Torni Segarra

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695. La dependencia, el estar poseídos por alguien, es dolor y es sufrimiento. Porque forzamos las relaciones, la manera de vivir. Y si hay esfuerzo, ahí está el conflicto, las peleas y disputas, la crueldad, la violencia, los malos tratos. Verlo claramente es comprenderlo. Ya que si no hay comprensión eso va a seguir con todo su horror, sus problemas, su dolor.
 
696. Cuando algo se acaba, ¿por qué queremos que continúe? Es porque no vivimos en la corriente de la vida, y no podemos movernos con ella. La corriente de la vida siempre se está moviendo, cambiando, alterándolo todo. Por tanto, vivamos completamente la vida, sin huir de ella, sin querer cambiarla. De esa manera nosotros seremos esos mismos cambios, que tanto nos molestan y a los que nos resistimos. Y entonces, todo sucede como cuando llega la noche o la mañana.
 
697. El que no sabe quererse no sabe tampoco querer a los demás. Por lo que todo el problema siempre es de nosotros. Lo que hagan los demás eso no nos tiene que importar, pues la vida sin libertad es fea, no se puede soportar. Si somos libres los que lleguen a nosotros también van a participar de esa libertad.
 
698. La palabra siempre referida a las relaciones, es una tontería. Decir siempre te amaré, estaré contigo, etc., quiere decir ignorancia y miedo. Porque si entendiéramos no lo diríamos y por tanto no tendríamos miedo de fallar o no. Ya que eso, en realidad no está sólo en nuestras manos, no depende de nuestra voluntad.
 
699. El deber tener o no tener, eso está más allá de nosotros. Alguien quiere ser culto, educado, libre, vivir sin problemas, pero tal vez eso no puede ser. Por eso, el problema no es lo que queremos o no queremos. El problema es cómo vivimos eso que somos.
 
700. Para ser fieles ha de haber un programa, una lista que describa lo que es la fidelidad. Pero eso no puede ser, porque cada cual tiene su lista, que es lo que él cree que es la fidelidad. La pregunta es: ¿se puede ser fiel a algo o alguien, es eso posible? Si lo investigas verás realmente lo que es la felicidad, y le darás el lugar exacto que debe ocupar en tu vida.
 
701. Hay que ser muy estúpido e ignorante para ponerse en las manos de alguien que también es estúpido e ignorante aunque a otro nivel.
 
702. El señor –dios, los dioses- que se las arreglen como puedan, que nosotros también nos las arreglaremos como podamos. Ya que nadie nos puede ayudar con los problemas de la vida, somos nosotros los que los hemos de comprender. Por lo que eso del señor, dios, los dioses, etc., todo es un invento, un negocio.
 
703. El que dice que sabe es que no sabe. Ya que todo no lo sabe. Y si algo no sabemos completamente es lo mismo que no saberlo. Así que las listas para los remedios de la vida, eso puede que sean adecuadas o no. Así que, para qué hacerles caso. ¿No sería mejor que nosotros lo viviéramos de primera mano, y así no dependeríamos de nada ni de nadie?
 
704. Toda pregunta si no es para investigar algo seriamente, tiene algo de impertinente y molesto. ¿Por qué cómo sabemos que eso que preguntamos a alguien lo quiere responder o no? Si sabemos ver, las preguntas no tienen ningún valor. Pues la verdad está más allá de las palabras.
 
705. Lo que tú eres, yo fui. Lo que yo soy, tú serás. Por eso, la compasión es el combustible que todo lo hace llevadero. Para poder soportar lo que nos parecen sorpresas de la vida, ya que somos ignorantes.
 
706. Desde hace un tiempo es frecuente ver a hombres  –nunca mujeres-  jóvenes y de mediana edad, recoger las colillas de los cigarrillos que hay por la acera y en el borde de ella. No visten miserablemente, pero sí que se les nota la pobreza en ellos. Caminan suavemente sin prisa, pero no de paseo, como si fueran a algún sitio determinado. Van mirando por el borde de la acera lo que hay entre los coches aparcados unos detrás de otros. Cuando ven una colilla, aunque tienen el control de los que vienen por delante, no lo tienen de los que puedan venir por detrás, de manera que se paran, se giran, haciéndose los distraídos y si no viene nadie se agachan y la cogen poniéndosela rápidamente en el bolsillo de la chaqueta o el pantalón. Uno lleva un teléfono móvil  y parece que esté hablando con alguien, o tal vez no, usándolo como una herramienta de su trabajo para pasar más desapercibido.
Cuando la temperatura es suave hay algunos, que antes de que las personas  salgan a la calle para ir a trabajar, a la escuela, instituto, etc., y antes de que los barrenderos limpien las aceras, ya están recogiendo las colillas. Estos van con un paquete de plástico en la mano. Y aunque no hay nadie por la calle, sólo algunos que tienen prisa y van rápidos, siempre están mirando atentos y alertas por si alguien les pudiera ver recogiendo las colillas.
La dignidad es cosa de los seres humanos. Por pobre y miserable, o rico y poderoso que uno sea, no quiere que los otros se enteren de lo que ellos hacen. Porque ellos saben que los demás, los otros lo ven indigno de hacerlo ellos.  Y lo que más nos desagrada es sentirnos rechazados, infravalorados, que nos vean como algo molesto, y que la mayoría quieren que desaparezcan, no verlos. Eso es igual para el que recoge colillas, como para el rico que explota a las personas como un negrero, que es corrupto, un ladrón, que tampoco la mayoría no quiere tratos con él.
 
707. Para poder observar uno ha de tener todo el tiempo para ello, sin prisa, siempre atento a todo lo que está sucediendo, sin querer alterarlo, sin querer que acabe o prosiga. Y cuando uno tiene esa atención por todo lo que existe, entonces la vida le muestra tal y cómo es. Y la vida son las todas las personas, sin exclusión alguna, todos los animales, todo lo que tiene vida.