Torni Segarra

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1063. El problema está en que ese cambio en el corazón del hombre, tiene un precio, que tal vez, no podemos asumir. Porque, eso quiere decir perder algo que nosotros decimos que necesitamos, no queremos morir, renunciar, ceder.

Por ejemplo, en toda la costa europea mediterránea, y en otros lugares, hay millones de apartamentos, que sólo se usan para las vacaciones, durante lo máximo dos meses. Durante los diez meses restantes, permanecen cerrados.

Entonces, ¿Por qué no los ceden a los pobres, a los refugiados, a los inmigrantes que no tienen nada, ni pueden comprarse un apartamento?

Porque los europeos, los americanos, etc., se han acostumbrado a vivir teniendo dos viviendas. Y dejar una para el beneficio de los menos afortunados, les causaría dolor, sufrimiento. Por lo que no pueden ceder, renunciar, morir a esos privilegios que tienen.

Y todo parece tan natural, tan legal, que no nos conmovemos lo suficiente para tener la energía para hacer ese cambio del corazón, para que los menos afortunados dejen de serlo de alguna manera.

Como también parece tan natural, legal, que los católicos tengan tantas riquezas, con sus catedrales, iglesias, edificios, viviendas, el mismo Vaticano con sus palacios, sus reservas en oro, con sus actividades bancarias.

Y todo eso, no favorece las cosas para que haya paz, no haya los que se sienten ofendidos, marginados, desamparados, explotados, maltratados, tratados con indiferencia, repulsión.

 

 

 

1064. El problema es verlo. Pero, luego es actuar. Es verlo de manera que ese ver sea la misma acción de descartar la violencia.

 

 

 

1065. Hay una pregunta: ¿Por qué algunos países usan armas químicas? EE.UU., la usó durante años en Vietnam. contra los vietnamitas, en sus bosques donde se escondían; y los arrasó para poder verlos y matarlos. Con sus consecuencias en deformaciones, enfermedades, que aún algunos sufren.

Ahora Siria, dicen -unos dicen que sí y otros que no- que usa armas químicas, ¿es porque es más barato, rápido, limpio, ya que no generan destrozar y sangrar los cuerpos?

 

 

 

1066. Como parece ser, que no podemos dejar de ser lo que en realidad somos. Sí, que podemos ir más allá de esa parte absurda que tiene la vida. Hay que ser afortunado, fuerte, para vivirlo sin volvernos neuróticos, amargados, rabiosos o cínicos.

Pues no hay nada nuevo bajo el sol.

 

 

 

1067. Eso sí que es tener suerte. Pero mucha suerte -perder una avioneta un ala y aterrizar encima de las ruedas sin sufrir ningún percance-.

 

 

 

1068. En el mundo siempre han pasado toda clase de atrocidades, que no podemos ni imaginar. Ahora al tener las agencias de noticias, las cadenas de televisión, los diarios, etc., como todo eso se puede ver en directo, o en una grabación, nos espanta, conmueve. Pero, aun así, todo no se ve.

Aunque por mucha información que nos llegue, ya sea o no verdadera, eso no va a cambiar las cosas. Las cosas se cambian cuando dentro de nosotros tenemos paz y no guerra. Si primero nos somos nosotros pacíficos, si nuestra vida no está libre de corrupción, si no dejamos de ser racistas, de tener miedo a los demás, esas matanzas proseguirán, como siempre han sucedido.

 

 

 

1069. Tanto que necesita la ley, pero él no la respeta. Es como si cada uno hiciera lo que le da la gana.

Y eso, para un presidente que necesita del imperio de la ley, sería el caos, el desorden, la anarquía.

Por lo que estamos como siempre: Haz lo que yo ordeno, pero no hagas lo que yo hago -lo que me da la gana-.

 

 

 

1070. Hasta para eso es superficial, ignorante. Exige que Rusia abandone su apoyo a Assad en Siria. Para así, él apoderarse del petróleo, el enclave en el mar Mediterráneo, de todo el país, Siria. Como si los otros estuvieran bobos, o fueran retrasados mentales.

Aún no ha captado que los otros tienen los mismos derechos que él. Es como si Putin le dijera a Trump, que abandonara su apoyo a Raúl Castro en Cuba.

 

 

 

1071. Ir más allá de la parte absurda de la vida, sólo puede ser cuando estamos completamente alertas a todo lo que sucede. Sin tiempo, sin métodos ni prácticas. Pues, todo eso, lleva implícito el tiempo psicológico, que nos divide de los hechos, que son en el ahora. Y el ahora, no tiene tiempo, es la atemporalidad.

Es cuando vemos realmente algo claramente, en su totalidad, sin huir de ello, sin querer reprimirlo, ni cambiarlo, que la acción es orden. Pues no hay división, que es el origen del desorden.