6787. El cuerpo tiene su propia inteligencia. De manera que si no nos inmiscuimos con él, nos lleva al orden.
Por eso, el enemigo del cuerpo es el pensamiento, las prisas, nuestro condicionamiento de sabelotodo.
6788. A veces es tanta la soledad insoportable que inventamos cualquier cosa absurda: la reencarnación, las charlas telepáticas, entrometiéndonos en todo, inventando enemigos que creemos que van a por nosotros, ladrones, enfermedades, dolencias.
Pero el miedo siempre estará ahí con nosotros. Porque su inventor es el pensamiento y su ‘yo’. Por lo que hemos de vivir con él, como lo hacemos con la violencia –ya que son lo mismo, tienen la misma raíz-.
Ver el miedo en su totalidad es acabar con él. Pero no huir y mirarlo cara a cara, eso es el gran reto de nuestras vidas.
6789. ‘Cada generación se ríe de las viejas modas, pero sigue religiosamente la nueva.’
Por eso hay que ser afortunado y vivir nuestras vidas, cuando no hay revoluciones violentas, guerras, etc. Porque cuando eso empieza, no hay vacuna para dejarnos al margen. Ya que todos participamos de una manera o de otra.
Sobre todo los jóvenes, inexpertos y con su volcán en erupción que es su vida, son los primeros que caen en esa dinámica del sentimentalismo, las emociones, el idealismo, el creerse preciso para cambiar las situaciones y problemas. De manera que son la vanguardia, los que van delante, y se convierten en carne de cañón.
6790. La corrupción es connatural con la vida de los hombres. La cuestión es, qué hacemos con ella –como lo hacemos con la violencia, que siempre está ahí-.
De la misma manera, que si no queremos tener un accidente cuando conducimos el coche, ¿verdad que no hemos de pasar los límites de velocidad recomendado a cada situación: de la carretera, del coche, de nuestro estado de fatiga, de ingestión de alcohol, drogas, etc.?
Pues lo mismo sucede con la corrupción en cualquier circunstancia de la vida: si el ambiente donde entramos es corrupto, nosotros probablemente también nos convertiremos en corruptos. Pues donde hay corrupción, el que no lo quiere ser es visto como un peligro. Por lo que, por todos los medios nos van a incitar a que aceptemos corrompernos.
6791. ‘Sí mucha gente va a morir cuando se establezca el nuevo orden mundial. Pero será un mundo mejor para los que sobrevivan.’
Todos los más asesinos de la historia han dicho lo mismo: eliminemos los que nos molestan y así viviremos mejor. Y se han puesto manos a la obra: invadiendo, robando, instaurando el autoritarismo, la crueldad, las tiranías, matando.
Y claro de ahí, de los asesinatos en masa, el mundo que queda es otro infierno. Pues por la fuerza de los hechos: la violencia genera más violencia, una sociedad policial, autoritaria, corrupta e inmoral. Que es como vivimos ahora.
6792. La dilación es el devenir que no tiene fin. Aunque sabemos que es una manera de vivir es ilusoria, nos aferramos a eso para poder proseguir. Pero de ahí no puede llegar lo nuevo, que es lo que pone fin al devenir y toda sus trampas, mentiras, ilusiones.
6793. La verdad es lo que no se puede nombrar ni poner con palabras rebuscadas. La verdad es lo más asombroso y delicado, como lo que nos parece grotesco e indigno. Cuando uno dice que eso, que algo, es la verdad, siempre hay un suceso, un reto, que lo desmiente.
Por eso la verdad es la libertad total, absoluta, donde no hay referencia donde nos podamos apoyar, coger. Cada cual tiene su libertad, que no quiere decir que sea mi libertad, o la de algún otro. Esa libertad es independiente del mundo donde vivimos, de los accidentes físicos o morales.
6794. Para ser psicoanalista, primero hemos de conocernos a nosotros. Pues si nos conocemos también conocemos al resto de la humanidad.
6795. Todo depende de la relación que tengamos con las personas con quien convivimos, nos relacionamos. Pues sin una buena relación, ¿qué importa aunque ganemos todo el mundo? Ya que nada tendrá sentido ni significado verdadero.
6796. ¿Ser dueño de uno mismo es ello posible? La vida es como bajar por un río completamente rápido, desbordado, donde uno sólo puede percibir. Y tal vez, en alguna rara ocasión intentar que la corriente nos lleve a la orilla, a un lugar donde hay más quietud y tranquilidad.
¿Es esa intención de ir hacia la orilla lo que lo hace posible, o es esa misma corriente la que nos lleva?
6797. ¿El pensador y el pensamiento no son lo mismo? Es cuando el pensador se cree que es diferente del pensamiento, cuando nos dividimos y nos llegan todos los problemas.
6798. Lo importante, lo definitivo, es la ausencia de conflicto interno. Lo demás, el sitio donde estemos, eso no tiene ningún valor. Pues lo interno es más poderoso que lo externo, lo de fuera.