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Pero, si yo no te lo digo porque me siento herido por ti, por lo que dices -creo que por ahora no nos podemos hacer ningún daño-, te lo digo para que te des cuenta; y, así si te das cuenta, y si quieres, hagas algo para no repetirlo a otras personas. A veces, estamos en la montaña y preguntamos, ¿dónde está la montaña? Creo, que somos bastante despiertos, pero eso también es otra ilusión, porque en relación a quién. Pues, siempre que exista comparación, ha de aparecer el más y más o el menos. Y, ahí es lo que tú dices tantas veces: tenemos que ser íntegros, totales, sanos y completos en nuestra manera de encarar la vida. Porque, la comparación es división. En la escuela, cuando un profesor compara a los alumnos, los está destruyendo, pues provoca y genera rivalidad, competencia, esfuerzo, miedo y temor, soberbia y alumnos fatuos. Por tanto, cada uno es quien es. Pero, en su ámbito tiene que buscar la excelencia, que no es más que actuar total y absolutamente con atención, donde la división no existe. Y, si no hay división el amor está ahí. Y, si hay amor, la belleza está en todas partes.
Cuidado, porque si lo nombras -si lo defines- ya está tocado por la mente, ya es el juego del "yo". Vamos a ver: yo voy a tu casa para hablar contigo de un problema que me ha surgido. Yo, llevaba una vida sin ningún sobresalto ni complicación, todo lo veía bien y positivo. Pero, un día una amiga viene a mi casa de sorpresa y empezamos a hablar de todo; y, yo le digo que soy feliz, lo veo todo bonito, etcétera. Pero, ella me pide que le indique donde está el lugar para mear. Cuando viene, me dice: “Oye Toni, tú sabes cómo está el lavabo de sucio”. Yo, le digo que lo veo normal. También me dice: “No hay agua para que se limpie la taza porque no funciona el dispositivo; he pasado por la cocina y también está muy sucia”. Yo, insisto: pues siempre está así y lo encuentro normal. Cuando me remango por que tengo calor, mi amiga ve que tengo una erupción cutánea. Y, me pregunta: “¿eso qué es?”. Y, yo le digo: “Que el médico me ha dicho que es una infección por falta de higiene corporal”. Entonces, yo le digo a mi amiga: “Soy muy feliz, aunque la gente me rehuye, yo sigo con mi manera de vivir, no hablo con casi nadie ni participo de los problemas de la escalera que se encarga la junta de propietarios, no pago las cuotas, porque yo estoy más allá de esas bagatelas”. Mi amiga, me dice que estoy muy mal, que estoy fuera, que me estoy buscando muchos problemas. Y, por eso es que he venido a ti, Almudena, porque sé que tienes cierta lucidez e inteligencia, no veo que tengas problemas. ¿Qué me dirías, que me informarías, cómo me orientarías?
Como parece ser que conoces a JK y lo mucho que dijo, solamente te citaré la base de su enseñanza: el que observa, es eso que observa. Y, esto es una de las cosas más aclaradoras para que las personas nunca se pongan en un rango de elevación con respecto a otros. Y, esto es sanador, porque te quita el deseo de ser más, porque por más que seas, serás igual que el que menos es.
Con respecto a Almudena y la relación digital que tenemos, y lo que ello conlleva, ya te has puesto en un lugar que creo que no es prudente para ti; porque, estás opinando de una persona que le puedes hacer algún daño. A no ser que tú la conozcas más que yo y veas lo que yo no veo. De todas maneras, sin estar contra la libertad de opinar, cada uno que viva como quiera y haga lo que tenga que hacer. A mí si me vieras en lupa o en microscopio, encontrarías algo que te llamaría la atención y podrías decir infinidad de cosas. A ti te pasaría lo mismo; y, como no, a todo el mundo. Porque, no nos olvidemos: el observador, es lo observado. No hay escapatoria, Daniel.
Es verdad que el orden divino siempre está operando, en los astros, en la naturaleza, en la física y la química, etcétera. Pero, el orden divino también abarca a las personas que ven la utilidad de hacer algo para ayudar a los demás en sus momentos de infortunio, de dolor y sufrimiento. Porque, sino se hiciera nada no habría servicios de urgencias médica, ni bomberos, ni nada de todo lo que el hombre ha creado para ayudarse mutuamente. Otra cosas es, que no lo hemos sabido administrar adecuadamente. Y, en todo esto, también está el orden que no es ni mío ni tuyo ni de nadie. Es solamente orden, con toda su belleza que está más allá de nuestros caprichos y deseos.