Torni Segarra

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6941. El que manda, manda de todo. Y si el que manda decide que algo se tiene que hacer -siempre dentro de la legalidad vigente-, aunque nos disguste tiene la posibilidad de hacerlo.

Por eso, es que cuando va a nuestro favor las acciones, lo que hace, lo aceptamos. Pero cuando va en nuestra contra, nos ponemos locos de rabia, de odio, violentos, contra esos que mandan.  

 

6942. En cuanto al Okupa, nadie que está dentro de la legalidad, es ilegal a la hora de mandar. Es el odio a ese que manda, por las personas que están en contra de él, los que dicen que está instalado en un sitio que no es de él. Pero la democracia, es la mayoría. Y quien la consigue, ese es el que manda.

Todo eso quiere decir, que en el fondo todos llevamos un dictador, que quiere hacer lo que le da la gana. Generando desorden, anarquía, odio contra los demás, que no piensan como nosotros. 

 

 6943. Aunque las palabras son bonitas, nos dan cierta tranquilidad, siguen siendo palabra que no dicen nada de la realidad, de la verdad, que es indescriptible. Pues, eso a lo que se refieren las palabras -a la vacuidad, lo inagotable, el vacío- solamente uno lo tiene que vivir cuando lo lee, porque lo experimenta en cada acto de la vida cotidiana.

Si no, todo siguen siendo palabras, sin ningún sentido ni significado verdadero de lo que es el infinito, respecto a la macro y lo micro.  

 

6944. Toda pregunta que se refiere a lo que pueda o no suceder en el futuro es incontestable. Pues, todo lo real, lo verdadero, sucede en el presente, en el ahora. De manera que, el que hace preguntas con respecto a lo que haremos, a lo qué pasará en el futuro, son personas superficiales, charlatanes, para distraer, comer el coco a sus inocentes seguidores, que están atrapados por el que consideran que es su maestro, su gurú. 

 

6945. Las palabras no son los hechos, por resplandecientes que sean, por el placer que nos generan. En cuanto a los niveles espirituales, ¿no son un impedimento a la hora de ver la verdad? Porque, esos niveles, estándares para poder llegar, ¿quién los pone, qué autoridad tiene para decir que se está en el nivel adecuado?

Los niveles, etapas, planos, ¿no nos dividen del presente, del ahora, que es donde está, reside lo verdadero, lo atemporal, lo inescrutable, lo que queremos transmitir en conceptos, ideas, que sólo son palabras? Las palabras, sólo sirven mecánicamente, para saber un idioma, un oficio, para saber dónde vivo, cuál es mi nombre.  

 

6946. El alma, ¿no es un invento del pensamiento, de la mente, del ego, del ‘yo, que tiene miedo de ese vacío, la nada, que es tan perturbador? Pero, todo lo que se dice está contaminado por lo que somos: el contenido del pensamiento, de la mente, que está programado, condicionado. Así que, el alma es otro invento, otro juguete para poder autogenerarse vanidad, placer, hablando sobre ella.

¿No es como si habláramos, queriendo describir, buscando un final, del infinito? Sólo existe la energía, que sostiene la vida de todo lo que existe.   

 

6947. ¿Qué es el espíritu, no es solamente una palabra? Pues, ¿quién creó el espíritu? ¿Y, quién creó a ese que creó el espíritu? La palabra espíritu, es como las palabras dios, el infinito, el alma, la mente, la energía, el creador. No tienen explicación. Y por tanto, no son verdaderas, necesarias para sobrevivir -como los alimentos, el agua, el sueño, cuidar el cuerpo-.

La mente, está programada para resolver problemas, y cuando no los tiene se aburre -o tiene miedo de no hacer ni ser nada-. Y por eso, la mente es una fábrica de problemas.

 

6948. Es lo que tiene llevar armas. Cuando viene el odio, la ira, la venganza y su locura, ya no hay hombres. Sino animales enfurecidos, dispuestos a destrozarse, hacer el mayor daño posible. Es decir, es la guerra en miniatura, con todo su horror, desesperación, maldad, miseria humana.

¿Podemos vivir sin tener ni llevar armas, para usarlas en defensa o ataque? Para no llevar armas, ni usarlas, hay que vivir de manera que no se generen. No tener la necesidad de usarlas.

Por tanto, cada uno ha de descubrir, qué hacer, para que las armas no nos lleguen.  

 

6949. Si decimos que, “Los hombres se nieguen a perder, por amor a la vida, aquello que hace a la vida digna de ser vivida”.

Es preciso que esa frase, cada parte la dirige al otro, que no tiene la misma base psicológica, su tendencia, su condicionamiento, su programación. Ya que cada persona, le da valor a lo que él le llena, le conviene para subsistir como él quiere.

Por tanto, el conflicto nace ahí: de la división a la hora de valorar las ideas, teorías, de la política, de la religión, etc.