dependiendo de él, entonces la libertad no podrá ser y uno al otro nos destruiremos.

 

Pregunta: "¿El pueblo no debería temer al gobierno, o el gobierno debería temer al pueblo?"

T. Segarra: Todos los que vivimos nos tememos unos a otros, porque nuestras existencias son un lucha a vida o muerte. Aunque la tenemos asumida como algo natural, esa lucha a vida o muerte, para sobrevivir, la encontramos natural. Y la encontramos tan natural y soportable hasta que llega una crisis, un reto personal con otro, y nos damos cuenta que el animal que llevamos dentro ya está actuando a su manera.

Por tanto los gobiernos y sus gobernados, mientras todo funcione dentro de los cauces establecidos, sin ninguna alteración ni crisis, hay una falsa paz -y por eso están los policías y los militares siempre preparados para actuar-, pero en el momento en que hay un problema que altera esa tranquilidad y compromiso con el gobierno, todo estalla y vuelva la lucha en todo su poder y devastación.

Por ello, creo que la pregunta en sí no tiene sentido, porque la paz del que tiene cualquier clase de mando y poder, sea el padre, el marido, la esposa, el abuelo, los hijos, etc., el gobierno o cualquier autoridad, lleva implícita la corrupción, el abuso, la brutalidad y la crueldad.

 

"¿Es posible la relación sin formarnos imágenes de los demás?" Sí que es posible cuando en la relación no existe división alguna que sea motivada por la raza, la cultura, el aspecto físico, el grupo social, político o religioso, etc. Es decir, para que no haya creación de imágenes en la relación, el ego, que es el "yo", no tiene que operar, ha de estar ausente.

 

 

 

Escritos y publicaciones 13-4-12

Cuando perseguimos un objetivo ya tenemos una idea o teoría de lo que tiene que llegar, tiene que ser. Y todo esto que ya sabemos no tiene nada de nuevo y desconocido, que es el amor. Al contrario, uno tiene que vivir en el vacío, en la nada, para así ser libres, y pueda venir lo nuevo y no repetitivo, la compasión y el amor.

 

Para no reaccionar ante un elogio o desprecio, uno tiene que estar muy atento a todo lo que está sucediendo dentro de nosotros. Pues la atención, donde hay unión, es orden.

No podemos saber lo que llegará, pero lo que llegue será el orden que es amor.

 

Si profundizamos más en la pregunta, "¿El pueblo no debería temer al gobierno, o el gobierno debería temer al pueblo?", nos daremos cuenta que ese problema entre los gobiernos y los gobernados, ya sea el pueblo, una nación o región, etc., son los mismos que tenemos a nivel personal en nuestras relaciones familiares en la casa, el hogar, con los vecinos y amigos, en el trabajo, con los parientes. Porque, el gobierno está formado por personas que son como todas. Y por tanto, actúan, piensan, tienen el mismo paradigma que cualquiera.

Entonces, para resolver el problema de los gobiernos, de la autoridad, uno tiene que comprender y resolver sus problemas y conflictos personales, aquellos que aparecen en la vida cotidiana. Y si uno ve y comprende sus problemas y conflictos personales, sabrá cómo encarar los problemas con los gobiernos, las autoridades ya sean estas del ámbito que sean. Por tanto, todo el problema siempre es de uno, porque “tú” problema, es “mi” problemas, el problema de “ellos”, es “nuestro” problema.

Todos queremos hacer algo, ¿no es así?. Ya sea cambiar al gobierno y su corrupción, a la persona que vive con nosotros, al vecino, al compañero de trabajo, al que tenemos en línea. Y eso está bien.

Pero, ¿qué sentido tiene si queremos que los otros cambien, si notros tal vez no lo hacemos? Por eso, primero uno tiene que intentar cambiar, comprender eso qué quiere decir, ver si ello es posible. Y, si vemos todo lo que está implícito en el cambio, entonces sabremos qué hemos de hacer ante los retos, las crisis, los conflictos domésticos en el hogar, en la fábrica u oficina.

 

Sí, es verdad. Sin comparación, sin contraste, ¿qué es lo que somos? Cuando nos encaramos con la realidad de lo que uno es, sin una imagen propia o para imitarla, es cuando uno está libre y participa del hecho del vivir en su totalidad. Pero, ¿es eso lo que hacemos o siempre estamos imitando, mirando como podré hacer y ser como el que creemos que es más favorable por su posición, sus aptitudes, su imagen? Es por eso, porque miramos y actuamos como nos dicen, ya sea el que dice que sabe, el maestro o líder, la persona que parece la más apta, que vivimos divididos internamente. Y si hay división interna, todos los males y miserias llegan a nosotros.

Eso no quiere decir, que uno tiene que aislarse y estar contra todos, sino que habiendo visto todo lo negativo del contraste, la comparación, el seguimiento, lo descarta radicalmente.

Cuando vemos que el que piensa, el pensador, y el pensamiento son lo mismo, entonces todo adquiere otro significado. Porque, es entonces cuando el pensamiento se aquieta, no se asusta ni siente aversión ni agrado por lo que ve. Esto es así, porque no hay división, sólo unión e integración, orden.

 

El esfuerzo por conseguir algo significa que uno no ha visto ni entiende todo lo que va implícito en ese esfuerzo: brutalidad y crueldad, ¿Se creen que van a derrotar a la química y a la física, a la manera cómo funcionan las cosas y la vida? Es como querer abrir una cerradura con una llave que no es la de esa cerradura.

 

Voy a contarles algo que enlaza con todo esto que está pasando en la iglesia católica, que si lo explicáramos todo sería largo e interminable, aburrido. Por eso, si me permiten: estaba Jesús paseando por una calle de Roma y vio a una persona pobre pidiendo limosna y le preguntó: "¿Qué tal te va?" Y el pobre hombre le contestó entristecido: "Va mal, muy mal, pues no me dejan entrar en el Vaticano". Y, Jesús, le contestó: "No te preocupes, a mí tampoco me dejan entrar".

 

La acción para que sea correcta, tiene que ser sin tiempo. Es decir, en el mismo ver algo claramente es cuando se produce la acción correcta. Si uno va a cruzar una calle por donde pasan los coches, la visión de que viene un coche rápido nos hace que paremos sin que en esa acción haya la acción del pensamiento. O sea, que la acción para que sea en su plenitud, para que haya orden en esa acción, ha de desaparecer la actividad del "yo". Porque, es el "yo" el que compara, coteja, contrasta, y cavila sin fin, dividiéndose de lo que ve y observa, de lo que es, del ahora.

 

"La ciencia o el razonamiento trata de comprender "lo que está sucediendo". La espiritualidad es para entender "su relación con lo que está sucediendo"”.

Comprender lo que está sucediendo eso no es posible, pues el principio de todo no lo podemos saber, ni tampoco el final. Pero, lo que si que podemos comprender es cuál es la relación más adecuado con lo que está sucediendo.

 

La negación no produce karma. Si no hay karma tampoco hay pensamiento, no hay "yo". Y entonces, si el pensamiento no opera, ahí está la libertad.

 

Jiddu Krishnamurti, era alguien que estaba en trance. Y como procedía de una cultura religiosa hindú, y con conocimientos modernos en psicología, todos los problemas relacionados con la vida de las personas los solucionaba.

 

Creo que el sánscrito y el latín, que por cierto están emparentados y tienen una misma raíz, son leguas de élites intelectuales. En Europa y occidente el latín está cada vez más muerto, los científicos ya no están obligados a poner un nombre latín a lo que descubren, ya sean animales, plantas o medicamentos, en paleontología.

Por tanto, ¿para qué queremos revitalizar algo que es de unos pocos eruditos? No nos damos cuenta que esto que solamente es de una élite, puede ser causa de más complicación, de división.

Por supuesto, el que quiera estudiar y aprender el sánscrito o el latín que lo haga. Pero, imponerlos como unas lenguas para estudiarlas como asignaturas obligadas para revitalizarlos, me parece inadecuado.

 

¿Qué necesidad tenemos en saber lo que está más allá de las palabras, de saber lo que es "lo otro", la "fuente que se manifiesta"?

Nosotros hemos de atenernos a los retos del presente, que es la manera cómo vivimos. Y, si nos atenemos a eso, todo lo demás nos llegará de una manera o de otra. Pero, especular es un entretenimiento, es dividirse del presente que está en todas partes, en la calle, en la persona que vemos, en el trabajo.

Si estuviéramos con atención total con lo que hacemos, no especularíamos en absoluto, gozaríamos de lo que hacemos, de todo lo que nos llega. Y en ese gozo, todo se manifiesta.

 

¿Cuántas crisis ha habido en la historia de la humanidad? El hombre siempre ha estado en crisis. Ahora nos toca a nosotros soportar la crisis presente.

Pero, vayamos a la raíz de las crisis -y a la actual también-. Una crisis es una desavenencia entre dos personas, cuyo resultado puede ser doloroso, un horror, si no es resuelta. Por eso, esta crisis también se tiene que solucionar. Y para ver la posible solución, hemos de verla en su aspecto más íntimo y cercano, que es la crisis que cada cual tiene en su vida. Así que si queremos solucionar nuestra crisis, que siempre será con otro, hemos de ponernos de acuerdo. ¿Cuál es el obstáculo para que se solucione la crisis entre dos personas que no quieren seguir en crisis? Las dos tienen que renunciar a algo, ya sea querido o muy valorado, para que lo justo llegue. Si una parte no quiere aceptar el vivir con la máxima justicia, que es respeto, compasión y amor, seguirá en crisis. Si la que quiere que se manifieste la máxima justicia, no lo consigue también seguirá en crisis. Y es así como vivimos desde siempre. Aunque a veces, tanto los que no quieren la máxima justicia, como los que sí que la quieren, se ven abocados a la crueldad, a la violencia y a la guerra.

Ese es nuestro destino. Así que cada cual, en la medida de lo posible se lo tiene que resolver, solucionar.

 

 

                                                                       

Escritos y publicaciones 14-4-2012

Interlocutor: Tus ojos hablan de ti, Toni

T. Segarra: ¿Qué quieres decir con eso? Carmen.

Interlocutor: Despierto muy vivo, una felicidad melancólica. Divina tu expresión, transmite muchas cosas.

T. Segarra: Pero, en todo eso que dices no hay nada nuevo, pues todos tenemos los mismo defectos y cualidades, queramos o no. Pues, la vida está determinada por ese cuerpo que somos y por el condicionamiento de nuestras mentes. Por tanto, una persona que se salga total y absolutamente de ese condicionamiento, lo que algunos dicen la liberación, la aniquilación del "yo", creo que no es posible. Lo digo tentativamente, porque todo se tiene que vivir y experimentar por nosotros. Siempre he pensado que el Nirvana, la total liberación, no puede ser posible. Porque, la mente que pudiera estar liberada completamente, o nuestras mentes -la tuya y la mía y la de todos-, están conectadas a las otras mentes que no están liberadas, y reciben sin parar toda la información de esas mentes. Y, así siempre habrá ese motivo para dividirnos, para el conflicto, aunque sea casi imperceptible para los demás. ¿Tú cómo lo ves, Carmen?

Interlocutor: No todos tenemos esa luz tan agradable en la mirada

Creo que el “yo” o personalidad, es algo que podemos modificar por medio de la auto observación. Y no creo que tus defectos me los puedas transmitir, hay gente que tienen una personalidad muy violenta, otros rateros, otros mentirosos, etc., etc. Pero hay gente que tiene una personalidad muy agradable, amable, comprensiva en fin, pues esas miradas transmiten esa luz.

T. Segarra: Vamos a ponerlo de esta manera: dos personas viven juntas, una es lo que se dice legal -no quiere hacer daño-, la otra es muy egoísta y por tanto no le importa hacer daño. Al vivir juntas, la más egoísta siempre está intentando explotar a la otra, aprovecharse de ella, no le importa la pelea ni la contienda, por lo que siempre ha de estar muy despierta y atenta para no responder con sus mismos métodos. Pero, llega un momento en que es tanta la tensión que si no responde a la presión y a los métodos injustos, pone en peligro su vida.

¿Qué haremos ante esta situación que nos pasa a todos nosotros, cada uno a un nivel y con sus propias características? Uno puede negarse y renunciar hasta el final y dejarse incluso matar -si es que eso se pude soportar-. O, tiene que encararse con esa persona que la está destruyendo y resolver el problema. ¿Hay otra posibilidad de resolver este problema de la relación, que siempre de una manera o de otra se nos presenta, aunque no sea hasta el extremo, de momento, de peligrar la vida?

 

Interlocutor: Toni, todo lo que nos ocurre es el efecto de una acción anterior, yo creo en la ley del karma. Y eso que tú me dices no sería posible que ocurriera si no hay karma entre esas personas, entonces no hay nada de que defenderse.

El ego de la violencia no tendría sitio ni razón para existir tan siquiera, ya te he dicho que nosotros mismos podemos modificar nuestras vidas según nuestras acciones si estamos auto observados.

T.Segarra: Pero, si una de las dos personas sí que tiene karma, qué sucede. Además para no crear y generar karma siempre uno tiene que estar libre del “yo”, de la imagen que tenemos de tantas y tantas cosas: del cuerpo, de mujer o de hombre, de inculto o culto, de pobre o de rico, de guapa o fea, de creyente o no, etc. Por lo que, es ahí donde todos estamos atascados.

 

Sí, Vicky, pero a veces a uno no sirve la voluntad, la complacencia, la sinceridad para resolver una crisis. ¿Qué haremos para que la crisis llegue al final o para soportarla sin desencadenar la crueldad y la violencia?

 

El conocimiento, es el resultado de la memoria que es el pasado. Cuando el conocimiento, que es el resultado de "yo" veo o conozco, ahí no hay percepción directa. Pero cuando todo sucede sin poder ser tocado por ese "yo", que ya no está, lo "otro" lo que está más allá de toda descripción está ahí.

 

La vida, Vicky, es algo muy serio, pues puede ser muy trágica. La solución final si uno no quiere vivir en crisis con otro y lo lleva hasta el final, puede significar la completa negación y la muerte.

Cierta vez JK, cuando estuvo en Argentina, creo que fue en la primera mitad del siglo pasado, dijo: "Si uno no quiere empuñar un arma, no lo hará. Si por ello le matan, eso no importa".

Pero, como ves, aún queda la crisis con los que lo van a matar. Aunque, uno ¿puede morir fusilado sin tener ningún conflicto -crisis- con los que ordenan su muerte?

 

Con el vacío y la nada es cuando aparece la conciencia pura. Que no es conciencia porque nadie es el testigo, no hay sujeto, no hay "yo". Que es como cuando llega la primavera, una tormenta o la brisa estival.

 

Creo que nacemos ya condicionados para destruir, para sobrevivir. Los animales así lo hacen desde el mismo momento de nacer.

Las personas, también nacemos con ese instinto, pero el condicionamiento, la llamada educación, nos hacen que parezcamos más refinados. Pero el paradigma de división y conflicto, siempre está ahí por el miedo a perder, a morir.

 

La crisis es el egoísmo en acción de los poderosos contra los pobres, los sencillos y humildes. Es como una gran coalición de unos contra otros. Pero, los más poderosos siempre tienen las de ganar.

Para que no haya una confrontación, uno tiene que renunciar, ceder, negarse, si es que ello puede ser posible. De lo contrario la confrontación y la violencia llegan con todo su horror.

 

"Si miramos a los ojos de un niño recién nacido vemos la eternidad". Es verdad, pero también está allí toda lo necesario para sobrevivir: la defensa, el ataque, la víctima y el verdugo, la muerte. Porque eso es lo necesario para vivir.

 

Para que pueda haber injusticia se tienen que contar cuentos para decir que la corrupción y la inmoralidad no lo es. Diciendo que unos son los elegidos, los más listos y despiertos, los más aptos para dirigir la sociedad y que los otros no sirven para nada. Pero, esta misma visión de las cosas, es ya corrupción e inmoralidad, porque para que unos sean poderosos, ricos, etc., otros tienen que ser pobres, sencillos y humildes. Pero, lo más escandaloso es que todos los que mandan, procedan de donde procedan -sean humildes y sencillos o adinerados-, cuando llegan al poder se contagian y alían con los corruptos e inmorales.

Pero, ¿para llegar a mandar políticamente, para tener autoridad ya sea en el barrio, en el ayuntamiento, en una organización o institución, no es preciso ser corrupto e inmoral?

La verdad es atenerse a la realidad, a lo que es. Y no inventar lo que me gustaría que fuera, otra realidad que me interesa y satisface. Por eso, la verdad es tan difícil de que llegue, porque uno tiene que negarse profunda y radicalmente. Pero, la verdad no es fija ni estática, cambia a cada instante, donde uno puede pasar de víctima a verdugo en un instante.

                                                                           

La verdad es lo que no se puede cambiar: si tú eres fuerte y alto no es lo mismo que ser bajo y flojo, si uno tiene una mente lista para los números y cuentas, otro para la lectura, si uno nace negro o blanco, eso es la realidad, la verdad. Pero, el problema llega cuando no me atengo a esa verdad, que es mi realidad. Y así, desencadenamos todos los problemas que tenemos en la vida. Porque, como no se puede cambiar, tengo que inventar toda clase de ideas y teorías para poder seguir viviendo con esa mentira de que yo soy diferente de lo que soy.

Eso es lo que hacen los ricos y poderosos: ellos piensan que unos han nacido para ser ricos y otros pobres. Y como eso no es la verdad -pues la verdad es que todos somos iguales-, han inventado toda esta sociedad, con sus leyes, etc., para que se lo crean y acepten.

He leído tu entrevista en el diario… de hoy. Solamente quiero decirte que el saber, las explicaciones, las experiencias, no tienen fin. Pues, todo participa del infinito. Por tanto, todo eso del saber, las explicaciones, etc., se convierte en un entretenimiento, en una distracción, en una pérdida de tiempo.

 

 

 

Escritos y publicaciones 16-4-12

T. Segarra: Esta mañana cuando hemos hablado lo que pretendía decirte era lo siguiente:

Cuando te decía que vivir sola sin nadie, si era lo que el destino te imponía ahí es lo correcto, el orden. Pero, si uno lo hace por placer, que es egoísmo, entonces si que hay desorden que nos puede llevar al caos.

Respecto de JK, lo que te decía era que la esencia de sus enseñanzas es la moralidad. Porque, para tener compasión y amor, es preciso que no haya inmoralidad. Y esa moralidad es a la vez religión. Porque, cuando uno vive intentando hacer el menor daño posible a los demás, y eso es moralidad, se está en la esencia de la religión, Y por eso, la raíz de JK, está en la religión y la moralidad.

Lo que pasa es que si JK hubiera hablado siempre de moral y de religión, muchas personas se aburrirían. Y entonces, usaba la psicología, que es filosofía, el sentido común y un lenguaje apropiado de manera que lo entendieran todos los que le escuchaban y leían. ¿Estás de acuerdo?

Hace unos años tuve relación con personas que habían leído a JK, en Valencia ciudad, y que habían formado un grupo de estudio, teníamos un lugar para reunirnos. Estuve en varias ocasiones con esas personas, hablaba con alguna de ellas fuera del grupo como amigo y colega en privado, pero no funcionaba, por lo que deje de asistir. Pero seguía hablando y contactando con la persona antes mencionada que estaba en la dirección. Pero, por la fuerza de los hechos no he sabido más de ellos.

En esos momentos no tenía tiempo para invertirlos en ellos ni en JK a ese nivel de reuniones y contactos. Por lo que he vivido siempre sin relacionarme con personas que habían leído o escuchado en directo a JK. Lo que hacía era hablar con todas las personas que me encontraba cada día como si fueran personas como las que leían a JK, les explicaba todas esas cosas tan nuevas y radicales, les hablaba de la compasión y del amor. Y exponerlo también en mis diez libres que he escrito.

 

Para mí no ha sido nunca ningún problema, pues siempre he ido con personas que no conocían a JK. Si que he tenido contacto hablando con muchas personas interesadas en la India y su filosofía. Ya sea en Ibiza, donde viví tres años, o en otros sitios como centros espirituales o de yoga. Pero también te tengo que decir, que siempre he tenido contacto con toda clase de cristianos, con los que he hablado muchas horas con ellos en centros donde vivían en comunidad o en instituciones como conventos y asilos de ancianos desamparados.

Al igual que he tenido relación con muchas personas hindúes -devotas de gurús hindúes- donde se reunían para cantar y hacer el puja. Donde uno estaba solo con ellos, salvo algunos días en que alguien me acompañaba o aparecía por allí. Uno intentaba que dejaran las supersticiones y los ritos como ponerse el tila de ceniza en la frente, que según decían el gurú la había sacado de la nada en un prodigio o milagro. También les decía en asamblea que no creyeran que la India era un lugar perfecto -pues ellos así lo creían en su mayoría-, ya que allí se morían de hambre, se mataban y asesinaban como en todas partes. A lo que ellos respondían con un silencio malhumorado. Pero lo que más nos unía eran los cantos con instrumentos hindúes -bongos, platillos, un tambor cilíndrico que se ponían entre las piernas cruzadas, y las manos de todos los que participaban en los cantos espirituales. Algunas veces alguien traía comida, preparada por un devoto, que al final, después de bendecida por los cantos y plegarias se repartían, que uno nunca comía. Algunas veces, uno solía llevar unos paquetes de almendras recubiertas de caramelo blanco -peladillas-, que los dejaba en el lugar adecuado de las ofrendas para repartirlas. Los cantos hindúes son de los más desgarradores que he oído y cantado, pero con un sentimiento de renunciamiento y negación, y a la vez de alegría seria pero feliz, que a uno lo llevaban a la India y a toda su espiritualidad.

No quiere decir esto que esos hindúes eran de otro mundo, pues había de todo entre ellos: pobres y humildes, ricos y comerciantes, modernos y de estilo antiguo, bebedores de alcohol y enganchados a éste, niños, jóvenes, mayores y viejos. Pero, todos tenían en común que eran devotos, muchos de ellos fanáticos, de un gurú que estaba en la India de donde no podía salir, según la antigua ley hindú que dice que ningún hindú ha de salir nunca de la India. Y que hiciera lo que hiciera, tontería o no, todo se lo aceptaban y consentían. Eran creyentes de sus milagros que hacía con asiduidad. Muchos viajaban cada año a uno de sus centros espirituales para pasar allí unos días.

Allí, en ese centro, no podía nombrar a JK por educación y prudencia. Pero, desde hace unos treinta y años, todo lo que dijo JK y todo lo que uno dice viene a ser lo mismo. Porque, la verdad siempre está ahí, es eterna, y sólo uno la tiene que ver y comprender. Después ella sale en cada gesto, palabra o acción.

Interlocutor: Gracias Toni por este mensaje tan largo.

Lo he leído con completa atención. Prefiero la traducción al Inglés es lo más adecuado para mí. Yo así lo puedo entender.

                                                                          

Acerca de mí: yo no soy una gran escritora y en general yo uso mucho las palabras (a veces lo hago en el teléfono!).

Ya he olvidado mi pasado feliz y es bueno vivir en el ahora, para mí.

Creo que es muy importante conocerse a uno mismo y estar quieto, tranquilo y silencioso. La gente está diciendo cosas de mí, pero esto no me ayuda mucho. Uno tiene que aprender por su cuenta y de "independiente".

¡Hasta la próxima, Toni!

T. Segarra: ¿No necesitas contarme nada tuyo? ¿Qué es lo que dice la gente de ti que no te ayuda? ¿Qué es lo que escribes?

Yo también he olvidado el pasado, pero cuando la ocasión lo requiere él sale, llega, solamente para informar. Ya sabes que si no hay libertad la vida no tiene sentido y no podemos gozarla.

Interlocutor: Yo no he obligado a olvidar el pasado, Toni, él se ha ido con facilidad, eso no tiene mucha importancia. Si me hubiera obligado a olvidar, en eso no puede haber libertad, y como usted ha dicho, sin la libertad la vida no tiene ningún valor.

T. Segarra: Cuando dices que el pasado se ha ido con facilidad, ¿quiere decir qué tienes una especie de amnesia en la que no puedes recordar nada? ¿O, es que tú no quieres volverlo a ver?

De todas maneras, cuando tú me dijiste ayer que algunas personas hablan mal de ti, ese pasado está de alguna manera queriendo salir y manifestarse. Por lo que, si no lo dejas salir es un acto de represión. A no ser que si lo sacarás, representara un peligro para ti o para alguna otra persona.

Interlocutor: Hola Toni. Yo no tengo una especie de amnesia, incluso no hay ningún deseo de no ver las cosas de nuevo, sólo se soltó de su importancia y también me he olvidado de ellos más o menos. Creo que estoy haciendo lo que escribiste sobre: Ć¢ā‚¬ā€¹Ć¢ā‚¬ā€¹dejo que se alejen. No creo que dejarles que se vayan puede ser visto como un acto de represión! ¿O es qué no te entiendo muy bien? De cualquier manera: ¡Esto se siente más ligero!

T. Segarra: A lo que me refiero es que tú has dicho que: “la gente está diciendo cosas de mí, pero esto no me ayuda mucho”. Y lo que te preguntaba era si esas personas te querían hacer algún daño, si lo que decían eran habladurías.

De todas maneras, el que tú no tengas la necesidad de expresarlo con palabras, quiere decir que no es nada importante, que no te altera ni desequilibra.

De todas maneras, lo nuevo no tiene nada que ver con lo que hemos planificado, programado. Pues la vida para que sea verdadera, ha de ser como una hoja en blanco en la que aún está todo por escribir. Y, así la vida siempre es fresca y nueva, que es donde ha de nacer la compasión y el amor.

 

Si cuestionamos el pacifismo, entendido como la no participación en las guerras, ¿entonces dónde queda la enseñanza de Jesús? Porque, ser cristiano es tener como referencia la caridad, la compasión, el amor. Si los católicos están contra el aborto, y lo que atente a la vida, la guerra es la más destructiva y asesina.

Por cierto, llamar a alguien cobarde es no tener caridad, es no comprender a las personas. Yo les podría decir que son cobardes porque no cambian ni descartan su manera corrupta e inmoral de vivir, que genera división y conflicto, violencia y guerra. Por eso, si uno llama cobarde a alguien en ese momento se convierte en guerrero, que es obligar a alguien a que haga algo, lo pueda o no.

Los que justifican y ven necesarias las guerras, diciendo que es un mal necesario para que otro mal no venga, hay que decir que la raíz principal, la causa siempre es una injusticia, un agravio. Por eso, una persona con compasión y amor-que no es injusto ni hace agravios- ¿puede provocar, generar o participar en las guerras? Es decir, los que dicen que quieren la paz y el fin de las guerras, primero tienen que cambiar su manera de vivir, han de cambiar internamente, para no ser una causa de conflicto, de contienda y de guerra.

La guerra no está solamente en el campo de batalla, la guerra está y nace dentro de nosotros cuando nos dividimos al decirnos musulmanes, judíos, budistas, cristianos, socialistas o capitalistas, creyentes o no creyentes, cuando nuestro nacionalismo nos condiciona de manera que queremos arrasar a otro nacionalismo. Y esa división es la que genera el conflicto y la guerra. Por lo que una persona religiosa, la que no quiere hacer daño a nadie ni a nada, no hará nada para que genere la guerra ni participará en ella.

Por lo que, todas las guerras habidas y por haber son lo peor que nos puede pasar. Decir que existe la paz de los cobardes, es como una arenga al asesinato. Porque, cualquier persona tiene una guerra doméstica, ya sea con su compañera de trabajo, con su jefe, con la persona con quien convive, con la autoridad, con su hijo o amigo y, si no ve lo negativo de proseguir en ese conflicto, puede llegar a la violencia y a la muerte. Y así mismo son las guerras con sus bombardeos y asesinatos en masa. Por tanto, la guerra se puede cuestionar, comprender, entender y descartar radicalmente.

 

 

 

Escritos y publicaciones 16-4-12

"Quien mira afuera, sueña… quien mira hacia adentro, despierta".

Si seguimos haciendo la división entre fuera y dentro, entonces no hay despertar en absoluto. Tanto lo interno como lo externo son lo mismo, cuando vemos la realidad y la verdad.

 

La ciencia, lo material tiene su lugar, pero no nos resuelve los problemas. Porque la ciencia es fija, no nos puede llevar más allá del dolor y el sufrimiento. ¿La pregunta es, podemos ir más allá de lo material? ¿Podemos ir más allá de los dolores físicos, de la enfermedad, de las malas noticias, de la edad ya sea avanzada o no, ir más allá de la crisis continua y de siempre, o las recurrentes? ¿Puede uno no ser condicionado por nada e ir más allá de todo eso, estando libre de la angustia, la tristeza, la depresión?

 

Buscar la perfección, es pasar la vida buscándola hasta que llega la muerte y sigo sin encontrarla. Porque la perfección no existe, es subjetiva. La perfección es ver la realidad que es incambiable y vivir con ella, sea la que sea. Eso no quiere decir, que no haya algo que sí se pueda cambiar, pero entonces eso es cosa de cada uno. Y el resultado final ha de ser ver que lo perfecto no existe.

 

"Un cubo de hielo se preguntó cómo puedo ser tan frío siempre. El cubo de hielo se respondió: mi pasado es el agua y mi futuro es también el agua. Por lo que, es mejor para vivir estar fresco, frío y tranquilo en la actualidad, dejando todas las preocupaciones de futuro y el pasado".

¿Cómo podemos ajustarlo esto a la vida de nosotros las personas? El cubo no sufre y las personas sí. Todo el problema de la vida es porque experimentamos sufrimiento y dolor. Por lo que, la adaptación a las personas sería: Si antes de nacer éramos la eternidad y después de morir también lo seremos, vivamos en el presente y olvidemos el pasado y el futuro.

 

Una tiene que saber que todo lo que llega se puede ir. Pero, cuando algo se va, esa ausencia, ese vacío, ese sitio se tiene que volver a llenar. Solamente, hemos de gozar de ese momento, que parece arrebatador, para que tenga sentido todo lo que hacemos y nos sucede.

 

¿Nos damos cuenta que el mido es algo natural en nosotros? Porque el miedo es una reacción para ponernos a salvo ante un fuego, ante el frío que nos puede helar, ante un animal peligroso o salvaje, etc. Por tanto, ese miedo es adecuado. Pero, el miedo donde es un estorbo es en el ámbito psicológico, pues el miedo siempre es el pasado. Cuando uno tiene una mala experiencia con otro, ya sea con el marido o la esposa, con un compañero de trabajo, con alguien que convive con nosotros, esa experiencia que es el pasado se interpone con el presente y nos dividimos. Pero, lo más maravilloso es que si estamos completamente atentos a todo lo que ocurre, el pasado no podrá llegar y dividirnos de lo que estamos viviendo, ya sea una relación, un paseo, viendo un amanecer o atardecer, escribiendo o cocinando.

Y esto es así porque la atención total, es el orden. Y ese orden es compasión y es amor.

 

Para que el pensamiento de cada uno se disuelva, uno no tiene que estar dividido internamente. Nosotros creemos que somos diferentes de lo que pensamos, del pensamiento. Y esta creencia es la causante de la fragmentación interna. Así que, no hay ninguna diferencia entre el pensador, yo, y el pensamiento.

Si somos capaces de ver y comprenderlo, entonces usted no discute ni se enfada ni quiere destrozarlo todo. Porque, nos hemos dado cuenta que todo está unido. Que uno es como los demás, pero actuando a un nivel diferente por las circunstancias que la vida le ha dado y le da. Los hindúes tienen una religión diferente de los musulmanes, pero en esencia son igual de supersticiosos, se aferran a sus creencias, ritos y plegarias. Y lo mismo sucede a los cristianos, ya sean católicos o protestantes. Por lo que todos estamos clavados en esta tierra, que es el estar aferrados, el depender de lo que dicen los demás, ya sea un imán, un gurú, o un sacerdote. Por tanto, no creamos que somos especiales, que somos mejores, pues somos todos lo mismo: un pensamiento fragmentado y dividido, que es el que genera los conflictos, el odio, la brutalidad, la crueldad y la violencia.

 

Lo perfecto no existe es una comparación. Así que mientras exista la referencia para comparar, eso no será lo perfecto. Si no hay comparación ni contraste, lo perfecto es. Que, por supuesto no lo podemos nombrar como perfecto.

 

Alguien sin miedo psicológico sería una persona libre. Pues, al no tener miedo no tendría conflictos ni problemas con las personas. No podría tener conflictos con el negro ni con el blanco, ni con el americano o europeo, ni con hombre o mujer. Ya que el miedo es el producto de una imagen. Imágenes que están depositadas en nuestra memoria, desde hace un millón de años, que es nuestro condicionamiento. Nosotros cuando nos llega un reto cualquiera, enseguida buscamos en el archivo para ver de tranquilizarnos por si ya tenemos referencias que nos ayuden a encararnos con ese reto. Pero esas referencias están muertas, no nos sirven, ya que son del pasado. Y es este pasado, al ser tiempo -pues lo tenemos que escudriñar para que nos diga cómo solucionar el reto que tenemos delante-, el que nos divide del presente, del ahora.

En la relación, para que no hay conflicto, hemos de vivirla en el ahora, si huir ni reprimir, sino viendo cómo se desenlaza hasta el final. Y esto fortalece el cerebro y la mente. Porque uno ve cada problema desde el principio hasta el final. Y cuando se termina no queda nada por hacer, nada pendiente para volver a empezar.

 

El amor es como la flor que siempre florece. Y está más allá de lo todo lo que digamos, o no digamos, de él.

 

Tú también das respuestas, Tulku.

El problema no es si damos respuestas o si no las damos, lo importante es que las respuestas sean las adecuadas, las que generan orden, que es compasión y amor.

 

Pero ese desconcierto, María, es una onda mental, un incidente, que no tiene ninguna importancia cuando vemos todo el proceso de lo que está sucediendo. Es como las olas que llegan a la playa y se estallan en la arena y vuelven en un movimiento que no tiene fin.

El problema es cuando nos quedamos en un proceso, en una imagen, y no podemos salir de él. Eso quiere decir que hay una crisis profunda a la que hay que afrontar con mucha paciencia y verle todo el recorrido. Eso, si es que somos afortunados y podemos pasar por ello solos, con todo el tiempo necesario.

Y cuando uno a desentrañado toda la trama del miedo, la muerte no tiene ninguna importancia. Porque, ella no está ahora aquí. El día y la hora que llegue ya veremos qué pasa. Pero hablar de la muerte forma parte de la especulación. Porque la muerte nadie la conoce, porque nunca hemos muerto, y los que se han muerto no han vuelto para contarlo. Sólo sabemos, que la muerte es el fin de todo lo que somos, nuestro "yo", todos los recuerdos. Por eso, la muerte uno tiene que estar viviéndola a todas horas, no en el último momento, negando y dejándose de aferrarse a los muebles, los libros, a las cosas materiales, a todo lo que uno tiene.

 

"Lo más difícil para el ego librarse, es el ego que piensa que está iluminado".

Eso es lo mismo como si alguien dijera que lo sabe todo. Y entonces cree que no necesita aprender.

 

Todo lo que se ha dicho es cierto: la mentira es corrupción. Pero, ¿alguien puede vivir sin corrupción, sin decir alguna mentira, aunque sea espontánea e insignificante?

 

Las palabras son energía que lleva la energía de quien las pronuncia. Pero, las palabras nunca serán lo que se describe. Por tanto, un sabio, maestro o vidente, lo que diga si el que lo recibe no tiene su mente preparada para que germine en ella, no tendrá ningún sentido verdadero. Serán como las palabras de los charlatanes y embaucadores.

 

 

 

Escritos y publicaciones 18-4-12

El pensamiento es útil cuando se trata de preservar el cuerpo de un peligro, ya sea un frío o un calor excesivo, un peligroso acantilado donde podemos caer y morir. Pero, en lo concerniente a lo psicológico, espiritual, el pensamiento es un obstáculo. Pues el pensamiento, que contiene todo el depósito de la memoria, es tiempo como pasado que a través del presente construye el futuro. Y, ese pasado siempre es tiempo, que es por donde va la experiencia, que se antepone a lo que observamos. Y a si, la observación que es relación, no es en su totalidad.

Por eso, para que la relación sea entera y completa uno tiene que estar vacío de todo lo conocido, como si soy hindú o europeo, musulmán o budista, de izquierda o de derechas, negro o blanco. Y desde esa conciencia vacía es donde puede florecer la compasión y el amor al no ser nada.

 

Carmen, la dualidad en lo físico existe como alto y bajo, como cerca y lejos, como hembra y macho, como agua y tierra, negro y blanco. Pero, en el ámbito espiritual, en lo psicológico, ¿puede haber dualidad alguna? La dualidad es división, antagonismo, donde hay enfrentamiento que causa los conflictos y todo el desorden en nuestras vidas.

Una tiene una casa, pero ve otra que la encuentra más bonita, dice que le gustaría tener una igual que esa. Y entonces, todo el proceso del deseo se pone en acción. ¿Por qué no podemos ver la belleza que está en todo y en todos? Es porque no tenemos belleza dentro de nosotros que la buscamos fuera. Pero esa búsqueda no tiene fin, convirtiendo la belleza en una persecución llena de desdicha y amargura. Cuando si sabemos mirar y ver, vemos la belleza en una matita de hierba al borde del camino, al lado de una piedra por donde ha crecido, vemos de repente, quedando sorprendidos y embelesados, la luna que sube o está encima de nosotros.

Así que si uno ve que no hay dualidad en lo psicológico, entonces los problemas se desactivan y desaparecen. Porque uno es quien es, sin compararse con nadie. Y entonces la ausencia de división y conflicto, da paso a la belleza que es la esencia de toda la virtud y el amor.

 

¿Cómo saldremos de esa dualidad, por medio de la desintegración del mi mismo o de lo que llamamos personalidad? Y, ¿qué es esa desintegración, qué quiere decir esa palabra? Y, en todo esto parece que está involucrado el tiempo, porque eso lo vemos como algo en el futuro. Por tanto, la desintegración no es adecuada porque esto genera división, que es tiempo psicológico, en muchos fragmentos. Y lo que necesitamos es unión sin ningún fragmento, necesitamos la totalidad. Pero, la totalidad nos exige que seamos muy atentos, muy diligentes, muy serios y profundos, porque la mente tiende a la desintegración, al desorden. Y esa unión, que es amor, sólo puede llegar cuando en un instante, ahora, uno ve todo la trama del pensamiento, y su invento que es el "yo", y lo descarta radicalmente.

 

No se trata de en su mayor parte. Tiene que ser una integridad total, entera. ¿Puede ser eso, ser totalmente no-corruptos, sin mentir? Evidentemente no lo podemos ser, porque todas las mentes están relacionadas unas con otras y se condicionan sin darse cuenta. Por lo que el hombre es quiero y no puedo.

 

Vamos a decirlo claramente: ¿se puede vivir sin decir ninguna mentira consciente o inconscientemente? La respuesta ha de ser clara: sí o no.

Esto es como preguntar si alguien puede vivir sin hacer daño alguno. No se puede

porque vivir es destruir siempre algo: cuando comemos, cuando paseamos por el parque o el campo, cuando ganamos en un juego o en un negocio.

 

Creo que te has precipitado al opinar, Luz. En cualquier tema, opinión, idea o teoría, para descubrir su falsedad se tiene que mirar desde fuera de los prejuicios y condicionamientos que tenemos. Para así, ir tentativamente y encarar ese reto.

Ahora bien, puede que en un instante hayas visto que eso que has leído es, como tú dices, una falsedad y ahí se termina toda investigación. Y, entonces eso es tuyo y nadie te lo puede arrebatar. Pero, a la hora de hablarlo con otros, y vivirlo, lo tendrás que demostrar con palabras y con hechos.

 

Cuando uno caza a un animal y se lo come, eso tiene sentido. Pero matar animales por placer y diversión, entonces la cosa cambia. Los cazadores tienen el encanto del entorno natural, pero cuando ven algo que se pone a tiro se convierten en asesinos.

Un famoso escritor que era cazador, un amigo dijo de él: "Le gustaba tanto matar, que si su madre hubiera pasado volando le hubiera disparado un tiro".

 

Hay algo que creo que estarás de acuerdo: hay infinitas maneras y posibilidades de negar la guerra -la violencia, la brutalidad, la crueldad, etc.-; pero hay también infinitas maneras y posibilidades de aprobar y afirmar la guerra. Por tanto, cada uno que haga lo que quiera, que haga lo que tenga que hacer.

Porque, si yo te impongo mi criterio empezará el conflicto y la contienda, después la violencia y la matanza de la guerra. Y, si tú me impones tu criterio, seguramente pasará lo mismo: habrá división y conflicto, violencia y guerra.

 

Es un poco como el fuego, cuando empieza se puede apagar y sofocar con facilidad, pero cuando se expande y engrandece no hay nada que lo puede controlar ni apagar. En el caso de los conflictos, la violencia y la guerra, sucede lo mismo: sólo el que vence lo hace porque el otro ya se le ha extinguido su fuerza, su odio y sed de destruir al que cree que es su enemigo. Y aunque pierda tiene el mismo paradigma del vencedor: ganar como sea y a costa de lo que sea.

Por eso, cuando dicen que un bando es muy asesino, también deberían referirse al de ellos que hacen lo mismo. Y si no lo hacen es porque no pueden, alguien más poderoso se lo impide, o el miedo y la vergüenza por sus prejuicios o la moral. Por eso, los nazis y otros hicieron lo que quisieron, porque no tenían miedo a nadie en el mundo, ni a su propia moral. Pues, ellos habían inventado y adoptado una nueva moral y paradigma. Pero, básicamente son lo mismo que los otros, ya sean perdedores o vencedores.

Por eso, una persona a la pregunta: ¿Qué hubiera pasado si los nazis hubieran ganado? Contestó: "No hubiera pasado nada, hubiera sido otro imperio" Es decir, hubieran presentado la historia de todo lo que sucedió e hicieron de manera que fuera aceptable, como lo hacen todos los vencedores, por crueles y asesinos que sean.

Por eso, todo el problema es de cada cual. Mi problema es lo que yo hago con mi vida, y tú lo que haces con tu vida. Escudarse y justificarse en los demás, en la autoridad, en la religión organizada, en las opiniones de los demás, es algo tan banal y superficial que no soluciona los problemas, nuestro problema. Porque, todo lo que te diga yo, tú lo tienes que saber porque somos básicamente iguales psicológicamente. Entonces si yo te digo o cuento una mentira o falsedad, tú lo tienes que saber. Y si es en verdad algo negativo, descartarlo radicalmente. Todo lo demás, lo que hagan los otros no tiene importancia, porque nosotros no podemos hacer nada para detenerlos ni cambiarlos. Sólo tenemos una manera para influir en la sociedad, en el mundo, y es la manera cómo vivimos. Con afecto y con cariño.

La oración es verdadera cuando uno se da cuenta que el que ora y la oración es lo mismo. Es decir, no hay nadie a quien orar. Y entonces esa oración se ha convertido en innecesaria.

Si decimos: "La religión no es el ritual. No tiene nada que ver con las iglesias, templos y mezquitas." Eso va contra la religión, pues eso es exclusión, división, generador de conflicto. O sea, que la religión es todo, lo engloba todo. Por eso, cada uno que haga lo que crea que es adecuado. Y decirlo e informarlo, si uno quiere, también forma parte de la religión.

La mente tiene la capacidad de inventar toda clase de imágenes, sonidos, olores, situaciones, etc. Y todo esto si no es descartado radicalmente, la verdad que va más allá de la división y del conflicto no puede ser. Pues, esos inventos nada tienen que ve con la vida cotidiana y su relación con las personas, la naturaleza y la realidad.

Y esto es así, porque sin una buena relación con las personas que nos rodean y convivimos, nada tiene sentido.

 

Vaciar la mente quiere decir, poder ver cada movimiento de ella sin reprimirlo ni alentarlo, sin tocarlos, ver como nacen, se desarrollan y se desvanecen. Y eso es la meditación, el vacío de la mente. Eso no quiere decir que la mente esté siempre en blanco, sin conciencia alguna, sino vivir con eso que ella es.

Es algo así, como vivir totalmente mezclado con toda clase de personas sin reprimirlas ni alentarlas, sin tener problemas con ellas, sino ver como vienen, están lo que tienen que estar y se van.

 

 

 

 

Escritos y publicaciones 19-4-12

Si vemos lo que es, la realidad tal cual es, entonces de esa visión de la verdad, desaparece el conflicto del "me gusta o no me gusta", "me conviene o no me conviene", de los conflictos de los opuestos, de la dualidad.

Pero nosotros nos agarramos a "lo nuestro", que es nuestro "yo", ya que tenemos miedo de la inseguridad y la muerte.

 

¿El esfuerzo no aparece cuando estamos confusos, sin ver claramente la realidad de lo que es la vida? Si uno ve la necesidad de levantarse temprano, ¿por qué tiene que ser un esfuerzo? ¿El esfuerzo no es un ajuste a un patrón ya establecido por otros o por uno mismo?

Y es este paradigma del esfuerzo, en todos los ámbitos de la vida, el que ha generado todos los conflictos, la crueldad y las guerras.

 

El afecto, el respeto, la atención, la dignidad, todo es lo mismo. Y cuando una de ellas se aplica, todo se convierte en lo mismo: el orden, la compasión y el amor.

 

Si decimos: "Los notables de los siglos pasados Ć¢ā‚¬ā€¹Ć¢ā‚¬ā€¹todos buscaban la verdad y no engañarse a sí mismos." Esto es una tontería, pues todos en todos los tiempos y ahora mismo también se busca la verdad. Pues, la búsqueda de la verdad es para liberarse del sufrimiento y el dolor que todos tenemos, han tenido y tendrán.

Respecto al hablar, a verbalizar los hechos, eso está ahí. Y por tanto, ¿por qué no lo tenemos que usar? Es como un coche, que puede matar pero también puede salvar vidas, todo depende como se use.

 

Todo está dentro de nosotros: el paraíso, la felicidad, el sufrimiento, el orden y el desorden, el miedo y la alegría. Pero, uno tiene que hacer algo para que eso que no molesta llegue a nosotros.

¿Qué es ese algo que no molesta? El orden, la ausencia de división y conflicto sea el que sea y en el ámbito que sea.

 

Si es verdad, lo más importante es tener una buena relación con las personas, ya sean las que están cerca como las que están en la otra parte del mundo.

 

El logro de la espiritualidad es cuando uno ha ido más allá de la división y el conflicto, que generan los opuestos, la dualidad, el "mío" y el "tuyo."

 

Hablar de dios es ser muy atrevido. Es complicarse la vida dependiendo y dando la responsabilidad a otro de los males que nos suceden. Y así, al vivir en la ignorancia, perpetuamos nuestros problemas.

 

Pregunta: ¿es posible actuar sin el proceso del pensamiento, el pensamiento de ser un proceso de tiempo, un proceso de cálculo, un proceso de auto-protección, un proceso de la fe, la negación, la condena, la justificación?

Respuesta: Sí que es posible. Pero, la pregunta definitiva es : ¿es posible vivir siempre hasta que nos muramos de esa manera, sin calcular ni justificar, sin el proceso del tiempo psicológico?

 

Toda la confusión está en creer que el pensador es diferente del pensamiento. Es como decir que la sombra que proyectamos no es nuestra. Y por eso, es que vivimos divididos, en confusión. De ahí que esa división sea el paradigma de nuestra manera de encarar los retos, la vida. Por eso, no hay posibilidad ni manera de que el "yo" y el "tú", el "nosotros" y el "ellos", cesen y desaparezcan.

Si viéramos que el observador es lo observado, que el pensamiento es lo mismo que el que piensa, entonces habría la posibilidad de hacer un cambio radical, una revolución en la que todo el paradigma de lo “mío”, llegara a su fin.

 

Dios también es una creación de la mente. Porque sea lo que sea lo que se dice que es dios, no es posible ni hablarlo ni comprenderlo. Por tanto, es el pensamiento el que crea algo externo a él -los nacionalismos, las religiones y sus supersticiones, las razas y las fronteras- porque el pensamiento es en sí mismo divisivo, es su esencia y lo que lo alimenta.

 

La religión es como el amor, es amor. Por tanto, la religión lo abarca todo, no tiene contrarios ni dualidad, ni malos ni buenos, sólo es unidad.

 

Entonces, ¿todo eso del nirvana, etc., es una patraña? Porque, si la liberación es recurrente, que llega y se va y luego vuelve a llegar, eso es lo que todos estamos haciendo, ¿no? Por lo que toda la llamada espiritualidad de la India y las otras religiones, que hay en todas partes, son una farsa.

¿No nos habíamos dado cuenta de todo ese negocio de la espiritualidad y la religión?

 

Si es verdad, lo más importante es tener una buena relación con las personas, ya sean las que están cerca como las que están en la otra parte del mundo.

 

Para tener una actitud profunda uno tiene que ser muy agudo y serio. Comer realmente cuando uno tiene hambre y comer lo debido. Llegar hasta el borde de la mente cuando uno tiene miedo, sin huir sino mirar ese miedo hasta que entiendes que el miedo es algo de uno y que no tiene la importancia que le damos. Pero nosotros no hacemos eso, nosotros nos gusta huir de lo que sea que nos molesta o desagrada. Pero si uno huye no puede ver realmente eso que le da miedo y por tanto no lo entenderemos. La mente tiende a la anarquía, a saltar de una cosa a otra. Pero, si tú ves lo negativo de esta actitud, si lo ves con todo su recorrido, comprendes que ese desorden, de que la mente quiere hacer lo que quiere, tiene que acabar. Y acaba. Es como cuando uno tiene realmente hambre y come, no importa dónde ni cuándo sino que come.

¿Por qué no encaramos así la vida, con profundidad, con diligencia, con disciplina -no de la severidad sino del aprender a manera que vamos viendo lo que sucede-? Es porque queremos vivir indolentemente, con placer. Pero, no hay soluciones mágicas, porque el placer implacablemente lleva al dolor.

 

Amigo Parris, si hay esfuerzo al hacer algo, eso significa que algo anda mal. ¿Por qué si no quieres comer te tienes que obligar a tragar la comida? Es debido a que no vemos claramente que debemos esforzarnos para conseguir lo que queremos. Pero a cada esfuerzo generamos represión o brutalidad, que causa la crueldad y el libertinaje. Por el contrario, si se presta atención a todo lo que sucede, entonces entendemos y esa comprensión nos dará la solución.

 

No hay nadie que sea el testigo que ve lo que sucede, solamente es una percepción que no tiene sujeto ni nada de nada. Es la percepción pura de lo que acontece, sin poder hacer nada más que ver.

 

Toda dualidad en el ámbito psicológico es una ilusión. A partir de ahí todo lo que venga será más de lo mismo que esta sucediendo: desorden y anarquía, violencia y guerra. Y la guerra no está muy lejos, está dentro de cada uno de nosotros.

 

Si dices: "Este cuerpo es como una bola de espuma. Y el sentimiento es como una burbuja. La percepción es como un espejismo. La formación es un árbol de la médula-menos. Y la conciencia es sólo un truco."

Entonces, ¿qué es lo que queda? ¿Qué eres tú, el que lo ha escrito?

 

Ayer leí tu entrevista en el diario…

Se nota que eres un vendedor. Pues, todo lo que vendes dices que es lo mejor. Y eso no es así. Porque todos los alimentos, y más la carne, siempre tienen algo que no sienta bien según quien los coma. Y una de las cosas que más daño hace, es comer demasiado. Demasiado de lo que sea siempre sienta mal.

 

 

 

Escritos y publicaciones 21-4-12

¿Por qué podemos estar tan poco tiempo atentos, observando y sintiendo lo que sucede? Y, ¿por qué queremos cambiar eso, por qué queremos amoldarnos a un patrón, ya sea que hemos inventado o nos lo han dicho otros? Si notamos de verdad, si somos plenamente conscientes de que vamos acelerados, y como consecuencia el pensamiento también se acelera, sabremos lo que tendremos que hacer al respecto.

 

Sabemos y decimos que ir acelerados es un peligro para nosotros y para todos los demás. ¿Entonces, qué es lo que se interpone para que no reaccionemos ante ese reto de peligrosidad que es el ir excesivamente acelerados? ¿No será que vemos y pensamos pero que en realidad no vemos ni pensamos? Cuando uno tiene una piedra en el zapato y le tortura el pie, por qué no nos la quitamos? Eso quiere decir, que estamos muy deteriorados, que la presión de la sociedad, del condicionamiento, nos tiene atrapados.

 

"Acepta todo como única verdad. No hay necesidad de ninguna contradicción. Todas las contradicciones son la creación de la ignorancia. Se en la aceptación completa de todo lo que sea. Así que se fresco y tranquilo."

Cuando decimos esto, el problema es hacerlo realidad, hacerlo factual en cada acto y reto que nos llega. Porque, lo descrito no es lo real, lo que se dice no es el hecho, si nosotros no vemos si eso es posible o no.

 

¿Tú, lo vives plenamente como lo has descrito a todas horas?

 

Hola Domènec.

Gracias por la paciencia y por escribirme.

No has captado de qué se trata. Ahora te lo explico: habiendo visto que no hay ninguna solución para hacerlo todos a la vez, al mismo tiempo, que cada cual haga suya la solución. Así que, si uno no quiere corrupción que él no lo sea, que no quiere robos ni hurtos que él no lo haga, que no quiere la anarquía y el desorden, que sea cuidadoso y diligente. Y así con todo.

Ya tenemos claro que ningún gobierno, mientras no cambie el paradigma de corrupción e inmoralidad, van a poder solucionar nuestros problema. Entonces, ¿qué hay que hacer? Cada uno que haga la revolución que quisiera que hicieran los otros, los demás. Esto es todo.

Con afecto y cariño.

 

Creo que este músico y autor, quería que los demás hicieran la revolución. ¿Él la hizo mientras vivió? Lo dudo, pues era un vip que se había acostumbrado a vivir como un rico derrochador. Hay que decir que esta es mi visión, que tal vez es demasiado exigente y radical.

 

Por favor, quieres explicar qué es lo que quiere hacer ese grupo que lleva el nombre de Krishnamurti. Pues, yo no me entero ni comprendo.

 

Lo que le sucedió a Jesús en el tramo final de su vida, nadie lo sabe. Pues, sólo uno cuando muere se lleva consigo lo que le sucedió en los últimos minutos de su vida. Por tanto, si sufrió fue un fracaso para los cristianos que creían que Jesús era dios encarnado en él.

Por otra parte, decir que Jesús era el único hijo de dios, demuestra un egoísmo impropio de un discípulo y seguidor de Jesús, consecuencia de una inocencia e ignorancia infantil.

 

“Venta de entradas para el Nirvana, es una especie de pie en el agua preguntándole ¿por qué estás mojado?”

O decirle a uno: "¡Sabes qué yo sé que estamos vivos!"

 

Todos los "locos" dicen: "Yo soy otro."

 

"La vida es la farsa que todos estamos obligados a soportar."

Y la farsa es la corrupción y la inmoralidad que está en todos los ámbitos. Ya que ella se genera dentro de cada uno de nosotros.

 

Lo que pensamos es una ilusión porque la realidad cambia a cada instante. Pero, incluso esto parece ser otra ilusión, porque todo puede parecer estático. Si miramos a la luna o el sol, a una estrella, aparentemente parecen siempre igual. Pero no lo son, porque están también sometidas a la ley de crecimiento, desgaste, destrucción y transformación.

Mentalmente sucede lo mismo, por lo que uno tiene que descartar lo que sí que sabemos: que lo negativo genera sufrimiento y dolor en nosotros y en los demás.

 

Sentir la belleza que nos rodea, ya sea en primavera o en cualquier momento, es una bendición de sensibilidad. Escuchar el canto de un pequeño pájaro, que resuena en todo el lugar, desafiando todos los peligros y la oscuridad, varias horas antes del amanecer primaveral, porque su sexualidad se lo exige, puede que sea tan maravilloso y arrebatador como leer poemas, escuchar música o oír una charla.

 

El problema no es que yo pienso, porque el pensamiento está ahí. El problema es que no puedo hacer nada para dominar y controlar el pensamiento. Porque, el pensamiento al igual que la vida, son ingobernables.

Por tanto, hagamos lo que hagamos generará contradicción y conflicto. Por eso, uno tiene que mirarlo y observarlo, sin reprimirlo ni alentarlo sino viendo cada onda mental y su proceso hasta el fin. Entonces, el pensamiento se aquieta y podemos ir más allá de él.

 

Si decimos categóricamente que los gurús son farsantes, como si decimos que no lo son. Es la misma trama de otro que hace de "gurú" al decir que esto es así y es incuestionable. Es como decir: ¿quién controla al controlador, si todos somos corruptos de una manera o de otra?

 

A la gente le interesa y quiere la ignorancia, porque así puede proseguir con lo que cree que le da seguridad, placer. Pero, la vida y la inseguridad es lo mismo. Por eso, tratar de eludir y romper esa inseguridad, nos deja inseguros y agotados por el esfuerzo de buscar la seguridad que no puede existir.

Por eso viendo todo esto, aceptándolo sin huir, es cuando llega lo que es, la máxima seguridad posible.

 

Cuando reconocemos que hemos tenido una experiencia, entonces eso ya no tiene el verdadero significado, que es lo sagrado. Pues, el que reconoce la experiencia es el "yo". Que dice "yo" he visto, "yo" he distinguido y contrastado. Por lo que se crea la dualidad y el conflicto entre lo que creemos que es una experiencia o no.

 

"La forma correcta de aprender", es ver lo falso y descartarlo radicalmente. ¿Qué es lo falso? Lo falso es lo que genera dolor y sufrimiento. Es decir, la división interna que genera los conflictos, luchas, enfrentamientos y nos aboca a la violencia y la guerra.

 

¿Tú estás liberado del "yo", Prakasan? Si no lo estás, entonces puedes que seas insensible al dolor de los demás y del tuyo propio. Y, si tú eres insensible a tu dolor tratarás a los demás con crueldad y brutalidad.

 

Pero, ¿mi ignorancia, que es insensibilidad, no es tu dolor? Si tú trabajas para mí y soy insensible a tu dolor, te destrozaré trabajando y con los malos tratos, ¿no?

Por tanto, la ignorancia, la insensibilidad, el "yo" con su desdicha, todo es lo mismo. Ahora bien, ¿es posible estar completamente libre del "yo"?

 

 

 

Escritos y publicaciones 22-4-12

Por fuera está bien. Pero, ¿qué hay dentro?

 

Lo que te decía era que tu foto e imagen es buena. Pero, preguntaba si interna y espiritualmente también estás bien, sin problemas.

 

Ayer, 20-4-12, leí tu entrevista en del diario…  Y te envié un texto. Pero se me olvidó decirte algunas cosas respecto a lo que decías en la entrevista: "En el 2012 comenzará un ciclo de armonía de 5.200 años".

¿No crees que vaticinar y decir lo que sucederá en 5.200 años, eso es un poco atrevido? Sé que se puede vislumbrar algo, pero que nunca será seguro que suceda. Porque, para llegar a ver lo que sucederá dentro de 5.000, habrías de volar muy alto.

Podemos ver el cauce de un río si estamos arriba de una alta montaña y ver su trayecto hasta cierto punto. Pero eso es muy poca cosa, porque no es posible ver todo el curso de un largo río, desde que nace hasta que desemboca en el mar, en un lago, o se seca y muere.

La mente tiene la capacidad de inventar y justificar todo lo que ella ve. Pero, lo que la mente ve e inventa, no quiere decir que sea lo real y verdadero. Y, ese es el juego de la especulación, un entretenimiento, que nos distrae de lo real, de lo que es: nuestra precariedad, nuestra impotencia para afrontar los problemas de la vida. Y, como no podemos soportar el hastío de la rutina de cada día, como no podemos saber todo lo que hay más allá de esta mezquina vida, necesitamos inventar historias, creencias, ideas y teorías. Pero todo eso, no soluciona nuestros problemas. Pues al huir y no encarar los problemas, todo sigue como siempre: la lucha de cada día, la corrupción, los conflictos y los enfrentamientos violentos.

 

La verdad es de instante a instante, donde la mente está vacía. Y ese vacío es el orden, la compasión y el amor.

 

Las personas vienen desde siempre de la ignorancia. Algunos físicamente fuertes y poderosos,

y con dotes de mando, se impusieron a los más débiles a cambio de su defensa y protección. Y desde allí todo comenzó a desarrollarse hasta hoy en día, hasta ahora.

 

Los que mandan saben que hay personas más inteligentes que cuestionan sus métodos y sus formas, pero ellos también saben que con pan y circo la gente no escucha a aquellos que cuestionan el paradigma científico-técnico y material, que deja a un lado la situación humanitaria, psicológica, la compasión y el amor.

Por lo tanto, los poderosos y los gobernantes, y los que los sostienen con sus votos, no están interesados en cuestionar y cambiar el sistema actual de esfuerzo, de corrupción e inmoralidad. Ya que se han acostumbrado a vivir de esa manera, que si no siguen derrochando y consumiendo, trabajando y buscando constantemente el placer, no tienen la suficiente fuerza y energía para vivir, experimentando una especie de síndrome de abstinencia.

Así que el reto es inmenso. Pues aquellos que cuestionan el paradigma actual, sólo tienen la oportunidad de demostrar lo que quieren cambiar con la forma de enfrentar la vida,

la manera cómo viven su vida cotidiana.

 

Pero Wim, la sociedad eres tú, la creas tú con lo que eres y lo que haces. Por tanto, la sociedad es la que es, eso ya lo sabemos, y globalmente no podemos hacer nada. Pero, tú sí que puedes hacer algo con tu vida, la manera cómo vives y operas en todo lo que la sociedad es, ya que la va afectar a lo quiera o no.

 

Si decimos: “Que a medida que avanzamos vamos comprendiendo el verdadero significado de todo lo que sucede”, eso no tiene un verdadero sentido ni significado. Pues, eso implica tiempo. Y el tiempo es una excusa más para no cambiar radicalmente. ¿Por qué ante un reto cualquiera necesitamos tiempo para actuar? El reto puede que sea de una urgencia inminente, de algo que nos pone ante un peligro, ante una situación desgarradora por el sufrimiento y el dolor de una persona. Y si necesitamos tiempo para responder al sufrimiento, a esta vida de corrupción e inmoralidad, de indolencia e indiferencia, el dolor va a proseguir, a continuar. ¿Comprenden la situación?

Por eso, si tuviéramos la pasión por todo lo que es la vida, esa fuerza y energía que llega con la compasión y el amor, ante un reto cualquiera responderíamos. Es como tener hambre: uno come lo que hay, cuando sea. Y es esa energía la que necesitamos para que el reto y la acción sean la misma cosa, sin tiempo ni pensamiento alguno.

 

Cuando dices: “Hoy no estoy tan de acuerdo con lo expresado… pero quizá no esté lo suficientemente elevada espiritualmente…..” Entonces seguirás provocando con tu indiferencia e insensibilidad, la desdicha y el sufrimiento en los demás. Si tuvieras empatía, compasión y amor, sabrías lo qué hay que hacer para encarar esos retos. Empezando primero por ti mismo, atendiendo a tú sufrimiento, a tu precariedad, a tus actitudes ritualistas y supersticiosas, que condicionan y embotan la mente para que la inteligencia, que es amor, llegue.

 

El hombre que está limpio de hacer maldades a los demás, cuando llaman a su puerta a la hora que sea no se sobresalta ni se asusta.

 

La felicidad de la vida depende de la manera cómo vivimos. Los hedonistas, los que buscan el placer, tienen una vida superficial y banal, donde el dolor es la consecuencia. Ya que el placer trae el dolor.

 

Por eso, hay que encarar los retos negativamente. Para no darle la oportunidad que opere el "yo", que es el que inventa el futuro al mirar el pasado. Negando el pensamiento cuando actuamos vamos hacia lo desconocido.

 

Vamos a aclararlo un poco más, Vicky: me doy cuenta que esta sociedad no es correcta para que florezca algo que nada tenga que ver con el esfuerzo y la contradicción, ya que todo esto genera conflicto, desgracias, peleas sin fin. ¿Qué he de hacer si no quiero participar de ese paradigma de crueldad y brutalidad, que me obliga al esfuerzo y al conflicto en todos los ámbitos? Nadie me puede ayudar, ya sea JK, el Papa, cualquier gurú, ni los psiquiatras ni los psicólogos. Por tanto, estoy solo sin depender de nadie en absoluto. Y en esa soledad, que no es aislamiento, uno descubre y sabe lo que es la vulnerabilidad, sabe lo que es la sencillez y el desamparo. Por consiguiente, sé cómo afrontar ese reto de la vida, de la soledad, y por tanto también comprendo a los otros que son básicamente como yo.

Por tanto, habiendo visto todo el panorama donde nos encontramos, uno descarta todo el viejo patrón y paradigma. Y si uno descarta el viejo paradigma, llega lo nuevo y no pensado ni manoseado por la mente.

 

Lo psicológico determina la sociedad en todos los ámbitos, ya sean intelectuales, materiales, espirituales, sexuales, de relación y costumbres. Por eso, si uno cambia el paradigma psicológico todo lo demás también cambiara. Me estoy refiriendo al cambio de una persona, ya sea tú, yo u otro cualquiera.

 

Puedes limpiarla y cuidarla y, si eres afortunada, tal vez florezca lo nuevo. Y lo nuevo y no manoseado -por la mente- siempre es limpio, sano y adecuado.

 

La verdad es lo que ha sido, es y será, lo eterno e infinito. Lo que todo lo abarca, ya sea bueno, regular o malo, nos guste o no, lo que puede alterarse y cambiar y lo que no.

 

Mentir conscientemente es una cosa, porque sabemos que estamos mintiendo, ya sea para defendernos, engañar o acusar a otro. Pero, cuando nos sale una mentira sin que nosotros podamos intervenir para evitarlo, en esto no hay un daño inmediato si es que rectificamos y corregimos esa mentira por la verdad. A veces cuando decimos una mentira inconscientemente, no podemos cambiarla porque la persona puede desaparecer.

¿Qué hacer para no mentir? Poco se puede hacer, solamente estar muy atentos y descartar toda corrupción e inmoralidad en nosotros.

 

 

 

Escritos y publicaciones 22-4-12

Hola Kirsten He visto tu video “Window of my eyes” y está muy bien, es muy tranquilo y profundo, realista. Todo él rezuma belleza.

 

Hay una diferencia: a la pantalla de cine ninguna imagen le hace daño ni le da placer. Pero las personas, sí que sufrimos y sentimos placer.

 

Por eso, lo que se describe no es lo descrito.

 

Ese estado que describes, Prakasan, ¿tú lo vives, lo tienes siempre o alguna vez?

 

Internamente, espiritualmente, psicológicamente, el pobre y el rico son iguales, no hay diferencia. Pero, hemos de ir del exterior al interior: poner orden fuera y ese orden llegará al interior, dentro. Al revés no puede funcionar, porque la mente es muy astuta e in ventaría lo necesario para proseguir en lo que le conviene que es su propio “yo”, el “mi”, el egoísmo.

 

He visto la portada de tú libro donde recopilas tus escritos, en el diario…, en el que parece que hay un perro, un animal. ¿Crees qué jugando con los animales, cambiándoles la cara por una mano, banalizándolos que es lo mismo que denigrarlos, es correcto y adecuado para una persona que va de paladín de la moralidad, de la no-corrupción? Nos creemos que con solo escribir y hablar sin fin, diciendo unas cuantas palabras para halagarnos y halagar a los demás ya está todo resuelto. Por eso, a los que tenéis un cierto poder -ya que participas y relacionas con lo más florido del lugar-, los jóvenes os escupen y os dan la espalda. Pues, colaboráis y os juntáis con las personas más corruptas e inmorales, que son las que más roban, intrigan, engañan. Y por eso, no tenéis ningún crédito. Ya sea que tengáis premios y galardones, títulos y diplomas.

 

Por tanto, lo que necesitamos es ver lo negativo y descartarlo. Es decir, si somos sensibles y despiertos, en el momento en que vemos algo no-correcto, en ese ver está implícita la acción. Y entonces,  el ver y actuar es lo mismo.

 

Los métodos implican tiempo. Y el tiempo en el ámbito psicológico, es pensamiento. Y el pensamiento es el depósito de la memoria. Y la memoria es el pasado. Así que, ¿podemos ver en un instante toda la trama de la ignorancia?

 

“La revolución total debe ser totalmente inconsciente, no voluntaria, no provocada por cualquier acción de la voluntad”.

 

Eso quiere decir que hemos de estar libres de todo deseo. Pero, cuando decimos descartar todo deseo, eso quiere decir que hasta esto que estoy diciendo se tiene que descartar. Porque la revolución abarca todas las posibilidades en todas direcciones. Es el si y el no en acción, interactuando continuamente sin fin.

 

Hacer las cosas más fáciles, es una respuesta ambigua, una excusa. Si uno ha visto lo que es la inteligencia, todo cambiara para él. El medio no lo transformará, sino que él transformará el medio.

 

Es evidente que una persona que vive en la precariedad, trabajando largas jornadas, no se puede plantear nada que no sea lo inmediato. Por tanto, sin unas ciertas condiciones de tiempo libre para indagar, para estar solo, es muy difícil que exista la posibilidad de pensar sobre la inteligencia.

 

Por lo que, como siempre, habrán de ser ciertas personas que reúnan las condiciones y circunstancias para poder indagar la posibilidad de hacer un cambio que haga imperar la inteligencia.

 

He leído tu escrito de hoy en el que dices: “Sin dios el problema del mal es insoluble” Y, ¿por qué dices eso? Si dios, o lo que sea, está más allá de todo: del bien y del mal. El dios, que tú mencionas, es tu dios hecho a tu medida. Por eso, hablar de dios es tenderse una trampa, porque eres tú ese dios que lo nombras, lo adoras, lo obedeces. Y, en todo eso está involucrada la fe, la superstición, los intereses mundanos, el miedo, que es el “yo”. No hables de dios, habla de ti, de mí, de los hombres y dejémonos de inventar no-hechos. Pues los hechos están ahí para que los atendamos. Y, ¿qué es un hecho? Un miserable y pobre es un hecho; la vida tan corrupta e inmoral, es un hecho; la absoluta falta de compasión por los menos afortunados, es un hecho, como lo es la indolencia y la insensibilidad. Así que, atengámonos a los hechos y dejémonos de pasatiempos y entretenimientos.

 

El miedo no es amor. Pero el miedo es un examinador implacable, que nos dice quiénes somos y dónde estamos. Si hay amor no hay miedo ni dolor, sólo visión de la realidad, nos guste o no.

 

A la verdad no se la tiene que defender, pues ella sola se defiende. La verdad es tan escurridiza como la vida misma, porque siempre está cambiando de instante a instante. Nos podemos acercar a la verdad actuando negativamente, yendo a ningún sitio y no sabiendo nada.

 

Pero eso que dices no es un hecho. Eso es lo que debería ser, lo que me gustaría que fuera. Pero la realidad es que somos deshonestos, vivimos en conflicto, y el “yo” es el director de nuestras vidas. Pero a nosotros, nos gustan los no hechos. Aunque sabemos que si no nos encaramos con los hechos, todo seguirá como siempre: corrupción e inmoralidad, desorden y confusión, que ha de desembocar en contienda y violencia.

 

Te he visto al principio del programa… Y, ¿por qué decimos que en el pasado éramos  más honestos, más naturales, más perfectos? Cuando todo eso es una ilusión. Si miramos con detenimiento lo que ha sido la vida de los hombres, nos daremos cuenta que siempre ha sido así su comportamiento, que ahora lo denigramos y rechazamos.

Vamos a empezar por el principio, cuando los hombre vivían en los árboles eran vegetarianos y no trabajaban ni alteraban su medio donde vivían. Pero, luego empezaron a cazar a algunos pequeños animales. Y ahí ya empezaron a transgredir su manera originaria de vivir. Luego cuando se hicieron completamente bípedos y caminaban empezaron a transformar los lugares donde estaban, al hacerse agricultores y ganaderos. Y así hasta ahora. Es decir, si comprendiéramos que la vida es destrucción, amor y construcción, lo comprenderíamos. Lo que ahora hacemos, dentro de cincuenta años parecerá todo tan ridículo, tan pobre, tan cutre e insano, pero ese es el devenir desde hace millones de años.

 

Y, lo mismo sucede con la llamada moral –que no es moral en absoluto, sino mi moral- que siempre es la misma: división y conflicto, que es la corrupción e inmoralidad operando. Pero, nos empeñamos en decir que antes vivíamos mejor, lo que hace que nos dividamos del presente, del ahora. Y si hay división ese es nuestro estado desde siempre, donde empezamos a destruirnos con “mi” opinión contra “tú” opinión, el “nosotros” contra “ellos”.

Así que todo es una ilusión, una impotencia para encarar el mayor reto que es el presente, el ahora. Por tanto si me divido del ahora, haga lo que haga, sea que me dedique a hacer servicios sociales, vaya al templo, hable de religión, crea en dios o en la autoridad que dice que le representa, nada tendrá sentido sino que generaremos más desorden y confusión, sufrimiento y dolor.

 

 

 

Escritos y publicaciones 25-4-12

Te has equivocado, Prakasan. Yo no he cambiado ningún comentario tuyo ni de nadie. Olvídate y no le des importancia, pues te puedes obsesionar.

 

Dices: “Lo único real es el Ser, la consciencia, la Unidad. Todo es perfecto como está, con los pesares, desilusiones y momentos de felicidad.”

Eso está muy bien dicho. Ahora la cuestión está en saber si tú lo vives de ese modo cuando te viene una calamidad. Porque, las palabras no son la realidad, lo que se describe no es lo descrito.

Mientras no estemos libres del “yo”, del “tú”, del “nosotros” y del “ellos”, podemos decir lo que queramos pero nada tendrá sentido ni significado verdadero. Por tanto, ¿cómo vamos a liberarnos del “yo”, del “mi”, del “tú”, de todo el pasado, de todo lo que hemos pasado durante un millón de años? ¿No habrá que vaciarse de todo lo que somos: de mi creencia, de mi religión, de mi idea o teoría política o de otra índole, de mi imagen que me he construido a lo largo de toda mi vida? Y, si nos vaciamos de todo, es cuando llega el vacío, la nada, desde donde podemos empezar a hablar de amor.

 

Todo el problema es el "yo". Y cómo vamos más allá de él. Todo lo demás son palabras y más palabras, que es lo que al "yo" le interesa y lo refuerza.

 

"Mejor que millones de palabras huecas, es una palabra que trae la paz".

Ahí es donde todos estamos atrapados, en las palabras. Porque, las palabras no son el hecho. Decimos la paz, pero no hacemos realmente lo que esa palabra significa. Porque la paz, ¿no es la ausencia de conflicto entre tú y yo, entre nosotros y ellos, no es la división entre razas y religiones, entre las distintas fracciones políticas?

O sea que si queremos la paz, la división tiene que desaparecer y cesar. ¿Es eso posible? Sí que lo es. Pero uno tiene que estar completamente atento a todo lo que ocurre tanto dentro como fuera de nosotros. Pues, la tendencia y lo que domina la mente es el errar, el saltar de aquí para allá, es dominar y salvaguardarse, es el egoísmo.

 

Las calamidades que vienen del cielo, los de la naturaleza, con esas no podemos hacer nada. Pero, las calamidades que tú provocas en la persona con quien convives, en tu vecino, en tu amigo, en tu compañero de trabajo, etc., con esas calamidades si que podemos hacer algo para que no prosigan haciendo sufrir.

 

La pregunta es: de este agravio quién se beneficia? Los de aquí cuando lo toleran es porque hay alguna ganancia para algunos, ¿no? Por lo tanto, toda la culpa nunca la tiene el ladrón sino que la comparte con el que ha sido robado.

 

Los hombres nos creemos que lo inventamos todo. Pero, todo ya está inventado por la naturaleza y la vida que le da. La arrogancia es una postura y actitud también muy vieja a la que hay que ver y comprender.

 

Las calamidades que nos vienen del cielo es un misterio, porque no podemos ir al principio de ellas para ver su originaria causa. Y si pudiéramos, no podemos hacer nada porque ya está todo determinado. Es como el padre de uno niño, que es brutal y cruel, y desgracia de un golpe a su hijo pequeño. El padre que ha sido violento con su hijo, también es otro desgraciado por la mala educación que le han dado, por los accidentes de su vida que lo han abocado a la crueldad y la insensibilidad. Por tanto, ¿dónde está el principio? No lo podemos saber, por eso es todo un misterio.

Con respecto a las calamidades naturales, es el mimo paradigma: el realmente culpable llega hasta el infinito que nosotros no podemos escrutar. Por tanto, seguimos con el misterio. ¿Qué hacer entonces? Vivir el presente, el ahora, con toda la sensibilidad, el cariño, la compasión y el amor de queseamos capaces. Y todo lo demás nos llegará de una manera o de otra.

                                                                           

El silencio es el vacío, la nada, donde sólo se ve sin saber quién ve.

 

Toda acción crea energía. Pero según sea la acción, esa energía será dolorosa y con sufrimiento o será de orden que es la felicidad y la alegría.

 

Citar a alguien -a un maestro o gurú, un sabio, etc.- ha de tener sólo el motivo de darlo a conocer.

 

Las citas de otro, ya sea un maestro o gurú, son iguales que las de uno. Porque todo está ahí, solamente falta verlo y expresarlo.

 

El peligro del amor, no es descubrir lo que no es amor, pues eso no es posible. El verdadero peligro del amor es que engloba tanto lo bueno como lo malo, lo que nos agrada como lo que no nos agrada. El amor todo lo incluye, de ahí que sea tan perturbador y tan peligroso.

 

Vicky, a la verdad no se la puede conducir porque nadie la conoce. Pues ella llega de instante a instante. Es como el verdugo que se convierte en víctima, y al revés, en un instante.

 

¿Alguien puede entender a otro? ¿Tú puedes entenderme a mí? ¿Yo puede entenderte a ti? Sería una arrogancia decir que si.

Ahora bien, eso es en lo micro, en los detalles. Pero en lo macro, en lo global y básico si que te puedo comprender: porque todos somos iguales, todos somos egoístas, no queremos sufrir ni morir ni perder, etc.

 

He leído el informe que Amnistía Internacional hace sobre el aumento de la xenofobia en Europa. Y, eso está muy bien detallado y explicado.

                                                                          

Pero, donde nunca aparece un informe detallado, como lo habéis hecho con algunos países como España, Francia, Países Bajos y Suiza, es en los países donde hay monarquías árabes. ¿Por qué no hacéis un informe sobre Qatar, Arabia Saudí, Baharéin, Marruecos, Jordania, Dubai, etc., para decir que allí se vulneran los más elementales derechos humanos? ¿Por qué os enloquecisteis en hacer lo posible para destruir a Libia y que asesinaran a Gadafi, como así sucedió, y sin embargo todos los otros dictadores, ladrones y corruptos, inmorales, los toleráis? Está claro, que es porque los que mandan no os lo consentirían. Pues, vosotros siempre estáis a favor de lo que diga el establishment impuesto por Europa y EE.UU.

Por lo que, todo lo que hacéis es banal y superficial, no tiene sentido verdadero alguno. Porque en esa acción vuestra, generáis otra injusticia y agravio, que es: a unos los destruyo, pero a otros los tolero y acepto porque tengo miedo de perder mi negocio que es Amnistía Internacional.

 

He leído tu entrevista de hoy en el diario…, en la que dices: “La mayoría del pueblo israelí quiere la paz”.

Y, te pregunto: ¿No te das cuenta de lo absurdo de esa pregunta? ¿Es posible que los que quieren de verdad la paz voten a un guerrero, insensible y capaz de bombardear y hacer la guerra que es el asesinato en masa? Vamos a ponerlo más sencillo: Tú quieres la paz de verdad, ¿no? Pues, ¿cómo vas a contratar, que es lo mismo que votar, a un violento guerrero capaz de destruir a los seres humanos y todo lo que les ayuda a soportar la vida: casas, carreteras, hospitales, centros de televisión, el parlamento, las escuelas, etc.?

Los que quieren la paz de verdad, no esperan a los políticos para que la traigan, ni a los líderes religiosos. Ni tampoco esperan que la paz la traigan los representantes de una idea económica, una teoría sociológica o cultural, de raza. Porque, la paz es una manera de vivir sin tener enemigos, ya que estos lo son porque estamos divididos y en conflicto con ellos.

Así que la excusa de los políticos para poder vivir en paz, no es creíble, no es un hecho, sino una ilusión, es la ignorancia que le interesa a todos los políticos, a los poderosos que mandan.

 

 

 

Escritos y publicaciones 27-4-12

Al principio del e-mail te he explicado: "Esta mañana te he visto en 24 Horas, de TVE, cuando hablabais sobre la corrupción de la monarquía española". Cuando digo esta mañana me refería a la 5’40 más o menos de la madrugada, donde han emitido un reportaje, donde tú apareces con Bietio Rubio del ABC, Javier Pérez Arroyo de la Universidad de Sevilla, Yolanda Gómez de la UNED. El tema era la corrupción de la monarquía española.

 

Disculpa si es que no he sabido informarte debidamente. La verdad es lo que es, la realidad nos guste o no. Pero esa verdad es molesta y la queremos esconder. Porque, tú puedes ser el verdugo conmigo. Pero al instante puedes convertirte en víctima, porque yo me he transformado en verdugo. Y así, la verdad lo es todo, lo abarca todo: tanto lo bueno como lo malo, lo que nos gusta como lo que no. ¿Lo captas?

 

La maravilla de la unión es eso: ver que uno es el otro, que su luz es la misma que la que tienen todos los demás. Pero decirlo es una cosa. Y vivirlo en todos los aspectos de la vida es otro. Uno tiene que ser muy agudo, muy profundo para ver todo lo que hay implicado en ello. Porque, si hay algún conflicto, motivado por la división interna, esa luz en nosotros no estará. Y si no está en nosotros, ¿qué sentido tienen nuestras vidas, todo lo que hacemos?

 

Si la búsqueda tiene fin, si se separa y estanca en un punto, aparecerá el conflicto entre la realidad que es y la que ya hemos establecido. Pararse y estancarse en una conclusión o punto, es lo que nos causa todas las desdichas. Porque uno se enmaraña con lo que cree que es lo adecuado y correcto en contraposición con lo que es, la realidad que siempre es la verdad.

 

¿Puede existir la acción completamente perfecta, es decir sin hacer ningún daño a nadie ni a nada? No lo puede pues el mismo hecho de vivir significa el mismo acto de morir de los demás, de hacer algún daño, de molestar y alterar. Uno dejaba unos granos de arroz en la terraza que daba a la calle, donde los gorriones los comían tranquilos y a gusto ya que no tenían los peligros de los gatos, de los coches y de las personas que pasaban por la calle. Pero, las plantas que estaban en la terraza servían de posadero de los gorriones, antes de echarse al suelo para comer los granos de arroz, para observarlos y tener una visión de donde estaban. Por lo que una planta cactácea, cola de rata, frágil y carnosa, no podía hacer crecer sus brotes recién nacidos y tiernos.

La dueña de la casa, se enfadó porque los gorriones defecaban en la barandilla de la terraza y decía que no quería que eso sucediera. Uno le dijo que pagaría los gastos de reparación de pintarla. Ella dijo que echara los granos en la calle, o en la acera, que ella era la dueña de la casa y no lo consentía. Que los iba a recoger para tirarlos a la calle. Uno le dijo que él mismo lo haría. Todo esto dentro de un clima de máxima tensión y energía.

 

Por eso, el cambio siempre es ahora. El cambio ha de ser en un instante, llegar como un trueno y el rayo a la vez.

 

Si uno vive y trabaja en la sociedad, no quiere decir que estés atrapado por el sistema. Pues uno puede vivir en el sistema y no quedar atrapado por él. Todos, de una manera o de otra, vivimos dentro del sistema: cuando encendemos la luz o el ordenador, cuando compramos sellos para enviar alguna carta, cuando usamos los aviones o los trenes, los jueces o la policía.

La diferencia está en ver todo lo corrupto del sistema, el paradigma del esfuerzo y conflicto, e ir más allá de él. Esto implica una gran honestidad que es la coherencia y la contradicción a la vez, pero que el resultado final es orden que es la compasión y el amor.

 

Si digo: “Todo funciona tal como tiene que ser para poder descubrir el abanico de sensaciones que producen las acciones”. Eso no dice ni resuelve si existe o no la acción correcta, libre de todo daño a los demás. Las sensaciones son los sentidos en acción y no nos podemos fiar de ellas.

Así que, volvemos a empezar: Tú haces un favor a alguien pero notas que estás molestando a otro, te dicen que molestas por tu actitud favorable a una persona. Pero, tú no quieres molestar absolutamente a nadie, porque la molestia y el hacer alguna clase de daño, genera su propia consecuencia -karma- negativa. Así que, me veo entre las ganas de ayudar a alguien y las ganas de no hacer ningún daño por la ayuda que estoy prestando.

Primero que nada, uno tiene que ver cómo funciona la vida, tiene que ver la realidad, y no inventar otra realidad que más me gusta y satisface. Y luego, tiene que ver la manera cómo funciona el pensamiento, que es el ego, el “yo”. Y el “yo” siempre busca lo conocido, porque cree que eso le da seguridad, por tanto se agarra y aferra a eso que conoce, ya sea algo dañino como algo bueno, noble, considerado lo adecuado.

Por tanto, si no quiero hacer daño alguno a nadie tengo que morir y renunciar a lo conocido -que siempre es el invento del “yo”-. Y lo nuevo solamente puede llegar encarando el reto negando, negativamente, porque esa es la manera en que el “yo” no puede operar, actuar y generar consecuencias, karma. Y así la mente está siempre vacía y limpia.

Pero queda otra pregunta aún: ¿Qué pasa si niego la ayuda a otro por no molestar a otro, hacerle daño? No pasa nada. Porque lo nuevo, que nadie sabe lo que es, tiene sus maneras que siempre es el orden. Y el orden es amor.

 

Todo lo que triunfa en la vida, ¿puede ser la verdad, ya sea el arte, la religión, la política? Participa de la verdad, pero está teñida y corrompida por el paradigma de la sociedad que lo consiente y que es la inmoralidad y la absoluta falta de honestidad.

 

Hay que crear el amor, eso es verdad. Pero si sabes cómo crearlo eso se convierte en un falso amor. Porque haces de algo vivo y dinámico algo muerto. Por tanto, para que exista eso tan maravilloso como es la frescura y el dinamismo en nosotros, siempre hemos de estar muriendo, descartando, rechazando lo conocido, lo que dijimos ayer o hace unos segundos. Sé que esto puede parecer de locos, contradictorio, obsceno e inhumano, pero la verdad es así. De lo contrario, sí que nos volveremos locos defendiendo y atacando, haciéndonos la guerra unos a otros. Y en la guerra, sea de la manera que sea, sí que hay la máxima posibilidad de hacer el mayor daño a uno mismo y a los demás.

No sé si estarás en el momento de ver todo esto, Carmen.

 

Y morir para nacer, ¿no es el amor? Entonces la cuestión queda resuelta: sí que exista la acción correcta.

 

El mismo patrón de comportamiento holístico de las escuelas -si es que eso puede ser, ya que los maestros tendrían de ser holísticos también- es el que se tiene que vivir en la vida cotidiana. Si el paradigma holístico de las escuelas funciona, también ha de funcionar fuera en todos los ámbitos de la sociedad: en la pareja y los hijos, en el trabajo, en los jueces y abogados, en el campo o la ciudad, en la policía y los que no la necesitan.

Las escuelas de JK lo que imparten es una enseñanza holística. Eso quiere decir que ningún ámbito está por encima de otro: ni el material ni el espiritual-psicológico. Lo que salga de esa manera de enseñar, los resultados puede que sean holísticos o no. Y por tanto, eso mismo sucede también fuera de esas escuelas, en cualquier lugar, en todo lo que es la vida.

 

Sin la realización de lo divino, que es estar más allá del bien y del mal, no puede haber comprensión ni liberación del "yo". Ya sea que se diga el "yo", el colectivo, el verdadero, o el súper “yo”.

 

Si uno no tiene la percepción directa para poder estar al margen del paradigma de la corrupción y del desorden, entonces todo se ha acabado para él. Porque, sino no hay salvación posible. Pues, el mundo es como un club de mafiosos, insensibles, crueles e indolentes, capaces de hacer cualquier cosa con tal de ganar y ganar cada vez más. Pero, lo curioso es que eso nos pasa a todos nosotros pero a pequeña escala. Por lo que seguimos siendo miembros de ese club de mafiosos deshonestos.

                                                                           

Porque la pobreza interior -al ser tan poca cosa- la tiene que suplir con la demostración externa.