16. El trabajo más importante del hombre es sentirse feliz, para así que esa felicidad se transmita, pase a los demás. Por tanto en trabajo está en, ¿cómo me libero del dolor para poder ser feliz?
17. El problema que tenemos es que criticamos a los otros, eso mismo que nosotros hacemos. Chesco, cuando tú acusas a los otros de nacionalistas, ¿no te das cuenta que tú también lo eres de un nacionalismo más poderoso, corrupto, brutal, etc.? Es como si tú vas en un taxi y te dice el taxista que allí no se puede fumar, pero a continuación él sí que fuma. ¿Nos damos cuenta dónde estamos? Estamos como hace un millón de años: ‘Yo sí que puedo hacer todo lo que quiera, pero tú no lo puedes hacer y no te dejaré.’ ¿Es así como queremos vivir, siempre peleando, luchando por vencer al otro, con crueldad, violencia, guerra?
Es muy serio lo que nos sucede. Porque hay unos que quieren imponer a los otros, lo que ellos por su incapacidad no pueden hacer. Queremos que los otros no hagan pecados, pero los que lo dicen e imponen son igual de pecadores. Entonces, eso quiere decir que la estupidez es la que está rigiendo nuestras vidas, la sociedad, el mundo.
Todo el problema es uno, no los demás. Si no quieres corrupción, sé tú primero no corrupto. Si no quieres nacionalismos, no seas tú primero nacionalista. ¿Lo harás? Parece ser que no, porque no queremos perder todo lo que hemos conseguido: las abultadas cuentas en los bancos, las propiedades, la manera de vivir derrochadora y de despilfarro. Nos agarramos a nuestro mezquino placer, que es la vanidad, el poseer, el exhibicionismo. Y todo eso es lo que nos hace que los problemas siempre estén ahí, sea en el comunismo, el socialismo, en el fascismo, capitalismo, en las religiones organizadas.
Así que, mientras no comprendamos todo el problema que es estar poseído de todas esas estúpidas ideas y teoría, creencias, todo va a seguir de la misma manera. Pero no le demos solamente la culpa a los demás, porque eso incrementa más la estupidez que genera toda está desdichada manera de vivir. Y ahí no hay solución alguna. La solución está dentro de nosotros, de cada cual, que ve que con el paradigma de ‘Yo soy bueno, tú eres el malo’, eso nos lleva a la locura, al suicidio.
18. Sin amor nada de lo que hagamos tiene sentido. Porque eso que hacemos sin amor, se convierte en la amargura que tenemos, el dolor de las desgracias, donde todo lo que vemos son inconvenientes y problemas. El amor clarifica, hace que actuemos ligeros, ágiles, creadores., hace que vayamos más allá del miedo.
19. El pasado sea bueno o malo, está muerto. No sirve para la vida real, la verdadera, que es responder a los retos que son siempre nuevos. Y a lo nuevo no se le puede responder con lo viejo, el pasado.
20. Los otros no nos van a resolver los problemas, pues los otros también están confusos, en desorden, solos, viven en la oscuridad, tienen miedo. Por eso, es sólo cada cual el que tiene que solucionar su problema, que es su vida, su manera de vivir. Para ello, hemos de comprender de qué manera funciona el pensamiento, cómo discurre, se autoalimenta con el pasado, ver toda su trama de repetición porque no comprende, tiene miedo. Y al miedo le damos vida cuando contrastamos, comparamos lo que somos con lo que hemos sido, cuando nos comparamos con los demás que son más esto o aquello, o menos.
21. Lo primero es darse cuenta que uno es como al que consideramos malvado, corrupto, brutal, pero a un nivel diferente porque nos controlamos. A partir de esa comprensión, la compasión es preciso que llegue, con la comprensión y la inteligencia. Y en esa comprensión del otro, y su compasión, es cuando puede suceder el orden.
Pero nosotros no queremos el orden, queremos pasarlo bien, tenerlo todo seguro, bien atado. Por eso este mundo es feo, ausente de belleza, brutal y cruel, por el esfuerzo sin fin por querer seguir pasándolo bien, que es la persecución del placer.
22. Hay que ser muy estúpido para creer que el sexo, que está en la base de la vida, pueda ser en sí pecaminoso. La tradición de los fanáticos religiosos, siempre ha difundido esa maldad. Cuando por su ignorancia no se dan cuenta, que lo desordenado es el uso que hacemos del sexo, como de la comida, el trabajo, el deporte, hagamos lo que hagamos.
Es el miedo el que está en la base de ese mandamiento de que el sexo es pecaminoso, porque los que mandan y tienen el poder siempre cuando algo no lo pueden dominar ni controlar, lo penalizan, lo persiguen, hacen de ello una maldad y pecado.
23. Gracias, Sonia por tus colaboraciones y publicaciones. No solamente en el tirar la comida a la basura está el origen de la pobreza y los millones de muertes por el hambre. El origen del hambre, su miseria y pobreza, está en que estamos divididos internamente, creyendo que el otro es diferente a mí, que no sufre como yo, que no es tan importante como yo. Y esa indiferencia hacia los otros, los menos afortunados, es la que nos hace insensibles, indolentes, crueles, sin energía para ser compasivos, llenos de amor.
24. Las metas, no son hechos, no cuentan. Lo que cuenta es como vivimos en el presente, en el ahora. Pues según vivamos ahora, así va a ser lo que venga, el futuro. Las personas, tus amigos, que lleguen a ti o encontremos, serán lo que nosotros llamamos con nuestros hechos, nuestra manera de ser.
25. La meditación no es concentración, no es la fijación en un objeto o punto en la pared. La meditación es ser consciente, ver cada movimiento del pensamiento, toda la actividad de la mente sin opción alguna, sin querer cambiarlo ni huir de ello, sin tocarlo. Y es entonces, en esa ausencia de división y conflicto interno, que haga lo que un haga, la meditación que es amor, está ahí.
26. Si hacemos del amor un intercambio, un trueque, un negocio, ¿es eso realmente amor? ¿O el amor, no quiere nada ni desea nada, sino que vive con lo que hay, con lo que nos llega?
El amor, es el más elevado orden. Y lo que el amor genera es su mismo orden. Que puede gustarnos o no. Pero eso para el amor y su orden, le tiene sin cuidado.
27. Tanto comprendiendo lo pequeño, como lo grande, se comprende la realidad, la verdad de lo que son las cosas. Es decir si comparendo en mí el problema del deseo que causa la violencia, es como si la viera en el campo de batalla, en la guerra. Al igual, si comprendo al ver en directo lo que es la guerra, pasar por ella, también la comprendo dentro de mí. Pero es una ilusión creer que todo sea de experimentar para comprenderlo. Pues, es todo es infinito. Las experiencias son infinitas.