1. Jaky, gracias por tu aportación. Las personas no somos de fiar. Ya sean los padres, los hermanos, los parientes, los amigos, los vecinos, cada cual va a lo suyo, a conseguir eso que cree que necesita. Y como las necesidades pueden ser infinitas, no hay tiempo para la reflexión, la interiorización, la observación de la realidad. Y ese deseo de querer más y más, es lo que hace que a los otros, que no cooperan con nosotros, los veamos como un estorbo, un obstáculo. De manera que nos hacemos brutales y crueles, indiferentes a los demás, a sus necesidades, sus sufrimientos que les causamos.
Una persona que viva en la abundancia de todo, derrochadora y consumista, está devorando a los demás, a toda la tierra. Y por ello, está sembrando la semilla del rencor, de la injusticia, de los enfrentamientos, las luchas, las revueltas y las revoluciones violentas, que nos pueden causar toda clase de daños, incluyendo la pérdida de las vidas.
Todo eso que parece tan extraño, lejano y ajeno a nosotros, ya ha pasado millones de veces, y sucede ahora mismo a un nivel pequeño, superficial, que molesta sólo a unos pocos más desafortunados. Pero eso que parece tan pequeño, se puede convertir en grande, en feo, terrible y cruel, algo horroroso como es la violencia y la guerra.
2. Siempre encontraremos una justificación, un motivo que nos tranquilice, para poder hacer una maldad. Pe las maldades, los daños, sean por los motivos que sean siempre nos hacen daño. Entonces el dilema es: ‘Yo sí que puedo hacerte daño, pero tú no me lo puedes hacer.’
Pero si yo también hago daño a los demás, estoy dentro del mismo ámbito y nivel, que el daño que tú me haces. Por lo que quiere decir, que ambos somos lo mismo. ¿Tiene esto solución para dejar de hacernos daño unos a otros? Eso lo hemos de descubrir cada cual, descubrir las resistencias, lo que se opone para que deje de seguir haciendo daño. Y veremos que todo eso lo podemos ver, cuando nos damos cuenta de la manera cómo opera y funciona el pensamiento, que quiere y necesita seguridad.
3. Cuando ocultamos algo, eso quiere decir que no lo tenemos claro del todo, o porque tenemos pereza de explicarlo. Ya que las explicaciones no son la explicado, y cada cual las interpreta a su manera, según su condicionamiento.
4. La solidaridad para repartir entre muchos precisa un plan –que es lo que son y hacen los gobiernos-, para planificarla, para gestionarla, para que sea justa y equitativa. La caridad es instantánea, en el acto.
Si alguien viene a nosotros y nos dice: ‘Deme de comer y dormir, pues no tengo ni dinero ni adonde ir.’ Si es solidario dirá: ‘Vaya a los servicios sociales del ayuntamiento, la Cruz Roja, u otros organismos. El caritativo le dirá: ‘Nada más puedo darte de comer, y darte un poco de dinero, pero después de haber comido, si quieres puedes ir a los organizaciones que ayudan a los menos afortunados.’
5. Evelyn. Si decimos: ‘No temas a la soledad, dios está contigo.’ ¿Eso es verdad, es un hecho que dios existe o es una creencia, un invento? Como no podednos saber si dios existe o no –ya que las posibilidades en ambas direcciones son infinitas-, eso quiere decir que eso a lo que llamamos dios es un invento, una creencia supersticiosa.
Por tanto, cuando estamos solos y pedimos a dios que nos acompañe es una superstición, un condicionamiento, que nos llena de ilusión creyendo que no estamos solos. Hay muchas tretas que pretende engañar a la mente, aquietándola momentáneamente. Pero una mente aquietada es una mente estúpida, que reproduce el problema del que está huyendo.
6. Si exigimos que los otros nos quieran lo mismo como nosotros les queremos, ¿es eso amor? ¿O el amor está más allá de toda medida, de toda reclamación, de todo negocio ya sea en la ganancia o en la pérdida? El amor es, sin más. No tiene relación con nada que sea humano, las necesidades de las personas, o lo que ellas dicen creer necesitar.
7. Las emociones están conectadas, son el resultado del miedo. Cuando una gata vivía en las casas, medio salvajes –no en los pisos pequeños y oscuros-, cuando tenían gatitos y al cabo de unas semanas se los llevan para darlos, la madre se pasaba unos días maullando sin cesar por todos los sitios, por los tejados. Ella maullaba por miedo de no ver a sus hijos, porque su programación, su condicionamiento, era el de preservar su especie. Y los hijos, los gatitos, donde iban estaban unos días escondidos, retraídos, desconcertados y desorientados, por el nuevo lugar, y los nuevos dueños que no conocían.
Y todo eso, eran emociones parecidas a las nuestras. Es decir, miedo a lo nuevo y desconocido, con su tristeza, su desazón.
8. Una de las cosas más difíciles de comprender, es darse cuenta que uno es igual a todos psicológicamente en lo básico. Eso se puede ver cuando las personas se creen más dignas de los que ellos creen que los otros son. Es decir, los que se creen con dignidad, creen que los otros no la tienen. Pueden decir a los otros ladrones, pobres y miserables internamente, corruptos, violentos, asesinos, creyendo que ellos están al margen de todo eso.
¿Puede uno estar al margen de todo cuando es una parte del engranaje de la maquinaria que hace que funcione esta sociedad, con toda su corrupción e inmoralidad? Por eso, esas personas que dicen que ellas tienen el orden en sus vidas, que van a trabajar cada día, que tienen sus riquezas acumuladas día a día, mes a mes, año tras año, son subdesarrolladas mentalmente, es decir no se dan cuenta de su condicionamiento. Ni lo quieren ver. Y por eso, es que llevan una vida de superficialidad, de chismes, siempre viéndose con las mismas personas, ya sea con sus familiares o un grupo de amigos, rehuyendo y rechazando todo lo que ellos no quieren ver: que son en esencia como los ladrones, los corruptos, los pobres y miserables internamente, son violentos porque con su manera de vivir provocan y generan la violencia, con los enfrentamientos, los conflictos, con su indiferencia ante los menos afortunados. Y como todos, se creen poderosas y seguras en su grupo, pero miedosas e inseguras ante los que las cuestionan, sin argumentos para investigarlo y discutirlo. Por lo que, el rechazo es con brutalidad y crueldad.