5625. Se trata de la paz. De no hacer la guerra.
Parecéis salvajes, bárbaros, sedientos de sangre, de tierra, de conquista. Sin importaros el precio en vidas humanas, en dolor y sufrimiento.
5626. La nada es la nada. Sin explicación posible. Como tampoco la tiene el infinito, la eternidad.
5627. Una vez desaparece una persona. Todo lo que queda respecto a ella es pensamiento, el pasado, la autocompasión. Y el pasado es la misma muerte, porque ya está muerto y no sirve para la vida.
5628. ‘Alimentándome de frutos semillas, se consigue respetando las vidas de las plantas.’
Hagamos lo que hagamos, comamos lo que comamos, siempre haremos algún daño a los demás. Cada uno tiene sus necesidades para poder alimentarse.
5629. ¿La censura tiene sentido cuando se defiende la vida: no asesinar a niños, sus madres y padres? Los cómplices de los tiranos lo hacen.
5630. Es la banalidad, la superficialidad, la estupidez y el miedo, lo que degrada a las personas. De manera que la inteligencia no pueda ser.
5631. Cuando más banal y superficial uno es, más caprichoso y esclavo de sus inventos absurdos irreales. El problema no está fuera, está dentro.
5632. Creer que se va a encontrar la seguridad imponiéndose por la crueldad, la violencia, la guerra, es cosa de subdesarrollados mentales.
5633. Estupidez es creer en un libro, por sagrado que se diga que es, obedecerlo. Y usar la crueldad, la violencia, para imponer esas creencias.
5634. ¿Cómo vamos a estar seguros si las creencias nos dividen? La división es el inicio de la guerra. Ya que la división es confrontación, lucha.
5635. El nacionalismo nos divide. Nos hace decir este país, territorio, es mío. Lucharé, mataré, moriré por él. Pero hay otros que dicen lo mismo.
5636. ¿Por qué no se puede compartir lo que tenemos? Es por la raza, la cultura, la religión, la política. Pero todo eso son los inventos del ‘yo’.
5637. Cuando queremos algo, si vamos a ello asertivamente, positivamente, eso no es orden, lo adecuado. Lo tenemos que encarar negativamente, como si no lo quisiéramos, con desapego.
Por eso, cuando yo te digo: siempre estaré junto a ti. Deberíamos empezar por: si puedo, si la suerte quiere. Pues nosotros no somos los únicos directores, ya que está la física, la química, lo inabarcable, lo que está más allá de las palabras.
Así que si la suerte y la fortuna quieren –los dioses, que no son dios de ninguna de las maneras-, me gustaría estar siempre junto a ti. Lo diré de otra manera: el hombre propone y dios dispone.
5638. Fernanda, es muy sencillo. Nosotros somos animales que nos hemos desarrollado tanto mental como tecnológicamente. Psicológicamente hemos inventado el ‘yo’, el pasado, el presente, el futuro, todas las ideas y teorías sobre lo que sucede después de la muerte. También hemos ido a la luna y esperamos ir más lejos aún, trasplantamos órganos, hemos creado medicamentos que nos alivian. Pero todo eso, no nos quita muestra condición de animales: vivimos según las leyes de la naturaleza, somos crueles, violentos, asesinos.
Ahora vienes tú, o San Agustín, y dices que hay algo más allá, que nos volveremos a encontrar, etc. Pero todo eso no es un hecho.
La pregunta es: siendo como somos animales, ¿por qué creemos que tenemos un destino diferente, un más allá donde todos nos veremos y encontraremos? ¿Dónde van los millones de animales que se matarán hoy para alimentarnos? Es decir, el pájaro que muere, el toro, el caballo, el perro, el gato, ¿no desaparecen en la nada cuando mueren?
En realidad lo que somos es ignorantes, arrogantes, y por eso inventamos todo lo que necesitamos para huir de ese miedo, pánico, que nos provoca la nada.
5639. ‘Si las tornas estuvieran cambiadas y Hamas tuviera el poderío militar que tiene Israel e Israel el que tiene Hamas, Israel y sus habitantes no existirían. Eso lo tenemos todos muy claro, ¿verdad?’
Pues eso mismo se puede decir también: si los judíos, que los nazis los eliminaban, se hubieran cambiado las tornas y hubieran tenido el poderío que tenían los nazis, se hubieran apoderado de Alemania y eliminado a los nazis.
Porque el paradigma del ser humano, cuando empieza una lucha, un conflicto, una guerra, siempre es el mismo: vencer al otro, que creemos que es nuestro enemigo, de la manera que sea, eliminarlo si es que se puede.
Por eso, ¿por qué hacer las cosas de manera que generen conflicto, disputas, guerras, invadiendo a los otros, robando, etc.? Si sabemos que vamos a abrir las puertas del infierno para nosotros y para los demás.