Torni Segarra

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casta, que es inferior en oportunidades. Lo que pasa, es que en Occidente, somos muy astutos y sabemos ocultar nuestras vergüenzas. Insisto, todos somos iguales psíquicamente: queremos que nos amen, queremos seguridad; queremos dinero, para afrontar las necesidades de la vida; queremos ser guapos e inteligentes, etcétera. Y, ¿quién no lo quiere? Y, por eso ahora puedes ver y comprender eso del observador, es lo observado, porque yo soy igual que tú. No te parece. ¿Estás viéndolo todo más fácilmente, más claramente? Todo esto, que habla Krishnamurti, y yo también, queda muy bien cuando se oye o se lee, pero es muy arduo y nada sencillo ni fácil cuando se tiene que vivir. Pero, tú tienes una gran ventaja, que es que tienes mucha libertad y una intuición, que demuestra que en ti hay amor.
Quiero decirte, que me gustaría chatear contigo, pero se pierde mucho tiempo y nos pone a mil. Hasta otra, estoy contento de haberte conocido. Qué pases un buen día.

 

Siempre que escribo de estas cosas, es como si entrara en otra dimensión; me refiero a los poderes psíquicos. Una dimensión, aunque parezca paradójico, más animal, más primaria. Porque creo, que cuando una persona está en trance -sino, no podría percibir y transmitir a ese nivel- es cuando más libre es; y por tanto, el animal que llevamos dentro tiene la oportunidad de salir y manifestarse. Pero fíjate y verás, que todo lo que toca a las personas, siempre tiene el mismo sistema que el de la vida real y cotidiana. Hagamos lo que hagamos, por prodigioso y extraño que sea, siempre tiene el correlato de lo que hacen los demás en sus vidas. Lo que sucede, es que las personas que tienen poderes psíquicos, su vida se manifiesta con más dramatismo, todo más vivo y por tanto más complicado. Las personas, que tienen un destino más complicado, son más propensas a tener esas experiencias; es decir, las de situaciones extremas.
Vamos a lo que a ti te interesa, que soy yo, igual que a mí me interesas tú. Ya hemos dicho, que cuando más sensibilidad desarrollemos y tengamos, más percibiremos. Pues, desde siempre he tenido esa capacidad de alucinar -que es lo que son esas percepciones, que a veces pueden ser reales y otras no-. Cuando tenía entre cinco y diez años, cuando me acostaba en una habitación solo, en la segunda planta de la casa -primer piso-, había un perchero de madera de pie en una esquina, donde mi madre y mi padre dejaban allí sus abrigos y gabardina colgados, y muchas veces encima un gorro, la habitación estaba medio abierta y subía una poca luz de abajo, que se oscurecía más dentro. Pues, muchas noches veía y notaba una presencia allí, como si fuese de verdad una persona. No era muy tarde, las nueve y media o un poco más y mi madre estaba por bajo haciendo sus cosas; mi padre se había ido a una sociedad de agricultores -aquí dicen casino- a tomar café y pasar un rato; mis tres hermanas, también estaban ya en una habitación, dos más allá de la mía, las tres juntas. Y al cabo de unos años, al hacerme más fuerte y poderoso, desapareció. Aunque, son recurrentes experiencias psíquicas de diferente intensidad.
Pero, ahora vamos a ver qué se puede hacer. Una persona, tiene una experiencia psíquica que le gusta y le llena de gozo y alegría. Pongamos, que de noche, cuando duerme o está en situación de duermevela,  tiene una cascada de sexo de alguien que ella identifica y conoce. Al día siguiente, siente entre satisfacción, sorpresa y temor. Pero, eso se repite y se repite, a pesar de ella. Si lo reprime mal, porque volverá o puede volver; si lo alienta, mal también porque se le puede ir de las manos. Entonces, cuál es la acción adecuada. Es descartar, lo negativo según te dicte el corazón. Porque, eso es como las obsesiones, el amor de pareja, en principio no admite ni la lógica, ni el razonamiento.
¿Qué pasa con la persona que te genera ese sexo tan exquisito, etcétera, para seguir con esa actitud tan extraña? Pues, esa persona que en esos momentos te potencia la sexualidad, seguramente no se entera. Pero, ella sí que recibe, de una manera o de otra, la energía que la persona genera hacia ella. Puede, que si se ven por la calle, la persona pasiva, note que hay algo con esa persona, pero no sabrá de lo que se trata. Bueno, si te parece, si te interesa, no te cansas y aburres, ya seguiremos. Qué lo pases bien. Ya sabes, que hay libertad para decir, hablar, lo que tú quieras.