Torni Segarra

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5684. Para entender la naturaleza y la estructura de la libertad, uno tiene que comprender el miedo, el deseo de huir de él.  Tiene que comprender la vanidad del ‘yo’, y su desorden, que todo lo quiere arreglar. 

Y entonces, nos damos cuenta que el ‘yo’ y la libertad son antagónicos, no van juntos. Porque, el ‘yo’ es divisivo. 

 

5685. El condicionamiento en sí, no es el problema. El problema siempre es la división, con su confusión, desorden. Pues, este desorden, es el que genera una mala relación, con las personas.

 

5686. Pero, no seamos inocentes. Si te cuestiono a ti, he de saber que eso va a generar una reacción; de manera que, tú me vas a cuestionar.

Y ese es el inicio del desorden, del conflicto, de la violencia, de la guerra.  

 

5687. Buscar la perfección, ¿no es una huida de la realidad, de lo que es? Pues, la perfección no existe. Sólo existe la comprensión de lo que es, de lo que está pasando, de la realidad.  

 

5688. Eso quiere decir, comprender la realidad. Y para ello, no tenemos que huir de la realidad; pues eso, nos divide de esa realidad.

Y si hay división, toda la miseria está ahí. Y ya no podemos experimentar toda la maravilla, que hay dentro de nosotros; y que hace que participemos de la dicha, de la maravilla de la realidad.

Sin dejar de comprender, que esa dicha y maravilla, se puede convertir en un instante, en esa miseria que todos llevamos también dentro de nosotros.  

 

5689. Peor que la lengua, son los hechos. Pues la lengua, la violencia verbal, no es aún la crueldad física. Aunque esté en el camino hacia la brutalidad, la crueldad, contra los demás.

Por eso, cuando nos damos cuenta que verbalmente, estamos agrediendo, si es que somos afortunados, es cuando podemos renunciar a esa actitud verbal, fea, desordenada, confusa. 

 

5690. Toda la cuestión es, como cuando suena la música. O uno le gusta o no le gusta. La letra, por agradable que sea, ante una música que nos gusta, no tiene ninguna importancia.

Los maestros, los gurús, también son como los músicos: a unos les gusta esa música embriagadora; pero a otros, no les gusta y la rechazan. 

 

5691. La dualidad, la contradicción, ¿no es ignorancia? Sólo la mente fragmentada se entretiene en la dualidad. Pero como el investigar es infinito, se pierde en esa dualidad, queda atrapada en la ignorancia.  

 

5692. ‘No hay un yo que comprenda, sino solo el pensamiento que crea el yo’.

Como el ‘yo’ y el pensamiento son lo mismo, cuando operan generan desorden, anarquía. 

 

5693. La verdad no la conocemos, ni podemos decir lo que es. Porque, la verdad al ser atemporal, las descripciones no le afectan. Pues la verdad, siempre está cambiando de un instante a otro, sin parar. 

 

5694. No se sabe nada sobre la verdad. Los que la quieren describir, describen su ignorancia, su ilusión, su confusión.  

 

5695. Nosotros no somos como los animales, aunque tenemos parte de ellos. Por tanto, es un tanto arriesgado, querer vivir como los animales. A los animales, hay que respetarlos. Y para ello, es preciso amarlos, tenerles compasión. 

 

5696. Especular, ¿no es una pérdida de tiempo?