69. Para quedarse, es preciso que haya un beneficio, ya sea material, espiritual, etc. Es cuando no hay ningún beneficio, que buscamos a otro, o a algo, para sacar ese beneficio que es preciso para sobrevivir: el afecto, el cariño, el respeto, poder hacer caridad ayudando a otro. O de algo que nos reporte un beneficio material, etc.
70. El sonreír, la sonrisa, ¿no significa que somos complacientes con una persona o algo que sucede? ¿Podemos ofrecer sonrisas a alguien que nos falta al respeto, que nos maltrata de alguna manera, que es injusto con nosotros?
71. El amor para ser no necesita reciprocidad. Aunque el amor impone su orden. Y descarta lo que no es amor.
72. Uno ha de hacer lo que tenga que hacer, su necesidad. Los demás lo que digan o no, ¿qué importancia tiene? ¿Por qué queremos la aprobación de los otros, si tenemos claro cuáles son nuestras necesidades, tanto materiales como psicológicas? Todos tenemos las mismas necesidades básicas, lo que cambia es el momento en que lo hacemos.
73. El erotismo es lo que transmitimos por la manera como manejamos el sexo. Una persona mojigata, beata, que rechaza todo lo sexual, ¿qué erotismo puede transmitir? Pero, una persona que hace del sexo algo natural, que lo vive, el erotismo que transmita será tan intenso y sugerente como la intensidad con que vive la sexualidad.
74. Cuestiono esa afirmación, porque eso no es cierto. Ya que decir que ‘siempre estaré a tú lado cuando me necesites, nunca encontrarás a nadie que te quiera, se preocupe y a quien le importes más que a mí’. Pues todo eso es del futuro. Y, ¿quién sabe lo que nos deparar el futuro?
Los problemas los tenemos en el presente, y es ahora cuando los tenemos que atender, responder. Lo que hagamos en el futuro eso qué importa. No tiene ningún valor ni sentido verdadero hablar del futuro, lo que ha de venir, ya que todavía no existe.
75. Cuando pedimos algo, que llegue alguna persona, o alguna cosa, ¿cómo sabemos si eso nos conviene o no? No lo podemos saber, porque hasta que no llegue y vivamos con eso que hemos pedido, no sabremos realmente lo que es en realidad. Por tanto, pedir algo es una ilusión.
Además cuando pedimos algo, nosotros entramos en esa responsabilidad de eso que queremos conseguir, cuando lo conseguimos. Así la mente no tiene toda la inocencia que es precisa para vivir sin confusión y sin desorden. Por eso, el deseo es el causante de todos nuestros males. Si deseo un hijo, yo soy el responsable de él. Si deseo una persona para vivir con compañía, con sexo, etc., yo me hago responsable de darle todo lo necesario para que no me abandone. Pero si no deseo nada, ¿qué sucede? Llega lo que tiene que llegar natural y sencillamente. Pero compruébalo de primera mano y lo descubrirás, lo verás.
76. Si la libertad depende de algo, del sexo, de una persona, ¿es eso libertad? Lo puede ser, sabiendo que no lo es, pero que aun así uno quiera vivir de esa manera. Pero en el momento en que uno tiene un conflicto con esa persona de la que depende, todo eso deja de tener sentido y esa libertad se convierte en tiranía.
Ser esclavo de alguien, sabiéndolo, queriéndolo, donde no puede operar el ‘yo’, como esclavo, como amo, como dueño y criado, eso es vivir en libertad. Libertad interna, libre de contrastes, de contradicción, libre de los polos opuestos.
77. Carga a gusto no pesa. Si lo que llevamos entre manos nos agrada y divierte, sea lo que sea no nos molestará, ni nos importará lo que digan los demás al respecto de eso que hacemos.
78. Las razones por lo que hacemos algo, ¿no son siempre por satisfacción? El hacer caridad, ir arriba y abajo para ayudar a los demás, las relaciones ya sean íntimas o superficiales, todo lo que hacemos, es por sentirnos satisfechos, porque sentimos placer, nos sentimos vivos, con plenitud. Pero estas maneras no son el amor, porque hay el deseo tras de estas maneras. Y mientras haya deseo, habrá división, desorden, que es lo que genera la pobreza, la miseria, el hambre, la violencia.
79. Los problemas entre las personas aparecen porque cada cual tiene unas necesidades. Por eso, para que se pueda tener una buena relación se tiene que mirar en la misma dirección. ¿Puede eso ser? En unos momentos dados sí que puede suceder, pero en otros no. Por lo que las relaciones para que sean duraderas, ya sean superficiales o no, todos han de ceder, renunciar a los deseos de cada cual. De lo contrario, las disputas y peleas no podrán dejar que la relación pueda ser.
80. La vida, la relación, sin sacrificio no puede ser. Porque los inacabables requerimientos, las necesidades que nos creamos e inventamos, nos colapsaría la vida. Cada cual tiene sus necesidades que están determinadas por el condicionamiento familiar, cultural, social, religioso o político. Y todo eso se tiene que armonizar de manera que no haya división con el otro que también le sucede lo mismo. Y eso solamente puede suceder, cuando cedemos, nos sacrificamos, pues hemos visto y comprendido que es preciso, necesario, para la convivencia que es el vivir, sobrevivir.
81. Si forzamos lo que está sucediendo, ¿puede haber amor? El forzar, el esfuerzo, es nuestro deseo en acción. Los deseos son los deseos del pensamiento, que se erige en autoridad y dice: ‘Esto es lo correcto, lo bueno. Y esto no lo es.’ Pero el pensamiento que es el ego, el ‘yo’, no puede generar el orden necesario para las buenas relaciones. Cuando lo vemos, es cuando es esfuerzo se acaba.
¿No nos hemos dado cuenta que cuando actuamos sin deseos, con amor, el esfuerzo no se puede generar? Cuando miramos una nube o un pájaro, porque pasan por donde estamos, sin que medie nada, solamente el mirar, observar, el esfuerzo no está.
82. Ese es el problema: ‘Qué será de mi vida si me dan la libertad.’ Porque la libertad, para que sea, uno tiene que desacondicionarse de todo lo que ha sido, dónde ha vivido, lo que es o no es, liberarse de su condicionamiento cultural, político, religioso, de las supersticiones.
¿Cómo se libera una persona que ha adorado –pagana e idolatra- a las imágenes de piedra durante toda su vida, de la superstición? Pues, él se va a encontrar perdido, con mal cuerpo, confuso y con miedo. Solamente si es afortunado y le llega la información de que vive en el error, que está esclavizado y sin libertad, tal vez se pueda liberar de todo eso que le hace como si fuera un mero animal.